--- Alexis Betancourt ---Luego de pasar unas horas con Camila, seguí el ritual de siempre. Terminé enviando a Camila a su casa después de desahogar la tensión.Ella es una mujer exquisita, pero simplemente no puedo aceptarla tal como ella quiere. La he intentado alejar por varios medios, pero ella insiste en seguir a mi lado.Claramente, sabemos que nunca pasaremos a ser algo más de lo que ya somos.Hoy desperté un poco cansado y perezoso, mi mente no ha podido desplazar la imagen de la chica que conocí ayer. No puedo negar que sus amigas son bellísimas; sin embargo, ella tiene algo en la mirada que no logró sacarla de mi cabeza.No fui al gimnasio, ya son las 7:00 am, salgo de mi habitación y veo a Mateo, tal como todos los días, tiene listo mi desayuno, mientras tomo asiento, el hombre pasa lista de todas mis actividades y compromisos para hoy, apenas estoy por comenzar a disfrutar de mis alimentos, cuando Mateo decide sacarme de mi momento de tranquilidad.— Debería ir a ver a Cint
--- Ana Teyssier ---Era sábado por la tarde, regresé al apartamento para arreglarme, sin pensar, había aceptado salir con un hombre que conocí anoche. Sinceramente, no sé por qué lo hice y ahora, estoy hecha un manojo de nervios y desconozco la razón.Al mirarme al espejo, es la segunda ocasión que me arreglo y luzco diferente a los demás días. Hoy me puse un vestido veraniego que siempre me saca de apuros, es negro y tiene diminutas flores.Minutos más tarde, evaluó los pros y contras de salir, terminó convenciéndome de no cancelar. Me pongo mis bailarinas, tomo un suéter y mi bolso, para luego salir del apartamento. Antes de salir, le mandé un mensaje al señor Betancourt, le di mi ubicación y solo era esperar a que llegaran por mí.Cuando llego al punto de encuentro, me sorprendo al ver a Mateo descender de una elegante BMW X6, algo diferente al auto de ayer. Mateo me saluda cortésmente y abre la puerta para que suba, “¡Demonios Ana! Tú siempre te andas metiendo en problemas por no
En menos de 40 minutos estábamos frente a la casa de mi madre, aún no descendía del auto, pero cuando leí los mensajes de mi madre y mi hermana, me percaté de que el asunto no era tan grave, solo me avisaban que hoy no regresarían a casa.Realmente, estaba abanicada por nada, las llamadas y mensajes, solo eran para recordarme aquello, por si llegaba a casa y no las veía, me daban alguna que otra recomendación y ya.Mientras veía los mensajes de texto, Alexis bajó del auto y me ayudó a descender de este.— ¡Listo, Ana Teyssier! Llegaste sana y salva a casa; además, nos hicimos únicamente 30 minutos. — Dijo Alexis sonriendo con ello, poniéndome nerviosa.— ¡Gracias! — Digo, tomando la mano para bajar del auto.Me permito perderme un poco en el apuesto rostro del hombre frente a mí, tanto que no me percato que dos casas delante de la mía había fiesta. Aquella casa no era de cualquier persona, no, esta le pertenecía a Álvaro Sánchez, primo de Diego Sánchez, mi exnovio.--- Diego Sánchez --
--- Diego Sánchez ---La curiosidad mató al gato, me repito una y otra vez, ahora que fingí subirme a mi auto a buscar algo, me ha tocado ver cómo ese idiota besa una y otra vez a Isa, ¡Maldita sea! ¿Cómo demonios puede ella permitir dejarse besar por ese idiota? Me sorprendo ante mis pensamientos, ella está siguiendo con su vida. ¡Maldita sea!No niego que aún guardaba la esperanza de recibir un mensaje, una llamada, algo para buscarme, ella no es así, ella siempre termina buscándome, ella siempre ha rogado por mí, ¿Cómo demonios es que está siguiendo con su vida así sin más? ¡Maldita sea Isabela! ¡Tú no eres así! ¡Tú me amas!Estoy tan encabronado, que no me doy cuenta en qué momento ella entró a su casa, solo siento una mirada penetrante sobre mí, mi vista choca con la de aquel estúpido mientras pasa con su auto a lado del mío, me ve como si se hubiese percatado de que lo veía a lo lejos. ¡Maldita sea! El idiota no es feo, su mirada me congela por un segundo, pero no dejo que me int
--- Ana Teyssier ---El fin de semana pasó demasiado rápido, era lunes por la mañana, estaba hecha un mar de nervios, no sabía que ponerme, sabía que hoy vería a Alexis, quería verme bien, era la primera vez en meses que, quería verme bien y no era por Diego.Luego de ver mi guardarropa por un largo rato, termino eligiendo unos leggings color negro, unas bailarinas del mismo color con un blusón sin tirantes ni mangas color rosa, un ligero suéter negro y la mini bolsa que siempre me acompaña, me hago una coleta alta un poco despeinada.Hoy en específico, no sé qué me pasa, pero veo belleza en mi rostro, serán las palabras de Alexis, serán sus miradas, será su toque, será todo lo vivido el sábado, pero hoy me siento hermosa, por lo que solo me pongo una ligera capa de maquillaje.El arreglarme no pasó desapercibido en la oficina, mis compañeros y compañeras me veían con asombro, han sido unos largos meses llenos de tristeza, por lo que poco me arreglaba, sé que no soy una modelo, pero ho
A la mañana siguiente, al levantarme, el solo pensar en lo que había ocurrido hace unas cuantas horas, provocó que mi panza sintiera cosquillitas, estoy nerviosa, mis manos sudan, el solo pensar que lo vería hoy me generaba una extraña sensación. ¡Soy una loca! ¡Demonios! Este hombre, ¿Qué diablos está haciendo conmigo? No puedo dejar de pensar en ese beso, no puedo dejar de pensar en su aroma; por más que intento, vuelvo a pensar en él.Es la primera vez en toda mi vida que me siento así, me siento deseada, su mirada y su manera de besar me lo dice todo.Después de pararme frente al guardarropa opto por un vestido un poco suelto color mango, como siempre me encantan las bailarinas, ¡Ay, Ana te ves preciosa! Me digo a mí misma, no sé qué sucede conmigo, pero incluso hasta he visto cómo mi cabello tiene un poco más de brillo, sonrío frente al espejo al ver mi silueta, sé que no soy bellísima, pero me gusta lo que veo.El día pasó tan rápido que, cuando me doy cuenta estoy caminando haci
No pude ver a Alexis ayer, tal como él comentó, hoy era muy probable que, de igual manera, no nos viéramos, fue extraño, sé que han sido pocos días, pero el solo hecho de pensar que no lo veré, me hace sentir rara, no sé si esto es bueno, no quiero aferrarme a alguien solo por sacar el recuerdo de Diego.Sin mucho gusto, me levanto, reviso mi guardarropa y veo con poco interés las prendas que usaré hoy, agarro lo primero que veo a la mano, me cambio y al verme al espejo, no sé qué sea, pero últimamente me gusta cómo me veo.Al tomar mi delicioso néctar matutino, decido que era momento de dejar la nostalgia atrás, hoy sería una tarde para mí, tal como cuando estaba sola hace años, visitaría mi café favorito y pasaría la tarde leyendo, tengo un libro que deje pendiente desde hace dos años, creo que es un buen momento para retomarlo.En el trabajo, durante todo el día reviso mi móvil para ver si tengo alguna noticia de Alexis, pero por más que lo veo, no aparezco mágicamente un mensaje. F
Una vez que Mateo salió del apartamento, Alexis se acercó a mí, me tomó de la cintura y me miró fijamente… - ¿Dónde te habías metido pequeña ratoncita escurridiza? - Se apagó mi teléfono y no vi los mensajes hasta que lo encendí. – Digo recordando la breve plática con Mateo. - ¡Ya veo! Me preocupé porque no sabía cómo localizarte. – Respondió con un tono de voz suave y seductor. - Me habías dicho que no nos veríamos hoy. – Digo intentando liberarme del agarre. - ¿Te molesta que nos veamos o qué no nos viéramos? – Dijo tranquilamente. - Es solo que me quedo pensando que habría sucedido si no me localizabas hasta que llegara a casa. - Bueno, tal vez me habría apostado fuera de casa tu madre a esperar verte. - Dijo Alexis con tono firme. Lo miré atónita y dije: - ¡No! ¡No se te ocurra! En realidad, si mi madre te ve, no sé cómo podría explicarlo, aún no sé qué somos y no sabría qué decir ante una lluvia de preguntas. - ¿Quieres saber que somos? – Dijo Alexis frunciendo el ceño.