La vida está siendo bastante cruel conmigo...
Berlín-Alemania.
Princesa Alena.
Mi mente durante toda la noche repitió como disco dañado las palabras de Bastian. Durante toda la noche no pude dormir, ya que cada vez que cerraba los ojos, su voz me hacía abrirlos y las lágrimas invadían mi espacio.
Por mi mente pasaron miles de ideas para llamarlo y decirle que su despedida me estaba destrozando, pero ni siquiera tuve fuerza para salir de la cama.
No puedes buscar a una persona que quiere alejarse de tu vida.
Aunque sinceramente yo fui quien lo echó. Yo fui quién lo lastimó. Yo fui la causante de sus mayores heridas.
Estaba en Alemania ahora, pero nadie sabía que había ido fugazmente a Grecia. Todo había quedado en silencio para no armar algún escándalo.
La coronación de mi hermano estaba por llegar y no queríamos que nadie supiera que había llegado al país.
—Alena... —regreso la mirada a mi prima, estábamos sentadas en el balcón de su palacio, vine porque últimamente se había sentido mal—, ¿Lograste hablar con Bastian?
—Hay cosas que es mejor no recordar, Hilary —veo su cara de preocupación, tomo su mano para acariciarla—. ¿Qué pasa, Pitu? Me estás asustando —baja la mirada—. ¿Hay algún problema? ¿El tío sigue enojado contigo por huir de aquí?
Coloca ambas manos sobre las mías y empieza a llorar desconsolada.
—Estoy embarazada, Ale —susurra tan bajo que por poco casi ni la escucho—. Tengo once semanas de embarazo.
Oh, por Dios.
—Kyle... Él... —no me deja terminar.
—Me enteré esta mañana porque no aguantaba los mareos —limpia sus lágrimas—, pero la situación con Bastian y que ellos no pueden estar en el mismo lugar que nosotros... Kyle rompió conmigo al enterarse de que soy princesa.
Me trago las ganas de llorar y tratando de quitarme la pesadez que empiezo a sentir en mi corazón, aprieto sus manos para que levante su mirada y vuelva a verme.
Todo esto está pasando por mi culpa.
—No sé qué voy a hacer, Ale —regreso a la realidad, su rostro lleno de preocupación, me parten el alma—. Mi padre no sé si lo acepte y el papá de mi bebé es un traidor. ¿Qué se supone que debo hacer ahora?
Me levanto y la abrazo intentando darle ánimos.
—Encontraremos una solución, Pitu —susurro en su oído mientras la sigo abrazando—. No debes preocuparte de nada. Voy a intentar hablar con mi hermano para que puedas volver a ver a Kyle y decirle esto.
No es fácil salir embarazada siendo de la realeza.
Tenemos prohibiciones y por más que sea que seamos de países diferentes, las reglas siguen siendo las mismas. Hilary se tiene que casar con Kyle, si ella quiere seguir manteniendo su honor como princesa.
Un bebé hermoso viene en camino y estoy feliz por ella, solo que siento que es mi culpa, que ahora el papá de su hijo y ella, terminaran.
[...]
Egan estaba preocupado por la situación entre mi prometido y yo. Estaba buscando las mejores maneras para no dañar las relaciones entre ambos países. Después de consolar a mi prima por horas, por fin se calmó y la acompañé un rato a su habitación hasta que el sueño la venció.
Ahora estaba en el balcón sola, esperando a que Egan llegara. Él por los momentos no me quería dejar ir sola a ciertos lugares y hoy, venía con una misión...
Finalizar mi compromiso.
—Entonces mi hermano decidió darnos espacio —me levanto de la silla y le doy dos besos en su mejilla—. Siento mucho que tuvieras que venir hasta Alemania.
—Un respiro nunca está mal visto para nuestras terribles agendas —responde, con una media sonrisa—. El príncipe Egan tiende a ser bastante protector contigo.
Lo invito a sentarse en el lugar en donde mi prima había estado anteriormente. Jay era la persona más bondadosa que había conocido, pero él quería una esposa que no opinara y siempre estuviera de acuerdo en todo.
Yo no estaba calificada para ese papel.
Por eso mi hermano quería sacarme de aquí.
—Egan es especial y rara vez suele relajarse. Es cuestión de costumbre —me ve con confusión, le entrego el anillo que me había dado como muestra de nuestro compromiso—. En Grecia soy la segunda en la línea de sucesión al trono, pero siempre he hecho las cosas como he creído que es correcto. Por ley no me corresponde la corona, pero reinar en otro país bajo la sombra de otra persona, no puedo.
—No estarás bajo mi sombra, Alena... —toma el anillo mientras lo ve—. Serías mi reina y tendrías la misma autoridad que yo cuando no esté. Solo es estar...
—Serás rey de Bélgica, pero todos saben cómo son las leyes en tu país. Aquí mandará Egan y en Bélgica tú... —suspiro.
Asiente, guarda el anillo y me ve.
—Estás diciendo que quieres ser reina de tu propio país, pero sin darte el título por matrimonio, ¿Eso es lo que me quieres decir? —pregunta serio.
—Yo puedo reinar en Nueva Zelanda. ¿Estarías dispuesto a renunciar a ser rey y convertirte en mi sombra? ¿Quieres ser rey por el título del matrimonio? —le respondo con una pregunta.
—Jamás quisiste ser reina, Alena —asiento—. ¿Por qué ahora estás decidiendo esto?
Sonrío y lo miro sin muchos ánimos de responder.
—Serás una gran reina —se levanta de la silla—. No importa el país al que decidas reinar. Simplemente serás maravillosa —sonríe dulcemente.
—Ni yo misma sé que quiero ser —murmuro—. Jay, gracias por quererme y siento mucho no haber correspondido tu amor cómo lo merecías —me levanto para quedar frente a él.
—Creí que podíamos intentarlo un poco más —besa mi frente con dulzura—. Nuestro amor terminó hace meses, pero yo seguía empeñado en que las cosas no habían cambiado.
—Encontrarás a alguien mucho mejor que yo —acarició su mejilla—. La amarás más que a mí, te hará feliz y serás el hombre más dichoso por tenerla.
—Fueron dos maravillosos años —besa mi mejilla—. Eres la mujer más bondadosa que pude encontrar en mi vida, princesa Alena.
—Tal vez no tenemos los mismos recuerdos en nuestra relación, pero estoy feliz de haber coincidido contigo —respondo, con un nudo en la garganta.
—Nos volveremos a ver en la coronación de Egan. Feliz noche, Alena —se despide y se va del balcón, con esa triste sonrisa que desde que le entregué el anillo, se le instaló en su rostro.
Adiós mi querido amigo.
Espero que logres encontrar a esa chica que vuelva a poner en ti esa bonita sonrisa que tenías antes de conocerme. Espero que ella te haga olvidarme y que logres amarla con toda la fuerza que sé que tienes.
[...]
Se suponía que hablaría con Egan para que me dijera dónde se encontraba Bastian, pero las cosas con mi hermano son diferentes. Él había estado reformando las leyes de Grecia para que yo pudiera asumir mi papel de reina en Nueva Zelanda. También iba a tratar de ser más flexible en cuanto a la prohibición de Bastian y Kyle, pero no me prometió nada.
Solo una pequeña modificación dijo que le haría.
Abro la puerta de la habitación de Egan, en donde se supone que debería estar y para mi sorpresa, todo estaba completamente oscuro. Él y yo quedamos en vernos y tenía que venir a su habitación, pero no sé a dónde pudo ir, a estas horas de la noche.
Trato de encender el interruptor de luz, pero no funciona.
—Egan, ¿en dónde estás? Me estás asustando —lo llamo, pero solo hay silencio.
Termino de entrar a la habitación porque la ventana del balcón estaba abierta.
—Tu querido hermanito no está aquí, princesa —esa voz tan familiar hace que mi corazón lata rápido y mi piel se ponga de gallina—. Esta es la mejor reacción que pudiste tener. Si hubiese sabido que me tenías tanto miedo, hace rato aparecía en tu casa.
La luz de la habitación es encendida y la silueta de la mujer que más problemas me trajo en Estados Unidos, aparece.
Su sonrisa sádica, sus ojos rojos, su rostro de terror que simplemente te paralizaban sin importar más nada.
—Pero Egan... —intento hablar, ella me hace callar con un golpe en la pared.
—Estás en casa, pero es el lugar más inseguro para ti en este momento —hizo un número dos con sus manos—. Fue fácil lograr entrar aquí. Por eso deberían tener más cuidado con las personas que les hacen la comida.
Miro hacia los lados buscando una salida, pero solo podría saltar del balcón... Desde el tercer piso será complicado.
—Sabía que te daría gusto verme —camina a paso lento y mi respiración está cada vez más acelerada—. Tu miedo me encanta desde que te diste cuenta de lo que era capaz.
—Guardé silencio... —no logré terminar de hablar cuando su pesada mano se estampó en mi mejilla con una bofetada.
—Las niñas buenas deben estar calladas —coloca su mano en mi cuello sin hacer presión—. Guardaste silencio, pero Bastian fue cruel conmigo. Estoy huyendo de sus amigos por tu culpa y eso jamás te lo voy a perdonar.
Y sin esperar más empieza ahorcarme sin piedad. Con desespero y lágrimas en los ojos intento quitar sus manos de mi cuello sin éxito. La falta de aire se hace presente y las ganas de que me suelte se hacen cada vez menos. Mis ojos empiezan a pesar y la vista se me empieza a nublar.
—Mátame, eso es lo que siempre quisiste... Mátame... —en un último intento de hablar, lo logro decir.
Me suelta, después de soltar una carcajada.
—Sería muy fácil si solo te dejo ir—saca una pistola—. Es hora de que Bastian sienta el verdadero dolor. Que sienta lo mismo que me hizo sentir a mí cuando me dejó.
Con su arma me da un cachazo haciéndome caer al suelo desmayada.
«Qué alguien me ayude, por favor», fue mi último pensamiento antes de que todo se volviera negro.
Porque en esta vida todo se paga y nadie se va sin pasar por Go sin cobrar 200...Camelia.Es agradable volver a ver a mi adorable y peor enemiga. Durante todo este tiempo le he tenido una paciencia increíble. Ella es idiota todo el tiempo, pero me resulta agobiante que no se dio cuenta de que la tenía comiendo en mi mano… si tan solo se hubiese dejado engañar más tiempo… pero no, la muy estúpida y malagradecida, decidió hacerle caso a la gente de la Cosa Nostra y salí perdiendo yo por su culpa.Mi odio por ella empezó cuando la conocí y me vio con ojos de perro que no parte un plato. Era una imbécil que con sus aires de grandeza, vino a robarme todo lo que es mío... sí, Bastian era mío.Yo lo vi primero.—Es difícil la situación que podemos vivir entre todos, pero creo que nos podemos llevar bien. Es agradable conseguir personas que disfruten de hacer el mismo trabajo. Proteger a las personas debería ser nuestro mayor deber.Verlo tan hombre y tan responsable, me hizo amarlo a primer
Quisiera regresar el tiempo y empezar de nuevo...Princesa Alena.Recordé que mi vida no había sido mala, tuve mis altos y bajos, pero mi vida, como tal, no fue mala. Mi padre no sé qué estaba haciendo con su vida, desde que dejé el palacio. Muchas veces quise llamarlo, pero mi orgullo no me dejó. Mi hermano me estaba encargando a Nueva Zelanda, todos me querían allá, pero no me animaba todavía, hasta que mi hermano tomara su lugar como rey. Con Bastian no pude más que meter la pata. Desconfié tanto de él, tuve tanto miedo de Camelia y terminé en sus garras, con Bastian aquí.Hacía tanto frío, que se calaba en mis huesos y me temblaba todo el cuerpo sin piedad.Quería ir al baño, quería comer, quería llorar y también me dolía el alma. Estaba sentada en una silla atada sin poder moverme. La habitación debía ser la más fría de todos lados. Necesitaba ver algo que no fuera la oscuridad. Hilary estaba dormida y sabía que ella estaba peor que yo. Ver a Kyle en esa situación, en una donde e
Quisiera que todo esto doliera menos. Princesa Alena.Con ayuda de Bastian, entramos a la habitación que Camelia les indicó. No esperaba un lugar cálido o algo que hiciera sentir más cómoda a mi prima.Yo estaría bien, igualmente Bastian y yo siempre nos cuidamos. Con las cosas tan difíciles con mi padre siendo rey, no la tendría sencilla.Con esos ojos que me derriten el corazón, Bastian me mira avergonzado cuando señala el suelo. Dirijo mi atención a donde él señalaba, y sonrío al ver que esa sería mi cama ahora mismo.—No es lo que acostumbras, pero es todo lo que tenemos. Buscaré unas mantas para que no pases frío —con mucho cuidado me ayuda a sentarme en el suelo—. Perdóname por hacerte pasar todo esto... Camelia es... Ni siquiera puedo decirte que piensa ella.Asiento mientras veo a Kyle hablándole al vientre de mi prima. Sonrío involuntariamente con nostalgia.Por lo menos ella está más cómoda en la cama.—Yo quería muchas cosas contigo, Alena —volteo a ver al hombre que amo,
La vida cambia en un abrir y cerrar de ojos.Media hora después…Princesa Alena.El tiempo había pasado muy rápido para mí, mis ojos ardían por el olor que desprendía el gas lacrimógeno. Bastian estuvo conmigo a mi lado sin dejarme ni un minuto, pero sabía que todo acabaría en cuestión de segundos. Unas personas entraron a la habitación y debíamos desaparecer de aquí. En el camino encontramos a varios heridos, pero nada grave, según Bastian y Kyle. Sentía mi corazón latir fuertemente, al mirar a varios de los guardias de Egan. Tenía miedo de encontrarme a mi hermano herido. Tenía tanto miedo de que mi hermano simplemente desapareciera en un respiro. No quería que nada malo le pasara. La casa era la primera vez que la veía, pero parecía un lugar que en cualquier momento nos tragaría.Lo sabía… algo nos pasaría.—Joder, Kyle, ¿en dónde estás herido? ¿En dónde está el resto de ustedes? —Bastian miró a su amigo, tensando la mandíbula.¿Cuándo pasó eso? Miro a mi alrededor y me doy cuen
Palacio Real de Trastuenguer.Wellington-Nueva Zelanda.Cuatro meses después…Cuatro largos meses han pasado desde que vi la cara de Bastian. Cuatro eternos meses donde mi corazón añora y extraña cada día más a mi guardaespaldas. Cuatro meses donde mis días pasan lentos y solo miro la puerta del lugar donde me encuentre, para ver si él entra, con su aspecto serio y ganas de sacarme de mis casillas con su profesionalismo.Por más que busqué y contraté a los mejores investigadores, no hay rastro de él o Kyle. No hay nada, es como si ellos nunca hubieran existido. El asunto con mi hermano ha ido mejorando. Aunque las cosas con mi padre no tienen ningún tipo de arreglo. El mes pasado asistí a la toma de posesión de Egan. Ahora es el rey de Grecia y actúa como tal. Su primera orden fue prohibirle a mi padre ejercer algún tipo de poder sobre nosotros y contar la verdad de nuestros salvadores. También, permitirme ser liberada de la monarquía griega.Al renunciar al título de princesa de Gre
Me giro como poseída y mis ojos se abren ante el hombre parado frente a mí. Me intento alejar, pero las barandas que hay en el pequeño balcón, me lo impiden. Mi respiración se acelera y llevo mis manos a mi boca cuando empiezo a llorar.—No puede ser… —empiezo a murmurar—, no puede ser cierto —sigo murmurando. Me tambaleo y caigo al suelo.Está vivo. Él se acerca para ponerme su abrigo.—Eres un insensible. Te odio con toda mi alma —me levanta del suelo, él se empieza a reír—. Te esperé por tanto tiempo. Eres un ser humano horrible. Te creí muerto en acción, pero mírate, estabas haciendo tu vida sin mí y viviendo feliz —lo señalo mientras sigo llorando.—Te ha encantado la sorpresa —afirma, como extrañaba esa tonta sonrisa—. No me parece que no te hayan hecho una fiesta de coronación. Debías celebrar tu corona y celebrar mi regreso a casa. Te prometí volver al caer la noche.—¿Estás hablando en serio? —asiente burlón—. Muérete y ve a hacer no sé qué cosas con personas extrañas —me qu
Ella se metió en mis entrañas, se robó mi corazón y amarla fue lo más fácil. Es tan bella, tan libre, tan perfecta y yo la quería para mí. Enamorarse jamás dijo que fuera fácil, pero a mí me sucedió a primera vista. No debí hacerlo, pero en el corazón nadie manda. No soy de esos hombres que aman el romance, pero me gusta la exclusividad.Lo que quiero con ella no lo quiero con nadie más.¿Lo difícil?Ella siendo una princesa no podría amarla como se debe.¿El reto?Conquistarla y dejar de ser amigos con derecho. Lo sé, yo acepté eso porque me gusta esa mujer.¿El problema?Ella piensa... no. Ella está completamente segura de que mantengo una relación con mi compañera.Necesito explicarle a la princesa que se robó mi corazón, que mi amor es sincero y que lo que quiero con ella va más allá del simple sexo casual. Estoy seguro de que aquí seré como las personas de la generación actual.¿Eso es típico de qué signo?Sí, yo soy piscis, ¿y ella?Me llamo Bastian y soy el guardaespaldas de la
Estados Unidos…Bastian.Por muchos años pensé que estaba enamorado de Cam. Ella es una chica que ha sufrido mucho después de que su madre se volvió a casar. A pesar de que Daniels es un excelente hombre que le ha dado todo lo que ella ha querido, la falta de su verdadero papá la convirtió en una chica bipolar.Fui el primer hombre de su vida y también su primer amor. Creí amarla y por eso había decidido comprar una casa para que ahí viviéramos los dos hasta llegar a nuestra vejez. Seré honesto. Antes de conocer a la que hoy es mi jefa, yo sentía que amaba a Cam.El destino me jugó una mala partida y me hizo dudar cuando apareció esa pelirroja de sonrisa alegre. Jamás había dudado de mis sentimientos por Camelia, pero el día que conocí a la princesa Alena, mi mundo dio un vuelco total.El amor que sentía por Camelia era más que todo de hermanos y no saben lo patético que se siente darse cuenta de eso muchos años después.—Zervas —la voz de mi jefe, Daniels, me hace verlo—, ella es la