holis mis preciosos fanseses n.n/ ya me faltaba dormir jajaja ya no hallaba ni cómo maquillarme para no parecer panda XD los amoooooo, disfruten de este cap, ya nos quedan... como tres más o menos. Quizá menos :v pero no se preocupen, ya envié los primeros caps del siguiente libro para que me lo autoricen :3 son Los mejores fanseses del mundo mundiaaaaal y recuerden que dejo los mensajitos de "no caps hoy" en los comentarios del cap y no en el último párrafo del capítulo XD
El olor de algo delicioso me despertó unas horas después. Abrí lentamente un ojo y vi a Alan divertido mientras ponía debajo de mi nariz el pedazo de conejo en un plato.-Supuse que tendrías hambre.-Tengo más sueño. - Dije estirando mis músculos deliciosamente adoloridos. - Buenos días, ¿Qué hora es?- Hora de que desayunes. - Dijo quitándome la manta. - Quizá sea hora de mi propio y agradable desayuno.Levanté la mirada por el tono seductor con el que dijo eso último y me reí alegremente al ver que se refería a mi cuerpo.-¿Aún no estas satisfecho? - Pregunté juguetonamente.Él ladeó la cabeza.-¿Quiere decir eso que te estás quejando?-No. - Dije suavemente. - Yo tampoco me canso de ti. - Dije honestamente.Me dio una lenta sonrisa.-Aquí, come para que podamos seguir en donde lo dejamos.-Lamentablemente tenemos que salir de la cama, hay que ir al negocio. Y antes de eso quiero llevarte al sitio del que te hablé ayer.-No. - Dijo cruzándose de brazos y yo lo miré con curiosidad -¿
-Un parque infantil para osos. - Dijo el jefe de los constructores despacio. -Si. También me gustaría que lo pudieran utilizar los cachorros de la manada del Alfa Alan. - Dije asintiendo. Me miraron como si estuviera loca pero no me dieron un pedazo de sus mentes sobre mi cordura. -Un proyecto así... - Dijo pensativo. - Bien, podría estar dentro de dos o tres días máximo. Primero tenemos que diseñarlo y después le presentaríamos el borrador. -Eso sería perfecto. Gracias, chicos. -Dije con una enorme sonrisa. - Para los materiales pueden utilizar esta tarjeta. - Dije dándole la tarjeta de Edson. Rose estaría encantada cuando le contara sobre esto. Todo lo que tenía que ver con usar el dinero de Edson le causaba placer por alguna razón incomprensible para mí. Después de hablar con ellos, aún era temprano para ir al negocio así que fui hacia el árbol de Luna Felicia y le pedí algunas flores para comenzar con el nuevo lote de "productos milagrosos". En cuanto me acerqué dejó caer alg
Yo respiré y Alan relajó su postura en cuanto el señor Frederick pasó de largo. Se posicionó justo donde terminaban las raíces del árbol de Luna Felicia y comenzaba el Lago. Ambos observamos curiosos al lobo mayor cortarse profundamente la palma de su mano. -Gran Madre, he venido hasta aquí para darte una ofrenda y hacerte una petición. - Dijo derramando su sangre en las tranquilas aguas. En los primeros segundos de calma, no sucedió nada. Entonces una burbuja salió a la superficie acompañada de otra... hasta que un montón de burbujas brotaron desde el fondo. Alan me jaló contra su pecho en actitud protectora y yo me quedé inmóvil. El Lago comenzó a iluminarse de un tono azul claro y de él, a unos cuantos pasos surgió una enorme plataforma negra. Yo miré a Alan.-¿Eso siempre ha estado ahí? - Pregunté en un murmullo.Miró de la plataforma hacia mí.-Miraré cada centímetro del territorio con una jodida lupa. - Respondió y luego habló un poco más fuerte. - Lobo Frederick, ¿Cómo sabí
Alan.El cuerpo de Vanesa era... simplemente perfecto. Sus demandas y los sonidos que hacía cuando casi llegaba al punto de no retorno le causaban gran satisfacción a mi parte lobuna.Necesitaba hacerla mi compañera pronto; después de todo, ya no había nadie que atacara a mi manada, o lo que quedaba de ella, así que no corría peligro al estar conmigo.Había tenido miedo, mentiría si dijera lo contrario. Que Vanesa resultara herida gracias al enemigo invisible que corría por mi territorio... no. Era impensable. Me comería mis propias patas antes de dejar que pasara eso.Ya no era un problema.El único obstáculo para que Vanesa quisiera quedarse conmigo era... bueno, eso. No sabía si ella correspondía cómo me sentía, así que tenía que pensar en qué más hacer antes de que llegara la primavera y regresaran los cachorros. La mina de obsidiana podría volver a ser utilizada y ella se iría tan pronto como terminara el trabajo. ¿Qué mejor forma de hacerla quedarse que llegando hasta su corazón
(Una semana después)Abrí los ojos y por primera vez en meses no sentí desesperación total.Eso era bueno; desde que mi tío traicionó a la familia, no había podido dormir mucho.Por lo que sabía, éramos la única manada de osos del continente; habían un par más por europa a las que podríamos unirnos, pero yo no tenía el dinero ni los contactos para encontrarlas.Y, hasta que estuviera segura de que mi tío nos había dejado de buscar, yo seguiría fingiendo ser un oso normal.O lo más normal que pudiera. Después de todo, ¿Qué sabía yo sobre los osos salvajes? Ni una m****a.Los lobos con los que actualmente me refugiaba sabían mucho más que yo del tema.Miré a mi al rededor para buscar a mis pequeños sobrinos y los encontré en un rincón de la cama acurrucados y durmiendo plácidamente. Me alegraba que mi hermano y su pareja les hayan enseñado a dominar la transformación desde jóvenes; así nuestra tapadera estaba a salvo.Sentí un nudo en la garganta al recordar a mi hermano.Él era el líder
Frederick.Dejé al cachorro Alfa y a la hermana de Bastian sobre el Altar de Nuestra Gran Madre y corrí de vuelta hacia la carretera. La diversión nunca termina cuando eres el mensajero/ mayordomo/ chico de los recados/ niñera/ maestro o la m****a que mi deidad quiera que sea.Rowan me esperaba a un par de kilómetros de esta manada con un auto, un cachorro y un plan demente para desmantelar un campamento lleno de atrocidades. Primero teníamos que poner a salvo al cachorro antes de incendiar cualquier lugar. Una lástima porque desde que hacía unos meses cuando le sugerí al cachorro Edson que prendiéramos fuego a la casa de la manada del Alfa Alan, a mí me había gustado ver arder el mundo.Piromaniaco, le llaman los humanos.Corrí hasta el sitio aproximado y luego subí al auto.-Terminé mis asuntos aquí, ahora pon marcha hacia la manada de Gustav. - Dije acomodándome para una siesta.Yo ya no tenía veinte años.-Uh... si, Alfa Frederick. ¿El cachorro es de esa manada?-Lo es. ¿Lo alime
Alan. Nuestra manada se había robado a la Luna de alguien más. No era un secreto, todos en el territorio lo sabían. Mi padre había sido demasiado perezoso como para ir a buscar a su verdadera Luna y se conformó con una loba de la manada que había sido bendecida como Luna. En cuanto la Luna Felicia había cumplido los veinte años, mi padre simplemente la tomó y la mantuvo encerrada en la Casa de la Manada por el resto de sus días. No es que la deseara especialmente, simple y llanamente alguien tenía que encargarse de los quehaceres de la Luna en la manada. Así que olvida la sequía que comenzó a desgastar nuestro territorio en los últimos dos años; nuestra manada había sido maldecida desde el día que mi padre tocó a la Luna de alguien más. Yo, su primogénito, había nacido poco después de esto. Un desliz de Luna llena, como lo llamó mi padre. Aun no sé si mató a mi madre o si ella murió dándome a luz. La Luna Felicia me había criado como si fuese su propio cachorro...¿Qué fue l
Vanesa. Había estado desayunando, comiendo y cenando todo lo que podía sobre la minería. Hace un mes seis manadas del continente nos habían declarado la guerra, hace un mes todo se resolvió sin muchos muertos y me fue encargada una importante misión: Salvar a las manadas del Norte. Después de una corta charla con la familia, comenzamos a preparar nuestros siguientes movimientos para que cumpliera con esa promesa. No era un mal plan lo que proponía mi cuñada; si lo que quería era estar dentro de una manada del Norte, mi única opción viable sería la manada Fivemountains a cargo del Alfa Alan Cox. ¿Por qué no cualquiera de las otras manadas? Porque de las tres manadas de allá, uno de los Alfas estaba desaparecido y su manada era un caos, y el otro odiaba a mi manada. Con Alan Cox aun no sabíamos dónde estábamos parados, pero era la mejor de las opciones. Al menos se ha mantenido en su territorio y no ha estado molestando a mi hermano y a su pareja como el resto de los Alfas. Por