Dylan Trataba de no perder los estribos con en ese mal nacido, observo a mi conejita quedar rendida despues de nuestro encuentro. Al ver su cuerpo lastimado con esas marcar de mordidas, quise ir a buscar a ese maldito y matarlo a golpes. Melanie no se merece una vida dificil, debo hacer algo al respecto, ella debe dejar a ese hombre y quedarse conmigo, no le faltara nada a mi lado, tendra mi amor, mi cariño y todo lo demas.Busco entre mis contactos a un buen abogado, debo buscar la manera de protegerla, por cualquier cosa, pero antes de hacerlo recibo una llamada de mi madre.—Buenos días madre.—Hijo, debes venir a casa, a ocurrido una desgracia.Sorprendido le pregunto a mamá de que desgracia, a lo que ella me pide que por llamada no se puede. Entonces suspirando cuelgo. Me acerco a Melanie, dejo un suavo beso en sus labios luego entro a tomar una ducha, rápidamente salgo en bata.—¿Sucede algo?— Inquiere somnolienta.—Si cariño, mi madre me ha llamado, ocurrió una desgracia, de
Melanie.Al parecer es algo común en los hombres mentir para querer llevarse a una mujer a la cama. He pasado días esperando la llamada de Dylan y ni sus luces, he caído en su trampa. Cuando lo llame su número estába en buzón de voz, intente varias ocasiones y así fue, lamentablemente caí en su juego.Cierro los ojos y trago el nudo que se me ha formado en la garganta, pienso en todo lo que pase junto a Dylan, que hice mal para que haya jugado de esa forma conmigo, por lo menos me hubiera dicho que sólo quiso pasar el rato, sin embargo me dio esperanzas falsas.¡Maldición!Me limpio las lágrimas que salen sin avisarme, entro a tomar una ducha larga mientras lloro amargamente por la estúpida que fui al creer en Dylan. Al terminar la ducha salgo del baño observando mi rostro en el espejo, luzco terrible, llevo días así, mis pómulos lucen inflamados de tanto llorar, la cabeza esta por explotarme, últimamente estoy mal emocionalmente. Duncan cada rato me llama para tratarme, mama se ha se
Melanie.Si suicidarse no fuera pecado, en estos instantes mi madre estuviera llorando encima de mi cuerpo inerte, lastimosamente es un pecado morir quitándonos la vida.Cuando era pequeña mama me enseñó muchas cosas de la biblia incluyendo amar al projimo, ahora que lo pienso realmente no amo a Duncan, estoy con él por pura costumbre o mejor dicho necesidad de no estar sola. No obstante es hora de alejarme de él, antes que sus propias manos acaben conmigo. El agua recorriendo mi cuerpo maltratado, hace que sienta frío, aún no tengo ganas de levantarme de aquí, los ojos me arden de tanto llorar, creo que llevo más de 3 horas sin moverme, hasta los pies los tengo entumecido por la mala posición en la que estoy, ahora que me doy cuenta mi cuerpo tiembla del frío por estar en el suelo.—Ya son más de las seis de la mañana, piensas estar en la regadera todo el día.— Replico Duncan. Ignore lo que me decia por ser una maldita escoria—Bien has lo que quieras, muere de frio si así lo deseas
Dylan.Llevaba días desesperado con ganas de dejar a Katrina tirada con su dolor por la muerte de su padre, ya no aguantaba más, quería buscar cualquier excusa, sin embargo no puede, me aguante estas dos semanas. He estado como un loco necesitado de ver a Melanie, seguramente ella piensa lo peor de mi y no cabe duda que por estúpido, nisiquiera pude comunicarme con mi amigo, de echo lo hice por Email, pero a Jaime no se le ocurrio revisar, quería saber de ella o quizas conseguir el numero de su movil y nada, todo esto me pasa por pendejo, ya que no me se ningun número de memoria, creo que ni el de mi madre.>Gracias al cielo ya he llegado a Nicaragua, lo primero que hago es ir a buscar a Melanie a su trabajo, no me importa que piense la gente de mi. Pregunto por ella en la tienda en la que la habian asignado, pero no quisieron darme información, pido ver al Gerente osea a mi amigo, inmediatamente él acepta recibirme.—Dylan, vaya hasta ahora te a
Dylan.Mi corazón latía como una maldita locomotora, apunto de irse a estrellar contra un maldito hombre llamado Duncan, me encantaría aplastarlo. Aprete los puños y como león feroz doy varias vuelta dentro de la casa de mi conejita, si tuviera a ese imbécil enfrente de mi, no dudaria ni un segundo en mandarlo a comer mierda, lo golpearia por todos lados para que sienta lo que una mujer siente cada vez que las lastiman.—Dylan— susurro mi conejita toda asustada por verme enojado y como no estarlo, maldita sea como no estar así. Mis ojos empezaron a picar, quería matarlo por haber lastimado a una mujer indefensa.—¿Porque mierdas permites todo esto, porque sigues con él?Ella niega alejándose de mi, la tome de la mano para acercarla, mire nuevamente su cuerpo marcado por las manos de ese imbécil.Frotándome la Cabeza suspire para controlar la furia que estaba empezando a crecer en mi, lo mejor será llevarme de una vez, para que esperar, no pienso dejar a la mujer que amo con un maldito
Estaba emocionada al saber que Dylan regreso por mí, pensé que solo quería jugar conmigo pero negativo, él realmente me ama, eso es suficientemente para mi. Por otro lado fue meramente una pesadilla lo que sucedió con Duncan, ahora tenía que alejarme cuanto antes o iba salía muerta de su lado ya que Duncan era un hombre miserable que nunca le importaba lastimarme sin piedad alguna, no me cabe duda que él, es de esos hombres prepotente que siempre quiere dominar y manipular a los débiles.—No pienses mucho, te harás daño— Expreso Dylan sacándome del trance en la que estuve metida hace unos minutos. —Bueno aún estoy asimilando esta realidad—respondo a lo que sonríe levemente— Por otro lado, lamento a ver desconfiado de tu palabra. Dylan negó acariciando mi mano. —Amor, olvida esa pesadilla y céntrate en nosotros, okey.—Okey.En el proceso del viaje ninguno dijo absolutamente nada, Dylan parecía ido y yo seguía torturando mi cerebro en cuanto a Duncan. Dylan rara vez se me quedaba
Dylan Había pasado más de dos semanas en la que decidí vivir con Melanie sin importarme absolutamente nada más que mi amor por ella. Me valía verga lo que pensaba Katrina respecto a eso. Dejarle dicho que quería el divorcio la enfureció como una demente, quizás no lo espero, por lo que ya era hora en que tenía que dejar las cosas más que claras. Amar a otra mujer y estar atado sin amor era torturante. —¿¡Estas con esa mujer, me estas engañando desde cuando!? —Grito furiosa, negando sigo en lo mío, ella ojea una vez más la demanda de divorcio, ríe a carcajadas mientras empieza a romper las copias, por si fuera poco grita como una loca llamando la atención de mis empleados. —Pareces esas locas salida de las clínicas psiquiátricas, no estas en tu casa para que vengas hacer el berrinche. ¡Piensa, te ves ridícula! Katrina enojada se acercó enfrente de mi, empezó a golpearme en mi pecho, ni siquiera quise moverme, deje que se desquitara, al cansarse exclamó palabras soeces, sinvergüenz
Melanie. —Hola— respondí nerviosa. —Melanie, puedo saber porque no coges mis llamadas, en fin ¿Qué tal va todo por ahí? –Pregunta Duncan, ahora yo me preguntó ¿Cómo decirle que ya no estaré más con él? Seguramente no lo sabe aún. —Duncan, necesito que hablemos – Mi voz suena con temor, miro a Dylan, él me mira sin pestañar. —¿Hablar sobre qué Melanie? Si es de tus quejas de siempre, es mejor que te lo ahorres me cansa escuchar tus comentarios sin sentidos — Mientras el habla mis lágrimas no dudan en salir, Dylan me quita el móvil, me asusta pero rápidamente me calmo al ver que activa el alta voz y me lo regresa nuevamente, por un momento pensé que él haría una locura. —Duncan quiero separarme de ti, en cuanto vengas debes firmar el divorcio —Replicó sin ninguna pisca de temor, puedo oír su respiración acelerada al otro lado de la línea. Dylan me sonríe y me dice en un susurro que siga y claro que lo haré de eso no hay duda.—La vida que me estás dando no me gusta y...—No me deja t