Cuando Emily descubre que está embarazada de trillizos, siente que su vida está a punto de comenzar. Pero su mundo se desmorona al recibir la devastadora noticia de que su prometido, Daniel, ha muerto en la guerra. Sola, sin recursos y al borde de perderlo todo, Emily no sabe cómo seguir adelante. Entonces, Christopher, el hermano mayor de Daniel, aparece con una propuesta que lo cambia todo: casarse con él para asegurarle un futuro estable a los hijos de su hermano. Emily nunca lo ha visto como algo más que un hombre frío y calculador, incapaz de mostrar afecto. Pero no tiene otra opción. La convivencia se vuelve una batalla entre el deber y los sentimientos ocultos. Emily intenta aferrarse al amor que perdió, mientras que Christopher lidia con emociones reprimidas que han ardido en su corazón desde siempre. Cuando las paredes que ambos han construido comienzan a resquebrajarse, la pregunta es inevitable: ¿podrá Emily ver en Christopher algo más que un sustituto? ¿O este matrimonio está condenado a ser solo un acuerdo sin amor?
Leer másEmilyNo era fácil tomar decisiones cuando el corazón y la razón estaban en guerra. En este momento, la desesperación me empujaba hacia un lado, mientras que la duda me mantenía anclada al otro. Estaba atrapada, entre la espada y la pared, sin saber qué camino tomar, sin saber cómo salir de esta tormenta que me envolvía.Christopher había hecho la propuesta más absurda de todas. Casarse. ¿Cómo podía siquiera considerar algo así? Un matrimonio sin amor, sin promesas, solo un pacto entre dos personas que apenas se conocían más allá de la relación de cuñados, y en la que los sentimientos habían estado enterrados bajo capas de indiferencia. Un matrimonio im
ChristopherVuelvo a la casa que he conocido desde niño, la que siempre tuvo el aire de ser una prisión dorada, pero que ahora se siente completamente vacía. El aire parece más denso que nunca, como si estuviera cargado de las expectativas no cumplidas de mi hermano. Cada paso que doy por el pasillo me recuerda a todo lo que ha quedado atrás. Daniel ya no está. Y, aunque mi cabeza lo sabe, mi corazón sigue buscando la manera de seguir adelante sin él.El funeral fue... lo que se espera en esos casos. Gente que me mira con una mezcla de compasión y miedo. Nadie sabe qué decir, nadie se atreve a acercarse demasiado. Daniel y yo nunca fuimos cercanos, y eso siempre estuvo claro, pero aun así, me duele su partida. Me duele más que no haya tenido la oportunidad de decirle algunas cosas. Ahora, con su muerte, me toca a mí asumir el peso de todo.El problema no es sólo el dolor de la pérdida. El verdadero problema es Emily. Al pensar en ella, un nudo se forma en mi garganta. La veo constant
EmilyEstaba sentada en la pequeña sala de espera del consultorio, sintiendo el peso de la vida presionando sobre mis hombros, como si estuviera tratando de respirarlo todo sin poder exhalar. Mi corazón latía rápido, mis manos temblaban un poco mientras pasaba los dedos por la página de una revista, sin realmente leerla. Los minutos parecían arrastrarse y mi mente se mantenía en el mismo lugar, en ese pedazo de tierra que Daniel había dejado vacío en mi vida, un lugar donde la incertidumbre y el dolor se mezclaban, creciendo con cada segundo.El sonido de la puerta se abrió y la doctora entró, su rostro amable, pero con una expresión que me decía que no estaba allí solo para darme buenas noticias. “Emily, tus resultados están listos”, dijo mientras se sentaba frente a mí, con una ligera sonrisa en los labios, como si intentara calmarme. Pero yo no estaba nerviosa por los resultados, al menos no de la forma que ella pensaba. Los resultados de mi análisis habían sido lo último que me ha