Se pierden todo tipo de esperanzas con ella.
Tres días después…
Bastian.
No sabía qué tipo de emoción o sentimiento tenía en estos momentos. Me sentía mal, vacío, sin ganas de comer o dormir. Según Alessandra, tenía depresión, pero yo me sentía demasiado enfermo para estar deprimido.
No podía entender cómo había aceptado tanto y a la vez no recibir nada a cambio. He puesto en peligro tantas veces mi trabajo.
¡Me he arriesgado tanto, pero no tengo nada!
Joder… no tengo absolutamente nada.
—No voy a preguntar si estás bien, porque tu aura me lo dice todo —la voz de Alessandra, me hace volver a la realidad.
—Estoy deprimido —digo, comiendo un trozo de chocolate—. Tengo bajo el azúcar y necesito reponer lo que me hace falta.
—¿Sustituyes la ausencia de una persona por dulce? —me mira intrigada—. Entonces no van a arreglar las cosas.
—No hay nada que arreglar, Ale —admito, mientras vamos caminando por el supermercado—. Ella está cerrada en decirme lo que pasa y yo estoy cansado de insistir que me diga lo que sucede.
—A veces es necesario alejarse de lo que nos hace daño y esperar a que el río fluya —toma dos paquetes de pasta—. ¿Vendrás esta noche a cenar con nosotros?
—¿Exactamente quién viene a la cena con nosotros? —la miro con sospecha, ella sonríe con inocencia—. No me veas así, que lo que tú tienes de inocente, lo tengo yo de mal mercenario.
—Solo amigos del pasado, tonto —sigue caminando—. Quiero darles una cena de bienvenida a mi nueva casa temporal.
—Pondré mi mejor cara de sorprendido cuando vea a tu hermano y a Fabrizio —ella se gira rápidamente a verme—. Cariño, no sabes disimular muy bien cuando se trata de ellos…
—Eres el único que descubre mis tácticas —refuta.
—Fabrizio y yo sabemos perfectamente como eres —la corrijo.
—Te odio —ve una caja, la toma y me la da—. Un regalo por ser siempre un imbécil.
¿Un pote de helado?
—Alessandra…
—Solo cómelo cuando sientas que tuviste un día muy fuerte —continuamos caminando por el largo pasillo—. Estamos viviendo en el mismo edificio, pero yo estoy en el penthouse.
—Después dicen que la mafia no acosa —me quejo.
Doy gracias por tener a Alessandra de jefa y más cuando la situación con Alena es así. Aunque debería estar dando el cien en mi trabajo, ella me comprende y por esa razón, ha llamado a Fabrizio y a Alessandro.
O me hacen entrar en razón por las buenas… o lo más probable es que lo hagan por las malas.
[...]
¿Qué debería decir del líder de la Cosa Nostra? Fue la persona que estuvo cuando lo necesité y estuve para él cuando me necesitó. Siempre limpiaba los desastres que él y Alessandro dejaban y sinceramente me gustaba. Era una manera de recordarme que estaba vivo y que si cometía un fallo, me iría igual o peor que a ellos.
Fabrizio tiene 35 años, Capo de la Cosa Nostra y un exitoso empresario. Se inició a los 17 años en la organización. Fue en las vacaciones de verano que tuvieron en California. Su familia quería pasar un poco de tiempo con él, ya que estudiaba en Londres, pero no contaban con la astucia de que sus enemigos los perseguirían hasta allá. Esa noche tuvo que decidir entre la vida de su familia o la de esos tipos. El primer asesinato fue hacia un Capo.
Para su defensa, lo hizo sin saber quién era.
Después de eso, vino uno tras otro sin remordimientos. Solo quería sacar la frustración que llevaba en su interior por la muerte de su hermana. Aunque siempre estuvo con mujeres, una novia que él amaba, al enterarse de quién era, decidió cortar las relaciones y llamarlo asesino.
Sorpresivamente, Fabrizio y yo somos bastante iguales.
—Es bueno verte, guapo. ¿Listo para hoy? —me saluda Fabrizio, sentándose en la mesa—. Me agrada ver a mi piccola cocinar para nosotros. Sé que no le gusta, pero haría un increíble papel como muñeca de la mafia.
—Me insultas —se queja, sirviendo la lasagna.
—Ella va a prosperar fuera de la mafia, Capo —le da una mirada asesina a su hermano—. Ok, Alessandra, no prosperes y muere de hambre sin un hombre.
—Idiota —decimos los tres, al unísono.
Así es él, pero ama profundamente a Alessandra y se preocupa por ella hasta el punto de hacerla sentir asfixiada.
Si tuviera a mi hermana, sería igual.
—¿Cómo van las cosas con Camelia? —pregunto impaciente.
—Poco a poco, Zervas —responde Fabrizio—. No queremos problemas con la realeza.
—A veces los problemas simplemente llegan a ti —murmuro.
—¿Qué te pasa? —me mira serio—. ¿Necesitas aprender otra lección de vida por qué no puedes esperar un poco más?
—Fabrizio, vino a nosotros por ayuda, no para que le demos más sermones de vida —interviene Alessandro.
—Él sabe perfectamente mi modo de trabajar. Si le parece que es muy inútil de mi parte, me vale verga —suelta los cubiertos en la mesa—. ¿Qué hiciste para estar así?
—Algunas veces me arrepiento de haber matado a personas que probablemente no tenían la culpa de nada…
Se hace un silencio tormentoso por unos segundos, hasta que la silla del comedor hace un estruendo al caer al suelo.
—¿Te estás escuchando? —miro a Alessandro—. ¡¿Qué mierdas te pasa, Zervas?!
—¡Todos ellos fueron asesinados por los pecados que cometieron! ¡Ninguno fue un santo y tú mejor que nadie lo sabe! —me gritaba Fabrizio—. ¡¿Nos estás echando la culpa de algo!?
—¡¿Maldición, no puedo estar cansado de toda esta m****a?! —también me levanto de la mesa—. ¡Lo único que hago es esperar un milagro y lo solo que me pasa es el tiempo!
Escuché una puerta, pero no me giré porque estaba teniendo una discusión con el líder y la mano derecha de la Cosa Nostra.
—¡¿Acaso quieres morir, imbécil?! —Alessandro, desabrocha los botones de su saco—. ¡No somos culpables de que la princesa de Disney quiera que seas un santo!
—¡No soy un santo!
—¡Entonces deja de esparcir las culpas y espera a que Camelia abra su boca! —me ordena Fabrizio.
—Nunca lo hará y lo mejor será morir… —murmuro, pero logran oírme y aunque eso lo dije para que fuera el destino de ella, pensaron que lo decía por mí.
Fabrizio y Alessandro de la funda sacaron sus armas, para apuntarme. Veo como la cargan y después de una sonrisa, saco la mía.
—¡Joder, Zervas! —veo a Kyle ponerse de mi lado—. ¿Así recibimos a las personas más temidas del mundo?
—Estás bajo mi mando, Duff —dice entre dientes, Fabrizio—. ¡Aléjate de ese bastardo cobarde!
—¡No! —dice, tajante.
El grito de una voz familiar, me hace girar y ver a Alena con lágrimas en sus ojos, siendo abrazada por Alessandra, que negaba con la cabeza.
—Nunca me des la espalda, Zervas —Fabrizio en cuestión de segundos estaba tras de mí, apuntando mi sien, con mis brazos bloqueados—. No tengo tanta paciencia como tú.
—¡No, por favor! —gritaba Alena, intentando acercarse.
—¡Vienes y lo mato! —la amenazó, haciendo que ella lo mirara con terror.
—Por favor… él no es mala persona. Es muy leal a todos menos a mí, pero por favor…
—¿Quieres saber quién es verdaderamente está persona que va a morir en mis manos? —le pregunta Fabrizio.
—Duff, ve hacia Alessandra y la princesa de Disney —él se niega—. No digas que no te lo advertí.
Fabrizio me golpea, haciéndome perder el aire.
—¡Kyle, por favor! —suplicaba Alena—. No lo lastimen…
Kyle se aleja hacia ellas y agradecí que lo hiciera.
—¿Quieres saber quién es este hombre, Alena de Grecia? —vuelve a preguntar.
—Sí… —responde, sollozando.
—Bienvenida a los juegos psicológicos de la mafia, bonita —sonríe Alessandro.
Bastardos, me las pagarán.
Santorini-Grecia.Hace algunos años atrás...La masacre más grande de Bastian.Fabrizio.Ada tenía muchas horas de haberse ido. No le dije nada acerca de la posición actual en la organización, pero no creo que haya sido necesario. Ada es lo suficientemente inteligente para darse cuenta de lo que pasaba.Enterarme del fulano plan que tuvo para apartarse de mí por miedo a que saliera lastimado, me pareció el acto más adorable que pudo tener hacia mí. Claro que me lastimó por creerme débil, pero el hecho de que todo fuera una mentira, digamos que me hizo un borrón en todo mi ser.Uno enamorado perdona mil cosas. No importa si es bueno o malo. El amor nos ciega y sinceramente no sé qué tan cegado estoy por mi mujer.Ahora pensando seriamente una cosa... ¿Ella me tendrá miedo?Intenté hacerle una autopsia mientras estaba vivo al informante de Jantine, cuando me desafió, pero murió antes de yo poder terminarla. Además, Alessandro y yo fuimos interrumpidos en el proceso porque llegaron los j
Bastian era importante para nosotros...Fabrizio.Eran las cinco de la tarde y ni un rastro de vida de alguno de ellos. Cada minuto que pasaba era una perdición para mí. Les envié un mensaje a mis hombres para que intervinieran, pero no sé qué ha sucedido. Al parecer la cobertura está siendo cortada en el interior del almacén.—Dame la dirección de en donde se encuentra Ada y Cristal —miro con frialdad al mayor, mientras lo tomo por el cuello de la camisa—. ¡Perdí la paciencia y tú eres un inútil! ¡Dame la jodida dirección que voy a ir por ellas!—¡Fabrizio, cálmate! —me intenta alejar Bastian—. Ellas están haciendo su trabajo. Espera un poco y confía por primera vez en lo que ellas están entrenadas a hacer.—Bastian, si fuera tú hermana la que estuviera en ese lugar, ¿qué harías tú? —suelto al mayor—. ¿Esperarías tranquilo a que ella regresara? —me enfrento esta vez a Bastian.—Iría por ella sin pensarlo. Pero debes tener en cuenta que ellas están preparadas para este trabajo y mi he
Todo pasaba muy rápido y poco podíamos entender. El momento de la masacre. Bastian. Cuando se trata de ayudar a Fabrizio me ciego completamente con tal de ver a mi gente bien. No puedo evitar las ganas de protegerlos y querer matar a todo aquel que la lastimó. ¿Quién quiere ser visto por la persona que amas como un asesino? Nadie, pero a pesar de todo, la persona con la que yo quería vivir, no está. No merecía tener una hermana tan buena. Aunque ella lo negara, era la niña más buena de este universo, su bondad era enorme y su amor por mí era incalculable. Tal vez un poco más de tiempo para estar con ella hubiera sido lo mejor, pero nadie me preparó para acostumbrarme a vivir sin ella, más bien, era yo quien me iba periodos de tiempo muy grande, para que el día en que yo no estuviera, mi ausencia no le causara tanto dolor. Fui el primero en llegar al lugar que me dijo Fabrizio, Kyle de último para evitar que cualquiera pudiera venir a hacerles daño. Gritos y disparos se seguían es
En la actualidad...Bastian.La mirada de Alena me estaba matando, sé qué tal vez no fue la mejor de hacerle ver quien era yo, pero Fabrizio no es de las personas que te dan tiempo de pensar las cosas. En su mundo las cosas se hacen como él dice y ya. Sinceramente no me importaba porque yo solo quería que Alena me dijera que es lo que la tiene alejada de mí.Ella simplemente podía confiar en mí y no quería.Me dolía que no lo hiciera.No sabía qué estaba por ocurrir, hasta que la puerta de la casa de Alessandra es abierta, por el príncipe Egan y su gente.Mierda, no lo pudo hacer de esa manera.Fabrizio me da una sonrisa sádica, que me hizo entender el castigo que me estaba por hacer. No está cabreado conmigo, pero quiere vengarse por intentar morir, mientras salvaba a Ada.—¿Entonces las cosas eran así? —se acerca con sigilo mientras nos ve con odio a Kyle y a mí—. ¿Disfrutaron jugar con mi hermana? —ve a Alena y le da un beso en la mejilla—. ¿Para qué le están haciendo esto a ella?
Al día siguiente...Aeropuerto de Massachusetts.Mi corazón me duele.Princesa Alena.Egan me hizo abrir los ojos con su actitud. Sabía que estaba actuando mal y haciendo sufrir a Bastian, pero no era consciente de lo que hacía. El miedo que tengo y las ganas de protegerlo, me ganaron. Me dolió saber lo mucho que sufrieron Bastian y Kyle cuando rescataron a la esposa del líder italiano. Me costó muchísimo dormir anoche, pero más me costó decirle a los chicos que debían irse de aquí mientras Egan, Hilary y yo, estemos en América.Tengo un hermano que no entiende razones y si no hacía algo, él realmente iba a asesinar a los chicos. Yo debo ser idiota y masoquista, pero yo quiero creer que ellos hicieron esto porque tienen sus motivos. O sea, todo claramente se vio planeado y sé qué esto debe ser para encarar a Camelia. Y sí, me duele muchísimo lo que sucedió, pero en mi corazón, ellos son inocentes y serían incapaz de hacerme esto sin razón.—No tenías que venir para acá, Alena. Suficie
Días después...Atenas-Grecia.Princesa Alena.He esperado por varios días a que alguno de ellos me responda y que me digan que está sucediendo. Los he defendido y he tratado de ayudarlos hasta más no poder, pero necesito que me den una señal de que todo esto es un mal sueño.Soy consciente de que lo lastimé más de la alegría que pude darle y eso me come la cabeza de tanto pensar en todo lo mal que lo traté.Quiero creer que ellos tienen algo en mente y por eso están actuando así conmigo. Yo amo a Bastian y estar con esos guardaespaldas todo este tiempo, los convirtió en mi familia... por miedo a que fuera lastimado por Camelia, fingí no poder darle mi amor cómo se lo merecía.Era consciente de qué podía perderlo, pero jamás pensé que me dejaría de amar.Lo he perdido en un intento de protegerlo.Soy tan tonta.Llamada telefónica:—Oh, ¿Y ahora qué hago ahora que me respondiste? —me sorprendo, cuando deja de repicar el celular—. ¿Estás bien? ¿En dónde estás? Yo... Yo ya no sé qué deci
La vida está siendo bastante cruel conmigo...Berlín-Alemania.Princesa Alena.Mi mente durante toda la noche repitió como disco dañado las palabras de Bastian. Durante toda la noche no pude dormir, ya que cada vez que cerraba los ojos, su voz me hacía abrirlos y las lágrimas invadían mi espacio.Por mi mente pasaron miles de ideas para llamarlo y decirle que su despedida me estaba destrozando, pero ni siquiera tuve fuerza para salir de la cama.No puedes buscar a una persona que quiere alejarse de tu vida.Aunque sinceramente yo fui quien lo echó. Yo fui quién lo lastimó. Yo fui la causante de sus mayores heridas.Estaba en Alemania ahora, pero nadie sabía que había ido fugazmente a Grecia. Todo había quedado en silencio para no armar algún escándalo.La coronación de mi hermano estaba por llegar y no queríamos que nadie supiera que había llegado al país.—Alena... —regreso la mirada a mi prima, estábamos sentadas en el balcón de su palacio, vine porque últimamente se había sentido m
Porque en esta vida todo se paga y nadie se va sin pasar por Go sin cobrar 200...Camelia.Es agradable volver a ver a mi adorable y peor enemiga. Durante todo este tiempo le he tenido una paciencia increíble. Ella es idiota todo el tiempo, pero me resulta agobiante que no se dio cuenta de que la tenía comiendo en mi mano… si tan solo se hubiese dejado engañar más tiempo… pero no, la muy estúpida y malagradecida, decidió hacerle caso a la gente de la Cosa Nostra y salí perdiendo yo por su culpa.Mi odio por ella empezó cuando la conocí y me vio con ojos de perro que no parte un plato. Era una imbécil que con sus aires de grandeza, vino a robarme todo lo que es mío... sí, Bastian era mío.Yo lo vi primero.—Es difícil la situación que podemos vivir entre todos, pero creo que nos podemos llevar bien. Es agradable conseguir personas que disfruten de hacer el mismo trabajo. Proteger a las personas debería ser nuestro mayor deber.Verlo tan hombre y tan responsable, me hizo amarlo a primer