Tess Winslow era una chica común y corriente, atrapada en una vida miserable y sin aspiraciones. Se mantenía esclavizada en un trabajo mal pagado, mientras los deudores irrumpían en su hogar exigiendo dinero. Pero, inesperadamente, todo cambió. Tras desmayarse por exceso de trabajo, despertó en una cama, vestida de novia y lista para casarse. Ahora ya no era Tess Winslow, sino Zara Harrington, esposa del magnate Cole Harrington. ¿Qué estaba ocurriendo? ¿Por qué había pasado de la pobreza a una vida de lujos? ¿Cómo había terminado casada con un hombre tan atractivo? Y, para colmo, su nueva vida estaba lejos de ser perfecta. Su esposo, que tenía a otra mujer embarazada, la odiaba, al igual que su nueva familia. Pero, ¿qué más daba? ¡Ahora tenía una nueva vida y era millonaria!.
Ler maisPOV: Felicity Cross Agarro con más fuerza el brazo de Cole mientras finjo escuchar a los Harrington hablar de Zara, que acaba de largarse con su hermano y esa patética amiga suya. La mención de su nombre me irrita como una quemadura en la piel; siento la sangre hervir en mis venas, burbujeando hasta la locura.—Felicity —la voz de Cole me arrastra de vuelta, como un tirón brusco—. ¿Estás bien? Dijeron que el abuelo está mejor, no te preocupes."Mejor."Una palabra que me retumba como una burla. No, no estoy bien. Es lo opuesto a lo que planeé. Ese viejo miserable debería estar agonizando ahora mismo, no recuperándose. Los hechizos de mi madre nunca fallan. Nunca. Entonces, ¿qué salió mal? ¿Qué fuerza estúpida se interpuso esta vez en mi camino?—Llévame a casa —le ordeno, casi en un gruñido, sin molestarme en mirarlo.Cole frunce el ceño, confundido, pero no cuestiona. Se despide de sus padres con unas palabras apresuradas, prometiendo volver pronto. Dorian y Beatrice intentan rodear
El abuelo se ve saludable. Está sentado en la camilla esperándome. Ya no está pálido ni conectado a esa maraña de cables que tenía antes. ¿Cómo es posible que una simple bebida lo haya estabilizado tan rápido? Definitivamente, esto era brujería.—Pasa, Zara —me dice al verme parada en la puerta sin atreverme a entrar—. Siéntate a mi lado.Sonrío y me acerco, obedeciendo su petición. Cuando ya estoy junto a él, se instala entre nosotros un silencio incómodo, y no sé por dónde empezar. Pero entonces él coloca su mano sobre la mía.—Te vi —susurra—. Estabas aquí cuando reaccioné. ¿Qué ha pasado? Necesito saberlo todo.—Abuelo, aunque suene a locura, ¿me vas a creer? —lo miro, pero él mantiene la vista perdida—. Te hablaré con la verdad, pero necesito que me creas.—Lo haré —asiente—. Te escucho.Suelto un suspiro y aparto la mirada, fijándola en el suelo.—Te hicieron brujería —le confieso—. Los doctores no pudieron encontrar nada, ya casi te daban por perdido. Pero yo... yo sabía lo que
Me pregunto qué clase de maldición llevo encima. Todo terminó en un caos absoluto después de que Renzo despertara de repente. Las miradas que me lanzaron fueron entre horror y repulsión, casi vomitan al ver el contenido del recipiente que yo misma sostenía, lo que él había expulsado momentos antes. Nadie entendía lo que estaba pasando, y para ser sincera, yo tampoco. Estaba en estado de shock, incapaz de articular una explicación coherente.¿Lo peor de todo? Me sacaron de la sala casi a rastras y ahora estoy aquí, sentada frente al escritorio del doctor a cargo de Renzo. Se seca las gotas de sudor que le resbalan por la frente, claramente aún afectado por lo que presenció.—Bien, señora Zara —dice al fin, con un tono mucho más severo y receloso que antes—. Necesito que me dé una explicación. Clara, precisa y creíble. Los familiares del señor Renzo están esperando.Al menos hay algo a mi favor: el doctor no les ha contado nada todavía. Ellos siguen alterados por el alboroto, segurament
Rebusco entre los muebles de la cocina de Iris hasta dar con una olla limpia, y me pongo manos a la obra. Primero, saco la moneda y la coloco en el centro del recipiente, le echo agua y la pongo a hervir.Espero frente a la estufa, que he puesto a fuego alto para acelerar el hervor. Cuando comienzan a formarse burbujas, añado la ruda fresca, el romero seco y la cáscara de limón. Bajo un poco la intensidad del fuego para que el hervor sea lento, tal como me indicó la anciana. Mientras la mezcla sigue burbujeando, me quito la peluca que llevo puesta y arranco una hebra de mi propio cabello.La observo temblando entre mis dedos, trago saliva. El miedo me está matando, pero no hay otra salida si quiero salvarlo. Coloco la hebra frente a mí, cierro los ojos y pronuncio el nombre completo de Renzo tres veces antes de dejar caer el cabello en el agua hirviendo.Después, añado una cucharada de miel oscura a la mezcla. Tomo un cuchillo del mostrador y me pincho el dedo, dejando que brote una g
No puedo creer que tenga que hacer algo así. No soy bruja, pero ahora debo actuar como una. Ni en mis peores pesadillas lo habría imaginado, pero todo sea por salvar a Renzo.Ayer hablé con la abuela de Iris. Apenas le mencioné los síntomas de Renzo, supo de inmediato lo que pasaba: le han echado sombra viva, me dijo con una seriedad escalofriante.Lamentablemente, la anciana sigue recuperándose de su cirugía y no puede regresar todavía, pero me dio instrucciones precisas para salvarlo. Todo depende de mí ahora.—Este lugar da miedo —murmura Iris a mi lado, aferrada a mi brazo desde que cruzamos la puerta de la tienda.Ambas llevamos pelucas y sombreros, una medida necesaria para salir sin levantar sospechas ni quedar registradas en alguna cámara. Aun así, el ambiente es tan denso que parece aplastarnos los pulmones.Iris tiene razón. La tienda a la que vinimos, siguiendo las indicaciones de su abuela, es un escenario sacado de una pesadilla. Calaveras de formas inusuales adornan el m
POV: Zara Caldwell Pese a que Evander insistió en acompañarme, no se lo permití. Ya estaba bastante alterado con lo que le había contado, como para enfrentarse cara a cara con Cole en una situación así. Llegar al hospital con él solo habría encendido más las alarmas, y lo último que quería era sumar otro peso a la carga que ya llevaba a cuestas.Al llegar al hospital, con Iris a mi lado, encontré a Natalia sentada junto a Bob, justo fuera de la sala. Me explicó lo sucedido, pero todavía no podía asimilarlo. No conocía en profundidad al abuelo Renzo, pero le había tomado afecto. A pesar de que prácticamente me tenía contra la espada y la pared con esa cláusula impuesta, comprendía por qué había actuado de ese modo. En el fondo, la antigua Zara tenía parte de responsabilidad en todo esto, aunque no hubiese sido por elección propia.Me senté al lado de Natalia, que no había dejado de llorar. Intenté consolarla, aunque mis propias emociones estaban al borde del desborde. Como si la tensi
POV: Cole Harrington Llegué a la residencia un poco más cansado que de costumbre, algo con lo que he tenido que vivir por tanto tiempo. Hoy ni siquiera fui a la empresa ni hice algo productivo, y aun así me siento agotado. Pero también inquieto. Zara no estaba en la mansión cuando fui, y ni Natalia ni Bob quisieron decirme a dónde fue. ¿Se estará viendo con alguien o algo así?—Cole —me sobresalto al escuchar la voz de Felicity.Levanto la mirada y me doy cuenta de que ya estoy dentro de la casa. Ella está parada frente a mí, con una dulce sonrisa en los labios. Se acerca y me abraza, poniéndome tenso.—Te estaba esperando —murmura—. Estoy tan sola. Tus padres y tu hermana están en una cena importante. Y tú... no respondías mis llamadas.Esa última frase lleva una nota de reproche y sentencia que solo ella sabe ocultar. Cierro los ojos con fuerza. Siento que el piso se mueve bajo mis pies.—Todavía no me siento bien —dice, aferrándose a mí—. No puedo dormir sin recordar lo que pasó e
POV: Evander BlackwoodDejo un beso suave en su hombro desnudo antes de atraerla hacia mi pecho. Zara sigue en silencio desde hace un buen rato, desde que terminamos la primera ronda. Es extraño en ella. Me da la espalda, y no puedo ver su rostro. ¿Se arrepiente de estar conmigo? ¿Recuperó sus recuerdos? Mil pensamientos cruzan por mi cabeza, cada uno peor que el anterior.—Zara —entierro el rostro en su cabello, temeroso de que esto que apenas empieza termine antes siquiera de tomar forma—. ¿Estás bien?Ahora que lo pienso, cuando hablamos por teléfono sonaba distinta. Sabía que algo no andaba bien. Pero cuando apareció en mi puerta, cuando la tuve frente a mí de nuevo, como si la vida misma confirmara que esto era real, no pude contenerme y le di rienda suelta a todo lo que sentía.Zara se remueve bajo las sábanas de algodón. Gira en mis brazos hasta quedar frente a mí. Sus ojos están apagados, sin brillo, y luce agotada. Hay algo en su rostro que no encaja, pero no logro descifrar
POV: Zara Caldwell Nora y la sirvienta ya han sido despedidas y se han largado, pero por alguna razón no me siento satisfecha. Fue un castigo demasiado leve para quienes me envenenaron durante tanto tiempo con esa sustancia, quién sabe desde cuándo. Sin embargo, sé que Cole no moverá un dedo más. Para él, nada importa más que Felicity. Esa ridícula muestra de justicia hacia mí no significa absolutamente nada.Intentó hablar conmigo después de echarlas, pero no se lo permití. Estaba segura de que sólo recibiría una disculpa vacía, palabras huecas nacidas de una culpa momentánea. ¿Y para qué? Si sigue siendo el mismo, sigue bajo el embrujo de esa mujer. Después de sentirse en paz por haber hecho “lo correcto”, volverá a tratarme como basura… incluso me golpeará, presa de otro de sus estallidos. No, nunca esperé nada de Cole Harrington. Y mucho menos ahora.Termino de cambiarme frente al espejo. Llevo un vestido elegante, negro como la noche. Me pongo un abrigo por el frío, unos tacones