Katty se acercó dándole un abrazo de bienvenida al hombre que era la sombra de su amiga. “Hola Javier”.
Después de los saludos, salieron abrazadas del aeropuerto, Maggie no dejaba de parlotear sobre las situaciones que pasaron en el avión, mientras Javier las seguía cargando todas las cosas de Maggie.
En el camino Maggie le contaba sobre su viaje y todo los lugares que conoció, ella era cantante y actriz, estuvo fuera de la ciudad por mucho tiempo rodando una película y en una gira, fue una oportunidad increíble y tuvo que irse al día siguiente de la boda de Katty, pocas veces hablaron y su amiga siempre decía estar bien, pero en el fondo Maggie sabía que algo pasaba. La voz de Katty era triste la conocía de años.
Llegaron al departamento, Maggie y Katty entraron a la sala, mientras Javier dejaba las maletas y bolso de Maggie en el recibidor, al terminar sonrió despidiéndose. “Estaré en mi departamento si necesitan algo”. Conocía completamente el carácter de su jefa y estaba acostumbrado a todos sus berrinches y desplantes.
Maggie rodó los ojos. “Ok, ok, ya vete”. Cerró la puerta después de sacarlo del departamento rápidamente.
Javier al sentir el portazo en la cara solo suspiró y caminó hasta la otra puerta en el mismo piso, era el lugar donde se quedaba para estar al pendiente de Maggie.
Maggie tomó la mano de su amiga arrastrándola al sillón quedando una frente a la otra.
Con una mirada seria preguntó. “Ahora sí, dime ¿Qué pasa?”.
Katty sonrió tristemente y mirando fijamente a su amiga le empezó a contar. “Aníbal… Tiene una amante”.
Maggie no podía creerlo. “¿Qué? ¡Una amante!”.
Katty afirmó con una gran cara triste.
…………………….
Hace algunas semanas…
Katty fue de compras a un centro comercial, deambuló por el gran lugar buscando una corbata nueva para su padre y de paso recoger el regalo para Aníbal, pronto sería su segundo aniversario.
Habían tenido discusiones y malos entendidos quería hacer algo especial para él y poder limar asperezas, el empleado de la joyería le entregó unas hermosas mancuernillas de plata con diamantes incrustados, costaban una fortuna, Katty las diseñó ella misma y pidió al joyero realizarlas, estaba feliz porque eran exactamente como ella las quería. “Gracias”. Expresó saliendo del lugar. Ya las había liquidado hace semanas.
Cerro la caja y las guardó en su bolso como un gran tesoro, caminó hasta una tienda de ropa de hombres de alta calidad, quería comprar una corbata para el traje que su padre usaría en un evento. Acarició una en color azul marino y pequeños puntos blancos, era muy suave y sedosa. Le gustó mucho y la tomó para pagarla, ya en la caja entregó su tarjeta, la empleada escuchó el pitido de la máquina y le murmuró a Katty. “Lo siento, su tarjeta por alguna razón no pasa”.
Katty frunció el ceño. “Debe haber algún error”. Después de que la empleada la paso varias veces, busco otra en su cartera y está también fue declinada.
La empleada negó. “Esta tampoco la acepta”. Katty con gran vergüenza tomó la tarjeta y pagó las cosas en efectivo. Salió de la tienda rumbo a la oficina donde su esposo trabajaba. Era muy extraño, las tarjetas eran de la empresa y nunca antes había tenido problema.
Su teléfono sonó, era su padre. “Querida".
“Hola Papá". Ella caminaba a la salida.
“Hija, necesito hablar con Aníbal, pero no puedo comunicarme con él".
Katty frunció el ceño. "¿Pasa algo?".
El hombre la tranquilizó. “Solo unos detalles sobre el nuevo producto”.
Katty reviso la hora. “Iré a la empresa papá y le diré que te llame”.
“Gracias hija, cuídate”.
Katty colgó el teléfono y condujo hasta la empresa, ya ahí, entró saludando a la mujer de recepción, ella inmediatamente le dio un pase y la dejó entrar, adulándola todo el tiempo, era de la familia Alcántara. Conocían bien a Katty, era la portavoz.
Subió al elevador saludando a algunas personas conocidas, cuando era más chica se la pasaba corriendo por los pasillos de la empresa junto a su padre.
Salió del elevador en el piso principal donde estaba presidencia, la secretaria no estaba en su lugar y caminó directo a la oficina, la puerta estaba entreabierta.
Ella abrió lentamente para no molestar a su esposo por si estaba ocupado, pero la imagen que encontró le dio un golpe duro al corazón.
Aníbal y la secretaria estaban teniendo sexo. Ella estaba encima de él en la silla de presidencia detrás del escritorio, la mujer estaba desnuda de la parte superior y se besaba con Aníbal.
Katty no podía creerlo, camino hasta ellos. “Aníbal…” Susurro con voz quebrada.
La pareja miró a la chica de pie en el centro de la oficina. La secretaria no se levantó, solo miro a Katty de forma burlona.
Aníbal por su parte solo levantó la vista encontrándose con la mirada de Katty, sus hermosos ojos azules eran vidriosos, ella estaba conteniendo las ganas de llorar.
Aníbal no llevaba saco y la camisa blanca estaba abierta del pecho.
Katty respiro hondo tranquilizando su pobre corazón. “¿Qué haces?”.
Aníbal solo suspiro con desprecio.
Miró a su secretaria y le habló amablemente. “Regresa a tu lugar. Más tarde alístate para salir”. La mujer sonrió afirmando, se levantó desnuda y empezó a vestirse sin dejar de mostrar una mirada altanera a Katty.
Katty al ver la desvergüenza de la mujer giró su rostro a un lado con mucho disgusto.
La mujer terminó de vestirse frente a Katty y salió con una gran sonrisa meneando su cadera y resonando sus tacones.
Katty seguía de pie en el mismo lugar esperando a que Aníbal dijera algo, pero él solo acomodo su ropa torciendo su cabeza de un lado a otro sin dejar de mirarla.
“Aníbal. ¿Quieres explicarme?”. Se cansó de su silencio, quería respuestas.
Aníbal contestó sin importancia. “No”. Se recargó en la silla moviéndose de un lado a otro.
Ella estaba confundida, no era la forma en que esperaba que él reaccionara.
“Aníbal, soy tu esposa… ¿Desde cuándo me engañas?”.Aníbal la miró en silencio jugando con su pluma antes de contestarle de manera cruel. “Desde siempre”.Katty no entendía, frunció el ceño. “¿Desde siempre? ¿Qué quieres decir?”.Aníbal se levantó acomodando su saco y avanzó hasta quedar frente a Katty, él bajó un poco su rostro para estar a la par de la chica, era mucho más alto que su esposa. “Siempre he tenido amantes, si no estás de acuerdo, es tu problema”. Katty se quedó en trance, el dolor en su pecho era intenso, él nunca antes le había hablado así. “¿Qué pasa Aníbal? ¿Por qué te comportas así? Se que hemos tenido desacuerdos… Es normal en una relación, las cosas tienen solución... Pero esto... ¿Qué está pasando con nosotros?”.Aníbal caminó hasta al minibar. “Pasa que ya me cansé de fingir”.Él movió sus manos en el aire en círculos. “Todo esto”. “Fingir… estabas fingiendo todo este tiempo”.Aníbal sin ningún remordimiento contestó. “Si”. Tomó su whisky de un trago sin d
Aníbal se había convertido en un completo extraño con quien vivía, le tenía miedo, pero no quería dejarlo, lo amaba y creía que en ese frío caparazón también se escondía el amor que había profesado cuando eran novios, solo que había algo que lo hacía comportarse así y Katty quería averiguarlo, ella deseaba encontrar alguna solución para su relación, lo deseaba con toda el alma.Aníbal frotó sus labios hasta quitar el labial, dejando todo alrededor de los labios embarrado. Katty seguía inmóvil mirando al hombre, Aníbal se acercó más y el pulgar era más agresivo, pero más lento, empezó a dar pequeños círculos alrededor, Aníbal trago grueso y momento después la estaba besando.El beso no era nada delicado ni mucho menos lleno de amor, era más como deseo, lujuria. Katty cerró sus ojos al sentir el contacto, dejando que su esposo la guiara, Aníbal la llevó al sillón quitándole la ropa rápidamente y él solo bajo su pantalón para allanarla sin ningún tacto. Katty gimió al sentir como entrab
Ofelia apretó los dientes y se alejó. Mario era un tipo imposible.Katty conversaba con algunas amigas. “Es encantadora tu fiesta… pero… Dónde está tu esposo No lo veo por ningún lado”. Una mujer rubia miró a todos lados, mencionando a Aníbal, Katty apretó las manos. “Está en un viaje de negocios…”La mujer se burló. “¿Estás segura? Por ahí escuché que lo vieron en los bares bebiendo y con diferentes mujeres”.Maggie entró a la defensa de su amiga. “¡Eso es mentira! Aníbal ama a Katty, son solo chismes”.La mujer sonrió de lado y tomó su copa.Katty nerviosa miro a todos lados, Aníbal no llegó a la fiesta, ella suspiró cansada y triste, no estaba disfrutando nada, el momento del pastel había llegado, todos se acercaron a cantarle a Katty las mañanitas, sus padres a su lado sonreían mientras seguían la letra de la canción, su tío miraba a Katty con un brillo muy especial. La gente seguía la melodía en coro hasta que se escuchó un estruendo. La gran puerta de la entrada fue abierta de
El chico lo vio todo desde su lugar, y apretó los puños fuertemente. El empleado llegó hasta Mario. “El señor Gonzalo no vendrá y dice que no conoce a nadie con ese nombre”. Mario giro a ver al chico que estaba petrificado en la puerta. “Creo que te equivocaste de persona chico”. Hizo una señal a los guardias quienes rápidamente llegaron y arrastraron al niño a la calle tirándolo en la acera. El pequeño estaba en shock no dijo nada, sus lágrimas cayeron mientras la gente lo miraba con molestia, todos los que llegaban era gente importante que no les interesaba lo que un chico callejero sintiera. Fin del recuerdo de Mario. ………………………………. Mario estaba intrigado y pensó. ¿Podría ser aquel niño? No. Se negó a sí mismo. No, no lo es… No puede ser. En la puerta apareció un hombre joven, alto y de ojos verdes, llevaba un traje gris. Detrás de él había algunos hombres que lo acompañaban. Katty al notar su presencia lo reconoció al instante y susurro. “Andrés”. Maggie también lo vio y
En el despacho de la casa de la familia Alcántara… El señor Gonzalo sacó un montón de papeles de un cajón y los dejó caer en el escritorio reclamándole a Mario. “¡Me puedes explicar! ¿Qué diablos está pasando?”. Mario solo hizo una pequeña mueca y levantó la mirada, se acercó caminando a la silla, apretó los dientes aguantando la humillación de que le gritaran. El señor Alcántara siguió recriminando, golpeó con furia los papeles que acababa de lanzar. “En primera este nuevo producto no está funcionando, hay demasiadas quejas sobre la calidad, las acciones están cayendo, en segunda cómo es posible que dejes que Aníbal haga lo que quiere en la empresa, tú eres el que está en la empresa trabajando con él, Tú eres el encargado de verificar todo lo que hace, te lo dije el día que me retiré, debes estar atento a todo ¡A Todo!”. Mario se quedó en silencio escuchando los regaños. Gonzalo apretó el respaldo de la silla con dolor, frotándose las sienes. “El maldito ni siquiera ha querido v
Por la mañana Katty se levantó de la cama con grandes ojeras, no pudo dormir bien en toda la noche pensando en Aníbal y Andrés. Entró al baño y se dio una larga ducha, al salir vistió ropa sencilla y se maquilló muy poco, no como siempre lo hacía, salió de la habitación y bajó las escaleras hasta el comedor donde su tío Mario, su madre Ofelia y su padre Gonzalo ya estaban esperándola. “Buenos días”. Les dijo tratando de fingir que estaba bien, su padre la animó. “Ven a desayunar cariño, Esther hizo tus panqueques favoritos”. Katy se acercó a su papá dándole un fuerte abrazo. “Gracias, pero voy a almorzar con Maggie, me está esperando”. Ella estaba a punto de irse cuando su tío tomó su mano preguntando. “¿Estás segura?”. “Sí tío”. El hombre le regaló una gran sonrisa. “Tenemos que hablar sobre Aníbal más tarde Katy”. Le insinuó su padre antes de que ella se fuera. Ella fingió una sonrisa y afirmó. “Sí papá, más tarde lo haremos”. Katty se despidió de ellos y salió de la casa, Of
Era igual que hace años, pero la situación era diferente, esta vez Andrés no llevaba jeans y playeras informales, ni llevaba su mochila, él estaba de pie enfundado en un traje azul y zapatos de piel, su cabello era corto y estaba bien peinado hacia atrás. Katty se detuvo a unos pasos, Andrés al sentir su presencia se giró encontrándose con la mirada de la chica. “Hola… Katty”. Katty no contestó nada y se detuvo al escuchar su voz, trató de tranquilizar su corazón que martilleaba con fuerza, apretó los puños. Él se rascó la ceja con los dedos y dejó salir una pequeña sonrisa nerviosa. Al levantar la mirada le declaró. “Eres igual o más bella que hace años…” Katty miro a otro lado haciendo una mueca. “No vine a escuchar tus mentiras”. Andrés hizo una línea en su boca. “Katty…Yo me la he pasado disculpándome desde que volví a verte… Quiero explicarte porque me fui… porque te dejé”. El empezó a explicarle a Katty… “Mi padre trabajaba en la empresa ALCA, él creó el sistema UNIX, era
Gonzalo frunció el ceño. “¿No crees que estás tomando esto muy a pecho?”. A veces era extraño como Mario se preocupaba de más por Katty, la sobreprotegía muchos más que él. Mario descontrolado negó por la ligera actitud de Gonzalo. “¡No! Es el futuro de Katy, no puedes permitir que cualquiera se acerque a ella”. Respiro profundo tranquilizándose. “Ella merece lo mejor Gonzalo”. Quiso hacerle entender la importancia de Katty para ellos. Pero Gonzalo tenía un punto. “Mario… Si lo alejas, ellos seguirán viéndose a escondidas y el problema será más grande, creo que hay que darle una oportunidad al chico puede que con el tiempo ellos terminan y Katy lo deja”. Mario negaba caminando nervioso por la oficina. “No estoy seguro, ese chico debe estar detrás de la fortuna de la familia, de todo el poder que tenemos”. Gonzalo preguntó. “¿Investigaste?”. Mario afirmó. “Viene del extranjero. Y no hay mucha información sobre él, ese extraño…” Mario se quedó pensativo. “Bueno dejaremos que Ka