En la actualidad...
Bastian.
La mirada de Alena me estaba matando, sé qué tal vez no fue la mejor de hacerle ver quien era yo, pero Fabrizio no es de las personas que te dan tiempo de pensar las cosas. En su mundo las cosas se hacen como él dice y ya. Sinceramente no me importaba porque yo solo quería que Alena me dijera que es lo que la tiene alejada de mí.
Ella simplemente podía confiar en mí y no quería.
Me dolía que no lo hiciera.
No sabía qué estaba por ocurrir, hasta que la puerta de la casa de Alessandra es abierta, por el príncipe Egan y su gente.
M****a, no lo pudo hacer de esa manera.
Fabrizio me da una sonrisa sádica, que me hizo entender el castigo que me estaba por hacer. No está cabreado conmigo, pero quiere vengarse por intentar morir, mientras salvaba a Ada.
—¿Entonces las cosas eran así? —se acerca con sigilo mientras nos ve con odio a Kyle y a mí—. ¿Disfrutaron jugar con mi hermana? —ve a Alena y le da un beso en la mejilla—. ¿Para qué le están haciendo esto a ella?
Alena con manos temblorosas, limpia sus lágrimas y se acerca a su hermano. Fabrizio me suelta y hace como si nada estuviese pasando. Lo mismo sucede con Alessandro y Kyle.
—Ellos no jugaron conmigo, Egan —la voz de ella estaba llena de nervios—. Esto ha sido un accidente, pero no tienes nada de qué preocuparte.
—Hasta les ofrecí convertirse en personas de la nobleza, pero resulta que estaban metidos en la Cosa Nostra —se ríe—. ¿Son sicarios acaso?
—Oh, no. Ellos son mis mejores soldatos. Bueno, capitanes, pero ellos se encuentran de vacaciones. No, Kyle es mi espía... No es necesario que sepas qué hacen ellos conmigo —interviene Fabrizio.
Trago grueso por lo que acababa de decir y me muero internamente.
—¿Alena, sabías eso? —la ve, pero ella guarda silencio—. Por supuesto que lo sabes, no eres para nada tonta.
—Egan, esto fue un problema entre ellos. Nosotros no tenemos nada que ver. Deja de ver cosas que no son —ella intenta acercarse a él, pero sus guardias no se lo permiten.
—Alena, en donde tú te veas involucrada, nosotros tendremos que ver y me importa muy poco lo que puedas pensar ahora mismo —suspira y vuelve a vernos—. Yo los iba a apoyar, pero simplemente no puedo. Me siento traicionado por ustedes. A mí nadie me traiciona, ¿lo saben?
—Vámonos y arreglemos nuestros problemas —le pide—. ¡Egan, vámonos ahora mismo o deja que tu gente se vaya! Chicos, por favor, salgan de aquí.
Les ordena a los guardaespaldas del príncipe.
—¡Si alguien da un paso fuera de esta casa, juro que quemo todo el edificio! —mira a sus custodios.
—¡Ellos me deben obedecer, Egan!
—¡Y a mí también, Alena! ¡Yo no estoy de adorno aquí!
Ambos se ven desafiantes mientras que nosotros nos quedamos sin saber qué hacer. Egan intenta mantener la calma ante la mirada fría de Alena, pero se le nota igual de molesto que a ella.
—Yo no entiendo cómo puedes estar tan tranquila. Causaron una masacre, Alena —nos señala mientras nos acusa, ella hace puño sus manos mientras presiona sus labios—. Escuché todo lo que hicieron mientras que Fabrizio, el líder de la mafia, contaba su parte y Bastian, la persona que es tu guardaespaldas, en ningún momento dijo que se arrepentía de lo que hizo.
—Bastian nunca se arrepintió... Era la vida del asesino o la de ellos, Egan —intenta defendernos, pero él la interrumpe.
—¿Y no crees que ellos están buscando poder, Alena? —ella traga grueso—. A partir de este momento a ustedes dos se les releva el cargo de guardaespaldas de la princesa de Grecia —les hace seña a su gente para que nos apresen—, y desde este momento quedan como prisioneros y traidores a mi país.
Los chicos nos agarran sin ningún problema. Alessandra intenta acercarse y no se lo permiten, con ojos vidriosos Alena me ve por unos segundos y luego le da una mirada de odio a su hermano.
—Yo no puedo permitir que mi hermana esté cerca de unas personas que son asesinos o estén buscando algo de ella —trago grueso y veo a Kyle que me mira esperando cualquier orden—. Tienen prohibido acercarse a la princesa Alena y a la princesa Hilary.
Empiezan a jalarnos para que caminemos fuera de la casa.
—Chicos, esperen un momento —los guardaespaldas se detienen a ver a Alena—. ¿Los estás acusando por algo que hicieron hace tiempo o por qué razón? —él niega con la cabeza sonriente.
—Porque no confío en unas personas que trabajan para la mafia y no tienen miedo de asesinar a nadie, si reciben una orden de Fabrizio o Alessandro —ella traga grueso—. No estamos en el siglo pasado, pero tengo mis métodos para los que me han traicionado —frunzo el ceño—. Decidí en estos momentos aplicar la pena de muerte para ellos lo más pronto posible.
La risa de Fabrizio llama la atención de todos.
—¿Te das cuenta de que si le haces algo a ellos tendrás a la Cosa Nostra de enemigos? —pregunta Fabrizio.
—Sí, pero no puedo permitir que estén cerca de mi hermana. Han traicionado la confianza a la realeza de Grecia —responde serio.
—Nadie te traicionó. Tu decisión fue confiar en ellos. En ningún momento Bastian o Kyle te han dado motivos para desconfiar. Ellos son las personas más leales que existen —interviene Alessandro.
—Y por esa razón no puedo tenerlos cerca de ella. Un día ustedes le pueden ordenar que...
—Ellos no se meten con civiles inocentes —lo enfrenta Alessandra—. Sí, pueden ser asesinos o lo que tú quieras, pero jamás han tocado a alguien sin ninguna razón.
Ignora lo que dicen y hace una seña para que volvamos a caminar. El sonido de una bofetada hace eco en la casa, me suelto del agarre de los guardaespaldas y veo que Kyle hace lo mismo.
—¡Tú no vas a matar a nadie! —la mejilla de Egan estaba roja—. En este preciso instante dejas en libertad a ellos dos —él iba a protestar, pero ella lo detiene—. No estás pensando con claridad. Estos hombres son mejores que cualquiera de tus estúpidos guardaespaldas del servicio secreto. Las únicas personas que darían su vida por mí y matarían a cualquier persona si llegara a ponerme un dedo encima.
Ah, entonces porque no dices lo que te tiene aterrada. ¿Con qué te amenaza Camelia?
—No sabes lo que dices. Estás ciega por la falsa imagen que te están dando estos tipos. ¡Pueden robarte el trono o asesinarte en cualquier momento! —pasa sus manos por su cabello—. ¡Ellos solo obedecen a los italianos y ya!
—No me importa si vienen a hacerme algo —la miro sin entender—. Mi prioridad es mi gente y si ellos están bien, yo podré estarlo más adelante. Ser egoísta no es mi lema. El deber de una princesa es velar por su pueblo —lo mira con frialdad—. Yo también tengo miedo de los que puedan pedirle que hagan, pero más le tengo miedo a una persona que puede destruirlos en cuestión de segundos.
—¡Alena, yo soy el príncipe de Grecia y seré el rey en unas semanas! ¡Tu deber es obedecerme por ley y no defender a unos asesinos! —la agarra por su mano con fuerza
Todo queda en silencio y las respiraciones aceleradas de ambos príncipes se escuchan en la sala. Uno de los guardaespaldas del príncipe, que si se puede acercar a ellos, interviene en la discusión.
—Su alteza, es mejor si escucha al príncipe. Él tiene razón para estar preocupado por usted —ella sonríe—. También es el futuro rey de Grecia y usted sería la segunda heredera por ahora.
—¿Y tú crees que eso a mí me importa? Mejor no opines —le ordena, soltándose del agarre de su hermano.
—¿Por qué me manda a callar? Solo estoy dando la opinión que su hermano me permite darle —responde el hombre.
Sonrío ante la mirada de asco que le da Alena.
Era la primera vez que ella reaccionaba así ante otras personas.
—Porque te lo ordeno y soy la princesa —lo mira con superioridad y después de un largo suspiro, vuelve a hablar—. A partir de este momento quedan en libertad los prisioneros del príncipe Egan —mira a su hermano—. Bastian es el guardaespaldas de Alessandra y solicitaré un cambio de custodio para Kyle. De esa manera no tendrán nada que ver con la nobleza de Grecia.
—Alena, las reglas no son así y... —no deja que su hermano termine de hablar.
—Egan, es suficiente —le hace señas a su gente para que se vayan—. Claramente lo dijiste, ellos te traicionaron a ti —me mira con ojos tristes—. Son libres de la pena de muerte que les iba a dar mi hermano. Les concedo la libertad y por más que quiera dejar pasar lo de Egan, no puedo —traga grueso—. Se les prohíbe la entrada a cualquier país en el que se encuentre algún monarca, ya que son considerados terroristas, al trabajar con la Cosa Nostra —una lágrima cae por su mejilla y yo siento mi mundo destruirse—. Estamos en el continente americano, pero nosotros estamos aquí, así que es necesario que salgan de aquí hasta que Egan, Hilary y yo abandonemos Estados Unidos.
Los guardias reales hacen una fila simulando una muralla separándonos de ellos.
—La Cosa Nostra está en Italia —Alessandro se burla—. Nada más digo por las dudas.
—Entonces regresen a Sicilia —les recomienda Egan—. Ahora nos vamos, Alena.
Ella se va de la casa hecha furia y más atrás salen los demás.
—La única manera de que este plan funcione es que los príncipes nos odien para no involucrarlos, Bastian —la mano de Fabrizio, toca mi hombro.
Alena me odia... el corazón está a punto de salirse.
—¿Dirá algo de Camelia? —pregunto—. Si este plan no funciona, juro que le saco los ojos a ustedes dos.
—Camelia es la que se va a descubrir sola —frunzo el ceño ante lo que dice Fabrizio—. Ellos van a regresar a Grecia y nosotros también vamos a ir. La diferencia es que Camelia también lo hará por la simple razón de que no va a soportar que Bastian vuelva a estar cerca de Alena.
—Hilary también es princesa... y yo creyendo que ella estaría siendo feliz siendo condesa —la tristeza de Kyle se le notaba.
—Yo nunca podré estar a la altura de Alena —el familiar puto nudo se hace presente—. A ella le perdoné tantas cosas porque la amo, pero en estos momentos siento que nuestra relación solo está hecha para el fracaso.
Por amor perdoné todo y me rebajé hasta el punto de perder la dignidad. A Alena yo le perdoné hasta lo más mínimo y no me arrepiento, es más, agradezco lo poco que ella pudo darme. Porque lo hizo con sinceridad y sé qué el miedo que tiene, es lo que no la deja continuar.
Sinceramente, no me perdones y permíteme darte la felicidad que mereces y viniste a buscar aquí. Me arrepiento de haberte metido en todo esto por ser un egoísta enamorado, pero mi amor es sincero.
La única persona en este mundo a la que yo quiero proteger, es a ti. Tu sonrisa, tus ojos, tu amor sincero, tu nobleza ante las situaciones y tus ganas de amarme que son superadas por tu miedo.
Sin ti mi vida pierde lo único que me queda...
Las ganas de luchar y darte un mundo mejor.
Al día siguiente...Aeropuerto de Massachusetts.Mi corazón me duele.Princesa Alena.Egan me hizo abrir los ojos con su actitud. Sabía que estaba actuando mal y haciendo sufrir a Bastian, pero no era consciente de lo que hacía. El miedo que tengo y las ganas de protegerlo, me ganaron. Me dolió saber lo mucho que sufrieron Bastian y Kyle cuando rescataron a la esposa del líder italiano. Me costó muchísimo dormir anoche, pero más me costó decirle a los chicos que debían irse de aquí mientras Egan, Hilary y yo, estemos en América.Tengo un hermano que no entiende razones y si no hacía algo, él realmente iba a asesinar a los chicos. Yo debo ser idiota y masoquista, pero yo quiero creer que ellos hicieron esto porque tienen sus motivos. O sea, todo claramente se vio planeado y sé qué esto debe ser para encarar a Camelia. Y sí, me duele muchísimo lo que sucedió, pero en mi corazón, ellos son inocentes y serían incapaz de hacerme esto sin razón.—No tenías que venir para acá, Alena. Suficie
Días después...Atenas-Grecia.Princesa Alena.He esperado por varios días a que alguno de ellos me responda y que me digan que está sucediendo. Los he defendido y he tratado de ayudarlos hasta más no poder, pero necesito que me den una señal de que todo esto es un mal sueño.Soy consciente de que lo lastimé más de la alegría que pude darle y eso me come la cabeza de tanto pensar en todo lo mal que lo traté.Quiero creer que ellos tienen algo en mente y por eso están actuando así conmigo. Yo amo a Bastian y estar con esos guardaespaldas todo este tiempo, los convirtió en mi familia... por miedo a que fuera lastimado por Camelia, fingí no poder darle mi amor cómo se lo merecía.Era consciente de qué podía perderlo, pero jamás pensé que me dejaría de amar.Lo he perdido en un intento de protegerlo.Soy tan tonta.Llamada telefónica:—Oh, ¿Y ahora qué hago ahora que me respondiste? —me sorprendo, cuando deja de repicar el celular—. ¿Estás bien? ¿En dónde estás? Yo... Yo ya no sé qué deci
La vida está siendo bastante cruel conmigo...Berlín-Alemania.Princesa Alena.Mi mente durante toda la noche repitió como disco dañado las palabras de Bastian. Durante toda la noche no pude dormir, ya que cada vez que cerraba los ojos, su voz me hacía abrirlos y las lágrimas invadían mi espacio.Por mi mente pasaron miles de ideas para llamarlo y decirle que su despedida me estaba destrozando, pero ni siquiera tuve fuerza para salir de la cama.No puedes buscar a una persona que quiere alejarse de tu vida.Aunque sinceramente yo fui quien lo echó. Yo fui quién lo lastimó. Yo fui la causante de sus mayores heridas.Estaba en Alemania ahora, pero nadie sabía que había ido fugazmente a Grecia. Todo había quedado en silencio para no armar algún escándalo.La coronación de mi hermano estaba por llegar y no queríamos que nadie supiera que había llegado al país.—Alena... —regreso la mirada a mi prima, estábamos sentadas en el balcón de su palacio, vine porque últimamente se había sentido m
Porque en esta vida todo se paga y nadie se va sin pasar por Go sin cobrar 200...Camelia.Es agradable volver a ver a mi adorable y peor enemiga. Durante todo este tiempo le he tenido una paciencia increíble. Ella es idiota todo el tiempo, pero me resulta agobiante que no se dio cuenta de que la tenía comiendo en mi mano… si tan solo se hubiese dejado engañar más tiempo… pero no, la muy estúpida y malagradecida, decidió hacerle caso a la gente de la Cosa Nostra y salí perdiendo yo por su culpa.Mi odio por ella empezó cuando la conocí y me vio con ojos de perro que no parte un plato. Era una imbécil que con sus aires de grandeza, vino a robarme todo lo que es mío... sí, Bastian era mío.Yo lo vi primero.—Es difícil la situación que podemos vivir entre todos, pero creo que nos podemos llevar bien. Es agradable conseguir personas que disfruten de hacer el mismo trabajo. Proteger a las personas debería ser nuestro mayor deber.Verlo tan hombre y tan responsable, me hizo amarlo a primer
Quisiera regresar el tiempo y empezar de nuevo...Princesa Alena.Recordé que mi vida no había sido mala, tuve mis altos y bajos, pero mi vida, como tal, no fue mala. Mi padre no sé qué estaba haciendo con su vida, desde que dejé el palacio. Muchas veces quise llamarlo, pero mi orgullo no me dejó. Mi hermano me estaba encargando a Nueva Zelanda, todos me querían allá, pero no me animaba todavía, hasta que mi hermano tomara su lugar como rey. Con Bastian no pude más que meter la pata. Desconfié tanto de él, tuve tanto miedo de Camelia y terminé en sus garras, con Bastian aquí.Hacía tanto frío, que se calaba en mis huesos y me temblaba todo el cuerpo sin piedad.Quería ir al baño, quería comer, quería llorar y también me dolía el alma. Estaba sentada en una silla atada sin poder moverme. La habitación debía ser la más fría de todos lados. Necesitaba ver algo que no fuera la oscuridad. Hilary estaba dormida y sabía que ella estaba peor que yo. Ver a Kyle en esa situación, en una donde e
Quisiera que todo esto doliera menos. Princesa Alena.Con ayuda de Bastian, entramos a la habitación que Camelia les indicó. No esperaba un lugar cálido o algo que hiciera sentir más cómoda a mi prima.Yo estaría bien, igualmente Bastian y yo siempre nos cuidamos. Con las cosas tan difíciles con mi padre siendo rey, no la tendría sencilla.Con esos ojos que me derriten el corazón, Bastian me mira avergonzado cuando señala el suelo. Dirijo mi atención a donde él señalaba, y sonrío al ver que esa sería mi cama ahora mismo.—No es lo que acostumbras, pero es todo lo que tenemos. Buscaré unas mantas para que no pases frío —con mucho cuidado me ayuda a sentarme en el suelo—. Perdóname por hacerte pasar todo esto... Camelia es... Ni siquiera puedo decirte que piensa ella.Asiento mientras veo a Kyle hablándole al vientre de mi prima. Sonrío involuntariamente con nostalgia.Por lo menos ella está más cómoda en la cama.—Yo quería muchas cosas contigo, Alena —volteo a ver al hombre que amo,
La vida cambia en un abrir y cerrar de ojos.Media hora después…Princesa Alena.El tiempo había pasado muy rápido para mí, mis ojos ardían por el olor que desprendía el gas lacrimógeno. Bastian estuvo conmigo a mi lado sin dejarme ni un minuto, pero sabía que todo acabaría en cuestión de segundos. Unas personas entraron a la habitación y debíamos desaparecer de aquí. En el camino encontramos a varios heridos, pero nada grave, según Bastian y Kyle. Sentía mi corazón latir fuertemente, al mirar a varios de los guardias de Egan. Tenía miedo de encontrarme a mi hermano herido. Tenía tanto miedo de que mi hermano simplemente desapareciera en un respiro. No quería que nada malo le pasara. La casa era la primera vez que la veía, pero parecía un lugar que en cualquier momento nos tragaría.Lo sabía… algo nos pasaría.—Joder, Kyle, ¿en dónde estás herido? ¿En dónde está el resto de ustedes? —Bastian miró a su amigo, tensando la mandíbula.¿Cuándo pasó eso? Miro a mi alrededor y me doy cuen
Palacio Real de Trastuenguer.Wellington-Nueva Zelanda.Cuatro meses después…Cuatro largos meses han pasado desde que vi la cara de Bastian. Cuatro eternos meses donde mi corazón añora y extraña cada día más a mi guardaespaldas. Cuatro meses donde mis días pasan lentos y solo miro la puerta del lugar donde me encuentre, para ver si él entra, con su aspecto serio y ganas de sacarme de mis casillas con su profesionalismo.Por más que busqué y contraté a los mejores investigadores, no hay rastro de él o Kyle. No hay nada, es como si ellos nunca hubieran existido. El asunto con mi hermano ha ido mejorando. Aunque las cosas con mi padre no tienen ningún tipo de arreglo. El mes pasado asistí a la toma de posesión de Egan. Ahora es el rey de Grecia y actúa como tal. Su primera orden fue prohibirle a mi padre ejercer algún tipo de poder sobre nosotros y contar la verdad de nuestros salvadores. También, permitirme ser liberada de la monarquía griega.Al renunciar al título de princesa de Gre