--- Ana Teyssier ---La tarde del sábado había llegado, decidí regresarme a mi apartamento para buscar algo para ponerme, observaba mi silueta en el espejo, si lo pienso, esta era la segunda ocasión en que me esforzaba por arreglarme, aunque aún no sé por qué lo hice. Por alguna extraña razón que desconozco, estoy hecha un manojo de nervios, observo mi apariencia y realmente me veo diferente, no es que haya hecho un milagro, pero luzco diferente.Al final, me decidí por un vestido veraniego color negro con diminutas flores, que, por alguna razón, últimamente son de mis favoritos, llevo un delgado suéter, es verano, pero no sé a qué hora estaré de regreso, la ciudad podría tener un clima cálido, pero de regreso en autobús, podría alcanzarme la noche.Luego de observarme por unos minutos, tratando de convencerme para no cancelar, termino poniéndome mis bailarinas y mi diminuto bolso cruzado que llevo a todos lados. Al salir de casa, doy un doble chequeo para ver si cerré bien mi puerta,
En menos de 40 minutos estábamos frente a casa de mi madre, la verdad es que últimamente traigo la cabeza hecha un lío, cuando leí los mensajes que mi hermana y madre me enviaron, caí en la cuenta de que solo me estaban avisando que no estarían en casa, me entero de que habían ido a una comida con una tía, ellas no llegarían hoy a casa.Realmente, estaba apanicada por nada, las llamadas y mensajes, solo eran para recordarme esa pequeña situación, si por alguna razón llegaba a casa, me pidieron que no las esperara despierta y que cerrara muy bien la puerta.Mientras veía los mensajes de texto, no me percaté de que Alexis bajo del auto, solo lo hice hasta que me estaba extendiendo la mano para ayudarme a descender.— ¡Listo, Ana Teyssier! Llegaste sana y salva a casa; además de que nos hicimos únicamente 30 minutos. — Dijo Alexis con una encantadora sonrisa dibujada en su rostro.— ¡Gracias! — Digo, tomando la mano para bajar del auto.Mientras descendía de su auto, estaba tan centrada e
--- Diego Sánchez ---La curiosidad mató al gato, me repito una y otra vez, ahora que fingí subirme a mi auto a buscar algo, me ha tocado ver cómo ese idiota besa una y otra vez a Isa, ¡Maldita sea! ¿Cómo demonios puede ella permitir dejarse besar por ese idiota? Me sorprendo ante mis pensamientos, ella está siguiendo con su vida. ¡Maldita sea!No niego que aún guardaba la esperanza de recibir un mensaje, una llamada, algo para buscarme, ella no es así, ella siempre termina buscándome, ella siempre ha rogado por mí, ¿Cómo demonios es que está siguiendo con su vida así sin más? ¡Maldita sea Isabela! ¡Tú no eres así! ¡Tú me amas!Estoy tan encabronado, que no me doy cuenta en qué momento ella entró a su casa, solo siento una mirada penetrante sobre mí, mi vista choca con la de aquel estúpido mientras pasa con su auto a lado del mío, me ve como si se hubiese percatado de que lo veía a lo lejos. ¡Maldita sea! El idiota no es feo, su mirada me congela por un segundo, pero no dejo que me int
--- Ana Teyssier ---El fin de semana pasó demasiado rápido, era lunes por la mañana, estaba hecha un mar de nervios, no sabía que ponerme, sabía que hoy vería a Alexis, quería verme bien, era la primera vez en meses que, quería verme bien y no era por Diego.Luego de ver mi guardarropa por un largo rato, termino eligiendo unos leggings color negro, unas bailarinas del mismo color con un blusón sin tirantes ni mangas color rosa, un ligero suéter negro y la mini bolsa que siempre me acompaña, me hago una coleta alta un poco despeinada.Hoy en específico, no sé qué me pasa, pero veo belleza en mi rostro, serán las palabras de Alexis, serán sus miradas, será su toque, será todo lo vivido el sábado, pero hoy me siento hermosa, por lo que solo me pongo una ligera capa de maquillaje.El arreglarme no pasó desapercibido en la oficina, mis compañeros y compañeras me veían con asombro, han sido unos largos meses llenos de tristeza, por lo que poco me arreglaba, sé que no soy una modelo, pero ho
A la mañana siguiente, al levantarme, el solo pensar en lo que había ocurrido hace unas cuantas horas, provocó que mi panza sintiera cosquillitas, estoy nerviosa, mis manos sudan, el solo pensar que lo vería hoy me generaba una extraña sensación. ¡Soy una loca! ¡Demonios! Este hombre, ¿Qué diablos está haciendo conmigo? No puedo dejar de pensar en ese beso, no puedo dejar de pensar en su aroma; por más que intento, vuelvo a pensar en él.Es la primera vez en toda mi vida que me siento así, me siento deseada, su mirada y su manera de besar me lo dice todo.Después de pararme frente al guardarropa opto por un vestido un poco suelto color mango, como siempre me encantan las bailarinas, ¡Ay, Ana te ves preciosa! Me digo a mí misma, no sé qué sucede conmigo, pero incluso hasta he visto cómo mi cabello tiene un poco más de brillo, sonrío frente al espejo al ver mi silueta, sé que no soy bellísima, pero me gusta lo que veo.El día pasó tan rápido que, cuando me doy cuenta estoy caminando haci
No pude ver a Alexis ayer, tal como él comentó, hoy era muy probable que, de igual manera, no nos viéramos, fue extraño, sé que han sido pocos días, pero el solo hecho de pensar que no lo veré, me hace sentir rara, no sé si esto es bueno, no quiero aferrarme a alguien solo por sacar el recuerdo de Diego.Sin mucho gusto, me levanto, reviso mi guardarropa y veo con poco interés las prendas que usaré hoy, agarro lo primero que veo a la mano, me cambio y al verme al espejo, no sé qué sea, pero últimamente me gusta cómo me veo.Al tomar mi delicioso néctar matutino, decido que era momento de dejar la nostalgia atrás, hoy sería una tarde para mí, tal como cuando estaba sola hace años, visitaría mi café favorito y pasaría la tarde leyendo, tengo un libro que deje pendiente desde hace dos años, creo que es un buen momento para retomarlo.En el trabajo, durante todo el día reviso mi móvil para ver si tengo alguna noticia de Alexis, pero por más que lo veo, no aparezco mágicamente un mensaje. F
Una vez que Mateo salió del apartamento, Alexis se acercó a mí, me tomó de la cintura y me miró fijamente… - ¿Dónde te habías metido pequeña ratoncita escurridiza? - Se apagó mi teléfono y no vi los mensajes hasta que lo encendí. – Digo recordando la breve plática con Mateo. - ¡Ya veo! Me preocupé porque no sabía cómo localizarte. – Respondió con un tono de voz suave y seductor. - Me habías dicho que no nos veríamos hoy. – Digo intentando liberarme del agarre. - ¿Te molesta que nos veamos o qué no nos viéramos? – Dijo tranquilamente. - Es solo que me quedo pensando que habría sucedido si no me localizabas hasta que llegara a casa. - Bueno, tal vez me habría apostado fuera de casa tu madre a esperar verte. - Dijo Alexis con tono firme. Lo miré atónita y dije: - ¡No! ¡No se te ocurra! En realidad, si mi madre te ve, no sé cómo podría explicarlo, aún no sé qué somos y no sabría qué decir ante una lluvia de preguntas. - ¿Quieres saber que somos? – Dijo Alexis frunciendo el ceño.
--- Ana Teyssier ---Cuando Alexis me llevo al balcón, estaba más emocionada por ver el atardecer desde esa altura, no puse mucha atención a donde me llevaba, no vi nada fuera de lo normal; sin embargo, cuando entramos me doy cuenta donde estaba, era una amplia habitación, tenía una cama enorme, sabanas elegantemente grises cubrían esta, todo estaba perfectamente acomodado.¡Dios! Esta era la habitación de Alexis, por un momento, sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo, todo el lugar estaba inundado de su aroma, ese aroma cítrico invadía mi nariz, comencé a sentir gran nerviosismo, ¿Cómo demonios no me di cuenta?- ¡Ven! – Dijo Alexis tomando mi mano y jalándola para un sillón que estaba en la habitación.Vacile un poco, quería salir huyendo de esa habitación, pero ya estaba ahí y él me estaba sujetando, en mi mente sonaba la frase que él me había dicho: “No haré nada que TÚ no quieras que haga”, con eso me tranquilizó y avanzo hacia el sillón. Este era amplio y cómodo, perfectamente ca