-¿Hoy te tocó ser Mercancía? - Pregunté divertida . Él rodó los ojos. -Ya sabes que a tu tía Dania le gusta que seamos parte de las ventas para tener controlado todo. ¿Qué te trae a mi humilde celda y quién es tu amiga? -Ella es mi fama de honor. Kara Diist. - Dije con una sonrisa. - Venía a conseguir un par de buenos esclavos que sean perfectos para una pelea. Alzó las cejas. -¿Quieres pelear contra ellos? -No, aunque suena divertido. Más bien quiero hacer un par de peleas clandestinas llenas de peleadores, lamentablemente la mazmorra del castillo está un poco vacía ahora mismo. -Dije haciendo pucheros. -Ah, pobre cachorra. La paz y todo eso arruinan tu diversión. - Dijo levantándose por fin y quitándose las cadenas. - Estoy seguro de que es un plan mucho más elaborado que el solo tomar a mis hombres para que saquen algo de testosterona. ¿Quisieras tomar un té? -Asco, me encantaría. - Dije riendo cuando salió de su celda para abrazarme. Yo le devolví el abrazo. -
Prólogo.Las explosiones aturdían mis oídos en mi forma de lobo, así que tuve que transformarme de nuevo para evitar que siguieran sangrando.Mis rodillas colapsaron e intenté con todas mis fuerzas levantarme para correr a ayudar o para alejarme del lugar. Aun no lo tenía claro. De hecho, no tenía claro nada.A mi alrededor, el más puro caos reinaba.La gente corría asustada mientras que otros pocos lobos se encontraban tratando de sacar personas de debajo de los escombros. Cortinas de humo y fuego, gritos y lamentos envolvían el atardecer.Mi hogar, o al menos el que había sido mi hogar por los últimos dos años, se encontraba en pedazos.La primera explosión fue la causante de que el castillo del Continente Central volara por los aires y me dejara en un lamentable estado físico a pesar de que no estaba dentro.-¡Anahí!El aturdimiento y el leve mareo que sentía me impedía identificar el portador de la voz, pero reconocería ese aroma en cualquier lugar y en cualquier momento. ¿Por qué
Todo empezó con una corta oración hace dos años.-He decidido ser la reina del Continente Central. – Dije convencida a mi madre cuando entró a mi habitación para ayudarme a hacer la maleta para ir con el tío Karel.Ella suspiró y se sentó en la cama dando unas suaves palmaditas para que me sentara a su lado.-¿Estás segura, bebé? Ser reina es una responsabilidad muy grande.-Lo estoy. Ser reina tiene grandes ventajas: Un castillo, la mejor comida, las mejores joyas…-Y ahí seguramente no volverás a ver a cierto lobo que te ha roto el corazón. – Dijo mamá estrechando los ojos.Mis mejillas se calentaron pero no negué la verdad. Ella volvió a suspirar.-Ni siquiera te preguntaré cómo lo sabes. – Dije con resignación.-Si tantos problemas tienes con Jack, simplemente puedo cancelar su libre pase por nuestro reino y lo sabes. No tienes por qué viajar a otro continente y tomar una carga que no era originalmente para ti.Lo sabía, por supuesto que lo sabía, pero el simple hecho de quitarle
-Alguna vez mi madre amarró al tío Mateo en el mástil del barco, ¿Sabías? - Pregunté al primo Troy mientras lo arrastraba por el pasillo.Dos días de viaje y el tipo no quería hablar conmigo. También me veía feo cada vez que le llevaba su comida.-Bueno, técnicamente fue papá el... que... lo amarró. - Gruñí con esfuerzo mientras lo subía por las escaleras.Por supuesto, Troy no podía hablar porque seguía amordazado pero conversar con él era mejor que solo tenerlo echando dagas por los ojos.Cuando por fin llegamos a cubierta lo arrastré hacia el centro y me tiré a su lado.-Necesito comenzar a trabajar mis músculos... ¿Qué, eres mitad ballena? Mi pobre espalda...-¿Por qué no me pidió ayuda, príncesa Anahí? - Dijo Victor saliendo de algún lado.-Porque yo podía hacerlo. - Dije gimiendo.-De acuerdo. - Dijo con un tono que me daba a entender que no era cierto. Jodido lobo espía presumido.Se quedó cerca tapando con su sombra la luz del sol que me daba en el rostro. Después de cinco min
-¿Ya se ha despertado Victor? - Preguntó Troy a la mañana siguiente.-No. - Dije son un suspiro.Ambos nos encontrábamos ayudando en la cocina.Anoche esperé a que regresara de entre los muertos, pero fue inútil; así que tiré abajo la puerta de Troy para contarle mis descubrimientos sobre Victor.-Según lo que me han dicho los chicos, todos pensaban que era un lobo del tío Karel. - Dijo frunciendo el ceño. - ¿Acaso alguien ha verificado su identidad?-No se me había ocurrido. - Dije entregándole otro pescado limpio para el almuerzo. - Cada que nuestro barco llegaba el Este o del Centro, él ya se encontraba a bordo así que suponíamos que lo había mandado el tío para cuidarnos o algo.Mamá nos había enseñado desde pequeños que sin importar nuestro estatus, debíamos de ayudar en lo que pudiéramos en el barco. Es por eso que mis hermanos podían sustituir al abuelo Drantos o a cualquiera a bordo del barco en sus labores. ¿Yo? No tenía las aptitudes físicas, biológicas o psicológicas para c
-¿De verdad no vas a bajar y escoger a tu dama de compañía? - Preguntó mi tío divertido al abrir la puerta de la habitación y encontrándome aún bajo las suaves mantas.Yo abrí un ojo y le gruñí antes de volver a acurrucarme.-Sabes que es un protocolo importante. - Dijo la voz de mi primo acercándose.-Ninguna loba de la nobleza se ofrecerá y yo no las quiero obligar. - Murmuré enfurruñada.-Entonces escoge a alguna plebeya y listo. - Dijo mi primo cuando sentí mis mantas siendo retiradas.Volví a abrir un ojo solo para ver a mi primo entrando a la cama conmigo.Pier le gruñó un poco desde el otro lado de la habitación.-Déjalo, Pier. El pobre no ha dormido mucho.-Tu culpa. - Murmuró malhumorado. - ¿Cómo es que me dejo manipular por una cachorra de la mitad de mi edad?El día en que llegamos con tío Karel lo mandé a investigar con los sirvientes de las casas nobles los chismes más jugosos que pudiéramos utilizar para ganar el favor de las lobas. O sobornar, lo que sea.Sólo tuve qu
Más tarde esa noche, después de comer, despedir lobas y darme un baño, me dirigí hacia la habitación del tío Karel. La primera vez que había entrado en la torre en donde se encontraba la habitación, nadie me había detenido por lo que me imaginé que no estaba prohibido. Fue precisamente en el primer verano en el que vine al reino Central. Como la pequeña mocosa curiosa que era, me puse a vagar por el lugar hasta que di con esa enorme habitación. Lo primero que noté fue que todo estaba decorado en tonos dorados; era una hermosa habitación pero algo… falta de color. En aquél entonces estaba yo en mi etapa artística así que se me ocurrió correr por donde había venido para encontrar a algún sirviente que me trajera unas cuantas pinturas para ayudar a que esa habitación se viera hermosa. Lo primero que “embellecí” fueron las cortinas. Algunos lobos por aquí y por allá, algunos corazones porque, ¿A quién no le gustan lo corazones?, algunos arcoíris y muchísimas flores. Estaba dando los
-Ese ha sido el más triste intento de patada que he recibido en mi vida. – Dijo Troy metiéndose con Kara.Habían pasado alrededor de dos semanas desde que le pedí a Troy que probara a nuestra nueva casi mejor amiga. Era en serio lo que le había dicho sobre no querer un adorno a mi lado.-¡Ustedes están locos! Si no hubiera sido por que de vez en cuando me dejaban comida en esa celda, ¡Habría muerto!Troy se lo había tomado al pie de la letra y había encerrado a la pobre en un pequeño y cutre cuartel en el bosque cercano al castillo. Mi madre la abuela habían salido alguna vez de ahí y supongo que pensó que sería un buen reto para la loba.-No es para tanto. – Dijo mi primo rodando los ojos. – Además, descubriste tú sola cómo salir de ahí.-¡Por supuesto que lo descubrí! – Gritó indignada tratando de volver a golpear a Troy.Actualmente nos encontrábamos en mi habitación / oficina. Le había pedido al tío Karel una propia pero él solo se rió y me dijo que tomara cualquier habitación. C