Melanie.
El tiempo se me hacía interminable, el tictac del reloj me taladraba la cabeza, como si quisiera recordarme cada segundo de este infierno que vivo. Duncan salió de la habitación, como siempre, con ese humor de perro rabioso que lo transforma en un monstruo. Hace cinco años que soporté el momento en que sacó sus garras, mostrando quién era realmente. No entiendo por qué sigo aquí.
-Sirve el desayuno, ya me estoy atrasando. No soy un inútil como tú, que te pasas en la casa sin hacer nada. Encima eres una lenta, ¡me tienes harto! -Su voz me perforaba, pero sus palabras ya eran una rutina que había aprendido a memorizar.
-¿Por qué siempre eres así? -me atreví a preguntarle, más por inercia que por esperar una respuesta decente.
-Encima me respondes. -Se levantó de la silla con esa furia que conocía tan bien. Intenté dar un paso atrás, pero fue inútil; su puño impactó contra mi rostro antes de que pudiera reaccionar.
-Eres una estúpida. Me hiciste perder el apetito. Anda a buscar un trabajo, porque dudo que alguien te contrate siendo tan inútil, hasta en la cama lo eres. -Con esas palabras, salió de casa, cerrando la puerta con un portazo.
Me quedé de pie, sintiendo el calor de las lágrimas que resbalaban por mis mejillas, limpiándome el golpe. No sé cuánto tiempo pasó hasta que el sonido del celular me sacó del trance. Era Martha.
-¿Cómo estás, amiga? -La voz de Martha siempre traía consigo un consuelo que ni siquiera sabía que necesitaba. Pero esta vez, los sollozos escaparon de mi boca antes de que pudiera responder.
-M*****a sea, no me digas que ese bastardo te volvió a lastimar -replico Martha con ese tono protector que siempre usaba cuando hablaba de Duncan.
-No, no es eso... Solo creo que necesito salir un rato, despejar la mente... o tal vez viajar a ver a mi madre -mentí a medias, como siempre lo hacía cuando hablaba de Duncan.
-Melanie, siempre encubriéndolo -suspiró al otro lado de la línea-. Bueno, sería buena idea que te alejaras un tiempo, pero no creo que puedas viajar ahora.
-¿Por qué no? -le pregunté, confundida.
-Amiga, ¡ya estás lista! Te han llamado para trabajar en una de las tiendas de Multicentro Las Américas.
Mi mente se detuvo por un momento, procesando lo que acababa de escuchar.
-¿Es una broma, Martha? No me tomes el pelo como las otras veces.
-¡No bromearía con algo así! -rió, aunque seguía sonando eufórica-. Mi jefe me dijo que te buscara. Tienes que venir ahora mismo para la entrevista.
La noticia me cayó como un balde de agua fresca. Era justo lo que necesitaba, una oportunidad para escapar, para tener algo propio. Sin pensarlo dos veces, me preparé y salí de casa, dejando el desayuno a medio hacer. Este día sería diferente, lo sentía.
Al llegar al Multicentro después de una hora, el lugar estaba abarrotado. Subí apresurada por las escaleras eléctricas y vi a Martha esperándome, nerviosa, como si el futuro de ambas dependiera de esa entrevista.
-¡Apresúrate! Mi jefe ya está llamando a las pasantes -me dijo, prácticamente empujándome hacia la oficina.
Cuando escuché mi nombre, respiré hondo y entré. Me recibió el señor Hamilton, un hombre que proyectaba autoridad.
-Melanie Spears, mucho gusto. Tome asiento -dijo señalando la silla frente a él. Me explicó que sería pasante por un tiempo, pero no me importaba. Acepté el trabajo con una sonrisa, sabiendo que este era el comienzo de algo nuevo. Generaría mi propio dinero, lejos de la sombra de Duncan.
Al salir de la oficina, me sentí ligera por primera vez en mucho tiempo. Abracé a Martha con fuerza, sintiendo una gratitud inmensa.
-Gracias, amiga -le dije, sonriendo-. Ya verás, este es solo el comienzo.
-Por otro lado. Deberías dejar a ese mal hombre - replico mi amiga algo molesta.-Martha no hables de eso. -ella negó irritada.
Ojalá pudiera hacerlo sin embargo no puedo, lo quiero mucho o quizás sea costumbre, creo que soy masoquista, en fin, yo me entiendo sola.
-Bien, deberías irte a casa, relájate y descansa ya que el día de mañana te tocara largo y agitado.
-Esta bien amiga, me voy, te quiero mucho.
-Sí, sí, yo también Mel.
Al salir de multicentro subo a la Ruta 114 que me lleva en mi dirección, marco el número de mi madre, a los dos pitidos ella responde.
-¿Como has estado madre bella?
-Bien hija y tú, te has perdido, cuando piensas venir a ver a esta vieja -mi madre siempre regañona, ahora será más difícil viajar ya que trabajare.
-Bueno ma, por ahora estará difícil, ya he conseguido trabajo.
Mi mama grita y luego me felicita. Hable con ella la hora que llevaba en la ruta, hasta las nalgas se me han entumecido por estar sentada. Antes de llegar a mi destino colgué la llamada y guardé mi celular. Mama me dijo que la llamara todos los días, es que últimamente le presto más atención a los que haceres de la casa y a mis pleitos con Duncan. Dejo de pensar al llegar a mi casa, al entrar cierro la puerta con el seguro y me tiro en el sofá sin darme cuenta quedo dormida, no sé por cuanto tiempo, hasta que escucho como tocan la puerta de una manera que pienso que lo desean romper, luego recuerdo que debe ser Duncan.
- ¡Melanie porque vergas no abres la m*****a puerta! -asustada empiezo a jalarme el cabello.
-Ya voy Duncan, estaba haciendo un trabajo - mentí por miedo de que me lastime, abro la puerta y lo veo rojo por el enojo, en sus manos trae unas bolsas, cuando entra me pide que cierre con llave, cuando cierro me alejo y salgo de la sala para entrar en la cocina el viene detrás de mí y de un rápido movimiento me golpe, quiero gritar, pero sujeta mi rostro con brusquedad.
-Crees que soy estúpido o que -niego horrorizada, mis lágrimas caen y mis pies tiemblan, sabía que esto pasaría, siempre es lo mismo.
-Lo siento, estaba acostada me dolía el cuerpo-explique con la voz entrecortada, Duncan ríe y nuevamente me golpea, tapo mi rostro para que no me desfigure, su puño impacta en mi costilla, caigo al suelo y le ruego que se calme.
-Por favor, basta ya, no me lastimes más.
-Eres una inservible de m****a, ahora mismo has la cena y esfúmate de mi cara, seguramente estabas leyendo o escribiendo puras porquerías. Es obvio que si, porque se nota que no sabes hacer nada más, me aburres.
Limpie mis lágrimas y decido en no responder a sus insultos, me levante del suelo con dificultad empecé a cocinar la cena.
Me encuentro en el cuarto de baño con la cabeza baja, lloro mientras el chorro de la regadera cae en mi cuerpo, estoy empezando a no desear más a este maldito hombre, realmente si pudiera lo dejo, pero no lo puedo hacerlo, de echo lo he intentado pero cada vez me amenaza, siempre sedo seguir con él, no amo a Duncan ese amor murió cuando provoco que perdiera a nuestro bebe, me golpeo tanto que luego me mando al hospital y les dijo a los médicos que me asaltaron, negando me levanto del suelo con las piernas temblorosas, mi cabeza duele horrores, escucho que tocan a la puerta del baño, es Duncan golpeando impaciente.
-Melanie, cuando piensas salir del baño llevas más de una hora, aligérate, te recuerdo que nunca pagas las facturas del agua -maldito idiota, siempre me dice lo mismo.
Salgo del baño con el albornoz puesto, me acerco a mi armario para vestirme, pero la mano de Duncan me detiene.
-Creo que te ves bella con toda esa marca en tu piel, así me excitas más -comenta apretando mis pechos, me alejo de él, pero me toma bruscamente del brazo y me lleva a la cama.
-Duncan no quiero, estoy adolorida y cansada, mañana empiezo a trabajar. -le rogué con miedo.
-Tú, es en serio o me estas bromeando -se burló sin dejar de tocarme - Ya era hora que trabajes, es increíble creerte ya que eres una buena para nada, pero hablemos luego de eso, por ahora necesito sexo. -negué a punto de llorar, sus palabras me lastiman y su cuerpo también. Quisiera desaparecer o si existiera una máquina del tiempo como en las novelas me hubiese gustado ir al pasado para no haber cometido el error de meterme con Duncan.
Ahora mismo quisiera regresar el tiempo, en donde mi madre me advertia que Duncan no era hombre para mi.
El ambiente era tenso, quería salir corriendo y no estar más a su lado, sin embargo me sentía atada a estar con él, pero acaso debe permitir que me lastime las veces que desee que abuse de mi siendo su esposa. No, esto debería parar de una vez.Mi labio aun dolía por el golpe que me dio la noche de ayer, me daba vergüenza ir de esta manera a trabajar, ya tenia el mes y hoy seria mi según pago de la quincena, estaba alegre y a la vez triste por la maldita vida que llevo. —Deberías echarte un poco de maquijalle, estas terrible Cariño—comentó Duncan con burla. Lo mire mal por un segundo luego baje la cabeza, termine de tomar mi café y luego lave los trastos. —Me voy, y ya sabes quiero mi cena preparada cuando regrese del trabajo, odio venir a buscar que hacer- dicho eso palmea mi trasero y se va. Cierro mis puños y trato de no llorar como una estúpida, ultimadamente tengo más ojeras, luzco demacrada, hasta parezco la llorona.Cuando termino de limpiar la cocina entro a mi habitación y
DylanEl día fue fatídico, quería terminar de una vez con tantos compromisos, tomarme unas deliciosa vacaciones hasta Montelimar o bien ir de paseo en laguna de apoyo. Encima mi esposa estaba de fastidiosa en querer irse del país, cosa que esta difícil de hacer por el momento. Observo varios documentos del hotel y firmo los correspondientes, la puerta de mi oficina se abre con brusquedad y negando le hago señas a mi secretaria Natalia para que cierre la puerta y se retire.—Ya ves porque estoy molesta contigo, siempre es lo mismo, anoche no llegaste a dormir a la casa, no me digas que te quedaste aquí con tu amante.- Bufando me levanto de la silla de mi escritorio, estoy apunto de gritarle sus verdades a esta mujer que escogí como esposa.—Si estudiaste en una universidad lo mejor es que te calmes. ¿Puedes Por lo menos comportarte como un señora? Estas actuando con ignorancia Katrina.—Ahora me estas llamando ignorante, seguramente te quedaste aquí y con esa tu secretaria, me imagino
Melanie Estaba sorprendida y conmocionada al encontrarme con mi ex novio, mi primer amor, ni siquiera me lo imaginaria, sus ojos no dejaban de verme con una evidente sopresa.Dylan Castillo, su aspecto cambió bastante, se ve más maduro, más guapo con un cuerpo de infarto, sus ojos grises más luminoso y brilloso. En cuanto susurro mi nombre sentí un ráfaga de emociones cruzar mi espina dorsal, era algo increíbles, porqué siento estas cosas. La última ves que supe de él fue cuando su padre me comentó que se había ido a estudiar a los Estados Unidos, para ser un gram empresario, también me habia dicho que Dylan estaba comprometido y que se casaria al finalizar su carrera, desde ese momento decidí olvidarme de él, y aceptara mi realidad, sin embargo no lo pude lograr, a pesar de haberme casado con Duncan él siempre estuvo en mi corazón, como un hermoso recuerdo que jamás logre sacar de mi mente, ese amor juvenil que florecio sin espinas.Dejo mis vagos pensamientos para concentrarme en m
Me encontraba distraída, observando el mensaje que mando Dylan. Era en serio lo de escribirme, espero no tener ningún tipo de problemas con Duncan de echo a este hombre le importa poco todo lo que yo haga, sin embargo, eso no quiere decir que voy a ser algo indebido. Suspirando borro el mensaje y entro a tomar una ducha, anoche cuando vine del trabajo pensé que saldría peleando con mi esposo, pero no sucedió gracias al cielo, él estaba más que distraído en la televisión viendo los NBA, ni caso me hizo, lo salude, el solo se limitó a negar. Esta mañana está mirándome con seriedad, espero que no salga gritando porque esta ves saldré defendiéndome como sea.-¿Cómo te está yendo en tu trabajo?-Pregunta sorprendiéndome. -Ah, bueno muy bien, complete el mes el día de ayer-Respondí, Duncan solo me sonrió-Porque estas preguntando, puedo saber.-No te da gusto, que este tranquilo contigo.-Si lo estoy, es solo que me sorprendes. -Duncan me
Dylan La semana ya había pasado y no volví a ver a Melanie, nos texteamos varias veces pero realmente tenía unas inmensas ganas de verla, todo este tiempo la pasé pensando en ella, en sus suaves y hermosos labios, quizás debería ir a Multícentro y como escusa poder verla, sentirme mejor. Suelto un bufido aburrido, ultimadamente mi matrimonio ya no funciona del todo, de echo nunca funciona sin amor, Katrina me la pasa reclamando todo el tiempo, estoy harto y aun no puedo borrar el show que monto en el hotel y el de hace días en la que fui al almorzar con la dueña del hotel Luna ubicado en 7 sur, no pensé que Katrina me seguiría, fue un horrible espectáculo el que monto en ese restaurante donde sólo llegan las personas adineradas. Que dirán de mi, los que me conocen. Soy el tipo de hombre que le importa un bledo la opinión de los demás, sin embargo el acontecimiento de ese día fue un espectáculo total. Espero no salir en la prensa, recordar es querer estrangularla por la mierda y la ri
Melanie.Realmente no sabía que pensar en cuanto Dylan me beso, lo acepte con deseos de sentirlo. Nuestras lenguas empezaron a bailar de una manera excitante, una de mis manos bajo hasta su trasero apretando con fuerzas e inconsciente mente gemí sobre su boca. El se separa sonríe de lado.—Lo siento, me da vergüenza esto, pensaras que soy una fácil.—Mel, no te sientas así, realmente me siento de la misma manera que tu, fuiste mi primer amor y siempre lo serás, recuerdas que yo me llevé tu virginidad y tu igual fuiste la primera, como olvidar aquellos días en la que nos entregamos en cuerpo y alma, no solo fue ese momento fueron varios, conozco tu cuerpo a la perfección y se como eres, espero que esto no te incomode pero te deseo como un loco desde que te volví a ver, muero por hacerte el amor.Si supieras que yo también, estoy apunto de cometer una locura, tenerlo cerca me esta volviendo loca, mi intimidad palpita ansiosa por sentirlo. —Te seré sincera Dylan, estoy de la misma maner
Dylan.Cómo era posible que Melanie haya estado aguantando estos tipos de maltrato por parte de ese bastardo. Espero poder verlo algún día y meterle un golpe hasta dejarlo sin aire, para que de esa manera aprenda que a una mujer se le respetar y se le ama, no entiendo porque algunos hombres no valoran a un ser tan único y especial el cual son las Mujeres, sin ellas no existiéramos, nacemos de sus extrañas, nos cuida desde el vientre y sin embargo la mayoría sufre maltrato, violencia intrafamiliar hasta el grado de degrinarla y matarlas, en fin pocos hombres entenderán estos tipos de mensajes, la parte negativa son pares de ignorantes y no aceptan que la mujer es una perla especial en nuestra humanidad. Aparte de todo esto, sé que ella me oculta muchas cosas, haré lo posible por descubrir todo este secreto que guarda en su interior quemándola por dentro.Beso sus mejillas sonrojadas, alegremente ella me sonríe coqueta y tímida, es el jodido paraíso tenerla desnuda ante mi, admirar su b
MelanieComo podría llamarle a esto. Ver una mesa decorada con dos copas junto a un vino tinto, dos platos y una rosa decorando la mesa y un poco de música de fondo.—Te gusta lo que prepare esta noche—Asentí falsamente ya que no entiendo con qué propósito lo ha hecho.—Esta hermoso, gracias.—Agradeci nerviosa. Duncan se acerca dejando un beso en mis labios, quiero alejarlo pero no puedo.—Esta noche quiero celebrar mi triunfo contigo y que sepas que todo cambiará de ahora en adelante en nuestras vidas.Lo observe y lo que veo es sinceridad, quizas el quiere ser diferente conmigo, más atento, sus ojos me inspeccionan a cada rato, de seguro desea ver mi reacción. Aclaro la garganta y me acomodo en la silla.—Me da gusto ver que deseas que haya un cambio, por otro lado que triunfo lograste.—Quise saber a lo que el me vio detalladamente.—Mi triunfo es que ahora tengo una nueva posición en la empresa Agrí corp, tendré que vivir en Rivas y deseo que ambos nos vayamos a vivir para allá, p