Carrick entró al apartamento con un pedazo de pastel de moka y crema de avellanas. Vio a su novia la cual corría por la casa en lencería. Carrick rio cuando Julianne pasó por segunda vez enfrente suyo sin mirarlo con el fin de fingir que sí estaba lista y que no le había visto, la joven se devolvió.
Julianne entró en su casa en medio de una guerra de dardos. La mujer fue derribada por su esposo. —Alto al fuego, no disparen. ¡Repito, no disparen! Llegó mi mujer, Julianne—Dijo y se acostó encima de su esposa. Julianne rio y Cash le dio un beso en los labios. —Papá lo estás arruinando otra vez—dijo Alexa y le disparó en la cabeza. —Pausa, pausa, voy a saludar a mi mamá—Replicó Swayer. Gemma corrió hacia sus papás y se tiró encima de Carrick su papá giró la cara para verle, ella estaba sonriendo sin dientes hacia su mamá. —Hola, mami. —Hola, Gemy. —¿Dónde está Tuck?—preguntó Julianne. —Tuck está dormido—Respondió su gemela. —¿Y Santi?—preguntó. —Está metiéndole la lengua en lugares inapropiados a su amiga que no es su amiga.
¡Hola lectores! Muchas gracias por leer El corazón del empresario. Espero lo hayan disfrutado en todo momento y estén listos para disfrutar más de Mainvillage. Acá en buenovela están disponibles otras de mis novelas solo con buscar Mainvillage entre ellas pueden leer: La jefaNovela que narra la historia de Berrocal.Sinopsis.Lexie es la dueña de una de las casas de entretenimiento femenino más exclusivas de Mainvillage, es una mujer extremadamente exitosa en cuanto a los negocios, sin embargo vive con miedo constante, desde que su mamá dejó a su papá ha evitado el contacto con el mismo, sin embargo, eso le convertía en un blanco perfecto para ser víctima de los gajes del oficio familiar. Finalmente, ese día ha llegado y tiene tres opciones convertirse en la jefa de la mafia, en la esposa del jefe o permitir que la maten. . Volviendo loco al jefe
Julianne Altazar iba caminando por la estación de policías de Mainvillage. Se veía perfecta para ser casi las cuatro de la mañana; traía el cabello colocho recién planchado, las uñas recién pintadas y podía decir que su cuerpo finalmente se sentía como suyo en aquella falda tubo que se ajustaba sus curvas y la camisa de tirantes combinada con un saco de diseñador. Saludó a uno de los policías con un golpe de puño y otro le acercó un vaso con café, la joven les miró con los ojos entrecerrados y sonrió. Le dio un beso a una de sus amigas de la estación, la detective Méndez. —Tu cliente está guapo que te cagas. —Es muy guapo—Aseguró Julianne. —Quiero pegarle—Advirtió uno de los detectives y Julianne supo que sí era Carrick, porque ella a veces quería hacer lo mismo. Siguió al detective, caminó hacia las celdas y se encontró con Cash Burwish con un ojo morado detrás de las barras, un labio roto, la camisa
Carrick estaba sentado frente a Sebastian mientras comían una ensalada y un bistec enorme. Su amigo estaba intentando volver a ganar el puesto de mejor amigo luego de haberle dejado pasar la noche en la cárcel, obviamente no fue intencional; Sebastian estaba intentando ganar a su mujer de vuelta, su relación no era ni de cerca la luna de miel que Sebastian esperaba; Olivia estaba pasando de Sebastian, y puede que la frustración le estuviese volviendo loco y quebrara el celular, luego se tomase una pastilla o tres para dormir. Alonso regresaría en la tarde a la ciudad por lo que le recomendó llamar a un abogado y Olivia había ido a curarle la cara en la mañana. Apenas vio los mensajes, no se lo iba a decir a Carrick porque él se lo diría a Sebastian y de esa forma el joven lo sabría con certeza, pero se había dormido de tanto llorar por la humillación. Como compensación por sus horas en una celda, tener que llamar a su exnovia y ser curado en casa después de
Carrick estaba llamando al colegio de sus hijos mientras le llevaban a casa de su amiga. Como Julianne no quería nada con su polla ni su persona en general, se vio obligado a ir a la gala benéfica sin compañía; primero pensó en contratar a alguien, luego se le ocurrió sobornar a su mejor amiga, porque así él no tendría que ir sola a la gala de sus hermanos perfectos, con el ex que le abandonó en una cena que se suponía tendría que ser romántica no en la que ella quedaba sola, llamando a sus mejores amigos. Los hombres somos estúpidos, pensó Carrick y volvió a marcar el número del colegio de sus hijos. El chofer le recordó que estaban al frente y Carrick agradeció antes de salir para ir por Olivia. Mientras estaba en el elevador su teléfono sonó, tomó la llamada pensado que era el colegio de sus hijos. Cuando escuchó a su padre supo que era más de lo que podía soportar en un día. —La cárcel, Carrick. Por una pelea de bar. —Papá… 
Carrick sabía que había sido un cabrón, se arrepentía de haber dejado a July, de haber regresado con Analissa, pero adoraba a Santiago, de sus tres hijos es el más divertido, es más él que nada, adora a ese niño y estaba dispuesto a todo por July, pero necesitaba empezar por hablar. Carrick salió del auto y siguió a Julianne hasta su puerta. El joven le tomó de la cintura y July negó con la cabeza. —No necesitamos ponernos dramáticos. —Necesitamos hablar, Julianne. Fallé. Fui un cabrón. Me asusté, necesitaba… Te amaba, pero, mi hija necesitaba a su mamá, mi hijo también y pensé que darle a mi matrimonio una oportunidad era lo mejor para todos. —Carrick, no era la primera vez. —July… —La elegiste dos veces, me dejaste dos veces por ella —gritó y le pegó con la bolsa. —Tú siempre has querido esto, la mansión, el dinero, el puesto impresionante—respondió Carrick. —No podía quitarte eso. —¿Estás escuchando? Básicament
Después de lo que sus padres llamaron una fuerte crisis emocional, July aceptó pasar unas tres semanas en uno de los centros de rehabilitación emocional de su madre, en el cual descansas como nunca mientras te ves todos los días con un psicólogo o psiquiatra que hace una evaluación de tu estado mental. July había pasado unas hermosas vacaciones en una de las clínicas-no clínicas de su mamá. Era impresionante como su madre había convertido la salud mental en un lujo y en vacaciones. No se sorprendía completamente porque es de las mujeres más inteligentes de la historia, sin embargo, no se sentía del todo bien, era como si su mamá pudiese curar al mundo menos a ella. Emma se paró con un vestido blanco y su cabello más rubio de lo normal enfrente de la cama de playa de su hija. Le vio con aquel cuerpo impresionante y suspiró, lo que estaría haciendo ella con ese cuerpo, señor, y nada es operado, sí que la habían hecho bien. —Cariño, July, mi amor. —Dios.
Jack le acompañó a su nuevo apartamento y cambió los bombillos para July; la cual le teme a las alturas y sobre todo odia la luz amarilla de discoteca que Carrick le puso. La joven abrió otra botella de vino y le dio una copa a su primo. —¿Y tu esposa sexy?—preguntó Julianne por su prima y esposa de Jack. —Mi mujercita está de viaje—Respondió Jack y chocó su copa con la de July. —Jackson, a veces quiero dejarlo todo. —Todos pasamos por eso. Cuando tu prima se volvió extra loca, me atropelló y huyó tu mamá me dijo que era lo mejor para los dos. La odié. —July rió. —Cuando volvimos por vez número diez mil, tu mamá nos encontró en la cama. Mentí dije que estaba enfermo, todos estaban fuera excepto Emma que estaba vigilando los hospitales, fue amable por primera vez en su vida y me fue a dejar sopa, con una llave que no sabía que tenía y ella nos encontró en el sofá, haciéndolo. —¿Preguntó si se podía unir? —Sí, lo cual me ba