—Yo estaba siguiendo a tu hermana Yesenia tal y como lo mencione antes... ... Antonio se sumergió en sus pensamientos. Recordó cuando estaba en la comunidad en la que vivían las hermanas Lizbrook, con el objetivo de ir a ver a Ariadne. La estaba llamando a su número de teléfono y no contestaba. Finalmente observó en la camino a Yesenia Lizbrook que al parecer estaba hablando sola y se quejaba. No sabía las razones y sin embargo, tomo la iniciativa de seguirla ya que quizás podría llevarla hasta Ariadne. Un par de minutos después que para él fueron eternos, llegaron hasta una distinguida y elegante mansión. Ella se desapareció por el jardín, entrando por una puerta inmensa y por su parte, Antonio se quedó parado y trago saliva antes de entrar. —Es que no puedes permitir que Ignacio te siga haciendo eso. Eso fue lo primero que escucho Antonio al momento de entrar a la sala. Esa voz iba a ser el motivo para salir de ese lugar y se detuvo ya que provenía del segundo piso. —¿Q
—Ya te he traído al abogado del que te hable.— Ariadne entro a la habitación en compañía de este último, —Abogado Abelardo Gómez, él es Antonio y necesita de sus servicios.—Lo primero y principal es que me hables acerca de los hechos y así poder armar una buena defensa.— Dijo el abogado en un tono claro y profesional.—Yo no he hecho nada malo. Solamente cometí el error de meterme en esa mansión y ya.—Lamento decirle que la famila Longwoth es poderosa y está dispuesta a colocar una demanda por invasión de propiedad privada.— Le advirtió el abogado en un tono que preocupo a Antonio.—¿Qué se puede hacer en ese caso?— Ariadne estaba interesada en obtener una respuesta y una rápida solución.—Solamente nos queda armar una buena defensa y que pase lo que tenga que pasar, Antonio.—¿Cómo se te ocurre meterte a una mansión de un par de desconocidos?— Ariadne lo observaba, negando con la cabeza de un lado a otro, —Los dejo a solas para que puedan hablar en confidencialidad.Ariadne salió a
—Mi madre y tú anda con un misterio totalmente extraño desde hace un par de días.— Rodrigo tomó la mano de su padre. Ignacio se le quedó mirando, —¿Se puede saber cuál es ese secreto?—No es nada de que preocuparse y tampoco lo puedes saber.— Contestó Ignacio, liberandose del agarre.—Me preocupa más el hecho de que me digas que no lo puedo saber.— Rodrigo comenzó a caminar al ritmo de su padre, —¿Es algo totalmente grave?—Son cosas matrimoniales. Temas de esposa y esposo, ¿Vas a seguir insistiendo o tengo que anotarte eso en cuaderno para que no se te olvide?Rodrigo se quedó en silencio. Durante el trayecto de regreso a la casa estaba pensando en demasiadas cosas que ni siquiera le estaba prestando atención a su padre: El embarazo de su cuñada, el secreto de sus padres y su extraña actitud.—¿Me estás prestando atención o qué?— Ignacio elevó su voz y por ende su mal humor que era normal. Pero qué está vez era más alto, —Pareces que estás en las nubes, Rodrigo.—¿Es que ahora no pue
—Oye qué te está pasando. No quiero que me vuelvas a tomar de esa manera.— Yesenia retrocedió dos pasos atrás y lo miraba con confusión.—Yesenia si tú sabes sobre eso necesito que me lo digas. —Es que yo no sé nada ni siquiera sé de qué estás hablando, Rodrigo.—No quiero que me cambies el tema, Yesenia. Mis padres desde hace un par de días están actuando extraño y tengo las sospechas de algo terrible.—¿Algo terrible cómo qué? Mira ya tienes que entender que quizás tus padres tengan problemas o que...—¡Es que no me refiero a problemas matrimoniales!— Exclamó Rodrigo. Yesenia se le quedó mirando, —Ya van varias veces que encuentro a mi madre llorando y ella no quiere hablarme de lo que le está pasando. Me dice que no tiene nada, pero no me cambia la mentalidad de que si está ocurriendo algo.—Lo que tienes que hacer es darle tiempo a tu madre y estoy segura de que ella va a abrir su corazón.— Ella avanzó solamente un paso, —¿Crees que puedas mantener la paciencia hasta que tu madr
—¿Qué crees que haya sucedido verdaderamente?— Fue la primera pregunta que hizo Ariadne al momento de abordar el lado del copiloto del auto de Esteban Morales.—No estoy totalmente seguro de la situación.— Contestó él de manera inmediata, —Tenemos que ir al hospital para revisar la situación.—Es que me parece demaciado extraño la muerte de Antonio. Él estaba bien y me resulta imposibles que haya muerto de la nada.Ambos se quedaron en silencio durante todo el recorrido al hospital. Al momento de llegar mantuvieron la calma y observaron a varias personas en el exterior, inventando entrar y siendo impedidos por un grupo de enfermeras.—Claramente son periodistas que quieren publicar la noticia en sus respectivos canales o páginas de periódico.—¿Cómo esa gente hace para enterarse de las cosas tan rápido?— Ariadne estaba sorprendida.—Esas personas tienen ojos en todas partes.— Contestó Estaban, —Pero claramente muestran interés en este caso porque está relacionado a los Longwoth.—¿Cre
—Yo no estoy haciendo esto con el propósito de lastimar a Rodrigo.— Dijo Yesenia, —Solamente lo hago para que aquellos que me hicieron daño paguen esa noche el precio de todo mi dolor.—¿Entonces tomaste la decisión de acceder a ese plan?Malak le extendió la mano, dando por entendido que aceptaba unirse a ese plan.—Se tiene que organizar una fiesta y claro lograr que todos los invitados asistan.— Malak formó una sonrisa torcida, —Y en ese momento es que vamos a ejecutar el plan.—Lo que de seguro no te va a gustar es que tendrás que verle la cara a Ariadne.Malak hizo una expresión de desprecio y finalmente elevó los hombros. Al mismo tiempo que liberaba un suspiro de impaciencia.—Quizás por primera vez en la vida valga la pena mirarle la cara a esa infeliz.—Yo nunca entendía las razones por las cuales tú la odiabas y después que que contaste todo esa noche, entendí... Créeme que fue impactante cuando escuche todo y esa noche casi no pude dormir.—Y créeme que Ariadne no merece na
—¡Tienes que acelerar! ¡No te detengas! ¡Rápido!— Ariadne estaba desesperada, tocándose el vientre. Las lágrimas fluían por su rostro sin parar.—¡Eso es lo que estoy tratando de hacer!— Dijo Clarisse, pisando el acelerador con todas sus fuerzas y aferrando sus manos al volante, —Pero no puedo correr el riesgo de que suframos un accidente de tránsito.—¡Pero si no aceleras esa persona que nos viene persiguiendo nos va a alcanzar!— Ariadne estaba más desesperada, tratando de mirar hacia atrás, —Yo no quiero que nos pase nada y mucho menos a mi bebé.Clarisse Haldorn no dijo nada más. Tenía que analizar la situación si es que quería lograr escapar y no morir en el intento. Estaban en medio de una carretera y era de noche. Por lo tanto, la iluminación era escasa y para empeorar la situación estaba cayendo una fuerte lluvia que estaba volviendo el pavimento resbaloso.—Yo te prometo que te voy a sacar de ésta situación, Ariadne. Solamente no te alteres que eso no le hace bien a tu bebé.—
Phoenix, Arizona. Tres meses antes... —Yesenia.— Ariadne se detuvo en la entrada con una sonrisa de labios cerrados, —Sabía perfectamente que te podía encontrar en tu taller. —¿Cómo sabías que estaba acá?— Yesenia le preguntó con curiosidad bienhumorada, sin mirarla porque estaba concentrada en su arte. —El arte es uno de tus mayores pasatiempos.— Contestó Ariadne, terminando de entrar para admirar la hermosa obra realizada en ese enorme lienzo, —La pintura es la principal causa de tu felicidad. —Incorrecto.— Yesenia dejo el pincel a un lado. Ariadne tenía la mirada ampliada y sus ojos grises estaban llenos de curiosidad, —Mi mayor felicidad es mi matrimonio con Rodrigo Longwoth. —¿Es es una semana? ¿Verdad? —En una semana. Siete días para poder sellar mi unión con el amor de mi vida. Yo amo a Rodrigo Longwoth. Ariadne sintió un nudo en su garganta y al mismo tiempo un sentimiento de culpabilidad dominó su mente. Jamás se iba a perdonar el error tan grande que había com