Carrick Burwish es el empresario que todos quieren que sea, pero en el único negocio que fracasado constantemente es el amor y la paternidad, está dispuesto a conseguirlo todo y para ello le ofrecerá a la mujer de su vida un trato inigualable.
Leer más¡Hola lectores! Muchas gracias por leer El corazón del empresario. Espero lo hayan disfrutado en todo momento y estén listos para disfrutar más de Mainvillage. Acá en buenovela están disponibles otras de mis novelas solo con buscar Mainvillage entre ellas pueden leer: La jefaNovela que narra la historia de Berrocal.Sinopsis.Lexie es la dueña de una de las casas de entretenimiento femenino más exclusivas de Mainvillage, es una mujer extremadamente exitosa en cuanto a los negocios, sin embargo vive con miedo constante, desde que su mamá dejó a su papá ha evitado el contacto con el mismo, sin embargo, eso le convertía en un blanco perfecto para ser víctima de los gajes del oficio familiar. Finalmente, ese día ha llegado y tiene tres opciones convertirse en la jefa de la mafia, en la esposa del jefe o permitir que la maten. . Volviendo loco al jefe
Julianne entró en su casa en medio de una guerra de dardos. La mujer fue derribada por su esposo. —Alto al fuego, no disparen. ¡Repito, no disparen! Llegó mi mujer, Julianne—Dijo y se acostó encima de su esposa. Julianne rio y Cash le dio un beso en los labios. —Papá lo estás arruinando otra vez—dijo Alexa y le disparó en la cabeza. —Pausa, pausa, voy a saludar a mi mamá—Replicó Swayer. Gemma corrió hacia sus papás y se tiró encima de Carrick su papá giró la cara para verle, ella estaba sonriendo sin dientes hacia su mamá. —Hola, mami. —Hola, Gemy. —¿Dónde está Tuck?—preguntó Julianne. —Tuck está dormido—Respondió su gemela. —¿Y Santi?—preguntó. —Está metiéndole la lengua en lugares inapropiados a su amiga que no es su amiga.
Carrick entró al apartamento con un pedazo de pastel de moka y crema de avellanas. Vio a su novia la cual corría por la casa en lencería. Carrick rio cuando Julianne pasó por segunda vez enfrente suyo sin mirarlo con el fin de fingir que sí estaba lista y que no le habíavisto, la joven se devolvió. —Hoy voy tan lenta. Me va a venir el periodo y me da ese sueño y me hicieron unos masajes buenísimos, tenemos que ir—Dijo y le vio a los lejos.—¿Qué pasa?—preguntó Julianne mientras le sostenía de las solapas del saco.—¿Por qué sonríes? —Te amo tanto como para no estar enojado—respondió. —Te amo también por comprar esto, gracias.—Dijo y probó el toping del pastel—¿Cuán tarde podemos llegar? —Si nos vamos a ir temprano, podemos llegar unos treinta minutos tarde. Carrick le dio un beso en la mejilla y fue hacia el baño. Se aseguró de cerrar con pestillo y le escri
Carrick vio a su novia firmar el prenupcial y los documentos que hacían la casa que habían elegido su hogar, los dos sonrieron y Carrick tomó la pluma y puso su firma en los documentos. Julianne sonrió. —¿Sabes? —comentó Julianne. —Hubo un tiempo en el que te hubiese arrancado la ropa. Carrick vio a su novia entre divertido y molesto. —¿Por qué sientes que no deberías hacerlo? Arrancarme la ropa, tirarme sobre la mesa y no sé... ponerte creativa. —Chupártelo—contraatacó mientras reía. Carrick asintió —Por qué este salmón está buenísimo y quiero saber sobre tu cita con Berrocal. Carrick sintió el pie de su novia contra sus rodillas. ¡Vaya que sí es creativa! Losdos sonrieron. Y ella continuó comiendo como si nada mientras seguía acariciándole las piernas con los pies. —Gracias por el informe y por la ayuda—resumió Cash. —Lo sé.
Carrick había pasado la mañana intentando sorprender a Julianne y estaba convencido de que todo sería perfecto. Su hija se despidió y le dijo que estaba muy orgullosa, Carrick sonrió y todos vieron a su padre ingresar a la oficina. —Señor Burwish—dijo Olivia y fue a saludarle. —Hola, cariño, ¿cómo has estado? —No también como usted—Dijo y le ofreció algo de beber. —Como es eso de que has perdido tu tarjeta de hombre ante Cash.—preguntó Sebastian antes de ponerse en pie para saludarle —No sé que me está pasando—Dijo y todos rieron—No dejen que nadie los convenza de jubilarse. —Sí, te entiendo—Olivia vio a su esposo con el ceño fruncido y le dio el whiskey al papá de Cash. —Dejé a tu mamá abajo. —¿¡A mamá?! —repitió Cash.—Papá no la dejas ahí sola. —Está con sus amigas. Dijiste que no
Carrick se acercó a Julianne y le abrazó. Todavía con lágrimas en los ojos y llorando. Ella le acarició la espalda y el pelo, lo acunó como si fuera un bebé. —Yo estoy súper bien con que me dejes ser quien necesites. Voy a cuidar siempre de ti. —Lo sé. —¿Lo sabes?—preguntó divertida mientras le limpiaba las lágrimas. —Te amo y quiero que me cuides todos los días aunque sea un necio, horrible y agotador. Voy a dejar de hacer las cosas complicadas. —Bien.—dijo y le dio una palmadita en el trasero. —Te amo, Jul. —Y yo, pantancito—Respondió y los dos sonrieron antes de que él le besara. Los niños salieron de la habitación de su papá y les vieron besándose, Santiago rodó sus ojos y fue hacia su abuela, su hermano le imitó mientras tomaba una foto de sus papás. —¿Cuál es tu desayuno favorito?—p
Julianne regresó a su apartamento, para cuando lo hizo los amigos de Carrick ya se habían ido, solo quedaban él y sus hijos. Los niños estaban acostados en el sofá, ambos apoyados contra Isabela. Ella se acercó con unas rosas que se robó del hotel y la cara llena de vergüenza. —Perdón—dijo y los niños le miraron apenados, con la tristeza latente en sus ojos. Julianne se sintió mucho peor que cuando se dio cuenta de que estaba gritándole a Carrick enfrente de los niños. Vio a Isabela forzar una sonrisa y dijo: —Estás disculpada. —No, no tienes que hacerlo ya porque la cagué. Tengo que mejorar, pero he decidido algo. —¿Qué?—preguntó Santi. —La próxima vez que me enoje con Cash, me los llevo—Los niños rieron ante el rostro de sinceridad y le dio las rosas. —Quieres hablar o sigues necesitando espacio. —Quiero que duermas en el sofá, por c
Carrick sabía que desde el punto de vista de Julianne todo era oscuridad y había fallado completamente tantas veces que la mínima cosa se convertía en mucho y los dos estaban sintiendo la misma presión de su familia, amigos e hijos ¿Por qué no se casan? ¿Por qué no hacerlo oficial? Ella pensaba que él seguía sin quererla lo suficiente y él que no estaba dándole lo suficiente. Carrick se paró al lado de la puerta para impedir que Julianne se fuera y dijo: —Necesito que se sienten y me escuchen. Julianne entiendo que estás frustrada y muy molesta. —¡Me voy! ¡Sigo demasiado molesta como para siquiera respirar tu oxígeno!—Replicó molesta. —No es sobre ti. Ni sobre nosotros. —¡¡Entonces!! Si no es sobre nosotros qué putas estamos haciendo. —Es que quiero hacer las cosas bien. Quiero que sea especial y no encuentro el momento adecuado. —No quiero un anillo de dos millones y una casa en la pradera po
Todos estaban sorprendidos de que Carrick no le propusiera matrimonio a Julianne y que Julianne no le rompiese la cabeza. Sus tres hijos estaban sentados en el sofá viendo una fotografía de los cinco, las tres semanas siguientes al cumpleaños de su padre habían sido buenas, pero necesitaban saber qué pasaba por la cabeza de Julianne. —Hola, mamá—Dijo Santiago cuando la puerta se abrió la joven rio y se inclinó para besarle en las mejillas. —Hola, cielo. —Tenemos tu café—dijo Isabela. —Leí tu blog esta mañana Isabela, eres espectacular.—le felicitó su padre. —Gracias, desde que Marcela es mi editora es más fácil para mí enfocarme en lo que vale la pena. —Claro, tiene una excelente mentora, pero el trabajo, el esfuerzo y la magia la pones tú princesa—respondió Julianne.—¿Entonces la cena está... preparada? ¿Su papá no está? ¿Qué está pasando? —Queremos saber cómo t