Durante mucho tiempo creí que mi vida sería un jardín de rosas. Imaginaba días soleados, perfumados con el dulce aroma de la felicidad, y noches adornadas con estrellas que iluminarían mi camino. Sin embargo, la realidad me presentó algo muy diferente. En lugar de pétalos suaves, encontré espinas que se clavaban en mi piel, hiriéndome no solo por fuera, sino desgarrándome el alma con cada paso que daba. Mis ilusiones se desmoronaron una a una, dejándome sola en la oscuridad que nunca busqué ni deseé. Esperaba que mi existencia estuviera decorada con luces de alegría, pero, en cambio, me encontré atrapada en un pozo profundo de dolor y decepción. Vivía como una prisionera en mi propio infierno personal, donde cada decisión que tomaba parecía pertenecer a alguien más. Era como si todo lo que hacía estuviera diseñado para complacer a otros, para cumplir con expectativas que jamás me dieron la oportunidad de ser yo misma. Me sentía como un títere, forzada a mostrar sonrisas vacías, mientras por dentro mi alma se ahogaba en lágrimas que nadie veía. Cada sonrisa que esbozaba era una máscara, una fachada para ocultar el sufrimiento que me consumía poco a poco. Pero, con el paso de los años, algo cambió. En medio de esa oscuridad constante, una pequeña luz comenzó a brillar. Fue sutil al principio, casi imperceptible, pero poco a poco fue creciendo.
Leer másDylan.Quince años llevamos casados mi conejita y yo, nuestra boda nupcial es un recuerdo que jamás Borrare de mi memoria. Me acuerdo como se veía en su vestido blanco que le quedaba bien moldeado a su cuerpo, aunque claro se le echaba la pancita de 7 meses de embarazo, pero sus curvas la hacía ver radiante, ya queríamos unir nuestras vidas y por tal razón contrajimos matrimonios y para rematar ese mismo día nació Dylan, nuestro hijo que hoy está de cumpleaños, quince años de vida, el nació prematura, Ya está hecho un hombrecito, al cual le fascina el estudio y el orden, Dylan júnior como Melanie lo nombro es nuestro único hijo, Melanie sufrió mucho en el parto, pensé que la perdería, pues gracias al creador se re animo nuevamente y decidimos no embarazarnos de nuevo. Durante estos quince años mi esposa recuperó la memoria, pensé que ese día ella iba a colapsar. Imagínense, enterarte que vivías con un demente, que te golpeaba brutalmente cada que quería tener sexo y no solamente eso
Melanie.—¡Estoy embarazada!—respondí sorprendida y exaltada. —Si mi vida, estamos embarazados, es el fruto de nuestro amor.No sabia qué decir, es una hermosa noticia, Dios mío no sé qué me ha pasado pero lo único bueno de esto es saber que estoy embarazada. Que alegría, ambos reímos feliz Dylan me besa con ternura, me dice palabras de amor, el esta feliz, estoy igual, no tengo palabras para expresar este hermoso sentimiento.Tenía tantas ganas de sentir sus labios, madre mía desde cuando no los siento joder, como deseo recordar todo pero no logró hacerlo sólo un pequeño recuerdos de un hombre de ojos verdes y rostro de terror, ¿Quién podría ser él? Porque tiemblo de miedo en ver a ese hombre en mis pensamientos.Un mes despuésDurante este mes he estado en terapias para que mi cuerpo este fuerte, me sentía demasiado alegre mi vientre estaba ya abultado hace una semana me hicieron un ultrasonido, mi bebé está en perfectas condiciones, aún no sabemos el sexo pero Dylan jura que es u
No entendía el ¿porqué? Me encontraba en un cuarto de hospital y con muchos cables conectados en mi cuerpo, miraba para todos lados desconcertada de saberme esta situación tan rara. Realmente no tengo la menor idea de que es lo que hago aquí, lo último que recuerdo es a mi novio jugando a la pelota con mis vecinos, la pelota golpeo mi cabeza y cai desmayada luego no se, no entiendo, lo que si se es que me duele la cabeza, mi cuerpo está algo pesado mis manos están sujetas por un desconocido ¿Quien es este hombre que me sostiene las manos? Ni idea... okey sus ojos me recuerdan a mi novio, pero no, que va ser Dylan.Un vago recuerdo me hace parpadear varias veces, más un dolor agudo en mi cabeza.Oh Dios mío me duele la cabeza como si me hubiesen golpeado con un bloque o algo parecido, son leves punzadas aparte de eso, los pies los tengo entumecido, el cuerpo me pesa tanto, los párpados las siento pesadas.Quiero articular palabra pero la voz me pesa no me sale,Me duele mucho la garga
Melanie.—¿Melanie conoces a esta buen hombre?—Cuestiona el médico señalándome, tuerzo los dedos todo angustiado, espero que si.Melanie me observa fijadamente, posa los ojos en el doctor para luego negar. ¡Maldición esto no puede estar pasando, no y no lo aceptó!El doctor Ortiz suspira sobando su cabeza pelona, me llama a una esquina.—¿Que está pasando?— Inquiero preocupado, quisiera revivir a ese maldito y golpearlo hasta que pierda los sentidos, todo por haberle echo daño a mi mujer.—Dylan, se que estas sorprendido, pero al parecer la paciente ha perdido la memoria, tiene Amnesia Anterógrada provocado por el evento que sufrió —No puedes ser cierto, pero ella reconoce su nombre, a su madre.—Así es, eso complicado explicar estos tipos de acontecimientos, sin embargo el mismo paciente bloquea o trata de borrar su trauma.Giro mi rostro hacia Melanie luce ida, sus ojos buscan algo. Me acerco y le acaricio la mejilla, ella me mira sorprendida, no con miedo pero si distante, dudosa
DylanMi corazón se aceleró al sentir sus manos frías apretar las mias, inmediatamente me pongo alerta mas cuando pita el sonidos de la máquinas que están conectadas a su cuerpo, pulso como un loco el botón de llamada de emergencia para que los médicos entren. Veo el rostro de Melanie, ella trata de abrir sus ojos pero no lo logra, a los minutos varios médicos entran apartándome y pidiéndome espacio. Trato de zafarme de su agarre, pero ella lo sostiene con más fuerza a pesar de estar por tres meses en esta cama, tiene mucha fuerza. Increíble.—Doctor Ortiz permítame estar a su lado, mire su mano sostiene la mía con fuerza— pido desesperado al Médico que ha estado atendiendo a Melanie, él observa la mano de mi mujer por varios segundos para luego asentir, luego les murmura algo a sus colegas, saca un mini foco de su gabacho, le abre los ojos a Melanie y empieza a inspeccionar, mientras tanto acaricio su mano fría, estoy más tranquilo, se que ella pronto estará bien. No puedo arti
Dylan Los días pasaban como viento en popa, ayer regrese del pueblo de Melanie, fui en busca de su madre, la pobre señora no paraba de llorar al saber el estado de su hija, me desmorone junto a ella al ver que Melanie no daba señal de mejoría, es tan difícil vivir esta agonía de no saber que sucederá, pero los especialistas no dan muchas esperanzas de que ella mejore rápido, la semana pasado no logre ver a la Bestia de Duncan por esa razón este día si podre verlo, mientras manejo en dirección a la Modelo en la que se encuentra ese hombre tras las rejas, pienso en todo este tiempo en la que Dios me puso de nuevo a mi conejita para librarla de las de garra de ese maldito.****Llego al reclusorio donde tiene a Duncan detenido, él muy perro tenia visita, al entrar lo veo sentado con una mujer, ella está encima del besándolo y el muy descarado tocándole el muslo, tal parece que el engañaba a Melanie. La realidad de todo esto es que los 4 fuimos infieles. Entre ignorando su cochina escen
DylanNo tenía idea de cómo procesar esa gran noticia, es muy confuso ya que Melanie me dijo que ella nunca podría ser madre, según eso fue lo que le dijo el medico. Esto es obra de Dios, estoy sumamente agradecido con él, yo sé que ese bebé es mío porque nuestro amor es grande, puro y verdadero. —Dylan ¿Podemos hablar?— Me pregunta la amiga de mi conejita sacándome de mi impresión. —Claro que si Martha— respondí prestándole atención a lo que venia, me pregunto si Martha sabia todo el calvario que sufria Melanie.—Gracias por llegar a tiempo, la pobre estuvo a punto de morir en manos de ese malnacido, pobrecita de Melanie, varias veces la aconsejé en que dejaría a ese maldito hijo de perra, él se merece el peor de los castigos, nunca imagine tal cosa, a veces ella parecia agena a todo, otros momentos alegre como si nada, sin embargo sufria todo el tiempo— Martha resopla enojada, su mirada se pierde en un punto fijo y nuevamente habla—Es una gran milagro que ella este en cinta, su
Dylan.Golpeo el volante de mi coche, estoy desesperado ya que Melanie no responde las llamada. —¿Que pasa hijo? ¿Estás bien? —Si madre, ya no llores ¿Si?— Ella asiente y se recuesta en el hombro de Diana. Marco nuevamente a Melanie pero nada, esto no me está gustando para nada, si ese tal Duncan le hace un daño mínimo a mi mujer, lo golpeare hasta matarlo. —Mamá, iremos donde vivía Melanie con su ex, algo anda mal. —¿Su ex marido? Pero que puede estar haciendo ella ahí. —Eso es lo que quiero saber, tengo un mal presentimiento no me fio de ese hombre, Por si acaso llama a tu amigo Peña para que mandé una patrulla porfa Ma. —Está bien hijo, no te preocupes, de seguro quiso ir personal en darle la carta de divorcio, no pienses mal hijo— mama me consuelo pero mal momento. Mi amor por que no respondes, ojalá que esté equivocado y Duncan sólo este aceptando que ya no quieres nada con él, solo esperemos que sea en buen término. Sumergidos en ese pensamientos no percató cuando mi madr
Dylan. Estacione mi coche a unas cuántas casas residenciales más de la mía, bueno ya no es mía si no de Katrina. Mama, Diana y yo venimos en busca de unas cosas, según ellas se van a Puerto Ballarda con Papá. Mamá y el quieren arreglar las cosas, espero que puedan solucionar sus diferencias, bueno de echo lo que me interesa es el bien estar de mi madre, si por mi fuera, nunca desearía verlos juntos, mi padre es un maldito mujeriego, nunca puedo guardar su pene, parecía un jovencito de mujer en mujer, en fin si es decisión de ella, que más da, lo único que debo hacer es apoyarla como su hijo mayor. Antes de bajar del coche pongo los seguros, mi madre y Diana se encaminan en dirección a la residencia cuando bajo camino hasta llegar, pero me detengo al ver que mi mama se detuve y es que nuestra sorpresa es ver el auto de papa estacionado en la entrada, quedo observando fijamente la puerta de mi casa, me pregunto que hace él aquí, será que vino en busca de mi madre. —¿Tu papá que est