Capítulo 17

El dolor de verla cada vez más lejos…

Unas horas más tarde…

Bastian.

Estábamos revisando algunos obsequios que estaban para donación. Muchos niños estaban emocionados porque también tendrían un almuerzo con varios posibles padres. Así que la emoción de los pequeños era increíblemente grande. En lo que respecta a Alena, ella no me ha dado más que miradas fugaces llenas de rabia y decepción. 

¿Decepción? Esa mirada la puedo poner en duda. ¿Por qué razón ella tiene que estar decepcionada? Alena me ha rechazado y terminado más veces de las que una persona con cinco dedos de frente, pudiera imaginar.

Seguía revisando algunos regalos, cuando una pequeña de seis años se acerca curiosa por lo que hacía.

—¿Es muy difícil lo que estás haciendo? —su vocecita me llena de ternura—. ¿Puedo ayudarte un poquito? 

Pienso unos segundos y podría darles los regalos que ya han sido revisados para que los lleve a donde están los otros. Pero eso podría ser problemático, al recibir ayuda de alguno de los pequeños del orfanato.

—Es muy difícil. Solo las personas con visión superdotada pueden hacerlo —ella me mira con tristeza—, pero podrías hacerlo tú también. No estés triste, pequeña —le señalo uno de los regalos—. Debes mirarlo fijamente para que funcione la magia y así puedas descubrir qué hay adentro.

—¿Crees que pueda lograrlo? —su entusiasmo, le iluminó su rostro, haciendo aparecer una sonrisa.

—¡Claro que sí! —la animo.

La pequeña con mucha determinación empezó a ver el regalo para poder ver dentro de el y poder ayudarme. Decido verla por un minuto más y volver al trabajo. Mi corazón se sintió vacío al recordar a mi hermana menor. Ella amaba ayudarme cuando estaba en casa y así poder jugar juntos después.

Pero con ella no hubo un después, o una próxima vez.

Veo como Alena empieza a acercarse a nosotros. Kyle estaba terminando el otro lote de obsequios que se había recibido. Se siente extraño tener mi cabeza tan llena de ella y no poder sentirme completamente profesional en este momento. 

Mezclar lo personal con lo laboral, fue lo peor que hice. Aunque debo admitir que me trajo muchos recuerdos y sentimientos hermosos, solo que ahora no sé qué hacer con tanto si no puedo estar con la persona encargada de ellos.

—Duff, sé qué será un poco difícil ver a Hilary, pero ella está entrando ahora mismo con mi familia —Alena le informa a Kyle.

—Entiendo, gracias por avisarme, princesa —responde, pero lo veo tragar grueso.

—Bien, entonces iré de regreso con Gustavo —me mira y se va.

Hago una mueca de molestia al verla irse sin decirme nada. La pequeña que estaba aquí haciendo su mejor esfuerzo de ver dentro de los regalos, ahora nos miraba a Kyle y a mí con mucha curiosidad.

—Debe ser divertido ser una princesa —sonríe.

—Todas quieren ser una princesa —acaricio su cabeza.

—Que venga un príncipe azul con un caballo blanco a buscarte en un castillo enorme y bonito —sus ojos brillaban de emoción—. ¡Quiero ser una princesa!

—¿Cómo te llamas, pequeña? —pregunta Kyle.

—Soy Hope y tengo un año viviendo aquí —mira a Alena—. Ella es muy bonita, se viste bonito y sabe ser una princesa.

—Hablaré con la princesa para que puedas tener un momento con ella —se agacha para quedar frente a Hope—, pero debe ser un secreto de los dos. Así que no le digas a nadie.

—Tienes un hermoso nombre, Hope —le digo—. Él es Kyle y yo soy Bastian, desde hoy seremos tus amigos.

Ella con una hermosa y dulce sonrisa nos agradece y vuelve su atención a los regalos. 

Será un día bastante largo.

[...]

Había pasado una media hora más o menos, cuando en el orfanato todos se volvieron prácticamente locos por la llegada de la familia real. Estaba viniendo el rey y el príncipe de Grecia, vería otra faceta completamente diferente de la vida de Alena por primera vez. 

Tengo una pequeña duda, ¿entonces Alena no será reina de Grecia?

La directora del orfanato entró junto a ellos mientras se le escuchaba como explicaba todo el procedimiento de los niños y de la adopción, al rey. Kyle y yo nos ponemos firmes al verlos, como respeto hacia la monarquía. Alena camina hacia nosotros al ver que Hilary también estaba viniendo para acá.

—Aquí vamos otra vez —murmura, al llegar—. Es hora de entrar al modo monarca.

Suspira y con una mirada llena de molestia, Alena recibe a su familia.

—Bienvenido seas, padre —le hace una reverencia al rey—. Príncipe Egan, es bueno volver a verlo. ¿Qué tal estuvo el servicio en Turquía?

—Es bueno verte, hija —responde seco—. Egan llegó ayer y quiso venir a ver como estabas.

—El servicio estuvo complicado, pero quería volver a casa. La última vez que nos vimos no me dijiste que vendrías a Estados Unidos. ¿Por qué el repentino viaje, princesa? —la mira con intriga—. Es bueno verte, Hilary. ¿Cómo están tus abuelos?

—Estrictos como siempre, Egan —aparta la mirada—. No sabía que debía venir a recibir al príncipe también.

Al parecer todos guardan secretos…

—¿Estás conversaciones es buena idea tenerlas frente a desconocidos? —pregunta el rey.

—Son nuestros guardaespaldas —responde Alena—. No se omite información a ellos.

Tú eres un buen ejemplo de eso. No omites información, solo no dices que sucede con Camelia.

—Alena… ¿Por qué no me dijiste sobre tu viaje a este lugar? —vuelve a preguntar el príncipe.

—Órdenes de su alteza real, por la desaparición repentina de la princesa de Holanda —mira mal al rey—. Papá quería evitar el bochorno de ciertos temas.

—¿Eso que tiene que ver contigo? La relación de la princesa de Holanda y el príncipe marroquí debía terminarla. No iba a dejar que una persona tan escandalosa se casara con mi prima. Además, suficientemente con las reglas obsoletas que siguen en el reino. ¿Acaso tú debías buscarla?

—No, solo que con la enfermedad repentina del rey, se estaba especulando que había sido por mi culpa —Alena sonríe—. Como cancelé el compromiso con el príncipe de Bélgica, se especulaba que era porque no quería renunciar al reino de Grecia y quería tomar tu lugar.

—Primero debo de morir para que eso suceda —mira al rey—. Hay reinos que puedes reinar y eso no es un secreto para nadie. Es cuestión de que mi padre te otorgue los títulos, pero como está haciendo las cosas difíciles, creo que fue buena idea volver.

Kyle y yo al intentar irnos, fuimos detenidos por Hilary.

—No voy a regresar a Grecia, Egan. Estoy bien aquí. Así que olvida eso. Renuncié a ciertos privilegios gracias a tu padre. Estoy cumpliendo mi promesa de mantener a salvo a la princesa de Holanda, así que a Grecia no volveré —Alena enfrenta a su hermano, con una actitud fría y sin ningún sentimiento alguno.

—No hablaré de eso contigo aquí, pero te haré volver —el príncipe me ve—. Te recuerdo que eres princesa, si las cosas van bien, te haré primera en la línea de sucesión de Dinamarca o te doy a Nueva Zelanda. 

—Egan…

—Recuerda quienes somos, Alena. Deja de jugar y vuelve a tus sentidos. Nadie tiene derecho de ponerte en una situación difícil y te puedo asegurar que tampoco quieren conocer el lado oscuro de la familia real —deja de verme y esta vez, clava la mirada hacia el fondo—. Arreglamos nuestros asuntos con nuestro servicio secreto, pero no voy a aceptar que a mi dulce hermana le estén haciendo algo.

—Puedo defenderme sola —dice, mientras sonríe.

—Mi banquete de coronación es en unos días. No dejaré que vuelva a suceder lo que vivimos en el pasado —pone el brazo encima del rey—. Padre, debes informarme a donde envías a mi hermana menor. No me gusta cuando tomas decisiones que ponen en peligro a mi familia. Te recuerdo que eres rey por un periodo de tiempo determinado y que no tienes el apoyo de nadie. Así que te pido de favor, el único que hizo algo bochornoso fuiste tú. 

Se hace un silencio incómodo mientras el rey y el príncipe tenían esa discusión.

—Egan, no es el lugar adecuado para esa conversación y…

—Son los guardaespaldas de mi hermana y deben saber qué posición en la realeza tienes —nos ve y se dirige a nosotros—. Necesito que mantenga bajo una estricta vigilancia a Alena y a Hilary. Sé qué tienen otros trabajos, pero serán mis ojos cuando yo no esté. Cualquier información que tengan debe ser exclusivamente para mí. Igualmente tendremos una reunión en unos días. 

—No era necesario decirle eso a ellos, Egan —se defiende—. Todos cometemos errores y entre tu madre y yo…

—Los errores se pagan caro y mira cómo tratas a Alena y a la princesa de Holanda. Así que no, tus errores se llevaron a mi madre y pretendes mantener a Alena separada de mí —lo mira seriamente—. No tienes perdón y para mí eso es más que suficiente. 

Alena decide irse y veo como Gustavo va tras de ella. Miro a Kyle y los dos vamos con ellos después de hacer una reverencia y pedir retirarnos.

En este preciso momento me di cuenta de que no conozco nada de Alena ni sé lo difícil que pudo ser su vida.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo