No puedo creer que tenga que hacer algo así. No soy bruja, pero ahora debo actuar como una. Ni en mis peores pesadillas lo habría imaginado, pero todo sea por salvar a Renzo.Ayer hablé con la abuela de Iris. Apenas le mencioné los síntomas de Renzo, supo de inmediato lo que pasaba: le han echado sombra viva, me dijo con una seriedad escalofriante.Lamentablemente, la anciana sigue recuperándose de su cirugía y no puede regresar todavía, pero me dio instrucciones precisas para salvarlo. Todo depende de mí ahora.—Este lugar da miedo —murmura Iris a mi lado, aferrada a mi brazo desde que cruzamos la puerta de la tienda.Ambas llevamos pelucas y sombreros, una medida necesaria para salir sin levantar sospechas ni quedar registradas en alguna cámara. Aun así, el ambiente es tan denso que parece aplastarnos los pulmones.Iris tiene razón. La tienda a la que vinimos, siguiendo las indicaciones de su abuela, es un escenario sacado de una pesadilla. Calaveras de formas inusuales adornan el m
Rebusco entre los muebles de la cocina de Iris hasta dar con una olla limpia, y me pongo manos a la obra. Primero, saco la moneda y la coloco en el centro del recipiente, le echo agua y la pongo a hervir.Espero frente a la estufa, que he puesto a fuego alto para acelerar el hervor. Cuando comienzan a formarse burbujas, añado la ruda fresca, el romero seco y la cáscara de limón. Bajo un poco la intensidad del fuego para que el hervor sea lento, tal como me indicó la anciana. Mientras la mezcla sigue burbujeando, me quito la peluca que llevo puesta y arranco una hebra de mi propio cabello.La observo temblando entre mis dedos, trago saliva. El miedo me está matando, pero no hay otra salida si quiero salvarlo. Coloco la hebra frente a mí, cierro los ojos y pronuncio el nombre completo de Renzo tres veces antes de dejar caer el cabello en el agua hirviendo.Después, añado una cucharada de miel oscura a la mezcla. Tomo un cuchillo del mostrador y me pincho el dedo, dejando que brote una g
Me pregunto qué clase de maldición llevo encima. Todo terminó en un caos absoluto después de que Renzo despertara de repente. Las miradas que me lanzaron fueron entre horror y repulsión, casi vomitan al ver el contenido del recipiente que yo misma sostenía, lo que él había expulsado momentos antes. Nadie entendía lo que estaba pasando, y para ser sincera, yo tampoco. Estaba en estado de shock, incapaz de articular una explicación coherente.¿Lo peor de todo? Me sacaron de la sala casi a rastras y ahora estoy aquí, sentada frente al escritorio del doctor a cargo de Renzo. Se seca las gotas de sudor que le resbalan por la frente, claramente aún afectado por lo que presenció.—Bien, señora Zara —dice al fin, con un tono mucho más severo y receloso que antes—. Necesito que me dé una explicación. Clara, precisa y creíble. Los familiares del señor Renzo están esperando.Al menos hay algo a mi favor: el doctor no les ha contado nada todavía. Ellos siguen alterados por el alboroto, segurament
El abuelo se ve saludable. Está sentado en la camilla esperándome. Ya no está pálido ni conectado a esa maraña de cables que tenía antes. ¿Cómo es posible que una simple bebida lo haya estabilizado tan rápido? Definitivamente, esto era brujería.—Pasa, Zara —me dice al verme parada en la puerta sin atreverme a entrar—. Siéntate a mi lado.Sonrío y me acerco, obedeciendo su petición. Cuando ya estoy junto a él, se instala entre nosotros un silencio incómodo, y no sé por dónde empezar. Pero entonces él coloca su mano sobre la mía.—Te vi —susurra—. Estabas aquí cuando reaccioné. ¿Qué ha pasado? Necesito saberlo todo.—Abuelo, aunque suene a locura, ¿me vas a creer? —lo miro, pero él mantiene la vista perdida—. Te hablaré con la verdad, pero necesito que me creas.—Lo haré —asiente—. Te escucho.Suelto un suspiro y aparto la mirada, fijándola en el suelo.—Te hicieron brujería —le confieso—. Los doctores no pudieron encontrar nada, ya casi te daban por perdido. Pero yo... yo sabía lo que
POV: Felicity Cross Agarro con más fuerza el brazo de Cole mientras finjo escuchar a los Harrington hablar de Zara, que acaba de largarse con su hermano y esa patética amiga suya. La mención de su nombre me irrita como una quemadura en la piel; siento la sangre hervir en mis venas, burbujeando hasta la locura.—Felicity —la voz de Cole me arrastra de vuelta, como un tirón brusco—. ¿Estás bien? Dijeron que el abuelo está mejor, no te preocupes."Mejor."Una palabra que me retumba como una burla. No, no estoy bien. Es lo opuesto a lo que planeé. Ese viejo miserable debería estar agonizando ahora mismo, no recuperándose. Los hechizos de mi madre nunca fallan. Nunca. Entonces, ¿qué salió mal? ¿Qué fuerza estúpida se interpuso esta vez en mi camino?—Llévame a casa —le ordeno, casi en un gruñido, sin molestarme en mirarlo.Cole frunce el ceño, confundido, pero no cuestiona. Se despide de sus padres con unas palabras apresuradas, prometiendo volver pronto. Dorian y Beatrice intentan rodear
POV: Zara Caldwell La tensión entre ellos dos es casi insoportable. Julian está sentado junto a Iris, que mantiene una expresión de piedra, mientras él se limita a beber su café con una calma irritante.Yo, en cambio, solo quiero salir corriendo de aquí. No puedo dejar de pensar en esas mald¡tas fotografías de Evander con su prometida. Hace nada, prácticamente, se me había confesado. ¿Habrá sido mentira? Me da un estremecimiento horrible al imaginar que todo haya sido un simple juego para él.—Zara —la voz de Julian me sobresalta, haciéndome dar un pequeño brinco en mi asiento—. ¿Qué te pasa? ¿Vas a decirme de una vez qué está pasando?—¿Y qué se supone que quieres oír? —le devuelvo la mirada, alzando una ceja con ironía.—Primero, nos enteramos de que volviste a la agencia. Segundo, hay un escándalo en los medios sobre ti y Cole, que si la mala relación, que si eres la tercera en discordia, que si la amante embarazada... —se cruza de brazos, con una expresión de irritación que me cl
POV: Natalia Harrington Todos se han ido ya a casa. Mis tíos no esperaron ni un minuto más en el hospital en cuanto supieron que el abuelo Renzo había despertado. Mi prima, ni se diga. Seguro estaban contando los segundos para recibir el ultimátum, convencidos de que esta vez moriría de verdad. ¿Acaso no tienen corazón?Hubiera preferido volver con Iris, pero se fue con ese hombre, el hermano de Zara. Y Zara, imagino, ya estará de regreso en la mansión. Cualquier alternativa habría sido mejor que compartir el mismo espacio que Bob, que conduce en silencio como si a su lado no estuviera yo, sino una piedra.No tuve más remedio que aceptar cuando se ofreció a llevarme. Todos se habían ido y me habían dejado atrás. Debería haber insistido en tomar un taxi. Esto es insoportablemente incómodo.Bob mantiene las manos firmes en el volante, la mirada fija al frente, y en su rostro no se dibuja ni un atisbo de emoción. Lo observo de reojo, procurando que no note mis miradas furtivas. ¿Cómo es
POV: Zara Caldwell Es un mentiroso de primera. Dijo que sería solo una vez… y al final fueron tres. ¿Qué le pasa? ¿De dónde saca tanta resistencia? Yo estoy al borde del colapso. Me tiemblan las piernas y siento que voy a desmayarme. Seguro es porque he comido fatal estos días. Estoy débil, hecha polvo.Evander me tiene abrazada desde atrás. Los dos estamos desnudos sobre su sofá, enredados, piel contra piel, y no sabía que esto podía sentirse tan bien. Estar así, acurrucados, compartiendo calor... es una delicia.—Evander.—¿Mmm?—¿Te dormiste? —arrugo la nariz, ofendida. No puede hacerme esto.—Estoy despierto todavía —murmura, pero su voz suena pastosa, adormilada. Estaba dormido—. ¿Por qué?—¿Cómo que por qué? —gruño, indignada—. ¿No crees que me debes algo?—¿Yo?Le doy un codazo en el costado. Se ríe y me abraza con más fuerza. Me besa detrás de la oreja y un escalofrío me sacude. No tengo fuerzas para una cuarta ronda, eso lo tengo clarísimo.—Ya recordé —murmura con voz ronca