Quisiera regresar el tiempo y empezar de nuevo...
Princesa Alena.
Recordé que mi vida no había sido mala, tuve mis altos y bajos, pero mi vida, como tal, no fue mala. Mi padre no sé qué estaba haciendo con su vida, desde que dejé el palacio. Muchas veces quise llamarlo, pero mi orgullo no me dejó. Mi hermano me estaba encargando a Nueva Zelanda, todos me querían allá, pero no me animaba todavía, hasta que mi hermano tomara su lugar como rey. Con Bastian no pude más que meter la pata. Desconfié tanto de él, tuve tanto miedo de Camelia y terminé en sus garras, con Bastian aquí.
Hacía tanto frío, que se calaba en mis huesos y me temblaba todo el cuerpo sin piedad.
Quería ir al baño, quería comer, quería llorar y también me dolía el alma. Estaba sentada en una silla atada sin poder moverme. La habitación debía ser la más fría de todos lados. Necesitaba ver algo que no fuera la oscuridad. Hilary estaba dormida y sabía que ella estaba peor que yo. Ver a Kyle en esa situación, en una donde ellos se habían separado y serían padres.
Su situación me dolía mucho porque por más que intentara, no podría ayudarla.
Regreso la mirada a mis piernas atadas a la silla, mis pantalones tienen rastros de sangre seca y varios restos de comida. Daba asco porque estaba tan segura de que Bastian estaría tan enojado, al verme así. Él siempre me cuidó y me advirtió de los peligros que podría correr si seguía entrando a los lugares sin antes revisar. Pero resulta ser que no estuve alerta en el palacio... Mis manos habían sido atadas con cadenas tan pesadas, que sentía como la piel se rasgaba con el peso, era un dolor intenso y ya sinceramente, no sabía si me podía doler algo más.
Mi boca estaba libre de mordazas, no podía respirar correctamente, debido a unos golpes que me dieron. Era tan forzado buscar aire, que me ardían las fosas nasales.
¿Por qué tanto odio hacia mí? De verdad que no hice nada malo... enamorarme como lo hice de Bastian puede que haya sido un error, pero no es mi culpa. Solo me gustó el chico equivocado y no me arrepiento.
Pero me arrepiento de no haber disfrutado más con él y haberlo lastimado menos.
Me doy cuenta de la presencia de alguien más, cuando empiezan a limpiar mi rostro, con un pañuelo húmedo. Sabía quién era por su respectivo aroma, me dolió poder suspirar y buscar más de ese adictivo olor. Cómo puedo voy adaptándome a la linterna que había en el suelo.
—¿Te duele mucho? Joder... esto no puede estar pasando —pregunta con voz ronca y dolida—. Por favor, permite que pueda limpiar un poco tu rostro. Verte así me está matando...
Sonrío, aunque me duela hacerlo. Sentía su sinceridad y sabía cuánto le dolía verme así... para Bastian, mi seguridad lo era todo, pero necesitaba hacerlo sufrir, no podía imaginarlo con Camelia... siendo su aliado... eso me mataba también.
—Eres tan hipócrita... preguntarme si me duele... —le digo con molestia—. No me toques, Bastian. Déjame con mi rostro manchado y lleno de vergüenza para ti. ¿Te duele que esté herida? Qué vil mentira, Bastian.
Suspira y empieza a limpiar mi rostro con tanta delicadeza, que me dolía más. Un par de veces lo aparté, y él, con ojos que rogaban que se lo permitiera, me miraba.
Soy la idiota que aún secuestrada ama a este imbécil... odio amarte tanto.
—Perdóname por no poder ayudarte como lo necesitas —pasa con delicadeza el pañuelo sobre mis heridas—. Juro que voy a vengarme de cada uno de ellos. Estoy tan jodidamente cabreado. Cada lágrima que derramaste, cada golpe, cada respiro de odio que tuvieron para ti... mis manos necesitan la sangre de esos bastardos.
—¿Acaso te estoy pidiendo ayuda? ¿Te da lástima? —siento mis ojos arder.
—Alena, por favor... sabes mejor que nadie que eso es imposible.
—Quiero que vuelvas a ser como antes y que estés conmigo como siempre y para siempre, Bastian. Eso es lo único que deseo...
—Mi dulce princesa... —susurra con una fugaz sonrisa—, a veces las cosas no son tan fáciles como quisiéramos... —niego con la cabeza—. No soy digno de estar contigo ahora. Soy corrupto para tu vida, Alena. Tu hermano jamás me volverá a permitir estar cerca de ti.
Una lágrima cae por mi mejilla y él la limpia con su pulgar mientras veo como sus ojos se cristalizan.
—¿Estás con ella? ¿De verdad estás con ella? —esa pregunta salió como dagas a mi corazón—. Entonces todo lo que me decías sobre amarme... todo era mentira. ¿No me amaste ni un poquito? Hiciste que me enamorara de ti hasta que ni me importa lo que estás haciendo ahora mismo...
Coloca ambas manos en mis mejillas y con esos preciosos ojos que me derretían por dentro y que sabía con solo mirarlos, lo mucho que me amaba.
Él me amaba.
—De verdad que nunca me había importado alguien más que mi trabajo. Eres la primera mujer que me hizo replantearme mi vida entera. Me hiciste amar y sentir que tenía un motivo para salir del hoyo en el que estaba metido. Alena, tu rebeldía, tus ganas de ser libre y hacer tu voluntad. Tu manera tan horrible de hacerme perder la cabeza, al no verte en mi radar —sonreímos tontamente—. Eres la dueña de mi cuerpo, alma y corazón. A ti te entrego todo, Alena. Sería el mercenario más desgraciado por ti, solo por la simple razón de verte sonreír.
—Bastian... yo no quiero que seas un mercenario. Yo solo quiero que seas mi Bastian, el hombre más increíble que pude conocer y el adicto al trabajo, que odiaba por la simple razón de no besarme a menos que fuera una orden —bajo la mirada y él besa mi frente.
—Soy el capitán de la Cosa Nostra —se levanta—. Mi lealtad por haberte hecho abrir los ojos y hacer que Camelia creyera en mí, se la debo a Fabrizio.
No me había dado cuenta de que Kyle estaba aquí, veo cómo él abre la puerta de la habitación y espera que mi prima y Kyle terminen de hablar.
—¡No puedo creerlo... seré papá! —con una enorme sonrisa y lágrimas en los ojos nos habla—. Por favor, necesito que te hagas cargo mientras yo no estoy. Volveré con rapidez, pero necesito que los veas en mi ausencia.
Y sin esperar más, ambos salen de la habitación hacia algún lugar de aquí. Por favor, Dios, te lo ruego desde lo más profundo de mi corazón, que ellos salgan bien de toda esta locura.
No soportaría que les pasara algo.
[...]
Era tan tarde y la habitación estaba más fría que antes, escucho un alboroto a lo lejos, que me hace abrir los ojos y es mi prima que estaba pidiendo que me dejaran en paz. Por sus piernas se podían notar rastros de sangre que corrieron en ellas y sentí como mi cuerpo se tensó al imaginar lo que podría ser...
Por favor, no... Ella no puede estar perdiendo al bebé.
—¿Por qué hay tantos gritos ahora? —entra un hombre robusto, ve la situación y tensa la mandíbula— ¿Qué estás haciendo? ¡¿Estás loco?! Esa mujer era intocable... Joder, hombre.
—Camelia me dio la orden de golpear a esa mujer. No estoy haciendo algo mal —con su asquerosa voz, ese hombre, responde con tanta calma, que sentí ganas de vomitar.
—Nosotros no recibimos ninguna orden —dicen al unísono Bastian y Kyle, en el marco de la puerta.
—Esas princesas no podían ser tocadas por ninguno de nosotros —responde, el hombre robusto—. Hasta le limpiaron el rostro a la otra princesa. Definitivamente, ustedes quieren acabar con la poca cordura que le queda a este grupo. Ahora, necesito que las liberen, quiero saber si esa chica tiene que ser revisada por un doctor.
Kyle se acerca a mi prima, con paso calmado, cosa que me hizo sentir mucha rabia. Cuando Bastian deja mis manos libres, siento como la sangre vuelve a fluir en ellas. Me pongo de pie luego de que fuera totalmente liberada y siento como todo me da vueltas.
Necesito llegar a Hilary...
—Tenías mucho tiempo sentada y la sangre dejó de correr correctamente —me sostiene, hasta poder encontrar mi equilibrio—. Por favor, no te lastimes más.
La risa seca del hombre que había estado discutiendo con mi prima, hace que todos lo miremos con atención.
—Y todavía Camelia dice que ustedes están de su lado —se burla—. Ella fue una puta que se le entregó al primer hombre que le hablo bonito, en este caso el bastardo es quién tienes a tu lado —la mano de Bastian, presiona mi cuerpo, pero sin hacerme daño—. Por esa razón, Camelia no perdona que un bastardo le quitara la pureza y ahora no la quiera ni ver ni amar como se lo prometió.
Saca su arma y apunta la cabeza de mi muy desmejorada prima. El hombre robusto, que estaba de pie junto a Kyle, empuja al tipo que había discutido con ella, haciéndolo tambalear. La mirada de odio que le dio ese hombre a mi prima, me previnieron para cualquier cosa.
—¡Maldito, hijo de puta! —el hombre carga el arma, y cuando iba a dispararle a mi prima, dos disparos, hicieron eco en la habitación.
Todo quedó en silencio, solo las respiraciones agitadas de mi prima y yo, se escuchaban. ¿Nadie puede ver que ella está teniendo una pérdida?
¿Será una mentira?
—Estoy tan seguro de que no se entendió el punto desde el inicio. ¿No sabes quiénes son ellas? —pregunta, Kyle, mientras lo apunta—. No podías tocarlas ni mirarlas de ninguna manera.
—Otras personas valoran su vida, pero al parecer, tienes varias de repuesto —veo como Bastian también saca su arma, la carga y apunta la cabeza del hombre robusto—. Esto nunca debió ocurrir en primer lugar —dice, disparándole a esos hombres, caen al suelo, heridos y gritando de dolor.
Camelia llega con otras personas a los minutos y con sorpresa ve lo que acababa de sucederles a esos dos hombres.
—No pasó nada grave... por suerte —se excusa Kyle, con voz tranquila, mientras seguía sosteniendo el brazo de mi pálida prima—. No nos gusta jugar, Camelia, pero estos hombres al parecer no entienden el significado de respeto —la mira con vergüenza.
No, sus ojos tienen un brillo que solo salía a relucir cuando bromeaba con Bastian.
—Teníamos tus órdenes bastante claras, pero él empezó a burlarse de ti, cosa que no le íbamos a permitir —la mira con seriedad, Bastian, ella ve que me sostenía y pone mala cara—. No se va a morir, solo se está desangrando. Igualmente, la princesa Hilary necesita limpiarse. La bañó en sangre sin sentido.
Ella asiente mientras lo ve.
—Confiaba en ellos dos, porque son los que me apoyaron en este plan —ve a mi prima y luego dirige su mirada de desprecio puro hacia mí—. Llevenlas a mi habitación, ahí es más caliente. He cambiado algunas cosas y les tengo una bonita sorpresa para después. Las quiero tranquilas y bien relajadas.
Los dos asienten en modo de respuesta y ella se marcha sin mirar atrás. Veo que Hilary se acerca y sin esperar, me abraza con fuerza.
—Esta noche tenemos unas visitas no deseadas —besa mi hombro, mi camisa estaba sucia, pero no le importó.
—Tienen que compartir la habitación. Espero que entiendan, que no somos los malos aquí —Bastian interrumpe nuestro momento íntimo.
—Seré un gran padre. La sangre falsa era una señal de peligro para Alena, por eso decidimos marcar un punto medio —señala a los hombres en el suelo.
—Primero tenemos que verificar si las cosas están yendo de acuerdo a nuestro plan —se burla mientras los ve heridos—. Unos cuantos disparos y hacen un escándalo innecesario —Bastian, los veía con desprecio.
Ellos se ríen, menos mi prima y yo.
Supongo que estaré segura esta noche y su bebé estará a salvo de cualquier locura de Camelia. Solo espero que esto no acabe mal. De verdad no quiero perder a nadie, para mí, todos son importantes y los amo por igual.
Bueno, a Bastian lo amo más que a ellos. Es un amor diferente y por esa razón tengo más miedo de lo que puedo llegar a pensar.
Solo le pido a los cielos que tenga piedad de mí y nos deje tener un buen final.
Quisiera que todo esto doliera menos. Princesa Alena.Con ayuda de Bastian, entramos a la habitación que Camelia les indicó. No esperaba un lugar cálido o algo que hiciera sentir más cómoda a mi prima.Yo estaría bien, igualmente Bastian y yo siempre nos cuidamos. Con las cosas tan difíciles con mi padre siendo rey, no la tendría sencilla.Con esos ojos que me derriten el corazón, Bastian me mira avergonzado cuando señala el suelo. Dirijo mi atención a donde él señalaba, y sonrío al ver que esa sería mi cama ahora mismo.—No es lo que acostumbras, pero es todo lo que tenemos. Buscaré unas mantas para que no pases frío —con mucho cuidado me ayuda a sentarme en el suelo—. Perdóname por hacerte pasar todo esto... Camelia es... Ni siquiera puedo decirte que piensa ella.Asiento mientras veo a Kyle hablándole al vientre de mi prima. Sonrío involuntariamente con nostalgia.Por lo menos ella está más cómoda en la cama.—Yo quería muchas cosas contigo, Alena —volteo a ver al hombre que amo,
La vida cambia en un abrir y cerrar de ojos.Media hora después…Princesa Alena.El tiempo había pasado muy rápido para mí, mis ojos ardían por el olor que desprendía el gas lacrimógeno. Bastian estuvo conmigo a mi lado sin dejarme ni un minuto, pero sabía que todo acabaría en cuestión de segundos. Unas personas entraron a la habitación y debíamos desaparecer de aquí. En el camino encontramos a varios heridos, pero nada grave, según Bastian y Kyle. Sentía mi corazón latir fuertemente, al mirar a varios de los guardias de Egan. Tenía miedo de encontrarme a mi hermano herido. Tenía tanto miedo de que mi hermano simplemente desapareciera en un respiro. No quería que nada malo le pasara. La casa era la primera vez que la veía, pero parecía un lugar que en cualquier momento nos tragaría.Lo sabía… algo nos pasaría.—Joder, Kyle, ¿en dónde estás herido? ¿En dónde está el resto de ustedes? —Bastian miró a su amigo, tensando la mandíbula.¿Cuándo pasó eso? Miro a mi alrededor y me doy cuen
Palacio Real de Trastuenguer.Wellington-Nueva Zelanda.Cuatro meses después…Cuatro largos meses han pasado desde que vi la cara de Bastian. Cuatro eternos meses donde mi corazón añora y extraña cada día más a mi guardaespaldas. Cuatro meses donde mis días pasan lentos y solo miro la puerta del lugar donde me encuentre, para ver si él entra, con su aspecto serio y ganas de sacarme de mis casillas con su profesionalismo.Por más que busqué y contraté a los mejores investigadores, no hay rastro de él o Kyle. No hay nada, es como si ellos nunca hubieran existido. El asunto con mi hermano ha ido mejorando. Aunque las cosas con mi padre no tienen ningún tipo de arreglo. El mes pasado asistí a la toma de posesión de Egan. Ahora es el rey de Grecia y actúa como tal. Su primera orden fue prohibirle a mi padre ejercer algún tipo de poder sobre nosotros y contar la verdad de nuestros salvadores. También, permitirme ser liberada de la monarquía griega.Al renunciar al título de princesa de Gre
Me giro como poseída y mis ojos se abren ante el hombre parado frente a mí. Me intento alejar, pero las barandas que hay en el pequeño balcón, me lo impiden. Mi respiración se acelera y llevo mis manos a mi boca cuando empiezo a llorar.—No puede ser… —empiezo a murmurar—, no puede ser cierto —sigo murmurando. Me tambaleo y caigo al suelo.Está vivo. Él se acerca para ponerme su abrigo.—Eres un insensible. Te odio con toda mi alma —me levanta del suelo, él se empieza a reír—. Te esperé por tanto tiempo. Eres un ser humano horrible. Te creí muerto en acción, pero mírate, estabas haciendo tu vida sin mí y viviendo feliz —lo señalo mientras sigo llorando.—Te ha encantado la sorpresa —afirma, como extrañaba esa tonta sonrisa—. No me parece que no te hayan hecho una fiesta de coronación. Debías celebrar tu corona y celebrar mi regreso a casa. Te prometí volver al caer la noche.—¿Estás hablando en serio? —asiente burlón—. Muérete y ve a hacer no sé qué cosas con personas extrañas —me qu
Ella se metió en mis entrañas, se robó mi corazón y amarla fue lo más fácil. Es tan bella, tan libre, tan perfecta y yo la quería para mí. Enamorarse jamás dijo que fuera fácil, pero a mí me sucedió a primera vista. No debí hacerlo, pero en el corazón nadie manda. No soy de esos hombres que aman el romance, pero me gusta la exclusividad.Lo que quiero con ella no lo quiero con nadie más.¿Lo difícil?Ella siendo una princesa no podría amarla como se debe.¿El reto?Conquistarla y dejar de ser amigos con derecho. Lo sé, yo acepté eso porque me gusta esa mujer.¿El problema?Ella piensa... no. Ella está completamente segura de que mantengo una relación con mi compañera.Necesito explicarle a la princesa que se robó mi corazón, que mi amor es sincero y que lo que quiero con ella va más allá del simple sexo casual. Estoy seguro de que aquí seré como las personas de la generación actual.¿Eso es típico de qué signo?Sí, yo soy piscis, ¿y ella?Me llamo Bastian y soy el guardaespaldas de la
Estados Unidos…Bastian.Por muchos años pensé que estaba enamorado de Cam. Ella es una chica que ha sufrido mucho después de que su madre se volvió a casar. A pesar de que Daniels es un excelente hombre que le ha dado todo lo que ella ha querido, la falta de su verdadero papá la convirtió en una chica bipolar.Fui el primer hombre de su vida y también su primer amor. Creí amarla y por eso había decidido comprar una casa para que ahí viviéramos los dos hasta llegar a nuestra vejez. Seré honesto. Antes de conocer a la que hoy es mi jefa, yo sentía que amaba a Cam.El destino me jugó una mala partida y me hizo dudar cuando apareció esa pelirroja de sonrisa alegre. Jamás había dudado de mis sentimientos por Camelia, pero el día que conocí a la princesa Alena, mi mundo dio un vuelco total.El amor que sentía por Camelia era más que todo de hermanos y no saben lo patético que se siente darse cuenta de eso muchos años después.—Zervas —la voz de mi jefe, Daniels, me hace verlo—, ella es la
Unas horas más tarde...Bastian.Las palabras que me dijo Alena me dejaron mal y no lo tengo porque negar. Realmente sabe cómo hacer estragos en mi mente en tan poco tiempo de haber empezado a trabajar con ella. Tampoco me encuentro muy orgulloso de que me guste.Debía ser más profesional y no aceptar eso que me pidió.Admitir que Alena me gusta esta demás, pero es que no sé cómo actuar frente a ella. Tengo miedo de que un día decida desaparecer. Porque déjenme decirles que tengo una suerte para que los que están a mí alrededor decidan dejarme abandonado.Por ejemplo, mis padres...No entiendo porque me dijo que fuéramos amigos con privilegios... estoy seguro de que le gusto, pero no estoy tan seguro de que le guste para que sea mi novia. ¿Cómo puede hacer de la vista gorda después de que prácticamente le dije que me gustaba? Mis acciones hablan por sí solas.Tal vez no...—En ningún momento le has dicho que te gusta. Solo le dijiste que sí, al sexo casual —habló la voz de mi cerebr
Nunca entendí o entenderé por qué soy así con ella. Sinceramente hablando, me desconozco. Soy un tipo normal, agradable, buen amigo y un sujeto trabajador y muchas veces mis amigas, bueno, la señora Larissa, dijo que era un buen partido.Le creo la mayor parte del tiempo...Perdí a mi ahijado en un abrir y cerrar de ojos. La vida no me ha sonreído como yo quisiera desde esa vez y me siento el asesino más miserable del mundo. Por eso he venido viviendo mi existencia como puedo y dejando que todo pase y no me afecte. Camelia fue un bonus para estar un poco alejado de mi desgracia. De verdad que la quiero muchísimo, pero no de la manera que ella quisiera y sí, se lo dije o tal vez con mis acciones se lo hice entender, pero ella simplemente no lo acepta.Con ella también he hecho las cosas mal.No debí confundirla, no debí darle falsas esperanzas mientras ella iba creciendo y estoy muy seguro de que tenía que alejarme, pero mi ser egoísta que creía amarla, no se pudo ir. Tampoco planeé se