(Continuación de embarazada de mi suegro) Al faltar tan solo una semana para la boda de su hermana. Ariadne Lizbrook se entera que está embarazada del novio de ésta última: Rodrigo Longwoth, su cuñado. Ariadne y Rodrigo tendrán que mantener ese embarazo en secreto. Sin embargo, a medida que pasen los días, Ariadne se dará cuenta que ella no es la única que guarda secretos y que todos los que la rodean ocultan una oscuridad verdad. … En esta historia también viviremos la continuación de la vida de Clarisse Haldorn.
Leer másAriadne se sentía confundida después de salir de ese restaurante. En parte, le resultaba extraño que Ignacio la haya invitado a ese lugar a solas y sobretodo cuando él la odiaba con todo su ser.Le gustaría saber porqué la odiaba. Pero al parecer eso quedaría en un misterio que quizás nunca seria descubierto.Al llegar a la casa. Su hermana Yesenia estaba en la mesa con su marido Rodrigo Longwoth. Estaban comiendo y al verla, su hermana sonrió y la invitó a acompañarlos.—¿Vienes de clases?— Rodrigo la miró lleno de curiosidad.—Salí hace rato. Pero paso algo sumamente extraño.—¿Qué?— Yesenia amplió la mirada, dándole a Ariadne un plato llano lleno de papas fritas y carne de cerdo, —¿Te paso algo malo?—No.— Ariadne meneo la cabeza, —Al salir Ignacio me invitó a un restaurante.—¿Qué?— Rodrigo ladeó la cabeza, esbozando una sonrisa, —¿Mi padre te invito a un restaurante? Eso quiere decir que ya no te...—Me sigue odiando de eso estoy seguro. Pero me resultó extraño que me haya invita
—¿Estás segura que esa camioneta es propiedad de Ignacio Longwoth?Clarisse ayudó a Ariadne a sentarse en una banca que estaba en una acera. Ella estaba con una expresión incredula por lo que recién había sucedido y el cómo se había salvado de manera milagrosa.—Yo ese tipo de camionetas se las he visto a él.— Contestó Ariadne, —Solamente él tiene acceso a marcas de camionetas tan costosas.—¿Quieres poner la denuncia? Podemos ir ahora mismo a la comisaría.—No, ¿Para qué? Ignacio Longwoth es demasiado poderoso y seguramente esos policías dirán que no hubo nada grave y que la denuncia es innecesaria.—Yo puedo hablarle a Esteban para que...—No te preocupes. Todo va a estar bien.Ariadne comenzó a caminar para retomar su camino directo a sus clases de enfermería. Ya se había retrasado cinco minutos y eso no la ayudaba en nada. Clarisse iba a su lado en silencio, tampoco la quería forzar a hacer algo que no quería.—¿Te encuentras bien? Ariadne te noto preocupada.—Siento que todo el m
Rodrigo al principio formó una sonrisa de labios cerrados. Pero después de notar que Yesenia lo miraba de brazos cruzados, esperando una respuesta, se confundió.—¿De qué estás hablando?—Contesta la pregunta. No es nada del otro mundo.—¿Enserio crees que yo te engañaría con otra mujer? —Solamente es una pregunta. No estoy diciendo ni creyendo nada.— Dijo Yesenia, usando su mano para rascar el lateral derecho de su cabeza en el área de cabello, —¿Por qué te pones así?—Es que esa pregunta me hace sentir que no confías en mí. Nos acabamos de casar Yesenia y ya vas a empezar con tus inseguridades.Yesenia Lizbrook se quedó en silencio. No podía creer el descaro de su actual marido y del cómo era capaz de mentirle en su propia cara. Tenía ganas de gritarle que sabía toda la verdad. Pero prefería seguir fingiendo hasta ver hasta donde son capaz de llegar.—¿Me puedes responder la pregunta? Solamente es eso una pregunta y ya.—No. Yo nunca en mi vida soy capaz de engañarte... Te amo. Yes
—¿Tienes idea de quién es esa mujer?Clarisse no respondió a la pregunta de Ariadne. Solamente se puso nerviosa y cargo a su pequeño niña junto a su muñeca en brazos. —Es una larga historia. Pero vamos... Tenemos que irnos de acá.— Clarisse tenía la voz entrecortada.Ariadne la siguió y subieron a un taxi. Dentro del vehículo todo se volvió a poner más calmado para su amigo, no obstante, estaba abrazando a su pequeña hija y con la otra estaba escribiendo en su celular.—¿Ya tú sabes quién es esa mujer?— Ariadne le preguntó a Camila en voz baja.Camila tomó su nueva muñeca y se la mostró. Clarisse terminó de escribir y guardo su celular.—¿Cuántas veces te tengo que repetir que no quiero que le aceptes juguetes a desconocidos?— Clarisse regaño a Camila.Camila se quedó en silencio. Pero al mismo tiempo estaba asustada y en unos segundos estaba comenzando a llorar.—Es una niña. Ella no sabe la gravedad de estas cosas, ¿Por qué no hablas con ella en casa con mucha más calma? Clarisse
—Ignacio... Te lo súplico. No me lleves a ese lugar.Malak estaba llorando. Estaba nerviosa. Ignacio por su parte la levantó con brusquedad y la tiró sobre la cama y grito lleno de rabia.—¿Por qué tienes que ser tan inútil?— Él desconecto la plancha. Tenía el arma de fuego en sus manos, —¿Sabes qué es está arma de fuego?—Yo no sabía que esa arma estaba escondida en ese agujero. Pero te juro que nadie va a saberlo.— Malak se sentó a orillas de la cama.—¿Qué tal si fuera sido la policía que la fuera descubierto? Estarías de camino a la cárcel ¡Bruta!—Solamente fue un accidente. Pero te prometo que me voy a quedar callada y nadie más sabrá de la existencia de esa arma de fuego.—¡Cállate! ¡Cállate! No te quiero seguir escuchando. No te tolero.— Él la señaló en repetidas ocasiones y comenzó a guardar el arma de fuego de regreso en su escondite, —¡Vamos! ¡El Castigo Oscuro te espera!Malak sentía que el mundo se le caería encima. No quería asistir a ese lugar. Era una pesadilla todo lo
—¿Eso significa que fue usted la última persona que vió con vida a Verónica Berlín?—¿Qué? No. No lo sé. Pero yo le juro que cuando deje de hablar con ella en ese salón, estaba viva.— Contestó Ariadne, sintiendo su corazón acelerado. Era primera vez que estaba bajo una situación como esa.—Pero con esa explicación me está dando entender que lo hizo.— Esteban Morales golpeó el escritorio con la palma de su mano, —¿O es qué me estoy equivocando?—Te estás equivocando. Ahora te pido que me dejes hacer una llamada telefónica.— Dijo ella más calmada que hace segundos, —Es un derecho que me corresponde.Esteban Morales asintió y la dejo sola para que hiciera su respectiva llamada telefónica. Pero con la condición de no tardarse más de tres minutos o sino le quitaría el celular de las manos.Ariadne una vez que el detective se retiró de la sala de interrogatorios. Tomó su celular que estaba en una cajita y marcó rápidamente el número telefónico de la persona que la podía ayudar.Su hermana Y
—¿Quién?— Rodrigo la estaba mirando a la cara, usando sus manos para poder sacarle las lágrimas que fluían rápidamente por sus mejillas.—¡Verónica!— Gritó Yesenia en respuesta, —¿Por qué se viene a morir en la noche más importante de toda mi vida?—¿Verónica está muerta?— Clarisse Haldorn fue corriendo hasta el lugar del que venía Yesenia.Todos los presentes fueron hasta el lugar. La escena no parecía alarmante y en medio del suelo de esa sala, estaba Verónica Berlín tendida con los brazos cruzados por encima de su pecho y la cabeza a un lado.—Alguien la asesinó.— Dijo Rodrigo, mirando el cadáver, —Yo no creo que Verónica haya querido atentar contra su propia vida.—Ella era una loca... Yo si la creo capaz de matarse así misma.— Malak habló con seriedad, mirando con desprecio el cadáver de Verónica.Yesenia Lizbrook estaba observando la posición del cadáver. En ese momento tuvo un fugaz recuerdo de su infancia, en la ocasión en que había visto a su madre tendida sin vida.La posici
—¿Es que ella está loca? ¿Por qué se va corriendo de esa manera? Ariadne señaló hacia la dirección a la que se había retirado Verónica. No entendía y no había lógica del porqué había salido corriendo de esa manera. —Es que te pones intolerante.— Dijo Malak, mirándola con desprecio, —Estábamos acá hablando de cosas personales y tú vienes a arruinar todo. —No me culpes de tus desgracias. Además estaban hablando de algo más delicado. Yo los estaba escuchando detrás de la puerta. —¿No te da vergüenza? ¿Sabías que estar escuchando conversaciones ajenas es de mala educación?— Ignacio preguntó en un tono de voz alto y lleno de alteración. —Yo sé que estaban hablando acerca de mi madre. Al menos uno de ustedes dos sabe si Verónica Berlín tiene algo que ver, ¿O no? —¡No nos interesa! Ahora lárgate de acá que no puedo ni verte a la cara.— Malak se cubrió el rostro y miraba a otra dirección, —Me das náuseas, Ariadne. —No crean que por nada del mundo me voy a quedar con la duda, ¿Les
—No la he visto ni siquiera se ha aparecido por acá.— Contestó Rodrigo un poquito confundido. —La tengo que encontrar. Ella tiene muchas cosas que aclararme. Justo en el momento en que ella iba a comenzar a caminar. Rodrigo la tomó por uno de sus brazos y la detuvo, provocando un suspiro de impaciencia en ella. —¿Qué quieres? No tengo tiempo para quedarme acá hablando. —No es el momento para que te pongas a buscar respuestas.— Le dijo él, soltando su brazo, —¿Puedes esperar que al menos se acabe la boda? ¿Puedes respetar la noche más importante de tu hermana? Ariadne lo miró con firmeza. Sus ojos grises manifestaban lo que parecía ser una mezcla de rabia e impotencia. —La palabra respeto es algo que no tuvimos con Yesenia.— Dijo ella en voz baja, —Ahora. Tengo que buscar a Verónica para que me aclare cada una de mis dudas. 。◕‿◕。 —Esa desgraciada solamente vino a remover las cosas.— Malak se estaba sirviendo un trago de tequila. Un par de gotas quedaron derramadas sobre esa