Melanie.Si suicidarse no fuera pecado, en estos instantes mi madre estuviera llorando encima de mi cuerpo inerte, lastimosamente es un pecado morir quitándonos la vida.Cuando era pequeña mama me enseñó muchas cosas de la biblia incluyendo amar al projimo, ahora que lo pienso realmente no amo a Duncan, estoy con él por pura costumbre o mejor dicho necesidad de no estar sola. No obstante es hora de alejarme de él, antes que sus propias manos acaben conmigo. El agua recorriendo mi cuerpo maltratado, hace que sienta frío, aún no tengo ganas de levantarme de aquí, los ojos me arden de tanto llorar, creo que llevo más de 3 horas sin moverme, hasta los pies los tengo entumecido por la mala posición en la que estoy, ahora que me doy cuenta mi cuerpo tiembla del frío por estar en el suelo.—Ya son más de las seis de la mañana, piensas estar en la regadera todo el día.— Replico Duncan. Ignore lo que me decia por ser una maldita escoria—Bien has lo que quieras, muere de frio si así lo deseas
Dylan.Llevaba días desesperado con ganas de dejar a Katrina tirada con su dolor por la muerte de su padre, ya no aguantaba más, quería buscar cualquier excusa, sin embargo no puede, me aguante estas dos semanas. He estado como un loco necesitado de ver a Melanie, seguramente ella piensa lo peor de mi y no cabe duda que por estúpido, nisiquiera pude comunicarme con mi amigo, de echo lo hice por Email, pero a Jaime no se le ocurrio revisar, quería saber de ella o quizas conseguir el numero de su movil y nada, todo esto me pasa por pendejo, ya que no me se ningun número de memoria, creo que ni el de mi madre.>Gracias al cielo ya he llegado a Nicaragua, lo primero que hago es ir a buscar a Melanie a su trabajo, no me importa que piense la gente de mi. Pregunto por ella en la tienda en la que la habian asignado, pero no quisieron darme información, pido ver al Gerente osea a mi amigo, inmediatamente él acepta recibirme.—Dylan, vaya hasta ahora te a
Dylan.Mi corazón latía como una maldita locomotora, apunto de irse a estrellar contra un maldito hombre llamado Duncan, me encantaría aplastarlo. Aprete los puños y como león feroz doy varias vuelta dentro de la casa de mi conejita, si tuviera a ese imbécil enfrente de mi, no dudaria ni un segundo en mandarlo a comer mierda, lo golpearia por todos lados para que sienta lo que una mujer siente cada vez que las lastiman.—Dylan— susurro mi conejita toda asustada por verme enojado y como no estarlo, maldita sea como no estar así. Mis ojos empezaron a picar, quería matarlo por haber lastimado a una mujer indefensa.—¿Porque mierdas permites todo esto, porque sigues con él?Ella niega alejándose de mi, la tome de la mano para acercarla, mire nuevamente su cuerpo marcado por las manos de ese imbécil.Frotándome la Cabeza suspire para controlar la furia que estaba empezando a crecer en mi, lo mejor será llevarme de una vez, para que esperar, no pienso dejar a la mujer que amo con un maldito
Estaba emocionada al saber que Dylan regreso por mí, pensé que solo quería jugar conmigo pero negativo, él realmente me ama, eso es suficientemente para mi. Por otro lado fue meramente una pesadilla lo que sucedió con Duncan, ahora tenía que alejarme cuanto antes o iba salía muerta de su lado ya que Duncan era un hombre miserable que nunca le importaba lastimarme sin piedad alguna, no me cabe duda que él, es de esos hombres prepotente que siempre quiere dominar y manipular a los débiles.—No pienses mucho, te harás daño— Expreso Dylan sacándome del trance en la que estuve metida hace unos minutos. —Bueno aún estoy asimilando esta realidad—respondo a lo que sonríe levemente— Por otro lado, lamento a ver desconfiado de tu palabra. Dylan negó acariciando mi mano. —Amor, olvida esa pesadilla y céntrate en nosotros, okey.—Okey.En el proceso del viaje ninguno dijo absolutamente nada, Dylan parecía ido y yo seguía torturando mi cerebro en cuanto a Duncan. Dylan rara vez se me quedaba
Dylan Había pasado más de dos semanas en la que decidí vivir con Melanie sin importarme absolutamente nada más que mi amor por ella. Me valía verga lo que pensaba Katrina respecto a eso. Dejarle dicho que quería el divorcio la enfureció como una demente, quizás no lo espero, por lo que ya era hora en que tenía que dejar las cosas más que claras. Amar a otra mujer y estar atado sin amor era torturante. —¿¡Estas con esa mujer, me estas engañando desde cuando!? —Grito furiosa, negando sigo en lo mío, ella ojea una vez más la demanda de divorcio, ríe a carcajadas mientras empieza a romper las copias, por si fuera poco grita como una loca llamando la atención de mis empleados. —Pareces esas locas salida de las clínicas psiquiátricas, no estas en tu casa para que vengas hacer el berrinche. ¡Piensa, te ves ridícula! Katrina enojada se acercó enfrente de mi, empezó a golpearme en mi pecho, ni siquiera quise moverme, deje que se desquitara, al cansarse exclamó palabras soeces, sinvergüenz
Melanie. —Hola— respondí nerviosa. —Melanie, puedo saber porque no coges mis llamadas, en fin ¿Qué tal va todo por ahí? –Pregunta Duncan, ahora yo me preguntó ¿Cómo decirle que ya no estaré más con él? Seguramente no lo sabe aún. —Duncan, necesito que hablemos – Mi voz suena con temor, miro a Dylan, él me mira sin pestañar. —¿Hablar sobre qué Melanie? Si es de tus quejas de siempre, es mejor que te lo ahorres me cansa escuchar tus comentarios sin sentidos — Mientras el habla mis lágrimas no dudan en salir, Dylan me quita el móvil, me asusta pero rápidamente me calmo al ver que activa el alta voz y me lo regresa nuevamente, por un momento pensé que él haría una locura. —Duncan quiero separarme de ti, en cuanto vengas debes firmar el divorcio —Replicó sin ninguna pisca de temor, puedo oír su respiración acelerada al otro lado de la línea. Dylan me sonríe y me dice en un susurro que siga y claro que lo haré de eso no hay duda.—La vida que me estás dando no me gusta y...—No me deja t
El olor a café hace que me levanté de golpe y corra hasta el cuarto de baño, sin más arrojó lo poco que tengo en el estómago, las manos de Dylan me ayudan a recoger mi cabello. Corro la llave de inodoro, me lavo la boca y el rostro. —¿Te sientes mal amor?— Pregunta Dylan preocupado. —No, sólo es que me moví tanto en la cama hasta marearme nada más. —¿Segura que es eso? —Si es eso ¿Que más podría ser?— Digo suspirando, sonríe y respira aliviado. —¿No te duele algo? —Bueno la cabeza me punza un poco desde ya rato, pero es algo normal no te preocupes.—Claro que me preocupo, como no hacerlo, ahora date un baño para que desayunes lo que te prepare y luego te tomas un analgésico ¿Vale?— Abro los ojos como platos él me preparo el desayuno, Wau me he ganado a un increíble hombre. ******** Al terminar el baño me seco el cuerpo y el cabello, aplico crema hidratante en mi cuerpo, luego me visto un conjunto de ropa interior color celeste, me aplico desodorante en gel y loción, buscó entr
Dylan. Manejo como un demente hacia el hospital central de Managua mientras voy procesando lo que me acaba de decir la madre de Katrina, esto es una locura, ella embarazada de mí, no y no lo creo, según ella una noche llegué y tuvimos sexo sin protección hace aproximadamente un mes, pienso y descartó ¿Será posible que sea mío? —No Maldita sea—Grito enojado golpeando el volante. Sé que el bebé no tiene la culpa, pero no podría dejar a Melanie y no la voy a dejar para nada aunque me cueste ser el enemigo de medio mundo, me haré cargo de mi hijo de eso no hay duda, pero no pienso estar atado a una mujer a la cual no amo, jamás caeré en esa red de mentira, si katrina piensa que me va manipular y chantajearme, para su desgracia se equivoco conmigo.Llegó al hospital furioso, estaciono mi auto, al bajar camino a toda prisa, busco a Karina con la mirada, ella está sentada en los bancos de la sala de espera, rápidamente sus ojos se posan en los míos se levanta y camina muy seria hacia mí.