¡Eres una idiota! ¡Eres una estúpida! ¡Siempre lo has sido! ¡Volviste a caer Ana! ¡Lo volviste a hacer! ¡Tú sabías bien lo que sucedería! ¡ISABELA! ¿Eres idiota o qué? ¿Acaso no vez qué edad tengo? ¡Por Dios! Ubícate, tengo 27 años. ¿Crees que mi madre puede controlarme? ¡Deja de engañarte! Si terminé contigo, fue porque nunca vas a encajar en mi mundo, tú eres una simple asistente. ¡No eres nada! ¡No encajas en mi mundo! ¡Sigues siendo la misma chica corriente de siempre! ¡Ya madura, por Dios! Necesito que la compañía tramite tu visa y pasaporte. Te veo en Nueva York tres meses Ana Teyssier. Solo se consiente que este movimiento te va a cambiar la vida. Ana… ¿Puedo pedirte algo? ¿Te puedo dar un beso? Eres una mujer exquisita. ¡No! No, Héctor, ¿Cómo demonios es que tú? ¿Tú eres el tío de mi ex? ¡Imagínate lo descabellado que suena eso! ¡NO! ¡Tú te largaste! ¡Tú me dejaste! Eso es lo único que saben hacer tú y tu maldita familia… Discúlpame, pero no, no puedo estar aquí, menos cuando me acabo de enterar de que tú, ¡Tú eres el tío de mi ex! Por esta noche, seamos lo que éramos 6 años atrás… Solo asegúrate de que Ana Teyssier tome ese maldito avión y se vaya de aquí… Necesito que tomes ese avión, quiero que la próxima foto que me envíes sea cuando vayas descendiendo del cielo y otra de tu nuevo hogar, ¿Te parece? No te emociones tanto, casi ni te va a dar tiempo estar aquí, ya que tal como lo dice el contrato, te vas a volver, ama y señora de la casa y agenda de Dominik. Este hombre no necesita una asistente, necesita una esposa. Tu trabajo aquí es la de ser la esposa abnegada…
Leer más--- Ana Teyssier ---Yo logro respirar con más tranquilidad, ahora que sé que mi herida va por buen camino, un poco de tranquilidad regresa a mi alma. Aunque no del todo, no cuando tengo a quien tengo a mi lado.- Ana… Ahora que ya vimos que todo va bien con tu brazo, necesito hablar contigo seriamente. - Dice mi jefe mientras me ayuda a subir a su camioneta.Cuando dice aquello, un escalofrío recorre mi cuerpo. No sé con qué cosa me va a salir ahora, pero ojalá no sea con lo mismo de la mañana.- Señor Müller… Yo creo que, si es por la operación, sé que todo va a salir bien, mi brazo lo vio, va muy bien… - Digo tratando de marcar una línea de lo que vaya a decir.- No es por tu operación, sé que aquello va viento en popa, sé que ahora eres joven y tus ligamentos son muy fáciles de sanar. De lo que realmente quiero hablar contigo es de lo que paso en la mañana… Quiero hablar de nosotros, de lo que pasó anoche y de lo de hoy. - Dice y no veo ninguna duda en su rostro.- ¿Nosotros? Seño
--- Ana Teyssier ---Tan pronto como veo salir al señor Müller y veo a Jada en casa, siento un respiro. Ese hombre es capaz de robarme el aliento y ahora no es en sentido figurado, lo ha estado haciendo desde anoche y no sé cómo reaccionar a ello.Llevo dos años sin nadie en mi vida, digo, Héctor y yo nos hemos mensajeado, no pasa de un “Te extraño”, de un “Te quiero”, algo que ambos sabemos que solo se queda ahí.Pero de eso a que de repente este hombre al que le he visto desfilar un sinfín de mujeres, salga con que le gustó, sí que está, pero sí mal de la cabeza.No, no puedo seguir con esto, él no sabe lo que quiere, hace una semana, tal como lo dije, estaba durmiendo con su “Barbi” y ahora, resulta que se enamoró de mí. Eso, incluso, me suena aún más loco que, lo que me sucedió con Héctor y Diego.El día se me va entre la curación, los nervios de ir al médico y las últimas cosas que me dijo el señor Müller… Cuando menos lo espero, Jada aparece en mi habitación, saca un hermoso ves
--- Dominik Müller ---- ¡Sí! ¿Quieres que te diga la m*****a verdad? ¡Sí! Ella me gusta, me encanta, me vuelve loco y lo hace desde hace casi más de un maldito año… Sé que no podía meterme con ella, no debía, pero ahora no está trabajando para mí. - Digo, dejando salir por fin lo que pienso desde hace tiempo.Pero tranquilo, esta mañana acabo de abrirme a ella y ¿Qué crees? ¡Me mando directamente al demonio…! – Digo frustrado.- Dominik… Amigo, ¿Por qué no me habías dicho nada de esto? - Me pregunta Bruno impresionado.- ¿Por qué demonios te diría lo que me sucede? - Respondo molesto.- ¡Somos amigos! - Dice sorprendido- La Petit también es tu amiga o ¿No? - Digo solo como excusa.- Sí, pero… ¡Tú eres mi amigo de toda la vida…! Dominik, sabes que aquello es imposible, ¿Verdad? Dime que lo sabes… - Dice como si esto fuese un maldito delito.- ¡Lo sé! Ella me lo dejó bien claro, ella no está interesada en mí…- No, no solo es por eso. La Petit no puede gustarte, tu familia no la acepta
--- Dominik Müller ---Salgo de casa, no porque ya fuese hora de salir, más bien porque no podía seguir más ahí. Sé que, de seguir, bien podría decir algo muy estúpido, como el que, Ana pudiera estar esperando a Héctor Plourde o Alexis Betancourt, incluso podría estar esperando a Diego Sánchez, ya ni sé.Una parte de mí me dice eso, pero otra parte me dice que estoy exagerando, me estoy haciendo ideas. Ella tiene razón, yo tengo una larga fila de mujeres que la anteceden, ninguna se ha quedado a mi lado, pero lo que no entiende, es que ella no es como ninguna.Llego a la oficina y casi nadie me saluda. Es obvio que vengo que hecho chispas, no por lo que dijo Ana, más bien por lo que yo he hecho con mi vida en estos malditos dos años.- ¡Buenos días! – Dice Bruno al verme, me entrega un café y un sándwich.- Buenos días… - Digo sin mucho humor.- Ahora, ¿Qué te hizo nuestra hermosa Petit? – Dice Bruno al ver mi estado de ánimo.- ¿Por qué intuyes que se trata de la Petit?- Ashley ya n
--- Dominik Müller ---A la mañana siguiente, abro los ojos y ella aún está en mis brazos, es agradable sentir su calor, no sé qué va a decir de lo que pasó, sé que no crucé la línea, pero no sé qué vaya a pensar ella, lentamente me levanto, la cubro con una manta y al dejo dormir.Rápidamente, saco la ropa que me voy a poner y abandono mi habitación, no sé qué me espera por la tarde, pero por lo que paso anoche, vale la pena.Estoy en la cocina tomando un poco de café y perdido en las noticias, cuando siento su presencia, olfateo su característico olor, sé que está detrás de mí, volteo y, efectivamente, ella me está mirando.- ¿Qué haces en la puerta? ¡Pasa! ¡No como!- ¿Está completamente seguro? - Dice ella con ironía.- Ana… Sobre lo que sucedió anoche… - Digo inmediatamente, abordando el tema.- No es necesario que toquemos el tema, es mejor que hagamos como que no pasó nada, estaba un poco tomada y usted, pues solo nos dejamos llevar, pero prometo que eso no volverá a suceder.-
--- Dominik Müller ---Al salir de la cocina, veo cómo Ana tropieza con una mesa que se encontraba en el pasillo, corro a ayudarla.- ¡Auch, Auch! ¡Mi dedito, mi dedito…! ¡Pinche mesa! ¡Si seré! – Dice varias cosas, las primeras dos las entiendo, pero las segundas las dice en español y no sé por qué presiento, pero son malas palabras.- Ana… ¿Estás bien? – Preguntó al momento que llegó a su lado.- ¡NO! No estoy bien, mire mi dedito… - Dice y veo que se ha sangrado un poco.- ¡Dios! ¿Ya vez por qué te pido que no andes de puntitas y descalza…? - Digo y veo que sus ojos se llenan de lágrimas.- ¡No me regañe y ayúdeme a llegar a mi habitación! Ahí tengo alcohol y algodón.Sin más remedio, la cargo y la termino llevando a donde tanto estaba tratando de no entrar y sí, la llevo en brazos, pero no por las razones que quiero. La pongo en la cama y busco el alcohol y algodón para limpiar la herida, aunque encuentro algo mejor.- ¡Espere, espere! Solo hágalo con cuidado… - Dice Ana y me toca
--- Dominik Müller ---Cuando por fin llegamos a mi camioneta, Ana llevaba las mejillas más rosas que de costumbre. Le ayudé a subir a la camioneta y ajusté su cinturón de seguridad. Ella quería aparentar sobriedad, pero básicamente estaba demasiado mareada, casi no tardó en llegar a casa, al final tuve que bajarla cargando, ella estaba completamente dormida.Entramos al apartamento y la llevé inmediatamente a su habitación, le quité el abrigo y sus botas, ella medio despertó, me miró y sonrió.- Señor Müller es usted un hombre muy atractivo… Debería vestirse así más seguido… - Dijo tratando de hablar lo mejor que podía. – Seguro así conseguiría a una chica linda, guapa y hermosa.- ¡No necesito buscar una! Ya le tengo, pero no se da cuenta… - Dije sin pensar o sí, pero ciertamente aproveché que ella no recordaría nada.- ¡Gracias! Hoy me la he pasado muy bien… - Dijo Ana haciendo un esfuerzo sobre humano para mantenerse despierta.- ¡De nada…! Tal vez podamos hacer un hueco y repetir
--- Dominik Müller ---Dejó salir un suspiro. Sé que casi nadie conoce la historia real de lo que pasó aquella noche de nuestro fatídico accidente, básicamente solo Bruno lo sabe.- Ana… Salgamos de aquí, vamos a caminar… - Digo por qué no me siento muy cómodo de hablar de esto en un bar.- Hace frío, pero está bien… - Responde ella y aquí reparo en que trae vestido y comienza a hacer frío.Saliendo de ahí, aún conseguimos un café, caminamos un rato y llegamos a Central Park, nos sentamos en una banquita y comencé a hablar.- Ana… Lo que te voy a decir solo lo conoce Bruno, nadie más, bueno, ahora tú lo sabrás, por lo que si te lo estoy contado, es porque confió plenamente en tu total discreción. - Digo por qué sé que esto solo Bruno lo sabe y ahora ella lo sabrá.- ¡Claro…! Boca cerrada, creo que sabrá que no es mi deber decir lo que usted me diga, ver, oír y callar, ¿Recuerda?- Bien, a los 18 años tenía una novia, era rubia, ojos azules, hermosa, me traía vuelto loco, en aquella épo
--- Dominik Müller ---- Bien, ahora que le conté la historia entre Héctor y yo, ¿Me contará sobre Ashley? - Dice con curiosidad.- ¿Qué quieres saber de ella? – Pregunto porque no sé por dónde comenzar.- ¿Por qué es caso cerrado? O al menos eso me advirtió Bruno… - Dice y ahora sé de dónde viene todo eso.- Bruno y su bocota… - Digo molesto.- Bueno, no lo tome a mal, pero varias chicas me preguntaron que si yo sería la nueva Ashley, por eso supe cómo se llamaba la nueva asistente. Al principio me miraban raro y casi no querían hablar conmigo, supuse que debía tratarse de un tema incomodo.Luego lo vieron llegar del brazo de Bárbara y obviamente supieron que habían metido la pata.- Ashley fue mi asistente, duró casi el mismo tiempo que tú… Solo que, bueno, sucedieron cosas… - Digo apenado.- ¿Te acostaste con ella? - Preguntó sabiendo la respuesta.- ¿Quién te dijo eso? – Respondo sorprendido y apenado aún más.- No necesita decirlo, todos decimos lo mismo cuando pasa algo así… - Di