Carrick estaba sentado frente a Sebastian mientras comían una ensalada y un bistec enorme. Su amigo estaba intentando volver a ganar el puesto de mejor amigo luego de haberle dejado pasar la noche en la cárcel, obviamente no fue intencional; Sebastian estaba intentando ganar a su mujer de vuelta, su relación no era ni de cerca la luna de miel que Sebastian esperaba; Olivia estaba pasando de Sebastian, y puede que la frustración le estuviese volviendo loco y quebrara el celular, luego se tomase una pastilla o tres para dormir.
Alonso regresaría en la tarde a la ciudad por lo que le recomendó llamar a un abogado y Olivia había ido a curarle la cara en la mañana. Apenas vio los mensajes, no se lo iba a decir a Carrick porque él se lo diría a Sebastian y de esa forma el joven lo sabría con certeza, pero se había dormido de tanto llorar por la humillación. Como compensación por sus horas en una celda, tener que llamar a su exnovia y ser curado en casa después de salir en el periódico y en revistas del corazón, Sebastian le había invitado a almorzar.
—Entonces… July contestó—repitió Sebastian para que su amigo soltara los detalles.
—Le he enviado un ramo gigante de flores.
—Sí.
—No quiso… —Carrick se mostró serio y se inclinó un poco más sobre la mesa. —No quiso coger conmigo.
—Ahh, pobrecita tu amiguita del sur, se siente bien o ya te explotó—se burló Sebastian.
—Sí, y mis sentimientos. Creo que ya no le importo.
—Te lo mereces, Carrick.
Se lo merecía y lo sabía.
La gente nunca lo entendería, él quería a Julianne, la amaba, pero siempre lograba hacerle infeliz. Fueron novios en la adolescencia de Julianne, era lo mejor que le había pasado a Carrick, la adoraba, todo de ella, su fortaleza, su inteligencia era lo que más le gustaba. Era muy joven y él necesitaba una esposa; July tenía solo 18 años, Analissa era la candidata perfecta, era artista, bailarina, Julianne una futura y brillante abogada. No quería convertir en su esposa florero a nadie, pero Julianne definitivamente no se lo merecía, no con todo lo que se había esforzado para entrar a Harvard, para ser extraordinaria académicamente.
Quiso a Analissa, no era un cabrón, cuando ella regresó llorando porque se había equivocado, ya que quería a sus hijos, a su esposo de vuelta, Carrick le recibió porque ella siempre sería la mujer que les dio a sus hijos, eso le había costado el corazón de la mujer que amaba con locura.
Analissa se había arrepentido de nuevo, tenía tres niños a cargo a los cuales envió a un internado y si se puede ser honestos, Isabela, le odia, de ser su héroe había pasado a ser su enemigo público número uno.
—No soy quién para decirte qué o cómo hacer tu vida, pero creo que tienes que ordenarte.
—Dice el que plantó a Olivia por su ex.
—La he llamado, envié flores, una nota, está molesta y tiene razón, pero, Gia tuvo un embarazo psicológico.
—Olivia tuvo un embarazo real, difícil con el hombre de su vida baleado, el día de su boda, la cual se canceló porque estaban salvándote la vida y le escondí en Asia, luego Alemania y le traje de vuelta porque no abandonas a una mujer embarazada, no abandonas a la mujer de tu mejor amigo, espanté hombres, Olivia nunca tiene que saber esto, y tú vienes y la cagas. Si July no me acepta me casaré con Olivia.
—¿Esto es guerra o un chiste?—respondió en medio de risas. —Gracias por ser el papá de mi hijo y el esposo no sexual de mi novia. Ahora, te voy a dar un consejo.
—Claro, sí, suéltalo.
—Necesitas poner tu vida en orden, ir por tus hijos, tu mujer y vivir Cash, manda todo a la m****a.
—¿Mi mujer? —repitió confundido.
—Julianne, ya sabes, de rodillas con un anillo y seriedad.
—Quiero casarme con esa mujer.
—Hazlo, desde cuándo le tienes miedo a un reto.
—No es un ret…
—Te reto, tienes seis meses para estar casado con July—Dijo y le goleó en la frente, Carrick vio a su amigo sorprendido y rió.
Julianne estaba comiendo en su oficina con su hermana. Alice había llevado el almuerzo a su hermana después de chismorrear en una revista de corazón a su guapísima hermana y a su exnovio, exnovio, saliendo de la comisaría, se veían guapísimos a pesar de que Carrick tenía el cabello como un loco, iba sin un zapato y sangre en la camisa.
—Saliste de tu cama a las dos de la mañana por Carrick Burwish.
—Me desperté, me bañé, me planché el pelo y me pinté las uñas, fui por Carrick.
—¿Eso quiere decir que van a volver? —insistió Alice.
—Saco gente de la cárcel todo el tiempo, me gustaría no empezar a tener relaciones con ellos.
Su padre entró a la oficina y le dio un beso en la frente a Alice.
Las dos le miraron y se quedaron en silencio. James caminó hacia el escritorio de su hija mayor con una carpeta que contenía las entradas a una gala benéfica, puso el sobre en la mesa.—Julianne, tu madre está enferma, le duele la cabeza y dice que está mayor para ir al evento de los Smith, ¿puedes por favor ir?, ¿Alice, le acompañas?
—Tengo que tener hacer el amor hoy porque estoy ovulando—Su papá y su hermana le miraron.
—Un simple no, Alice—Respondió James. —¿Julianne?
—Puedes verme a los ojos, cuando me hablas.
—Tu hermana está fornicando con esa ensalada.
—Papá, desde mi…—Hizo una pausa porque no sabía como llamarle ¿Desde su ataque o intento de asesinato?— no me ves a los ojos, ni me llamas July.
—Tu nombre es Julianne —respondió. Los dos se vieron a los ojos.
—Papá, quieres explicarle a July tus sentimientos—Intervino Alice fascinada por el descubrimiento. No porque su papá y su hermana se llevaran mal, sino porque no lo detectaron antes ni ella ni su madre.
—No tengo tiempo para una sesión, pero nuestro seguro cumbre la de ustedes. Sobre todo la tuya Julianne, cuando quieras ir tu hermana puede recomendarte a alguien.
Julianne y Alice vieron a su padre salir de la oficina. Ella había soñado con aquel puesto toda la vida, con el día en que su padre estuviese suficientemente orgullosos como para darle la empresa que con esfuerzo construyó, pero, desde el momento en que le había declarado como una mujer secuestrada y agredida por su pareja.
Era como si hubiese vuelto a nacer.
Cash tuvo un hijo y ella perdió uno, esa era la diferencia.
—¿Entonces, vas esta noche?
—Es trabajo —respondió July.
—Julybu, esto es serio, lo de papá, necesitan trabajarlo para que estés mejor, no todo es cirugías y trabajo físico. Tu pareja te agredió física, sexual y emocionalmente; perdiste un hijo. Casi mueres. ¿Podrías, por lo menos, ir a terapia?
—Estoy bien, no soy la primera y definitivamente no seré la última.
—¿Has tenido relaciones?
—Alice, han pasado casi cinco años.
—¿Has estado con un hombre?—repitió la pregunta.
—Tengo que trabajar.
—¿Qué más vas a darle? —preguntó Alice y su hermana le vio enojada.
—¡¡Vete de mi oficina!! —gritó y su hermana se puso en pie con tranquilidad.
—Esto es serio, hay varios doctores, profesores, encantados de verte. Yo, Alice, tu hermana, siempre quiero escucharte, siempre quiero saber qué hay en tu cabeza y quiero resolverlo.
Aquel día no fue la última en salir como siempre, se acercó a su tío Jack el cual encendió un puro cubano, los dos rieron y se lo acercó a July, ella le dio un beso en la mejilla y él le rodeó con el brazo y ella dio una calada.
—No venden marihuana, dónde compraste esto.
—No somos drogadictos Julianne, somos gente fina—las dos rieron. —Hay marihuana, pero tu papá se enoja y me castiga y entonces la tengo en mi casa, cuando quieras solo llama —Dijo y le guiñó un ojo. Los dos rieron y ella se inclinó para abrazarle. Jack se puso en pie y le abrazó con fuerza, por todo el cuerpo sintió el cariño de su padrino y tío, él le acarició la espalda con cariño y le prometió que siempre le cuidaría.
—¿Qué pasa si el problema soy yo cuidándome?
—Cariño, todos nos enamoramos mal. Yo me enamoré de Verónica y pasé años casado con una mujer que se iba y volvía y tenía otra familia. Es una locura. Pero, amo a alguien, en una relación normal, en la que tengo relaciones inapropiadas.
—Tú, mi mamá y Alice necesitan medicación —Respondió y él rió.
—¿Lo has hecho contra un ventanal?
—Sí. Me voy—Respondió y le dio un beso en la mejilla.
—Juls, sabes qué aprendí de todo esto.
—Cuéntame —dijo y se agarró de la puerta.
—Tú eliges, para bien o para mal. Solo tú puedes elegir y Carrick tiene un millón de defectos, sobre todo lo seguro que está de sí mismo, pero, creo que le amas y que elegiste bien, por más que sea mayor y tu papá lo odie.
—¿Estás diciendo que quieres que me acueste con Cash?
—Estoy diciendo que estás segura con él. Y en la cama debe ser grandioso entre ustedes, tienen química hasta para odiarse—July salió riendo hacia los elevadores.
Fue hacia el exterior del edificio, el guarda se acercó y le acompañó al exterior. Le dio un billete y el hombre que le vio crecer negó con la cabeza. Sabía que le deba miedo esperar el auto. Julianne le dio una mirada al hombre y se despidió antes de que le llevaran a su casa, la joven se acurrucó en el asiento y esperó a que el chofer revisara el lugar antes de bajarse, fue a su habitación directamente y se desvistió frente al espejo, vio la herida en su pierna y se sintió furiosa, con dios, con la vida, con ella, con Cash.
Carrick estaba llamando al colegio de sus hijos mientras le llevaban a casa de su amiga. Como Julianne no quería nada con su polla ni su persona en general, se vio obligado a ir a la gala benéfica sin compañía; primero pensó en contratar a alguien, luego se le ocurrió sobornar a su mejor amiga, porque así él no tendría que ir sola a la gala de sus hermanos perfectos, con el ex que le abandonó en una cena que se suponía tendría que ser romántica no en la que ella quedaba sola, llamando a sus mejores amigos. Los hombres somos estúpidos, pensó Carrick y volvió a marcar el número del colegio de sus hijos. El chofer le recordó que estaban al frente y Carrick agradeció antes de salir para ir por Olivia. Mientras estaba en el elevador su teléfono sonó, tomó la llamada pensado que era el colegio de sus hijos. Cuando escuchó a su padre supo que era más de lo que podía soportar en un día. —La cárcel, Carrick. Por una pelea de bar. —Papá… 
Carrick sabía que había sido un cabrón, se arrepentía de haber dejado a July, de haber regresado con Analissa, pero adoraba a Santiago, de sus tres hijos es el más divertido, es más él que nada, adora a ese niño y estaba dispuesto a todo por July, pero necesitaba empezar por hablar. Carrick salió del auto y siguió a Julianne hasta su puerta. El joven le tomó de la cintura y July negó con la cabeza. —No necesitamos ponernos dramáticos. —Necesitamos hablar, Julianne. Fallé. Fui un cabrón. Me asusté, necesitaba… Te amaba, pero, mi hija necesitaba a su mamá, mi hijo también y pensé que darle a mi matrimonio una oportunidad era lo mejor para todos. —Carrick, no era la primera vez. —July… —La elegiste dos veces, me dejaste dos veces por ella —gritó y le pegó con la bolsa. —Tú siempre has querido esto, la mansión, el dinero, el puesto impresionante—respondió Carrick. —No podía quitarte eso. —¿Estás escuchando? Básicament
Después de lo que sus padres llamaron una fuerte crisis emocional, July aceptó pasar unas tres semanas en uno de los centros de rehabilitación emocional de su madre, en el cual descansas como nunca mientras te ves todos los días con un psicólogo o psiquiatra que hace una evaluación de tu estado mental. July había pasado unas hermosas vacaciones en una de las clínicas-no clínicas de su mamá. Era impresionante como su madre había convertido la salud mental en un lujo y en vacaciones. No se sorprendía completamente porque es de las mujeres más inteligentes de la historia, sin embargo, no se sentía del todo bien, era como si su mamá pudiese curar al mundo menos a ella. Emma se paró con un vestido blanco y su cabello más rubio de lo normal enfrente de la cama de playa de su hija. Le vio con aquel cuerpo impresionante y suspiró, lo que estaría haciendo ella con ese cuerpo, señor, y nada es operado, sí que la habían hecho bien. —Cariño, July, mi amor. —Dios.
Jack le acompañó a su nuevo apartamento y cambió los bombillos para July; la cual le teme a las alturas y sobre todo odia la luz amarilla de discoteca que Carrick le puso. La joven abrió otra botella de vino y le dio una copa a su primo. —¿Y tu esposa sexy?—preguntó Julianne por su prima y esposa de Jack. —Mi mujercita está de viaje—Respondió Jack y chocó su copa con la de July. —Jackson, a veces quiero dejarlo todo. —Todos pasamos por eso. Cuando tu prima se volvió extra loca, me atropelló y huyó tu mamá me dijo que era lo mejor para los dos. La odié. —July rió. —Cuando volvimos por vez número diez mil, tu mamá nos encontró en la cama. Mentí dije que estaba enfermo, todos estaban fuera excepto Emma que estaba vigilando los hospitales, fue amable por primera vez en su vida y me fue a dejar sopa, con una llave que no sabía que tenía y ella nos encontró en el sofá, haciéndolo. —¿Preguntó si se podía unir? —Sí, lo cual me ba
En España Carrick estaba sentado tomando el té con su madre, la mujer estaba mostrándole la decoración que había elegido para el salón de su casa, sin embargo, su hijo estaba sonriendo y escuchándole, la terapia había hecho maravillas. Antonia le vio llamar nuevamente al colegio de sus hijos y sintió un poco de pena por su hijo, todo el tema de ser padre soltero había sido difícil para Carrick, sobre todo porque pasó meses y años intentando hacer funcionar su matrimonio con Analissa y cuando le dejó la última vez lo hizo con un tercer niño en brazos. Baron llegó con un arreglo precioso de rosas para su madre. La mujer sonrió y les recordó que no era su cumpleaños y que tampoco era una competencia. Baron le abrazó y le llenó de besos. —Eres mi mamá y ya Carrick me ganó el puesto de primogénito—dijo mientras le abrazaba, la mujer sonrió y le invitó a unirse al té, no sin dejar de molestarle. —Dije que no es una competencia, Baron. —Mam
Carrick regresó a la ciudad con sus tres hijos, Santiago muy probablemente va a ser un aviador como su tío, pero él le sacaría la sexualidad de la cabeza, hasta el punto de hacerle asexual. Su hijo Bash le vio sonreír y le golpeó en el brazo —Papá, ¿te pasa algo? —¿Qué? Noo, Bash. Solo estoy pensando. —Él es raro —Dijo Isabela. —Perdón por lo de perra tóxica, no eres una perra, eres mi hermana mayor que me cuida. —Gracias—respondió Isabela. —Isabela tiene algo que se llama:la menstruación—dijo Santiago. —¿Santi? —Es tremendo ese asunto, ehh, Loren y yo leímos cosas en internet. —¿Ahh, sí?—preguntó Baron. —Sí, está la menstruación y hay algo que se llama síndrome premenstrual entonces menstrúan sus sentimientos todo el mes —Carrick. —Hay un punto de la vida en el que te alegras de que menstrúen—dijo Carrick e Isabela negó con la cabeza. —En fin, no creo que tú lo hayas e
Carrick entró a su strip club favorito, Lemonade era el strip club más cool de la historia, le encantaba cuando lo consiguió eran un cuchitril y verle convertido en una especie de cueva glamurosa, lumínica y majestuosa, masculina y versátil... ¡Le encantaba! Era fascinante, ese edificio fue su inicio en los negocios y su primer casa, en la cual tiene una base de operaciones para sus otros negocios, la gente se entrena ahí, él tiene una oficina preciosa y sus mejores chicas bailan ahí. Lemonade es su obra de arte. El joven estaba por subir a su despacho cuando vio a una sonriente y energética Alice Altazar agitando los dedos hacia él y por si no fuese poco estaba acompañada por Alan y Santiago. Carrick pensó que estaba drogado de solo oler la gasolina que pasó a ponerle al auto en el camino, pero luego vio a Jack y Valentina, poniendo billetes en el tanga de una mujer y entendió que por raro que fuera era real, los Pieth estaban en casa. Los
Finalmente acababa la semana, era viernes y Sergio y Bash tenían una pijamada masculina junto con Santi porque no tenía muchos amigos en la ciudad y Sergio también era su primo, el argumento sacó una sonrisa en su padre cuando pensó que sus hijos estaban muy unidos con los de sus mejores amigos. Era buenísimo que tuvieran esa familia, Alonso y Sebas eran tan tíos de sus tres hijos como él de los suyos, que Olivia y Carrick no tenían claro de qué iba. Estaban Mily e Isa, las mejores amigas desde los cuatro y seis años. Carrick vio a su hija y a su amiga, las cuales iban para el cine. Sebastian les miró al par de chicas y dijo calmadamente: —Vamos con ustedes. —¿Qué?—Preguntó Isabela ofendida. —¿Por qué tío Sebas? —Van muy vestidas para el cine. Me parece sospechoso. —Dijeron que nos dejaban ir solas y además. Yo voy a cuidar de Mily, es solo el cine. —Sí. ¿Saben todo lo que hacía yo en el cine a su edad?—Dijo Carrick y Olivi