Ciudad de Leyva.
Una chica de unos 24 años esperaba afuera del aeropuerto, ella llevaba jeans azules y una blusa trasparentada en color morado, top negro y sandalias negras, su maquillaje era ligero y seductor, tenía unos ojos azules claros y muy llamativos. Jugaba con las llaves de su auto mientras daba un vistazo a la entrada donde salían muchas personas con sus equipajes, su nombre es Katherine Alcántara, hija de una familia muy prestigiosa en la ciudad.
La empresa ALCA era líder en telecomunicaciones en todo el país y varios lugares del mundo. Ella era la portavoz y princesa de la familia, hija única del prestigioso dueño de ALCA, Gonzalo Alcántara y futura heredera de toda la compañía de redes, no cualquiera podía acercarse a ella.
Ansiaba ver a su amiga Maggie que regresaba hoy de su viaje, tenía tantas cosas que contarle.
Mientras esperaba, Katty recordó la última vez que estuvo en el aeropuerto fue hace más de dos años…
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Recuerdo de Katty
Llevaba el cabello más largo y usaba un bonito vestido rosa, tenía la costumbre de siempre recoger a su amiga Maggie en el aeropuerto cada vez que regresaba de una gira.
Había algunas personas a su alrededor que esperaban viajeros incluyendo sus guardaespaldas que la cuidaban desde las sombras. Ella se levantaba de puntillas para ver entre la gente que salía, sin darse cuenta dio algunos pasos hacia atrás chocando con un hombre que pasaba por ahí.
Al chocar contra él, el teléfono del hombre cayó al suelo. “Lo siento”. Katty avergonzada trató de levantar el teléfono, pero el hombre hizo el mismo movimiento chocando sus cabezas.
Ambos se masajearon la cabeza y se disculparon, Katty observó detenidamente al hombre, llevaba un traje gris, era alto y muy guapo, su cabello era castaño y lo llevaba bien peinado, tenía unos ojos cafés muy intensos, el hombre le regaló una bella sonrisa. “Lo siento, fue mi error”.
Katty sonrojada negó. “No, no, yo debí fijarme”.
Ella sonrió al notar los pequeños hoyuelos que se le formaban al hombre en sus mejillas.
Los guardaespaldas estaban a punto de acercarse para proteger a Katty, su trabajo era cuidar de ella y de todo peligro o sospechoso, ella al verlos moverse levantó la mano negándoles que se acercaran, ellos solo se quedaron vigilando ante la orden de la chica.
El hombre le ofreció la mano a Katty. “Soy Aníbal”.
Los ojos de Katty se iluminaron y mostrando una bella sonrisa le estrechó la mano. “Katherine”.
“Lindo nombre... Katherine”. Declaró Aníbal mostrando una sonrisa pícara y coqueta.
Las pestañas de Katty revolotearon ante las palabras y reacción del hombre, realmente era muy atractivo, su porte y altura la hacía sentir atraída.
Aníbal levantó la vista mirando de reojo a los guardaespaldas. “¿Vas de viaje?”.
Katty negó. “Estoy esperando a una amiga”. Trato de calmar su corazón y acomodo algo de cabello detrás de su oreja con nerviosismo, giro observando a los últimos pasajeros salir. “Creo que está retrasada”.
Aníbal con un gesto amable le ofreció. “Yo acabo de llegar a la ciudad, estoy algo sediento… ¿Te gustaría tomar algo conmigo?”. Apuntó a las mesas que estaban en los locales.
Katty no perdió el tiempo y rápidamente aceptó. “Claro”.
Caminaron juntos hasta un local pidiendo una bebida y después se sentaron en una mesa de donde podía ver la salida de los pasajeros, así Katty estaría al pendiente de su amiga.
Conversaron algunos minutos, entre miradas coquetas y sonrisas, Katty empezó a interesarse más en el hombre.
"Entonces… vienes del extranjero”.
Aníbal afirmó. “Nací aquí, pero mi familia decidió mudarse al extranjero cuando yo era pequeño, no recuerdo mucho de este lugar”.
El teléfono de Aníbal sonó, contestó la llamada. Al colgar miró detenidamente a Katty. “Tengo que irme llegaron por mí”.
Katty se levantó junto a él dándole la mano. “Fue un gusto platicar contigo”. Sacó una tarjeta de su bolso. “Este es mi número. Si necesitas algo o algún lugar que conocer de esta gran ciudad no dudes en llamarme”.
Aníbal tomó la tarjeta y le regaló una pequeña sonrisa. “Lo tomaré en cuenta, gracias”. Él se despidió de Katty acercándose y besando su mejilla, ella estaba absorta en el hombre y todavía algo emocionada con el simple beso cuando alguien la abrazó por detrás. “¡Katty!”.
Katty giró rodeando a la mujer. “¡Maggie!”.
Una chica que llevaba una gabardina negra y lentes oscuros abrazaba a Katty, usaba unos tacones de aguja negros, cabello rubio y lentes oscuros, parecía que se escondía de la gente, al ver a Katty de lejos dio algunos brinquitos de felicidad y avanzo más rápido hasta caer encima de ella.
Detrás de ella venia con su maleta un joven con traje negro y lentes oscuros que cuidaba todos sus movimientos y lo que pasaba alrededor.
Katty observó al chico, era muy joven y tenía cara de niño. “¿Quién es él?”. Ella no lo había visto antes.
Maggie giro rodando los ojos hacia el chico. “Es Javier… es mi nuevo guardaespaldas”.
Javier se inclinó un poco regalándole una sonrisa a Katty. Quien lo saludó cortésmente. “Un gusto”.
Katty se acercó al oído de su amiga. “Cada vez te los mandan más jóvenes…”
Maggie afirmó y también dijo en voz baja. “Rafael se fue a las fuerzas especiales y recomendó a este… chico”. Ambas lo examinaban detenidamente mientras él esperaba en silencio frente a ellas. “Es su sobrino”. Lo último Maggie lo dijo de forma despectiva.
Katty entendió y caminaron juntas a la salida. Ellas tenían un sinfín de cosas de qué hablar.
Fin del recuerdo.
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“¡Amiga!”. Gritó la rubia lanzándose a los brazos de Katty que estaba absorta en sus recuerdos.
“Te extrañe”. Katty sonrió ampliamente, no había visto a Maggie desde la boda, ya habían pasado más de dos años.
Maggie se alejó mirando de arriba a abajo a Katty la notaba más delgada y algo triste. “¿Pasa algo?”.
Katty apretó su mano. “Mucho…”
Javier caminó hasta ellas arrastrando las maletas de Maggie. “¡Hola!”. Saludo a Katty amablemente.
Katty se acercó dándole un abrazo de bienvenida al hombre que era la sombra de su amiga. “Hola Javier”.Después de los saludos, salieron abrazadas del aeropuerto, Maggie no dejaba de parlotear sobre las situaciones que pasaron en el avión, mientras Javier las seguía cargando todas las cosas de Maggie.En el camino Maggie le contaba sobre su viaje y todo los lugares que conoció, ella era cantante y actriz, estuvo fuera de la ciudad por mucho tiempo rodando una película y en una gira, fue una oportunidad increíble y tuvo que irse al día siguiente de la boda de Katty, pocas veces hablaron y su amiga siempre decía estar bien, pero en el fondo Maggie sabía que algo pasaba. La voz de Katty era triste la conocía de años.Llegaron al departamento, Maggie y Katty entraron a la sala, mientras Javier dejaba las maletas y bolso de Maggie en el recibidor, al terminar sonrió despidiéndose. “Estaré en mi departamento si necesitan algo”. Conocía completamente el carácter de su jefa y estaba acostumbr
“Aníbal, soy tu esposa… ¿Desde cuándo me engañas?”.Aníbal la miró en silencio jugando con su pluma antes de contestarle de manera cruel. “Desde siempre”.Katty no entendía, frunció el ceño. “¿Desde siempre? ¿Qué quieres decir?”.Aníbal se levantó acomodando su saco y avanzó hasta quedar frente a Katty, él bajó un poco su rostro para estar a la par de la chica, era mucho más alto que su esposa. “Siempre he tenido amantes, si no estás de acuerdo, es tu problema”. Katty se quedó en trance, el dolor en su pecho era intenso, él nunca antes le había hablado así. “¿Qué pasa Aníbal? ¿Por qué te comportas así? Se que hemos tenido desacuerdos… Es normal en una relación, las cosas tienen solución... Pero esto... ¿Qué está pasando con nosotros?”.Aníbal caminó hasta al minibar. “Pasa que ya me cansé de fingir”.Él movió sus manos en el aire en círculos. “Todo esto”. “Fingir… estabas fingiendo todo este tiempo”.Aníbal sin ningún remordimiento contestó. “Si”. Tomó su whisky de un trago sin d
Aníbal se había convertido en un completo extraño con quien vivía, le tenía miedo, pero no quería dejarlo, lo amaba y creía que en ese frío caparazón también se escondía el amor que había profesado cuando eran novios, solo que había algo que lo hacía comportarse así y Katty quería averiguarlo, ella deseaba encontrar alguna solución para su relación, lo deseaba con toda el alma.Aníbal frotó sus labios hasta quitar el labial, dejando todo alrededor de los labios embarrado. Katty seguía inmóvil mirando al hombre, Aníbal se acercó más y el pulgar era más agresivo, pero más lento, empezó a dar pequeños círculos alrededor, Aníbal trago grueso y momento después la estaba besando.El beso no era nada delicado ni mucho menos lleno de amor, era más como deseo, lujuria. Katty cerró sus ojos al sentir el contacto, dejando que su esposo la guiara, Aníbal la llevó al sillón quitándole la ropa rápidamente y él solo bajo su pantalón para allanarla sin ningún tacto. Katty gimió al sentir como entrab
Ofelia apretó los dientes y se alejó. Mario era un tipo imposible.Katty conversaba con algunas amigas. “Es encantadora tu fiesta… pero… Dónde está tu esposo No lo veo por ningún lado”. Una mujer rubia miró a todos lados, mencionando a Aníbal, Katty apretó las manos. “Está en un viaje de negocios…”La mujer se burló. “¿Estás segura? Por ahí escuché que lo vieron en los bares bebiendo y con diferentes mujeres”.Maggie entró a la defensa de su amiga. “¡Eso es mentira! Aníbal ama a Katty, son solo chismes”.La mujer sonrió de lado y tomó su copa.Katty nerviosa miro a todos lados, Aníbal no llegó a la fiesta, ella suspiró cansada y triste, no estaba disfrutando nada, el momento del pastel había llegado, todos se acercaron a cantarle a Katty las mañanitas, sus padres a su lado sonreían mientras seguían la letra de la canción, su tío miraba a Katty con un brillo muy especial. La gente seguía la melodía en coro hasta que se escuchó un estruendo. La gran puerta de la entrada fue abierta de
El chico lo vio todo desde su lugar, y apretó los puños fuertemente. El empleado llegó hasta Mario. “El señor Gonzalo no vendrá y dice que no conoce a nadie con ese nombre”. Mario giro a ver al chico que estaba petrificado en la puerta. “Creo que te equivocaste de persona chico”. Hizo una señal a los guardias quienes rápidamente llegaron y arrastraron al niño a la calle tirándolo en la acera. El pequeño estaba en shock no dijo nada, sus lágrimas cayeron mientras la gente lo miraba con molestia, todos los que llegaban era gente importante que no les interesaba lo que un chico callejero sintiera. Fin del recuerdo de Mario. ………………………………. Mario estaba intrigado y pensó. ¿Podría ser aquel niño? No. Se negó a sí mismo. No, no lo es… No puede ser. En la puerta apareció un hombre joven, alto y de ojos verdes, llevaba un traje gris. Detrás de él había algunos hombres que lo acompañaban. Katty al notar su presencia lo reconoció al instante y susurro. “Andrés”. Maggie también lo vio y
En el despacho de la casa de la familia Alcántara… El señor Gonzalo sacó un montón de papeles de un cajón y los dejó caer en el escritorio reclamándole a Mario. “¡Me puedes explicar! ¿Qué diablos está pasando?”. Mario solo hizo una pequeña mueca y levantó la mirada, se acercó caminando a la silla, apretó los dientes aguantando la humillación de que le gritaran. El señor Alcántara siguió recriminando, golpeó con furia los papeles que acababa de lanzar. “En primera este nuevo producto no está funcionando, hay demasiadas quejas sobre la calidad, las acciones están cayendo, en segunda cómo es posible que dejes que Aníbal haga lo que quiere en la empresa, tú eres el que está en la empresa trabajando con él, Tú eres el encargado de verificar todo lo que hace, te lo dije el día que me retiré, debes estar atento a todo ¡A Todo!”. Mario se quedó en silencio escuchando los regaños. Gonzalo apretó el respaldo de la silla con dolor, frotándose las sienes. “El maldito ni siquiera ha querido v
Por la mañana Katty se levantó de la cama con grandes ojeras, no pudo dormir bien en toda la noche pensando en Aníbal y Andrés. Entró al baño y se dio una larga ducha, al salir vistió ropa sencilla y se maquilló muy poco, no como siempre lo hacía, salió de la habitación y bajó las escaleras hasta el comedor donde su tío Mario, su madre Ofelia y su padre Gonzalo ya estaban esperándola. “Buenos días”. Les dijo tratando de fingir que estaba bien, su padre la animó. “Ven a desayunar cariño, Esther hizo tus panqueques favoritos”. Katy se acercó a su papá dándole un fuerte abrazo. “Gracias, pero voy a almorzar con Maggie, me está esperando”. Ella estaba a punto de irse cuando su tío tomó su mano preguntando. “¿Estás segura?”. “Sí tío”. El hombre le regaló una gran sonrisa. “Tenemos que hablar sobre Aníbal más tarde Katy”. Le insinuó su padre antes de que ella se fuera. Ella fingió una sonrisa y afirmó. “Sí papá, más tarde lo haremos”. Katty se despidió de ellos y salió de la casa, Of
Era igual que hace años, pero la situación era diferente, esta vez Andrés no llevaba jeans y playeras informales, ni llevaba su mochila, él estaba de pie enfundado en un traje azul y zapatos de piel, su cabello era corto y estaba bien peinado hacia atrás. Katty se detuvo a unos pasos, Andrés al sentir su presencia se giró encontrándose con la mirada de la chica. “Hola… Katty”. Katty no contestó nada y se detuvo al escuchar su voz, trató de tranquilizar su corazón que martilleaba con fuerza, apretó los puños. Él se rascó la ceja con los dedos y dejó salir una pequeña sonrisa nerviosa. Al levantar la mirada le declaró. “Eres igual o más bella que hace años…” Katty miro a otro lado haciendo una mueca. “No vine a escuchar tus mentiras”. Andrés hizo una línea en su boca. “Katty…Yo me la he pasado disculpándome desde que volví a verte… Quiero explicarte porque me fui… porque te dejé”. El empezó a explicarle a Katty… “Mi padre trabajaba en la empresa ALCA, él creó el sistema UNIX, era