Muchas gracias por haber leído este segundo libro que, a pesar de que no a muchos les gustó como terminé el primer libro (como al 80% de los fanseses jaja), siguieron aquí y confiaron en el proceso jajaja los amoooo millones y recuerden que el próximo libro se llama: Beta Alfa, ¡Aléjate de nuestra hija! Mientras esperamos a que me autoricen el libro, estaré actualizando el de "Probando el destino del Alfa" que dejé de actualizar porque ya no me daba tiempo de escribir dos libros a la vez jaja para los que no han leído el libro, es la continuación de "La loba blanca se rebela"; si gustan darle una oportunidad yo estaré muy agradecida, aunque también pueden leer Probando el destino del Alfa sin leer la precuela directamente <3 amor, besitos y abrazos <3 <3 <3 nunca cambien, valen mil!
Alan. Nuestra manada se había robado a la Luna de alguien más. No era un secreto, todos en el territorio lo sabían. Mi padre había sido demasiado perezoso como para ir a buscar a su verdadera Luna y se conformó con una loba de la manada que había sido bendecida como Luna. En cuanto la Luna Felicia había cumplido los veinte años, mi padre simplemente la tomó y la mantuvo encerrada en la Casa de la Manada por el resto de sus días. No es que la deseara especialmente, simple y llanamente alguien tenía que encargarse de los quehaceres de la Luna en la manada. Así que olvida la sequía que comenzó a desgastar nuestro territorio en los últimos dos años; nuestra manada había sido maldecida desde el día que mi padre tocó a la Luna de alguien más. Yo, su primogénito, había nacido poco después de esto. Un desliz de Luna llena, como lo llamó mi padre. Aun no sé si mató a mi madre o si ella murió dándome a luz. La Luna Felicia me había criado como si fuese su propio cachorro...¿Qué fue l
Vanesa. Había estado desayunando, comiendo y cenando todo lo que podía sobre la minería. Hace un mes seis manadas del continente nos habían declarado la guerra, hace un mes todo se resolvió sin muchos muertos y me fue encargada una importante misión: Salvar a las manadas del Norte. Después de una corta charla con la familia, comenzamos a preparar nuestros siguientes movimientos para que cumpliera con esa promesa. No era un mal plan lo que proponía mi cuñada; si lo que quería era estar dentro de una manada del Norte, mi única opción viable sería la manada Fivemountains a cargo del Alfa Alan Cox. ¿Por qué no cualquiera de las otras manadas? Porque de las tres manadas de allá, uno de los Alfas estaba desaparecido y su manada era un caos, y el otro odiaba a mi manada. Con Alan Cox aun no sabíamos dónde estábamos parados, pero era la mejor de las opciones. Al menos se ha mantenido en su territorio y no ha estado molestando a mi hermano y a su pareja como el resto de los Alfas. Por
Edson. -Tu pareja acaba de agarrar mi culo para quitarme mi tarjeta. – Dije cruzándome de brazos sobre e pecho mientras miraba a mi mejor amiga recostada en un mar de almohadas. – Creo que le gustó un poquito demasiado manosearme. Ella rompió a reír y yo puse la cara más indignada que pude reunir. Escuchamos vagamente a Bastian gritar sobre su inocencia y eso solo hizo reír a Rose más fuerte. Yo solté un bufido. -Oh, ¡Vamos! ¿Dime que no es divertido? -¿Te divierte que mi Luna me acose? ¡Ja! Me voy, no puedo seguir viviendo aquí si mi Alfa no me defiende. -Que dramático. – Dijo rodando los ojos y luego gateando por la cama hasta llegar a su pequeño buró. Tomó su cartera y me la ofreció.- Ve por algunos bocadillos, tengo una misión para ti y nos llevará un rato hablar sobre los detalles. Yo arqueé una ceja. -¿Una misión? ¿Te refieres a que por fin buscarás a otro Beta y yo tendré vacaciones permanentes del puesto? -Te necesito y lo sabes . – Dijo haciéndome un puchero y ahora
Me moría de nervios. No es como si tuviera un plan “B” si el Alfa Alan me decía que no a nuestro proyecto improvisado.-Tranquila, estoy seguro de que aceptará. – Dijo Edson cuando esperamos en la entrada de la manada permiso para entrar. – Por lo que sé de esta manada, no es como si tuvieran una fuente de ingresos estable y debido a la muerte de su anterior Alfa, dos tercios de la manada se autoexiliaron o buscaron otra manada.El señor Frederick bufó.-Tú solo agrégale un cero a tu oferta inicial si se niega y todo estará bien. – Murmuró mientras se acercaban un par de lobos mayores a decirnos que podíamos pasar después de que inspeccionaran el coche y cualquier cosa en el interior, así como a nosotros.Bajamos del auto y me tensé un poco cuando el lobo más alto y corpulento se acercó a mí. Creo que lo notó porque hizo algunos movimientos más suaves y me habló con voz baja.-No quiero hacerte daño humana, solo tengo la orden de revisar si llevas algún arma.-Llevo una pistola que no
-Vaya, eso suena horrible. – Dijo Rose del otro lado del móvil.-No es horrible, solo… diferente. – Dije tratando de encontrar las palabras adecuadas para no herir sentimientos ajenos.Ya había anochecido y tanto el señor Fred como yo nos habíamos ido a la cama. No podía dormir así que hice una rápida llamada a mi hermano para pedir su consejo. No estaba disponible, pero mi cuñada se ofreció a escuchar mi dilema.-Se te olvida que yo también estuve cautiva por un par de años. No tener un baño con agua corriente era horrible en ese entonces y seguirá siendo horrible ahora.Yo suspiré. No es como si no opinara lo mismo una vez que volví a experimentar lo hermoso de un baño caliente sin pagar con mi cuerpo por ello… si, no iría ahí. El punto era que no iba a venir a criticar a una manada que trataba de sobrevivir mientras pasaba por problemas financieros severos.-El agua corriente es el menor de sus problemas, créeme. – Dije en tono suave. – Cazan su propia comida y las presas grandes c
Me acerqué lentamente. No era estúpida, sabía que el hombre se transformaría más rápido que un parpadeo si me percibía como una amenaza.Me observó sin pestañar y sin cambiar la expresión de su rostro.-Dime cuánto dinero necesitas. – Pregunté suavemente cuando estuve lo suficientemente cerca como para tocarlo.No me importaba pedirle a mi hermano que extendiera el límite de dinero que podía utilizar en la tarjeta. Aunque sus palabras hayan sido “utiliza la tarjeta sin importar una mierda lo que cueste” suponía que no era tan literal. Debía existir un límite que me diera el banco, ¿No?-¿A qué te refieres? – Dijo cautelosamente.-A que tu manada no cuenta con los servicios básicos modernos…Me observó como si no lo entendiera y yo me quedé callada.-Uh, ya sabes. – Dije lentamente. – Agua corriente en la Casa de la Manada para tomar un baño. Un calentador para que el agua salga caliente…-¿Agua caliente? ¿Para bañarse?Fue mi turno de mirarlo confundida.-Si, agua caliente. - Dije rec
-Un médico. – Dijo lentamente Rose por el teléfono. -Si. Tiene que ser alguien a quien le gusten los retos, que pueda prescindir de las comodidades básicas y que no le asuste las actitudes de lobeznos adolescentes. -Joder Vanesa. – Murmuró con un resoplido. – Les preguntaré a mis médicos pero no te prometo nada. -Oh, también debe de saber conducir para que venga hasta acá en automóvil. Lo necesitaremos. -¿Y no quieres que sea virgen, de ojos azules y lo más cercano a una deidad que tengamos por aquí? -No. Solo lo que he pedido, gracias. – Dije sin importarme la pequeña risa del otro lado de la línea. - ¿Aun te cuesta dormir por las noches? -Si. No sé qué me sucede, en el día yo solo quiero dormir pero por la noche lo único que quiero hacer es ver televisión o tener un poco de acción… -Asco. – Interrumpí. -… con el refrigerador. Pervertida, no pienses cosas extrañas. De todas formas mi vida sexual o falta de la misma no es algo que hablaría con mi cuñada por teléfono. -Yo te a
Después de una horrible noche en la que di mil y una vueltas en la cama, rezaba porque los calentadores solares ya hubieran calentado un poco el agua helada del río. Tomé un par de artículos de ducha que mi cuñada tuvo la delicadeza de mandar y luego me dirigí hacia nuestras regaderas improvisadas. Por la noche había hablado con mi hermano y me dio un enorme sermón sobre todo lo que no debo hacer para ofender a un Alfa. -¿Estás buscando que te mate? No hagas nada sospechoso. Si el lobo quiere ayuda, es capaz de pedirla. Enfócate en tu misión. – Me gruñó cuando le conté sobre cómo había tomado el Alfa Alan el hecho de que interviniera con las duchas comunales. Me sentí medio idiota después de eso. Mi intención de ayudar a su manada era genuina, pero en vista de lo que ha estado pasando entre las manadas en los últimos meses, no culpaba al Alfa Alan por desconfiar de mí. Era un jodido milagro que en este momento no me hubiera capturado para torturarme y conocer mis verdaderas inten