Serie: Cachorros asombrosos. Libro 1: ¡Papá compró una humana! Libro 2: ¡Ámame, Alfa testarudo! Libro 3: Beta Alfa, ¡Aléjate de nuestra hija! Hace unas semanas tuve algunos sueños en donde Nuestra Gran Madre me pedía que salvara a todos sus Alfas; claro está que no sabía cómo iba hacer todo eso. De alguna forma mis acciones fueron guiadas por nuestra deidad y ahora me encuentro como “huésped” de el que podría ser el más peligroso y aterrador Alfa que haya existido: Alfa Alan Coxer. Un lobo con un pasado misterioso que respira violencia y muerte a su alrededor. Yo quería huir, pero le hice una promesa a nuestra Gran madre y no me iría hasta cumplirla… le guste o no al Alfa gruñón.
Leer másFrederick.Dejé al cachorro Alfa y a la hermana de Bastian sobre el Altar de Nuestra Gran Madre y corrí de vuelta hacia la carretera. La diversión nunca termina cuando eres el mensajero/ mayordomo/ chico de los recados/ niñera/ maestro o la m****a que mi deidad quiera que sea.Rowan me esperaba a un par de kilómetros de esta manada con un auto, un cachorro y un plan demente para desmantelar un campamento lleno de atrocidades. Primero teníamos que poner a salvo al cachorro antes de incendiar cualquier lugar. Una lástima porque desde que hacía unos meses cuando le sugerí al cachorro Edson que prendiéramos fuego a la casa de la manada del Alfa Alan, a mí me había gustado ver arder el mundo.Piromaniaco, le llaman los humanos.Corrí hasta el sitio aproximado y luego subí al auto.-Terminé mis asuntos aquí, ahora pon marcha hacia la manada de Gustav. - Dije acomodándome para una siesta.Yo ya no tenía veinte años.-Uh... si, Alfa Frederick. ¿El cachorro es de esa manada?-Lo es. ¿Lo alime
(Una semana después)Abrí los ojos y por primera vez en meses no sentí desesperación total.Eso era bueno; desde que mi tío traicionó a la familia, no había podido dormir mucho.Por lo que sabía, éramos la única manada de osos del continente; habían un par más por europa a las que podríamos unirnos, pero yo no tenía el dinero ni los contactos para encontrarlas.Y, hasta que estuviera segura de que mi tío nos había dejado de buscar, yo seguiría fingiendo ser un oso normal.O lo más normal que pudiera. Después de todo, ¿Qué sabía yo sobre los osos salvajes? Ni una m****a.Los lobos con los que actualmente me refugiaba sabían mucho más que yo del tema.Miré a mi al rededor para buscar a mis pequeños sobrinos y los encontré en un rincón de la cama acurrucados y durmiendo plácidamente. Me alegraba que mi hermano y su pareja les hayan enseñado a dominar la transformación desde jóvenes; así nuestra tapadera estaba a salvo.Sentí un nudo en la garganta al recordar a mi hermano.Él era el líder
Alan.El cuerpo de Vanesa era... simplemente perfecto. Sus demandas y los sonidos que hacía cuando casi llegaba al punto de no retorno le causaban gran satisfacción a mi parte lobuna.Necesitaba hacerla mi compañera pronto; después de todo, ya no había nadie que atacara a mi manada, o lo que quedaba de ella, así que no corría peligro al estar conmigo.Había tenido miedo, mentiría si dijera lo contrario. Que Vanesa resultara herida gracias al enemigo invisible que corría por mi territorio... no. Era impensable. Me comería mis propias patas antes de dejar que pasara eso.Ya no era un problema.El único obstáculo para que Vanesa quisiera quedarse conmigo era... bueno, eso. No sabía si ella correspondía cómo me sentía, así que tenía que pensar en qué más hacer antes de que llegara la primavera y regresaran los cachorros. La mina de obsidiana podría volver a ser utilizada y ella se iría tan pronto como terminara el trabajo. ¿Qué mejor forma de hacerla quedarse que llegando hasta su corazón
Yo respiré y Alan relajó su postura en cuanto el señor Frederick pasó de largo. Se posicionó justo donde terminaban las raíces del árbol de Luna Felicia y comenzaba el Lago. Ambos observamos curiosos al lobo mayor cortarse profundamente la palma de su mano. -Gran Madre, he venido hasta aquí para darte una ofrenda y hacerte una petición. - Dijo derramando su sangre en las tranquilas aguas. En los primeros segundos de calma, no sucedió nada. Entonces una burbuja salió a la superficie acompañada de otra... hasta que un montón de burbujas brotaron desde el fondo. Alan me jaló contra su pecho en actitud protectora y yo me quedé inmóvil. El Lago comenzó a iluminarse de un tono azul claro y de él, a unos cuantos pasos surgió una enorme plataforma negra. Yo miré a Alan.-¿Eso siempre ha estado ahí? - Pregunté en un murmullo.Miró de la plataforma hacia mí.-Miraré cada centímetro del territorio con una jodida lupa. - Respondió y luego habló un poco más fuerte. - Lobo Frederick, ¿Cómo sabí
-Un parque infantil para osos. - Dijo el jefe de los constructores despacio. -Si. También me gustaría que lo pudieran utilizar los cachorros de la manada del Alfa Alan. - Dije asintiendo. Me miraron como si estuviera loca pero no me dieron un pedazo de sus mentes sobre mi cordura. -Un proyecto así... - Dijo pensativo. - Bien, podría estar dentro de dos o tres días máximo. Primero tenemos que diseñarlo y después le presentaríamos el borrador. -Eso sería perfecto. Gracias, chicos. -Dije con una enorme sonrisa. - Para los materiales pueden utilizar esta tarjeta. - Dije dándole la tarjeta de Edson. Rose estaría encantada cuando le contara sobre esto. Todo lo que tenía que ver con usar el dinero de Edson le causaba placer por alguna razón incomprensible para mí. Después de hablar con ellos, aún era temprano para ir al negocio así que fui hacia el árbol de Luna Felicia y le pedí algunas flores para comenzar con el nuevo lote de "productos milagrosos". En cuanto me acerqué dejó caer alg
El olor de algo delicioso me despertó unas horas después. Abrí lentamente un ojo y vi a Alan divertido mientras ponía debajo de mi nariz el pedazo de conejo en un plato.-Supuse que tendrías hambre.-Tengo más sueño. - Dije estirando mis músculos deliciosamente adoloridos. - Buenos días, ¿Qué hora es?- Hora de que desayunes. - Dijo quitándome la manta. - Quizá sea hora de mi propio y agradable desayuno.Levanté la mirada por el tono seductor con el que dijo eso último y me reí alegremente al ver que se refería a mi cuerpo.-¿Aún no estas satisfecho? - Pregunté juguetonamente.Él ladeó la cabeza.-¿Quiere decir eso que te estás quejando?-No. - Dije suavemente. - Yo tampoco me canso de ti. - Dije honestamente.Me dio una lenta sonrisa.-Aquí, come para que podamos seguir en donde lo dejamos.-Lamentablemente tenemos que salir de la cama, hay que ir al negocio. Y antes de eso quiero llevarte al sitio del que te hablé ayer.-No. - Dijo cruzándose de brazos y yo lo miré con curiosidad -¿
-Quédate aquí, Toby. - Murmuré mientras yo recorría el camino de tierra hasta el centro del Lago.Alan se levantó y frunció el ceño. -Lamento molestarte. Es solo que Toby estaba molestando a los lobos y dudaba que se fuera hasta que no le ayudara con el pequeño. - Dije acariciando suavemente la cabeza del cachorro. Era un chico muy bien portado, ni siquiera quería escapar de mis brazos, solo se dejaba cargar obedientemente. Alan miró fijamente al lobezno y luego soltó un suspiro. -¿Que sucede?- Pregunté suavemente. Muy tarde pensé que quizá quería estar solo para llorar a sus muertos. -No soy asquerosamente rico. - Dijo cabizbajo. - Y te pones en peligro innecesariamente desde que te conozco. Yo parpadeé. No pensé que fuera un lobo materialista, pero supongo que se lamentaba por no haber podido darle lo mejor a su manada. -Yo no me pongo en ningún tipo de peligro. - Dije mirando al rededor para buscar algunas flores. Yo podía seguir hablando y sacarle el pedazo de gema al po
Alan.Cuando comenzó a hacer frío debido a que caía la tarde, Vanesa se levantó del tronco y caminó hasta la casa de los cachorros. Yo me mantuve escondiéndome detrás de los árboles a unos buenos veinte pasos detrás de ella hasta que estuvo dentro.-¿Alfa? - Preguntó Harold viéndome rodear la casa y espiar por la ventana. - ¿Sucede algo?-Estoy acechando a Vanesa para que se enamore de mí.Harold parpadeó. Luego abrió y cerró la boca un par de veces hasta que por fin decidió hablar.-Alfa, no creo que ese fuera el mensaje de las películas. - Dijo despacio. - Creo que lo que trataban de mostrar era a un humano rayando en la obsesión por estar con otra humana.Me alejé de la ventana y lo miré fijamente antes de encogerme de hombros.-Yo sigo pensando que acechar fue lo que lo llevó a conquistarla. - Dije con seguridad.-Está bien.- Dijo con tono resignado. - ¿Quiere que lo acompañe de vuelta por señal en la carretera?-¿Para qué? - Pregunté curioso.-Pues porque usted le pidió a Bastian
Alan. (Hace dos días) Me levanté temprano ya extrañando el calor de Vanesa. No quería marcharme pero tenía que hacer una llamada importante y luego hacer un plan al rededor de ello. Salí del Lugar seguro y busqué a Harold. Él también ya estaba levantado y tomando una botella de agua cuando lo encontré. -Alfa. - Dijo con una inclinación de cabeza. - ¿Tenemos planes para hoy? -Si. ¿Tienes el teléfono de la doctora Paula? Harold sacó su móvil y comenzó a apretar botones. Hizo una pausa y vi su semblante cambiar, así que me acerqué e hice lo mismo que él el otro día; Apreté su hombro. -Lo siento, Alfa. Supongo que de nada sirve tener los números de... de mis compañeros que ya no se encuentran con nosotros. - Dijo después de una inhalación profunda. - Aquí está. Después de que tuvimos el ataque al autobús, la siguiente vez que fuimos a una ciudad humana compré móviles para todos. Los aullidos eran una buena fuente de comunicación, pero no lo era tanto si tenía que comunicarme con tod