--- Ana Teyssier ---
August Dominik Müller era considerado un hombre muy atractivo por todas las asistentes que trabajábamos para su compañía. No puedo negar que sí, coincido con ella, prácticamente el hombre es la fiel cara de la empresa, rasgos muy bien definidos, ojos verdes y claros, labios eran gruesos y llamativos, cabello corto, quebrado, rubio y muy bien peinado, aportaba un toque de elegancia y sofisticación.
Muchas agradecían cada vez que el hombre venía a la compañía, ver la cara bonita de la empresa, nunca estaba de más, es más, se extrañaba.
Se dice por los pasillos que, el hombre tiene un carácter difícil, incluso aquellos rumores han aumentado luego de su estrepitoso divorcio.
Profesionalmente, he tenido oportunidad de revisar con él, algunos temas de trabajo y a mí, personalmente, me ha dado la impresión de ser un hombre amable y hasta amigable.
Dominik como le dice mi jefe y la mayoría en la compañía, he de ser sincera, sí, efectivamente, se me hace un hombre atractivo, ni yo podría negarlo, aunque no creo que sea de mi tipo, ya que no me encantan los hombres tan güeros.
Hoy todo el mundo hablaba de su visita y no era para menos, hoy venía con la misión de seleccionar a la candidata perfecta para la vacante de asistente del CEO.
En fin, haciendo de lado todos aquellos cuchicheos del corredor, me enfoco en mi agenda, al parecer, el día de hoy pinta para ser muy tranquilo, lo cual no me agrada, los días tranquilos para mí son un suplicio.
Mil veces prefiero tener la cabeza llena de pendientes, que tener tiempo libre, ya que ese tiempo libre me da la oportunidad para traer a la mente recuerdos de mi vida con Diego. Evitando ello, me obligo a hacer cosas que por ahí he ido dejando pendientes.
El día se pasa un poco más rápido, de pronto, casi ya por terminar mi jornada, el teléfono suena y al contestar, mi panza siente una punzada que no logro descifrar.
El departamento de R.H. me acaba de pedir que vaya a la sala de juntas donde se encuentra Dominik Müller.
Por alguna extraña razón me pongo nerviosa, tomo mi folder con la hoja de mi vida, llevo mis manos sudorosas y mi panza hecha un lío.
Antes de ir, decido pasar al tocador, la idea es lavarme las manos y revisar nuevamente mi apariencia, llegando ahí, me topo con algunas de las asistentes, la mayoría está cuchicheando como le fue en la entrevista, me ven y una de ellas me pregunta con curiosidad.
- ¿Ya pasaste?
- No… Apenas voy… - Respondo con un poco de nervios.
- ¡Suerte! A todas nos ha ido bien, por lo que no podemos decir quién será la afortunada, así que ¡Suerte! – Dice una de ellas, aunque sé que no es verdad.
- ¡Gracias! – Respondo amablemente.
La verdad es que solo voy por cumplir con la obligación, ¡Por Dios! Solo es cuestión de verme, yo no soy el tipo de chica que contratarían para ese puesto, no tengo una figura envidiable, piernas largas y cara de modelo de las demás asistentes.
Hoy he hecho un esfuerzo sobre humano para ocultar mis ojeras, mi piel marchita y reseca, no tendría cómo competir contra las ellas. Solo basta ver a la de finanzas o de administración, ellas sí que son una belleza ándate, incluso podrían pasar por modelos de pasarela.
La mayoría de las chicas que estaban en el tocador, salieron enamoradas de aquel hombre, no niego que es atractivo, para más de una es su amor platónico. Yo llevo años tratándole y le considero atractivo, pero repito, no es mi tipo.
Aunque hoy en específico, no entiendo por qué me siento tan nerviosa, es como si una parte de mí, quisiera que le fuera bien, pero la otra me dice, ni lo sueñes, corazón.
Al principio no le di mucha importancia al correo de R.H., pero el fin de semana me dio el tiempo para divagar e imaginar, ¿Cómo sería una vida en Nueva York? ¿Cómo sería volver a comenzar? ¿Cómo sería que nadie te conozca?
Si me fuera del país, podría poner una considerable distancia entre el recuerdo de Diego y yo. ¡Qué demonios estoy pensando! Esas cosas no le pasan a una chica como yo…
--- Dominik Müller ---
- ¿Y bien? ¿Has encontrado alguna candidata que se adapte a tus necesidades? – Me pregunta Mauro con gran interés.
Miro a mi amigo tratando de encontrar una respuesta que satisfaga su curiosidad.
- Sabes que soy un hombre complicado, la que elija, debe entender muy bien lo que necesito y el tipo de compañía que busco. — Respondo pensando en lo difícil que soy.
- Dominik, tu padre fue claro, debes elegir a una candidata que no te quieras coger, la última resultó ser toda una fichita y te demandó. – Dice mi amigo en tono de advertencia.
Mauro se la pasa recordándome aquel incidente, sinceramente, lo que sucedió, fue por despecho, fue porque aún no he podido superar mi separación con Martina. Tal vez quise darle celos, quise que viera que estaba siguiendo con mi vida, así como ella lo está haciendo.
- ¡Esa mujer…! Prefiero no recordarla, ya que de solo hacerlo, mi furia se dispara. Mira que inventarse un embarazo, contárselo a mi madre y padre, para luego decir que la golpeé para que perdiera al niño. Eso me metió en serios problemas con mi familia y ni se diga con mi exmujer. - Digo sin pensar dos veces en mi respuesta.
- Dominik, ¿Por qué le sigues dando explicaciones a Martina? Llevas 2 años divorciado.
La respuesta de mi amigo me deja con mal sabor de boca, sé que tiene razón, ya no debería darle explicaciones y ella no debería exigírmelas, pero así es nuestra relación.
Hay días en que se acerca como si nada hubiera pasado, como si no estuviéramos divorciados, incluso hasta hemos vuelto a dormir juntos en ocasiones, pero luego cambia de opinión, me aleja, me llama idiota, me dice que soy una m****a y que no tengo valor en su vida.
- Aún no supero nuestra separación… - Digo con sinceridad.
- ¿Por esa razón caíste muy rápido con tu asistente? - Pregunta Mauro tratando de parecer comprensivo.
- Ashley fue un momento de debilidad, no volverá a suceder… - Respondo apenado.
- ¡Claro que no! Ahora la asistente debe pasar por el escrutinio de tu padre, ¿Ya has podido pensar quién podría ser? – Pregunta con interés.
Soy un hombre de 40 años, divorciado y sin familia, que necesita de una asistente para sobrevivir, eso para mi padre, es la receta perfecta para el desastre.
- Tal vez tengo a una en mente, aunque aún me falta entrevistar a tu niña. - Digo inconscientemente.
Sé que sacar a relucir a Ana Teyssier, le molesta, pero para mí es una pequeña venganza a sus comentarios.
- ¿Ana? - Responde seriamente, sé qué di en el clavo.
Ana es una chica inteligente y servicial, sé que tiene potencial, pero por alguna extraña razón, no ha tenido oportunidad de mostrarlo.
- Sí, Ana, ¡Tú, Ana! – Digo seriamente.
- No creo que ella esté capacitada para el puesto, solo entrevístala por cortesía, aunque no creo que tenga lo que buscas…
Desde hace tiempo me he dado cuenta de que mi amigo, se siente atraído por Ana Teyssier, aunque no lo admite.
- Dices tú… Debo encontrar a una asistente a la que no me quiera coger, Ana para mí es una niña, tal vez podría funcionar…
- ¡Pues entrevístala! Pero dudo mucho que cumpla con tus expectativas.
- La entrevistaré y veremos qué pasa.
- Terminando esto, ¿Qué? ¿Vamos a cenar?
- ¡Claro! Ya solo entrevisto a tu niña y termino el día.
Al ver cómo mi amigo sale, me quedo pensando en algo que dijo y que se tiene razón. Ya no debería darle explicaciones a mi exmujer, pero aún siento como si fuera mi deber.
Martina ya tiene pareja, lleva año y medio, viviendo con alguien más, en ocasiones no logro entender cómo es que ella y yo a veces dormimos juntos. Ella tiene pareja, pero se acuesta conmigo, a veces, me pregunto:
- “¿Acaso habrá hecho lo mismo cuando estuvimos casados? ¿Acaso fue por ello por lo que decidió terminar lo nuestro así de la noche a la mañana?”
Yo sentía que todo iba bien, no supe ni el motivo, solo supe que ella ya no era feliz y, como no era feliz, era el momento de irse, al menos eso fue lo que me dijo.
Nuestro divorcio se llevó una parte de mí, se llevó mi alma, mi corazón y mi deseo de formar una familia, Martina era mi mundo, mi vida, mi todo.
Me duele creer que ella solo me usó, me duele pensar que se aguantó, solo para tener la residencia, fueron unos 5 años llenos de buenos momentos, o al menos, así lo veía.
Estaba perdido en mis recuerdos y remordimientos, cuando un par de toques en la puerta me devolvieron a la realidad.
- ¡Adelante! – Digo rápidamente.
- Ho… Hola, ¿puedo pasar? – Pregunta Ana educadamente.
- Adelante, toma asiento. - Digo mientras me acerco a ella.
Esa niña me recuerda a un conejo asustado, lo que me lleva a sonreír para mis adentros.
- Bien, Ana, veamos qué tienes. - Digo extendiendo mi mano para tomar su hoja de vida.
--- Dominik Müller---Miro a la chica frente a mí, tomo el folder que Ana me entrega, leo con detenimiento tal como con todas las candidatas, me sorprendo al ver que varios conceptos que manejo todos los días.Vaya, esta niña tenía más experiencia que todas las candidatas juntas, ¡Eso era excelente! Aunque dudaba por su edad, tuve que tragarme aquellos pensamientos y tratar de comprobar.- Ana, ¿Cómo estás? – Digo usando un tono de voz no tan intimidante.- Bien, señor Müller, un poco nerviosa – Responde y sé que es sincera, se le nota en el rostro.Algunas ocasiones he trabajado con ella, sé que es amable y sobre todo responsable, también, debo reconocer que es una chica con carácter y mucha determinación: Lo que me lleva a preguntarme: ¿Por qué, si tiene tantos conocimientos no ha buscado un empleo mejor?- Ana, veo que tienes experiencia en varias áreas de mi interés, ¿Por qué solo eres asistente?- Bueno, supongo que es porque aún soy muy joven…- La edad no tiene nada que ver, la
——— Ana Teyssier ———Era sábado por la mañana, la semana había pasado en un abrir y cerrar de ojos, había llegado a casa de mi madre desde una noche antes, ella quiso que le contara con todo detalle cómo era eso de que me iría a vivir a Nueva York.Mi hermana Romina estaba emocionadísima, ya había buscado lugares que visitar, me tenía todo un itinerario de cosas que hacer en “mi tiempo libre”, así que luego de aquellas emocionantes propuestas, me dispuse a contarles todo con puntos y comas.Mamá entendía que era una gran oportunidad, pero también, aunque no me lo decía, sabía que esto me ayudaría a poner tierra de por medio, el tiempo y la distancia, tal vez, podrían ayudar a sanar mi corazón herido.Desayunamos las tres y luego de una larga sobremesa, regrese a mi apartamento, mis amigas de la universidad habían sido las terceras en enterarse, claramente se mostraban emocionadísimas, por lo que decidieron que era necesario vernos y platicar sobre esta promoción para festejar.Afortun
--- Mateo Díaz ---Conozco a mi jefe, Alexis Betancourt, desde hace 15 años, mi jefe es ingeniero estructural, la mayoría de los grandes y lujosos edificios han sido construidos por su compañía, él ha trabajado duro para obtener la posición en la que se encuentra ahora.Sé que solo una vez se enamoró, esa única vez, fue de su esposa, con la que tuvo un hijo y una hija, esos niños ahora ya son unos jóvenes de 28 y 20 años. Lamentablemente, su matrimonio terminó estrepitosamente hace 10 años, debido a una infidelidad por parte de su esposa.Aún recuerdo ese día, mi jefe llegó a casa más temprano de lo normal, yo lo acompañaba, él me entregaría unos planos que había dejado olvidados en su habitación. El pobre hombre, al abrir la puerta de su alcoba, se topó con una escena desagradable, su mujer se encontraba en la intimando con quien era el mejor amigo de mi jefe.Tuve que sostener a mi jefe antes de que le partiera la cara al hombre que se encontraba desnudo, me dolió ver aquello, pero
--- Alexis Betancourt ---Luego de pasar unas horas con Camila, seguí mi ritual de siempre, terminé enviando a Camila a su casa después de desahogar la tensión.Ella es una mujer exquisita, pero simplemente no puedo aceptarla tal como ella quiere, la he intentado alejar por varios medios, pero ella insiste en seguir a mi lado, claramente sabe que nunca pasaremos a ser algo más de lo que ya somos.Hoy desperté un poco cansado y perezoso, en mi mente estaba la chica de ayer, no sé qué me sucede, pero desde que la vi, ha llamado demasiado mi atención. No puedo negar que sus amigas son bellísimas; sin embargo, ella tiene algo en la mirada que no logró sacarla de mi cabeza.Hoy no fui al gimnasio, ya son las 7:00 am, salgo de mi habitación y veo a Mateo, tal como todos los días, tiene listo mi desayuno, mientras tomo asiento en una de las sillas de este amplio comedor, el hombre pasa lista de todas mis actividades y compromisos por hoy, apenas estoy probando mi néctar mañanero, cuando Mate
--- Ana Teyssier ---La tarde del sábado había llegado, decidí regresarme a mi apartamento para buscar algo para ponerme, observaba mi silueta en el espejo, si lo pienso, esta era la segunda ocasión en que me esforzaba por arreglarme, aunque aún no sé por qué lo hice. Por alguna extraña razón que desconozco, estoy hecha un manojo de nervios, observo mi apariencia y realmente me veo diferente, no es que haya hecho un milagro, pero luzco diferente.Al final, me decidí por un vestido veraniego color negro con diminutas flores, que, por alguna razón, últimamente son de mis favoritos, llevo un delgado suéter, es verano, pero no sé a qué hora estaré de regreso, la ciudad podría tener un clima cálido, pero de regreso en autobús, podría alcanzarme la noche.Luego de observarme por unos minutos, tratando de convencerme para no cancelar, termino poniéndome mis bailarinas y mi diminuto bolso cruzado que llevo a todos lados. Al salir de casa, doy un doble chequeo para ver si cerré bien mi puerta,
En menos de 40 minutos estábamos frente a casa de mi madre, la verdad es que últimamente traigo la cabeza hecha un lío, cuando leí los mensajes que mi hermana y madre me enviaron, caí en la cuenta de que solo me estaban avisando que no estarían en casa, me entero de que habían ido a una comida con una tía, ellas no llegarían hoy a casa.Realmente, estaba apanicada por nada, las llamadas y mensajes, solo eran para recordarme esa pequeña situación, si por alguna razón llegaba a casa, me pidieron que no las esperara despierta y que cerrara muy bien la puerta.Mientras veía los mensajes de texto, no me percaté de que Alexis bajo del auto, solo lo hice hasta que me estaba extendiendo la mano para ayudarme a descender.— ¡Listo, Ana Teyssier! Llegaste sana y salva a casa; además de que nos hicimos únicamente 30 minutos. — Dijo Alexis con una encantadora sonrisa dibujada en su rostro.— ¡Gracias! — Digo, tomando la mano para bajar del auto.Mientras descendía de su auto, estaba tan centrada e
--- Diego Sánchez ---La curiosidad mató al gato, me repito una y otra vez, ahora que fingí subirme a mi auto a buscar algo, me ha tocado ver cómo ese idiota besa una y otra vez a Isa, ¡Maldita sea! ¿Cómo demonios puede ella permitir dejarse besar por ese idiota? Me sorprendo ante mis pensamientos, ella está siguiendo con su vida. ¡Maldita sea!No niego que aún guardaba la esperanza de recibir un mensaje, una llamada, algo para buscarme, ella no es así, ella siempre termina buscándome, ella siempre ha rogado por mí, ¿Cómo demonios es que está siguiendo con su vida así sin más? ¡Maldita sea Isabela! ¡Tú no eres así! ¡Tú me amas!Estoy tan encabronado, que no me doy cuenta en qué momento ella entró a su casa, solo siento una mirada penetrante sobre mí, mi vista choca con la de aquel estúpido mientras pasa con su auto a lado del mío, me ve como si se hubiese percatado de que lo veía a lo lejos. ¡Maldita sea! El idiota no es feo, su mirada me congela por un segundo, pero no dejo que me int
--- Ana Teyssier ---El fin de semana pasó demasiado rápido, era lunes por la mañana, estaba hecha un mar de nervios, no sabía que ponerme, sabía que hoy vería a Alexis, quería verme bien, era la primera vez en meses que, quería verme bien y no era por Diego.Luego de ver mi guardarropa por un largo rato, termino eligiendo unos leggings color negro, unas bailarinas del mismo color con un blusón sin tirantes ni mangas color rosa, un ligero suéter negro y la mini bolsa que siempre me acompaña, me hago una coleta alta un poco despeinada.Hoy en específico, no sé qué me pasa, pero veo belleza en mi rostro, serán las palabras de Alexis, serán sus miradas, será su toque, será todo lo vivido el sábado, pero hoy me siento hermosa, por lo que solo me pongo una ligera capa de maquillaje.El arreglarme no pasó desapercibido en la oficina, mis compañeros y compañeras me veían con asombro, han sido unos largos meses llenos de tristeza, por lo que poco me arreglaba, sé que no soy una modelo, pero ho