Katty es una chica que se casó con grandes ilusiones, enamorada y feliz, al poco tiempo de su matrimonio se da cuenta que el hombre con quien decidió vivir el resto de su vida no era lo que aparentaba, aun así, quería salvar su matrimonio después de un tiempo, cansada y derrotada decide firmar el acuerdo de divorcio. Esto no es lo único difícil que ella tendrá que vivir. Aníbal, hombre rico y lleno de rencor, decide acercarse a Katty para vengar su pasado y el de su madre, lastimando profundamente a la mujer mas maravillosa del mundo, sus planes se completan al verla arrodillada a sus pies suplicando clemencia, pero… ahí algo en su corazón que picotea… ¿Será dolor? ¿Empatía? Descúbrelo en esta historia.
Leer másEn la casa… Cristina leía un libro en su cama antes de dormir, Eduardo su esposo revisaba algunos documentos. Kase entró corriendo agitada. “¡Abuela! ¿A qué hora llegará mi mamá?”. Cristina dejó su libro y acompañó a Kase a su cama. “Creo que tarde, tú ya debes dormir no te preocupes”. “Pero abuela…” Kase quería esperar a su madre. “Nada, nada. Es hora de dormir”. Cristina ayudó a Kase a subir a su cama. Le dio un vistazo a Kevin que dormía profundamente. Kase subió a su cama y se acostó abrazando su muñeca. Cristina deseaba que Aníbal y Katty se reconciliaran. Salió cerrando la puerta de la habitación y su teléfono se escuchó, era Karl. “Hola hijo ¿Cómo estás?”. “Bien. Mamá… Mañana regreso a casa”. Karl tenía mucho que platicar con su madre, era parte de lo que deseaba hacer en el futuro Cristina estaba feliz. “Bien, te recogeremos”. Ella no dejaba de sonreír y fue directo a contarle a su esposo Eduardo. Las semanas pasaban, Aníbal estaba más y más apegado a sus pequeños y
Katty se disculpó cuando Kase la arrastro lejos de ahí, Azucena y Aníbal se quedaron solos. El aprovecho “Azucena ¿Qué haces aquí?” Ella trato de acercarse, pero Aníbal la evito, solo sonrió picara. “Quería saber si tu y yo teníamos oportunidad… como en los viejos tiempos Aníbal negó inmediatamente. “Lo siento, pero no me interesas, estoy luchando porque mi mujer me perdone, le falle mucho y a sido difícil que confié en mí de nuevo”. Azucen a giro para ver a Katty con los dos pequeños y finalmente se dio por vencida. “Bien… Igual me divertí viajando a este lugar tan… rustico…” Aníbal la acompaño a su auto para despedirse. Katty los observo salir entre las carpas e hizo una mueca, Cristina observo a su hija y suspiró. Ella intento distraerse, sin embargo, no dejaba de pensar en Aníbal y la mujer. Cristina se acercó. “Vas a dejar que Aníbal se vaya con esa mujer”. Katty negó nerviosa. “El sabe lo que hace…” Cristina rodo los ojos. “Hija… Aníbal ha hecho tan esto días por complacer
Cristina les dio la bienvenida invitándolos al comedor, todos se reunieron, Katty habló sobre los contratos realizados y algunos clientes y Aníbal también se unió hablando de su trabajo, Eduardo los escuchaba atento, Cristina ayudaba a los chicos a comer, Kase no dejaba de mirar a su padre, quería volver a hablar con él, aunque todavía no aceptaba el hecho de que era su padre. Al contrario de Kevin, aprovechó conversar con él y preguntarle sobre los negocios en la gran ciudad. Antes de despedirse, Aníbal le pidió a Kase que hablaran. Ella aceptó a regañadientes y juntos salieron al jardín, cuando estaban solos Aníbal habló. “Me equivoque mucho en el pasado, lastimé a tu madre y ahora le he pedido la oportunidad de que me perdone, espero que con el tiempo me aceptes”. Kase lo miró fijamente. “¿De verdad estás arrepentido?”. Aníbal asintió. Kase lo pensó un poco. “Si mamá te acepta yo también lo haré”. Aníbal sonrió ofreciéndole su mano, Kase se lanzó a sus brazos acurrucándose en
La mujer observó detenidamente a Katty y se dirigió a Aníbal. “Hace años que me mudé al extranjero, cuando volví, te busqué, pero nadie sabía de ti”. Aníbal cambió de domicilio cuando ideó el plan, dejando atrás todo su pasado. “¿Recuerdas al profesor Braulio? El que nos castigaba por platicar en clases”. Ella empezó a hablar del pasado, Aníbal también recordaba y se sentía bien acordarse. Empezaron a charlar. Katty se sintió aún más fuera de lugar. Su teléfono sonó. Se disculpó alejándose y contestando, era su madre quería saber cómo estaba. Al colgar se giró encontrándose con la pareja muy feliz conversando. Katty hizo una mueca, se dio la vuelta y se fue. Busco un taxi rápidamente, Aníbal al no verla empezó a buscarla, al levantar la vista vio el coche donde ella se iba. “¡Rayos!”. Azucena frunció el ceño. “¿Qué pasa?”. Aníbal se disculpó. “Tengo que irme, me dio gusto verte”. El subió a su auto rápidamente sin darle tiempo a la mujer de despedirse. Una mujer joven se acercó i
En el hospital…Katty y Karl entraron en la habitación, Mariano estaba recostado con un brazo y pie enyesado, tenía algunos rastros de golpes en la cara.Karla vino hasta la cama sin perder de vista al hombre. Katty se quedó de pie en la puerta junto con Aníbal.Mariano descansaba, abrió los ojos encontrándose con la pequeña figura, no pudo esconder su sonrisa . “Viniste”.Karl se quedó en silencio.Mariano respiró hondo, todavía dolían los golpes. “En estos casos te das cuenta de quién de verdad está contigo…”Lo dijo mirando a Aníbal y Katty.Se la había pasado bebiendo y en fiestas después de que Aníbal le retiró la empresa para que Andrés se hiciera cargo, despilfarraba dinero con mujeres y amigos si así se le podían decir, cuando tuvo el accidente estaba muy ebrio, chocó con un camión. En el tiempo que ha estado en el hospital ninguno de esos supuestos amigos ha aparecido, en cambio su sobrino y la mujer a la que tanto daño ayudó hacer estaban aquí, agradeció en silencio que Katt
Llegaron al parque, ambos niños tomaron la mano de su madre, Aníbal iba detrás de ellos, le agradaba ver a los tres juntos, era un sentimiento complicado el no ir con ellos también de la mano. Subieron a algunos juegos, Katty les compró helado, Aníbal los cuidaba a los tres, en ocasiones las miradas de ambos se encontraban y Katty no sabia como reaccionar, la ponía completamente nerviosa, por su parte Aníbal era cauteloso pero atento, no quería que Katty se molestara con su presencia. Al regresar a la casa, Aníbal estacionó el auto, Katty bajo para recoger a Kase que estaba completamente exhausta sin embargo Aníbal la detuvo. “Yo la llevaré”. Katty tomó la mano de Kevin que también venía algo somnoliento. Subieron por las escaleras y Aníbal los seguía llevando en brazos a Kase, Katty abrió la habitación de los chicos, le gusto ver la decoración y que tenían de todo, juguetes, libros, colecciones de las cosas que les gustaban a cada uno, había dos camas, una azul y una rosa, Aníbal
Deberías decirles que es su padre”. Soltó Karl. Siempre fue claro y directo, parecía un pequeño adulto. Katty se sobresaltó y giró mirando al niño. “Lo sabes…” Karl afirmó y volvió su mirada a los chicos. “Ellos también lo sienten, es una conexión extraña que no puede explicarse…” Con las palabras de su hermano, ella recordó a Mariano, Karl no quería tener comunicación con él a pesar de lo insistente que era de verlo. Ella ya había pensado en la idea de decirlo, pero no sabía cómo y el tiempo pasaba más y más. “Lo pensaré. Vamos”. Ellos bajaron para saludar, Aníbal no dejaba de mirar a Katty. Ella sentía esa mirada tan penetrante, acomodó su cabello y lo observaba de reojo, tenía el cabello más corto y algo de flequillo cubría su frente mostrando un Aníbal diferente, su camisa blanca informal, sus jeans y tenis lo hacían parecer mucho más jovial. “Pasen”. Dijo el señor Gonzalo, Katty negó. “Yo no puedo quedarme, debo regresar a dejar a Karl en casa…” Kase le suplicó. “Mamá qué
Ante las palabras de Andrés, las dos mujeres se quedaron anonadadas. “Se canceló el trato del señor Cárdenas por los malos manejos que quería hacer. Las deudas están pagadas, tu padre fue trasladado a un mejor hospital donde tendrá los mejores cuidados”. Agregó. Elida seguía muy seria. “Gracias”. Fue lo único que pudo decir. En el camino al hospital todo estaba en silencio, la madrastra de Elida examinó al hombre a su lado, era joven y guapo, cuchicheó con Elida. “¿Dónde conociste a este hombre? ¿Es hermano de Aníbal?”. Elida le pidió que guardara silencio y siguieron el camino, cuando llegaron al hospital se dieron cuenta que era uno de los mejores de la ciudad, al entrar a la habitación encontraron a su padre ya despierto, pero débil hablando con el doctor, ambas mujeres corrieron abrazarlo. El hombre mayor sonrió desde donde estaba postrado al verlas. Su mirada se encontró con Andrés que caminó a la cama. “Usted es… ¿Andrés Montecinos?”. Andrés le regaló una pequeña sonrisa. “S
La puerta se abrió, sabía que su madrastra venía por ella, pero su cuerpo no quería moverse, se rehusaba a dar ese paso, apretó el vestido en sus piernas bajando la cabeza y estaba a punto de hablar cuando alguien se agacho a su altura, tomó sus manos y las apretó. Ella levantó poco a poco la mirada encontrándose con los ojos del hombre que siempre estaba en sus pensamientos, estaba incrédula. “Andrés…” Él sonrió hacia ella. “Si, vine a hablar contigo”. Elida no entendía. “¿Qué dices?”. Andrés le explicó con nerviosismo. “Te amo Elida”. Ella se quedó en shock. Andrés siguió. “Te amo desde el día que te conocí, pero era terco y quise olvidar este sentimiento que me haces sentir, me aferré a Katty por todo nuestro pasado y escondí lo que sentía por ti, hoy que estaba a punto de casarme con ella y enterarme que te casabas ya no pude contenerlo más”. Elida empezó a llorar. Andrés se sentó a su lado sin soltar sus manos, las acarició besando cada una de ellas. “Espero puedas perdon