Capítulo 25

Todo pasaba muy rápido y poco podíamos entender.

El momento de la masacre.

Bastian.

Cuando se trata de ayudar a Fabrizio me ciego completamente con tal de ver a mi gente bien. No puedo evitar las ganas de protegerlos y querer matar a todo aquel que la lastimó.

¿Quién quiere ser visto por la persona que amas como un asesino? Nadie, pero a pesar de todo, la persona con la que yo quería vivir, no está. No merecía tener una hermana tan buena. Aunque ella lo negara, era la niña más buena de este universo, su bondad era enorme y su amor por mí era incalculable.

Tal vez un poco más de tiempo para estar con ella hubiera sido lo mejor, pero nadie me preparó para acostumbrarme a vivir sin ella, más bien, era yo quien me iba periodos de tiempo muy grande, para que el día en que yo no estuviera, mi ausencia no le causara tanto dolor.

Fui el primero en llegar al lugar que me dijo Fabrizio, Kyle de último para evitar que cualquiera pudiera venir a hacerles daño. Gritos y disparos se seguían escuchando fuera de este lugar. Bajamos las escaleras que rechinaban cada vez que se pisaban. 

Algo no pinta muy bien aquí porque las escaleras sonaban más de lo debido.

Llegamos al último escalón y les digo que esperen que iré a revisar para ver si era seguro. Bajo la mirada de miedo de Ada, me alejo hacia la cocina. 

Al entrar solo veo algunos chicos tirados en el suelo bañados en sangre. Supongo que para ellos tampoco la cosa terminó muy bien.

—¿No hay otra opción? —susurró en mi oreja, cuando estaba yo estaba de espaldas frente a ella. 

Niego con la cabeza y cargando mi arma le hago una seña para que guarde silencio. Kyle se coloca a mi lado, mientras Cristal y Ada, se toman de la mano.

Mi amigo y yo entramos a la sala donde antes se escuchaban voces y nos quedamos en total silencio cuando vemos a la gente que era amigos de ellas, sentados en una silla, amordazados y siendo apuntados por uno de los hombres que supuestamente era quien iba a salvar a la hija de Ada. Otro tipo está arrodillado en el suelo con las manos atadas al frente y con varios golpes en el rostro.

Patricio se llamaba.

—Pasen y tomen asiento, niñas —la voz del viejo las llama. El tipo suspira y empieza a molestarse—. Diles que entren porque me incomoda tenerlas así.

Kyle asiente ante la orden que le da y para hacerlas sentir cómodas, asoma su cabeza en dirección a ellas, tendiendo su mano para que entren. Con temor caminaron hacia la sala y la cara de sorpresa de la chica de Fabrizio, no pudo pasar desapercibida. Patricio, está sentado en una silla mientras el amigo de Ada, está siendo apuntado por los guardaespaldas del viejo.

—¿Por qué? —se le parte la voz cuando habla, ambos se miran con tristeza y empiezo a sentirme impotente por no poder hacer nada.

Un carraspeo me hace llevar la vista hacia el viejo Patricio, que se levanta para darle dos besos y abrazarla.

—Estás hermosa, Ada —la suelta—. Toda una muñeca, lástima que no quisiste venir conmigo. Serías la muñeca de la mafia por lo bella que te has puesto.

Acomodo la garganta con un carraspeo y el viejo se ríe de mí. Te voy a matar por tocar a mi jefa.

—Este muchacho es muy celoso —se aleja y ve al soldado—. Te envío como espía y terminas secuestrado —se queja—. Este hombre ha sido una víctima más de tu gente. Ellos fueron los que provocaron el accidente de la niña cuando salía de la guardería, lo que pasa es que no te dicen nada porque eres muy leal a ellos —ella lleva sus manos a su boca mientras sus ojos se llenan de lágrimas—. Lo he mantenido con vida gracias al aprecio que le tengo, pero hace años que quiero quitarle la vida por poca cosa.

Todas han sufrido mucho por culpa de esa gente. Patricio tenía razón, esos soldados también fueron víctimas de las decisiones de sus jefes. 

¿Cómo se pueden defender de semejante monstruo cuando no tienen el poder como ellos?

—Al entrar Jantine a la vida de Alessandro, todo fluyó como magia. Cada vez que ella iba era para estudiarlo —Ada se tambalea y yo sostengo su mano—. Tu gente no podía defender a ninguno de sus peones, si se quedaban en la calle no le importaba, ella los tenía amenazado con matarlos. Cada vez que tú recibías un castigo, tus superiores se reían por la orden que ella les daba.

—¿Cómo sabes que no es mentira? —dice sollozando y dolida—. Mis superiores jamás mostraron ser crueles ante nosotras.

—¿Cuándo lo demostraste tú? —trago grueso al pensar en todo lo que ella tuvo que callarse por esas mierdas de leyes—. Una de las normas de ustedes es no demostrar algún sentimiento frente a la gente —hace señas para que dejen de apuntar al que una vez fue su jefe—. Fuiste robada de mi lado y no voy a perdonarle eso jamás a Fabrizio —ve al soldado—. Mi venganza es matar a todos los que estén a tu alrededor y luego ir por Patricio.

Solo puedo apretar la mano de Ada con fuerza para intentar darle mi apoyo.

—Tu gente es buena, pero les falta más fuerza de voluntad —se burla—. Jantine hasta los amenazó con matar a toda su familia. No puedo presentarme al mundo, pero si puedo destruirte lentamente, por eso decidí matar tus jefes frente a ti.

Miro a Kyle con diversión. 

Lo mejor de tener a tu mejor amigo como compañero de trabajo, es que sabe lo que piensas sin necesidad de hablar.

Ese hombre será nuestro colador desde hoy.

—No puedes confiar en nadie en este mundo —responde—. No puedo dejarte ir sin un daño mental. Quiero verte arrodillada pidiendo clemencia ante nosotros. Jantine espera por Cristal y yo espero por ti, cariño.

—Lo sé, pero creo que te equivocaste de personas. Duraste más de cuatro horas torturándonos y no conseguiste nada. ¿Qué te hace creer que ahora vamos a arrodillarnos ante una basura como ustedes? —responde Ada con mucha calma.

—Yo no... —no la deja terminar.

—Debías dejarte secuestrar por Patricio y debías dejar que Cristal muriera antes de cualquier cosa. Pero decidiste ser leal a tus principios y ahora pagarás las consecuencias de tus acciones —Jantine interviene—. Matando a Alessandro todo hubiese quedado mejor… pero bueno.

Se hace un silencio en la sala y la risa del soldado se hace presente.

—¿Ahora también eres de la mafia, Ada? —se burla el tipo—. Hijos de puta, esa guerra de poder va a acabar con ustedes y sea donde sea, voy a venir a cobrar lo que me deben.

Patricio lo abofetea haciéndolo sangrar. 

Uno de los tipos iba a defenderlo, pero decido quitar a personas que no tienen sentido común del medio. Miro a Kyle y este asiente, saco mi arma, la cargo y sin pensarlo dos veces, le doy un tiro de gracia. El chico cae al suelo sin signos de vida y una sonrisa se dibuja en mi rostro.

Quiero repetir el mismo acto muchas veces para que sienta dolor. Merecía sufrir un poco más, pero mi amabilidad siempre me gana.

—Ustedes serán unos héroes —nos elogia Ada con una sonrisa.

—¡Bastardos, ustedes no son más que unos peones! —Kyle y yo nos reímos de lo que dice.

Lo sé, pero yo siempre quiero morir.

—Nuestro deber es protegerlas a ellas dos —responde Kyle—. Ustedes solo quieren matarlas.

Entran más hombres de Patricio y cubro con mi cuerpo a Ada.

—Debemos salir de aquí —decimos al unísono mi amigo y yo.

Salimos de la sala y con desespero busco una salida. Varias veces suelto maldiciones cuando veo que la única opción está llena de matones.

—Joder, se me puso chiquita la situación —digo cabreado, al ver una de las puertas llena de explosivos.

Recibo un mensaje de Fabrizio y se lo muestro a Kyle. Este ve a Cristal y suspira asintiendo. Los cuatro nos escondemos tras una pared que da hacia el closet y tomando el rostro de Ada, vuelvo a hablar.

—Oye, afuera está Fabrizio con Alessandro, esperando por ti —se parece tanto a mi hermana menor—. Te voy a llevar con ellos y sé qué estás acostumbrada a esto, pero necesito que seas bastante fuerte ahora mismo.

—¿Vendrás con nosotros? —pregunta, no, quiero morir el día de hoy y por eso haré mi mejor jugada—. ¡¿Vendrás con nosotros, Bastian?! —vuelve a insistir, pero esta vez llorando.

—Estamos perdiendo tiempo ahora mismo —le digo a Kyle, ignorando su pregunta.

Corrimos hacia la entrada de la casa, ellos tenían muchos aliados todavía, me recuerda cuando estaba en un entrenamiento en Afganistán. 

En el trayecto matamos a mucha gente. Lo más loco es que la puerta de la casa no estaba tan lejos de donde habíamos estado. Abro la puerta con rapidez y veo el excelente trabajo que ha realizado la Cosa Nostra. Fabrizio estaba herido, al igual que Alessandro, pero sé que aún pueden protegerlas. Me hacen señas detrás de unos árboles para que nos acerquemos. Al llegar dejo a las chicas y cuando me empiezo a alejar, el jalón de mano con desespero que me da Ada, me hace voltearme y detenerme para verla.

—No regreses, por favor —me ruega y mi corazón empieza a ponerse pesado—. Vámonos de aquí, dile a Kyle que venga contigo.

—Debemos ir a buscar a la mujer que tiene una cuenta pendiente con Alessandro —le doy una caricia en su cabello—. Voy a volver, debes quedarte con ellos y correr hasta que estén seguros. Eres buena corriendo, así que todo estará bien, de verdad que lo sé.

—No regreses, tienes que vivir… —vuelve a pedirme.

—Nunca he dejado una orden sin cumplir y en estos momentos, simplemente no puedo dar marcha atrás. Te he querido como una hermana desde que te conocí y ahora mismo me siento satisfecho de haberte salvado —la veo con ojos llorosos y con la voz ronca.

También eres mi hermana menor.

—Solo no mueras en el intento, por favor… —beso su frente con tanta dulzura, para que recuerde este momento.

Sí, me estoy despidiendo, no sé si después de ese mensaje que recibí podremos salir con vida de esta.

—Van a volver —me mira Fabrizio.

—De eso no hay dudas —respondo. 

Le doy una última sonrisa a todos, para luego regresar con Kyle y terminar lo que se nos había ordenado.

[…]

Diez minutos antes de la explosión.

Escuché disparos y gritos a lo lejos de este lugar, sin permitir alguna tardanza, de acuerdo al mensaje que me envió Fabrizio, esta pocilga estaba llena de explosivos. Tenemos que sacar a Jantine y a Patricio de aquí, no podemos dejarlos. Él es líder de la mafia que tiene cuentas con mi jefe y ella... va a recibir el castigo que merece, pero debe vivir para recibir todo el odio que Alessandro le tiene. 

Si ella muere, toda esta m****a no tendría sentido.

Entramos a la sala y vemos como el soldado se empieza a burlar de nosotros.

—La casa está llena de explosivos, debemos sacarlos de aquí —le informo a Patricio, mientras le disparaba a un hombre.

—Yo me voy después de acabar con ustedes —su gente aparece—. ¿Cuánto tiempo nos queda antes de que explote este lugar? —nos pregunta, mirando a Jantine.

—10 minutos como máximo —responde Kyle—. Debemos sacarlos de aquí. Yo solo quiero que los dos reciban el castigo que merecen.

—Tan lindo, eres tan leal que te enviaron a una muerte segura —llegan 7 tipos con unas escopetas—. Es hora de que mueran, queridos peones.

Veo como cargan sus armas y antes de darles tiempo de algo, empiezo a disparar, dándole al tipo que tenía más cerca. Tomo la escopeta y le disparo a otro tipo en un pie haciéndolo añicos, cae al suelo y empieza a quejarse, 

—Este es por intentar matarme —me giro al escuchar la voz de Alessandro, él apuñala a Jantine, mientras yo le disparo a otro tipo, para protegerlo—. Yo te amaba y mira como me pagas —le disparo en las piernas. 

El dolor en su rostro no me parecía suficiente. Quería matarla por todo lo que ha hecho sufrir a mi gente.

—Todos queremos venganza, Alessandro —aparece Fabrizio, no sé como, pero estaban aquí. Vinieron a matar a las personas que los hicieron sufrir—. Excelente manera de morir, tendrán todos. Eres una vil asesina, una perra sin gracia y morirás como una desgraciada criminal.

Veo como todos sacan sus armas, hasta mi amigo y empezó el glorioso sonido de la victoria. No sé cuántas veces se le disparó a todas las personas que estaban aquí, pero sé que fueron lo suficiente como para dejarlos como colador de pasta. No había nadie con vida, bueno, si, Patricio y Jantine.

Los gritos de desespero y dolor que emitían eran cantos hermosos para nosotros. Cuando salimos de la sala para irnos hacia la entrada, los últimos secuaces de ellos, abren fuego contra nosotros. 

Kyle cae al suelo herido y siento como el aire abandona mi cuerpo por primera vez.

—¡No! —lo empiezo arrastrar hacia mí, sin importarme que estábamos en el medio de la sala, busco la herida, pero el maldito abrigo no me lo permite—. Hermano, no me dejes, esto no estaba planeado así.

—Ibas a perder la vida y no lo voy a permitir —escupe sangre—. Estoy bien, tú eres quien debe tener cuidado —me señala a un tipo que me dispara dos veces por la espalda, haciéndome alejar de él y dispararle en la cabeza.

—Vamos a morir juntos —me burlo a su lado con dificultad. M****a, no estoy viendo nada—. Hasta que la muerte nos separe, Kyle.

—Quedan 2 minutos, Fabrizio… —escucho a lo lejos. 

Mi respiración se hizo más pausada y mi visión ya la había perdido.

No sé si le di a quien me disparó, solo sé que todo estaba oscuro para mí y el frío era mi nuevo amigo.

—Lo único malo de todo esto es que no pude tener una buena relación —escucho a lo lejos a Kyle—. No morimos en la guerra, pero servimos hasta el final. Fue un honor haberte conocido y si vuelvo a nacer, quiero volver a ser tu amigo —suelta un quejido de dolor.

—Yo me arrepiento de no haber amado sinceramente —intento tragar saliva, pero no puedo—. También fue un honor ser parte de tu vida y espero volvernos a encontrar —le respondo dando un último suspiro.

Sonrío al ver a mi hermana, que viene hacia mí, con esa hermosa carita que te hacía derretir de amor.

—Viniste muy pronto, Tian —la tomo por debajo de sus brazos y la alzo, dándole un abrazo con mucha fuerza—. Te esperé mucho tiempo y estoy feliz de tenerte de vuelta.

—Vamos a casa, piccola —respondo, dandole un beso en la frente—. Te amo, mostra y gracias por esperarme.

Escucho el sonido de la explosión y después... nada.

Ese día asesiné a más de 30 personas y por poco pierdo la vida.

Disfruté de cumplir con mi deber.

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