Capítulo 4: Candidata inesperada

--- Dominik Müller---

Finalmente, tómo el folder que Ana me entrega, lo leo con detenimiento tal como con todas las candidatas, me sorprendo al ver que varios conceptos que manejo todos los días. Vaya, esta niña los conoce al derecho y al revés, resulta que Ana tenía más experiencia que todas las candidatas juntas, eso era excelente, aunque dudaba por su edad, tuve que tragarme los pensamientos antes expuestos en mi mente.

Luego de leer el archivo, cambio mi gesto y dirijo mi mirada a la de aquella niña.

— ¡Hola, Ana! ¿Cómo estás? – Digo usando un tono de voz no tan intimidante.

— ¡Hola, señor Müller! Estoy bien y ¿usted? – Me responde ella con mucha seguridad y genuino interés.

— Bien, visitando México… — Respondo con naturalidad.

He de reconocer que he trabajado con Ana, desde que Mauro la contrato, se me ha hecho una chica jovial y amable; además de responsable, todo lo que le he pedido, siempre lo ha tenido listo, sé que es una chica con carácter y mucha determinación, lo que no comprendo es ¿Por qué si tiene tantos conocimientos no ha buscado un empleo mejor?

— Ya veo, mi jefe me dijo que venía toda la semana…

— ¡Es correcto, Ana! Pero los días restantes los voy a tomar para descansar, no se lo digas a nadie, pero pienso irme a la playa, necesito unos días libre de todos… — No sé por qué extraña razón le digo aquello.

— ¿Usted no tiene vacaciones?

— En raras ocasiones, Ana, llevar a cuestas la responsabilidad de esta compañía y el corporativo no es una cosa fácil… Así que, si puedo darme una escapada, lo haré con gusto.

No entiendo por qué me resulta fácil platicar con esta niña, sus ojos reflejan un interés palpable, no quiero decir que sea interesada, solo que las otras candidatas, evidentemente se esfuerzan por mostrarse interesadas, pero con esta niña, todo fluye de manera tan normal que se siente bien platicar con ella.

— ¡Oh! Ya veo… Bueno, entonces, ¡disfrute su escapada…!

— ¡Gracias, Ana! Bien, vamos a comenzar tu entrevista, ya revisé tu hoja de vida.

— Sí…

— Ana, veo que tienes experiencia en varias áreas de mi interés, ¿por qué solo eres asistente?

— Bueno, supongo que es porque aún soy muy joven…

— La edad no tiene nada que ver, la verdad es que estoy sorprendido con lo que contiene tu hoja de vida, te haré algunas preguntas, estas, son un tanto personales y quiero que me respondas con seriedad y sinceridad.

— Está bien… Me responde con un poco de nerviosismo en la voz.

— ¿Eres soltera o casada? – Pregunto tal como a todas.

No quiero lidiar con temas de esposos, novios y cosas así, prefiero que la persona que me acompañe este soltera y sin ningún compromiso.

— Soltera… — Responde y yo agradezco esa respuesta por dentro.

— ¿Tienes novio, pareja o algo por el estilo?

— No.

— No, ¿no tienes o no quieres decir? – preguntó nuevamente aclarando la duda, ya que su respuesta suena un poco escueta.

— No tengo nada — Nuevamente agradezco internamente esa respuesta.

— ¿Vives aún con tus padres o sola?

— Actualmente vivo sola

— Bien… — Las respuestas a esas preguntas hacen que la decisión sea más fácil.

Originalmente, ya había decidido que la asistente de la dirección de finanzas sería la persona que me acompañará de ahora en adelante. Siendo sincero, la seleccioné porque me recordaba un poco a Martina cuando la conocí.

La chica de finanzas tiene 30 años, físicamente es hermosa, alta y de buena presencia, pero no tiene lo que necesito, si quiero salir del embrollo que me metí por idiota, ella no es una opción, ahora sé quién sí lo es.

--- Ana Teyssier ---

Luego de varias preguntas que me hizo el señor Müller, me sentía un tanto agobiada, no sé qué relación tenían que ver con el puesto de trabajo, pero ya había escuchado en boca de varias compañeras que eso era parte de la entrevista.

— Ana, ando buscando una asistente y creo que ya lo habrás escuchado de parte de todas tus compañeras, pero la asistente que busco no es cualquier persona. La mujer que elija debe poseer varios conocimientos, además de que deberá llevar mi agenda las 24 horas, los 7 días de la semana, los 365 días del año, realmente si lo ves de esta manera, no tendrá vacaciones, pero los beneficios son una gran compensación, deberá viajar conmigo a cualquier parte del mundo a la que vaya, ya que será mis ojos y oídos – Dijo el señor Müller seriamente.

— Si también algo había escuchado en los pasillos… — Respondo con total sinceridad.

— Bien… Necesito que la compañía tramite tu visa y pasaporte, te veo en Nueva York tres meses, Ana Teyssier, quiero suponer que es tiempo suficiente para hacer los trámites, yo estaré fuera una temporada, pero luego de ese periodo regresaré y espero verte ahí. Cuando estés en el corporativo, afinaremos detalles, pero con tus conocimientos supongo que eres la mejor elección. — Dijo el señor Müller con una seguridad que me daba miedo.

Mi mente aún no podía procesar lo que acababa de escuchar, yo, yo era la candidata elegida, ¿cómo? ¿Por qué? Fueron preguntas que aún no podía responderme. Mi rostro debe haberse vuelto transparente, ya que el señor Müller incluso me pregunto si estaba bien y yo aún no sabía cómo tomar la noticia, lo que menos esperaba era ser seleccionada, era algo bueno, pero actualmente, si lo pensaba con cabeza fría, tenía temas que resolver y la promoción llegaba en el peor momento.

Seguía en shock, cuando al pasar a un lado de mí, el señor Müller poso su mano sobre mi hombro y dijo:

— ¡Todo estará bien, Ana! Solo se consiente que este movimiento te va a cambiar la vida.

Estuve a punto de negarme, pero era muy bien sabido que nadie le llevaba la contra a Dominik Müller, lo que menos esperaba era ser elegida, he de confesar que el fin de semana me imagine lo que podría cambiar mi vida si era elegida, pero de eso a ser realidad, me hizo sentir una oleada de nervios y miedo, sentía cómo todo en mí, estómago se revolvía.

De solo pensar que, actualmente tenía varios pendientes e irme no estaba en mis planes, primero que nada, estaban mis terapias, mi familia, sé que a ellas les emocionaría una promoción de tal magnitud, pero viendo las cosas con cabeza fría, tenía un pendiente que posiblemente podría arruinar todo, la demanda que la madre y novia de Diego me habían puesto, ese tema lo tenía que cerrar lo más rápido posible.

Al estar aún pensativa, solo regresé a mi presente cuando escuché la puerta cerrarse, el señor Müller se había ido.

Luego de unos minutos, por fin, procese la noticia, me levanté y fui a mi oficina con la finalidad de recoger mis cosas, ya era hora de la salida y necesitaba pensar, hoy sí que tenía muchas cosas en que pensar. Todo ello se vio interrumpido cuando vi entrar a mi jefe a la oficina, él se veía muy molesto, traía el semblante desencajado, si las miradas mataran, estaría muerta en este preciso momento.

— Ana, no sé qué cosas le hayas dicho o hecho a Dominik, pero debes saber que trabajar para él, es peor que trabajar conmigo. ¡Felicidades, has conseguido tu tan anhelada promoción!

Yo al escuchar y ver el rostro de quien iba a ser mi exjefe, no sé de donde tome valor, pero no aguante más sus palabras y le conteste:

— ¡Gracias, señor Jiménez! ¡Haré mi mayor esfuerzo! Si fracaso no pasa nada, ya buscaré otro trabajo, pero vale la pena intentarlo.

Luego de decirlo, pude ver la cara de sorpresa de mi jefe, seguramente no esperaba esa respuesta, no supe de donde tomé valentía para contestar así, pero lo que era seguro, era que de alguna manera el señor Müller vio algo en mí que las demás no tenían, fuese como fuese, la oportunidad estaba ahí, con miedo o sin él, la iba a tomar, eso era seguro.

Tan pronto salí de la oficina, pude ver las miradas y el escrutinio de todas las asistentes, claro, menos la de Soila, quien me abrazo y felicito.

— ¡Ya vez, chiquita! Tú no querías participar y mira, le ganaste a todas esas lagartonas que seguro solo querían irse a meter a la cama de aquel hombre.

— Soila, yo creo que tú eras una de las mejores opciones.

— Ya te dije que no, a mi edad ya no se dan esas oportunidades, pero tú, mi niña, tú apenas vas para arriba.

Todo fue normal, Soila me dio un aventón a mi casa, tomamos café y platicamos un rato, divagamos sobre las oportunidades que tendríamos al irme a vivir a Nueva York, luego se fue y ahí fue donde tome el teléfono y marque a casa de mi madre. Normalmente, ella siempre contestaba, así que la noticia, sería ella la primera en recibirla por parte de mi familia.

— Hola… ¿Hija?

— ¡Hola, mamá! ¿Cómo estás?

— Bien, hija, un poco cansada, hoy tuve un poco de trabajo, pero ya terminé, algunos trabajitos que salieron de momento, ¿Qué pasó, hija?

— ¡Mamá…! ¡Tengo una gran noticia que darte!

— ¡Ana! ¡No me digas que…!

Ese tono no me gustó, seguramente mi madre pensó que se trataba de Diego, no puedo culparla, mi mundo hasta hace semanas giraba en torno a mi ex. ¡Wow acabo de decir mentalmente que Diego es mi ex! Creo que la noticia de mi cambio, me está cambiando el switch, o ¿tal vez son las terapias? Posiblemente sea eso.

— ¿Ana?

— ¡Oh perdón, mamá! Me perdí un poco… No se trata de nada malo.

— ¿Qué sucede, Ana?

— He sido promovida…

— ¿Promovida? Pero tu jefe no te deja crecer…

— ¡Lo sé! Pero esta vez la orden viene desde muy arriba y me van a promover…

— ¡Qué bueno, hija! ¡Eso son excelentes noticias!

— Sí, solo que hay un pero…

— Ana… ¿Cuál, pero?

— La promoción no es en el país…

— ¿Cómo? ¿A qué te refieres?

— Madre… Me acaban de seleccionar de entre todas las asistentes para ser la asistente de CEO en Nueva York.

— ¿QUEEE? ¿Te vas a ir a Nueva York?

— Sí…

— Hija, pero… ¿Qué vas a hacer en Nueva York? Tú solita…

Noté cómo toda la alegría que tenía mi madre hasta hace segundos se esfumó, su tono se notaba preocupado, sé que no era para menos, pero creo que era la mejor oportunidad de crecer, creo que jamás se me volverá a presentar una oportunidad así.

Con ello en mente, procuro usar las mejores palabras para que mi madre acepte mi decisión de la mejor manera, al final, acepté o no, terminaré yéndome, aquí lo importante es en qué status me voy, mi familia me apoyará o no.

— Madre… voy a trabajar y esto es una buena oportunidad de para sanar mi corazón, la distancia será una buena oportunidad para superar todo por lo que estoy atravesando.

Sé que mi madre no me lo dirá, pero ella podía entender que mi situación actual no era nada favorecedora.

— Ana, hija… ¡Qué te puedo decir! Si es tu decisión, ¡adelante! El fin de semana ya nos contarás todo con detalle…

— ¡Sí, mamá! ¡Créeme que aún no puedo creer lo que acaba de ocurrir!

— Menos yo, tú no me habías hablado en días y ahora me das esta noticia, de verdad que me has sorprendido. Mi corazón está feliz, pero primero, Celeste se va a Italia y tú ahora te me vas a Nueva York, ¿Acaso estoy destinada a ver cómo mis hijas se van del país?

— Mamá, tranquila, es por trabajo, supongo que habrá días que pueda visitarte, en el caso de Celeste, es diferente, su esposo es italiano, era obvio que ella se iría a vivir ahí, yo no me caso, solo he sido promovida.

Mi madre, al escuchar aquello, no tuvo más opción que aceptar mi decisión, en tres meses mi vida cambiaría, este era el día uno y tenía al menos 90 días para arreglar lo que tenía pendiente. Era poco tiempo, pero sé que lo podría lograr, vivir en un nuevo país, un lugar donde nadie me conociera, ni supiera quién soy, me parecía una idea realmente emocionante, por fin, habría un abismo de distancia entre Diego y yo.

Con aquel cúmulo de emociones, tomé un baño y fui a dormir, por primera vez en días, dormí como un bebe y eso que mi panza estaba llena de cosquillitas de emoción. Esta noche no me quedé dormida mientras lloraba, esta noche simplemente fui a la cama y sonreí, por fin algo bueno vendría en el futuro.

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