Anahí no estaba lista para un rotundo rechazo en cuanto decidió declarar sus sentimientos hacia su amigo de toda la vida Jack. Muerta de vergüenza, decide esconderse y curar su corazón roto con su tío Karel en el reino Central. Es un plan perfecto porque Jack no pisaría el continente Central ni muerto; problemas paternales y todo eso. Bueno, sería un plan perfecto si no tuviera que aceptar también el puesto de reina del dichoso Continente. Ser rey apesta. Solo hay que ver a sus padres para que nadie quiera el puesto; no hay descansos, días libres, diversión... nada atractivo. Pero la opción de quedarse en casa y ver a Jack coqueteando con cualquier loba bonita no le atraía. Así que se despidió de sus padres y 8 hermanos sobreprotectores para comenzar su formación con el tío Karel que adora el suelo por donde camina. ¿Qué podría hacer su vida aún más complicada? Rumores de una nueva rebelión, ningún lobo del reino la quiere en el trono, La Gran madre la busca en sueños para que busque a un par de lobos... Bueno, no es tan malo. Al menos hasta que todo arde.
Leer más-¿Hoy te tocó ser Mercancía? - Pregunté divertida . Él rodó los ojos. -Ya sabes que a tu tía Dania le gusta que seamos parte de las ventas para tener controlado todo. ¿Qué te trae a mi humilde celda y quién es tu amiga? -Ella es mi fama de honor. Kara Diist. - Dije con una sonrisa. - Venía a conseguir un par de buenos esclavos que sean perfectos para una pelea. Alzó las cejas. -¿Quieres pelear contra ellos? -No, aunque suena divertido. Más bien quiero hacer un par de peleas clandestinas llenas de peleadores, lamentablemente la mazmorra del castillo está un poco vacía ahora mismo. -Dije haciendo pucheros. -Ah, pobre cachorra. La paz y todo eso arruinan tu diversión. - Dijo levantándose por fin y quitándose las cadenas. - Estoy seguro de que es un plan mucho más elaborado que el solo tomar a mis hombres para que saquen algo de testosterona. ¿Quisieras tomar un té? -Asco, me encantaría. - Dije riendo cuando salió de su celda para abrazarme. Yo le devolví el abrazo. -
-¿A qué Alfa iremos a incautar mercancía ilegal hoy? - Preguntó más tarde Kara cuando entré de golpe en su habitación.Había cogido algunos percheros de otras habitaciones y los utilizaba para dividir su botín en colores, tamaños... y quizá brillo. No estaba segura.-Lamentablemente a ninguno. - Dije con voz triste y ella se desanimó por completo. - Hoy tenemos una reunión importante.-¿Con quién?-Con el comerciante de esclavos más grande del continente.Eso la hizo volver a mirarme y dejar atrás sus tesoros.-¿Qué?-Ponte algo que te abrigue bien porque en su guarida hace algo de frío. - Dije comenzando a salir de su habitación.-¡Espera! ¿Iremos solas?-Obviamente.Me miró como si estuviera loca. O quizá solo era su mirada normal y no tenía nada que ver con mi estado mental; ciertamente, frente a otras personas fingía que me amaba y que besaba el suelo por donde caminaba, pero a solas solo me daba esa mirada.-Tú y yo. - Dijo despacio.-Si.-¿Tenemos... una cita con el tipo?Yo buf
Regresamos al castillo y les pedimos a un par de lobos en los establos que nos ayudaran a cargar los objetos que compramos mientras nosotras arrastrábamos a algunos espías maniatados. Fue bastante divertido luchar contra ellos. La diversión hubiera durado más si no fuera porque en tres movimientos los dejé inconscientes; era una pena que Kara aún no supiera algunas técnicas, así no se habrían escapado los otros dos espías. Como sea, estaba bastante felíz con los resultados. -Princesa, ¿No preferiría que nos hiciéramos cargo de... de eso? - Preguntó uno de los lobos al vernos batallar con el peso de nuestros cautivos. -No se preocupen. Nosotras podemos. - Dije restándole importacia mientras seguía arrastrando al lobo que tenía la lengua por fuera. -Eh... ¿Segura? -Súper... segura. - Dije jadeando. - Le compré un par de aretes a tu encantadora pareja y a ti un nuevo par de botas, espero que te gusten. - Dije lanzándole una sonrisa. -Mi... espalda... - Gimió Kara haciendo grandes
-¿Una despedida dulce? - Pregunté con sorna a la mañana siguiente.Troy había partido por la madrugada junto a Pier y, por los gritos encantados de Kara, al parecer pasó a su habitación antes de irse.-Se disculpó por ser un idiota, ¿Se suponía que tenía que ponerme difícil? Me regaló este bonito par de pendientes. - Dijo Kara mostrando sus orejas. -Amiga mía, con el tamaño de la culpa que tenía ese lobo le pudiste haber pedido diez pares de pendientes. - Dije divertida.-Recuerda que gracias a ti están endeudados hasta sus bisnietos. - Dijo con una carcajada. - Lo intercambié; le dije que mi próximo entrenamiento debía de ser suave y no nivel extremo como pretendía. Entonces, ¿Tenemos planes para hoy?-Si, solo algunas cosas mundanas que hagan que mi reputación se mantenga con un bajo perfil. -Dije con un bostezo. -Iremos a desayunar al pueblo y recorreremos las calles para comprar tonterías que no necesitamos.-Suena bien para mi. - Dijo con un suspiro aliviado.La miré divertida.
-Si me disculpan, señoritas, necesito ir al tocador. - Dije levantándome. Todas las presentes se levantaron y yo les hice un gesto para que continuaran con nuestros juegos. Había preparado un par de ellos para tener entretenidas a las lobas; eran pequeños juegos de azar en donde cualquiera de ellas podría ganar. ¿Los premios? Algunas joyas pequeñas que había reservado de mi anterior robo... quiero decir, de mi anterior misión en la casa del Alfa. Las lobas reían, bebían, comían... y estaban distraídas. Tomé un plato y un trozo de pastel antes de salir del salón. Caminé rápidamente por los pasillos del castillo hasta la Sala del Consejo, una habitación en la segunda planta del castillo en la que se reunían los Alfas, el Consejo, mi tío, algunos guardias de confianza y algunos espías. -Princesa. - Dijeron los uardias que custodiaban la puerta de la entrada con una reverencia pronunciada. -Hola David, hola Gideon, ¿Cómo les va? -Bien princesa. -No me quejo. -Eso es genial, chico
-Pongan algunos bocadillos más por allá, porfavor. - Dije a los lobos que estaban colocando la comida.Como mucho,tendría unos cinco minutos antes de que comenzaran a llegar las nobles.-Princesa... ¿Qué es todo esto? - Preguntó Kyrian apareciendo de repente y mirando con horror el salón.Solo hasta ese momento caí en cuenta de que no le había avisado a mi tío, así como a nadie del castillo que no fueran los cocineros, los guardias de la entrada y los muy amables lobos que se ofrecieron a ayudarme a traer toda la comida cuando me vieron cargar en el pasillo.-Esoy dando una fiesta de té en... unos dos minutos. - Dije agitando mis pestañas inocentemente. - ¿Gusta quedarse, sir Kyran? Estoy segura de que a ninguna de las lobas nobles le molestará que conviva por algunas horas con nosotras. Incluso podríamos improvisar una pista de baile.-Princesa. - Dijo con un suspiro apretándose el puente de la nariz con dos dedos. - Debió de haberme avisado para organizar a algunos guardias para us
-¿Qué fue todo eso? - Preguntó Troy mientras conducía de vuelta la castillo.-Bueno, siempre he creído que una sola fuente de ingresos no es sinónimo de estabilidad. - Dije estirándome en la parte trasera de la carreta. No entendía de qué se quejó tanto la mayor parte del camino.-Yo creo que es una muy buena idea. - Dijo Kara con su cabeza recostada en mi abdomen. - A los machos les gusta golpearse y ver sangre. Por un buen precio, incluso valdría la pena "fingir" que robas las llaves del Coliseo. El Coliseo era como llamábamos al enorme edificio con gradas y una arena en el fondo en donde cada cinco años se celebrabra la Competencia de la fuerza. Se suponía que podían participar todos los lobos mayores de edad sin importar si eran de este continente o no. Por tradición o por cualquier estúpido motivo, los continentes lo toman como una especie de juego de poder: Cada líder del continente debe de mandar a un campeón que los represente y supuestamente el continente que gane recibe u
-¡¿Era necesario amarrarme?!-Muy necesario. - Dije con un asentimiento. - La verdad me sorprende que ni siquiera hayas sentido cuando entré a tu habitación. Hice ruido extra, querido primo.Siguió maldiciendo mi trasero por al menos diez minutos más y eso me pareció súper divertido.-Bueno, ya deja de hacer tanto ruido y Kara te liberará.-Yo solo quiero saber cómo m****a me bajaste los tres pisos que nos separan del establo conmigo a cuestas. - Murmuró con un gruñido.Nos encontrábamos en un camino desierto conduciendo un par de caballos y una carreta disfrutando del sol de la mañana. Mi amiga roncaba fuertemente así que yo era la unica de nuestro trío que se encontraba de buen humor. Kara y yo íbamos disfrazados como humildes mercaderes. Troy iba aun con pijama, pero no necesitábamos que él fuera parte de la farsa.Íbamos en camino hacia el distrito tres gobernado por el Alfa Amadeo; supongo que el primo Troy ya había adivinado nuestro destino ya que ni siquiera preguntó a dónde íba
Parecía que Kara iba en serio acerca de proteger su botín.Lamentablemente no iba a poder dormir tranquila si ella salía herida. Además, su madre armaría un escándalo en el Consejo.Bien, a decir verdad, no dejaría que nada le pasara simplemente porque ya me había encariñado con ella.Suspiré.-Sosten a Kara, tío. Noquearé al tipo y luego los espías pueden apresarlo para un interrogatorio.Me miró divertido pero asintió. Bajé justo cuando Kara se arrojó contra el tipo. Él no estaba muy impresionado y esquivó a mi amiga fácilmente.-Es un mal chiste, ¿No es cierto? - Dijo el tipo con burla cuando Kara tropezó con su vestido y su cara quedó embarrada en la tierra.-Mal chiste fue cuando creíste que yo iría de buena gana contigo... y con tus amigos. - Dije mirando a mí alrededor.Siete tipos con expresiones burlonas nos rodeaban. Vi fugazmente a mi tío sujetando a Kara quien no quería dejar la pelea.-¡Déjeme ir! ¡Aun ese tipo no ha visto mis golpes de furia!Creo que hubo un bufido cole