Al ver que la esposa se ha puesto nerviosa, el marido la abrazó.
—No te preocupes, mi amor. Lo han vuelto a capturar y esta vez le han puesto doble seguridad, así me lo hizo saber el oficial.
Karely lamentó haberlo juzgado mal, creyendo que era con la amante que hablaba.
—Pequeña, déjame decirte que ese pijama no te queda nada bien. Será mejor que lo cambies.
—¿Ah? —cuestionó confundida, preguntándose qué de malo tiene y desde cuándo él le reclama por algo.
—Te queda perfecta. Pero tu piel luce mejor sin eso. —le susurró. Al mismo tiempo la provocó besando el cuello hasta que pasó a su boca. Ella sonrió y se fue mojando casi de inmediato.
Tristán metió la mano por debajo del pijama y acarició la vagina por encima de la prenda interior. Apartó con delicadeza la tela y con un dedo jugó con el clítoris; ella ya estaba demasiado excitada.
—No tienes idea de lo loco que me pongo cuando estoy cerca de ti y no te puedo tocar. —Susurró.
Él se sentó en la cama y la colocó a ella por encima de sus piernas mientras con las dos manos masajeaba las nalgas, besándola de la manera más romántica posible y a la vez le susurraba cosas sucias y ardientes que, en vez de hacerla enojar, la mojaban mucho más.
En esa posición ella le besó el cuello. Luego le quitó la camisa. Él le sacó el pijama por encima de su cabeza, quedando ella expuesta con una lencería de color rojo pasión.
Él la observó detenidamente y con ojos brillosos deseó comerse ese manjar por completo.
—No esperaba que mi esposa fuera tan sexi y que precisamente esta noche usara ese conjunto tan tentador. —expresó.
Para él, ha sido una gran fortuna ver que los tesoros que están a punto de ser suyos están ocultos bajo un encaje.
—Mira cómo me tienes. —Le dijo. Tomando la mano y colocándola por encima de su pene erecto y con intenciones de romper la tela para quedar en libertad.
Sus respiraciones eran agitadas. Ella le desabrochó el pantalón y, con la ayuda de él, este salió volando por la habitación. Recordando que esa sería la única vez que tendría relaciones sexuales con su esposo, Karely puso en práctica lo que en algunas ocasiones vio en su teléfono: parejas teniendo sexo por placer.
Le bajó el bóxer hasta dejarlo desnudo por completo, acarició el pene, lo metió en su boca y le hizo un delicioso oral. Eso era algo que Tristán no se esperaba, pero quedó satisfecho. Ella lo hizo como una experta.
Tristán le dio la vuelta y quedó sobre ella, quitó el resto de la ropa y se llevó a la boca cada uno de los apetecibles pechos que parecían dos melones redondos.
—Muero por hacerte mía.
—Hazme tuya, pero usa preservativo, por favor. —Solicitó.
—Soy estéril, no te preocupes, no habrá bebé. —Le aseguró. De tan excitada y feliz que estaba ella ni siquiera recordó a la amante embarazada y que juraba que el bebé era de Tristán.
—Si quieres que pare, solo dilo en cualquier momento y me detendré. —Ordenó. Recordando que anteriormente ella no se había entregado por los recuerdos del abuso sexual que sufrió por parte de su padre.
Ella no dijo nada, en ningún momento le pidió que parara; es más, le pedía que la tomara con posesión. Ella estaba feliz de que el hombre estuviera siendo tan amoroso en ese momento.
Dos días después, Karely ya le había dado la respuesta a la amante de su esposo, le hizo saber que podía quedarse tranquila, ya que le había pedido a Tristán que dejaran atrás sus sentimientos.
—Me alegro de que lo hayas dejado en paz, él me ha dicho que no te quiere y que eres tú la que se mantiene detrás de él, ahuyentando a cualquier mujer que se le acerque. —escupió aquella embarazada.
—Créeme que eso no es cierto. Pero no es el momento para dar explicaciones, así que ya he cumplido con mi palabra. Espero que en el futuro no me vuelvas a molestar. —pidió. Al parecer, la amante de Tristán no sabe que él ya está casado.
Con el pasar de los días, Karely se volvió fría con su marido antes de pedirle el divorcio, no quería hacerlo de un solo golpe, ya que él sospecharía que algo estaba pasando.
Ella siempre lo rechazaba en la cama, en casa ya no preparaba los alimentos, lo hacía el personal que trabajaba para ellos. Aunque toda esa situación dolía, pero ya la decisión estaba tomada.
—Karely, necesito que hablemos y aclaremos todo lo que está pasando. No quiero que en nuestra relación haya malos entendidos por los cuales tú estés incómoda.
—Todo está bien, pero he decidido que, ahora que mi vida ya no corre peligro, vamos a divorciarnos.
—¡¿Cómo?!
¿Qué has dicho? Repítelo de nuevo, por favor. —exigió sin poder creer lo que ella está pidiendo.
—¡Quiero el divorcio!
—¿Acaso no me amas? ¿O es que has fingido quererme todo este tiempo?
—No te amo y sí, he fingido aprecio, pero solo lo hacía a modo de agradecimiento por haberme salvado de mi padre.
—No lo puedo creer. Te juro que es imposible creerte.
—Tristán, no le demos más vueltas al asunto, divorciémonos mañana mismo. Te prometo que no estoy interesada en tu dinero y no quiero nada de ti, solo me conformaré con que no me despidas de la empresa, quiero continuar trabajando allí.
—No lo acepto. No te daré el divorcio. —le dejó claro Tristán y salió de la habitación azotando la puerta. Se fue a su despacho y ahí lloró a moco tendido, pues era la primera vez que se enamoraba de una mujer tan linda y comprensiva y ahora le sale con que siempre lo mantuvo en una nube de mentira y quiere votarlo como si fuera una basura que cuando ya no se necesita se desecha.
La semana transcurre y Karely ni siquiera le dirige la palabra a su marido. Por más que él trata de llevarse bien con ella, le pide que hablen para aclarar cualquier malentendido. Él no puede aceptar que ella no esté enamorada de él.La única noche que hicieron el amor, ella le demostró que lo amaba. Ahora él no entiende qué pudo haber pasado para que ella tenga ese cambio radical de la noche a la mañana.—Tristán, he encontrado un nuevo lugar donde vivir. Iré a tu casa y sacaré mi ropa. —Le informó.—Karely, por favor, no te vayas. Prometí que te protegería y quiero cumplir mi palabra.—Ya lo has hecho, no te preocupes. Estoy tan agradecida que no podría seguir dándote problemas si me quedo a tu lado.—Pequeña…—Por favor, agiliza el trámite para nuestro divorcio. Si no lo haces tú, lo haré yo con un abogado particular.—¿Estás segura de que me quieres dejar?—Sí, estoy segura. No te quiero como hombre, solo seamos jefe y empleada.—Está bien. Si ya lo has decidido, no me interpondré
Más tarde, Karely escuchó como si alguien estuviera tocando la puerta. Ella se asustó, pues, a su mente vino que podría ser aquel hombre que le había insinuado pagarle mucho más dinero del que Tristán le pagaba. Se llenó de miedo, pero harta de que no dejaran de molestar, ella se levantó para ir a averiguar de quién se trata.—Soy yo. Déjame entrar, por favor, estoy herido. —dijo Tristán. Ella, de inmediato, al reconocer la voz, abrió la puerta.—¿Qué te pasó? —preguntó ella cuando vio que por el rostro corría un hilo de líquido rojo.—Tuve un accidente, ¿podrías dejar que me quede aquí esta noche, por favor? Y si no es tanta molestia, ¿podrías curarme también? Karely recordó haberlo visto que se fue con la amante.—No creo que hayas tenido un accidente. Dime qué te pasó, ¿de dónde vienes? —cuestionó con seriedad, no dispuesta a curarle como él le pide.—Mañana te lo contaré todo, es una larga historia. Por favor, no me dejes solo esta noche, prometo que mañana iremos al registro civi
La sonrisa en el rostro de Tristán desapareció. ¿Cómo es posible que los análisis hayan fallado cuando su madre lo acompañó a realizar el chequeo?—¿Qué estás diciendo, muñeca?—Ves, por eso no te lo quería decir hasta estar segura. No me crees en este momento y si se confirma dirás que me he acostado con otro hombre, pero no es así, Tristán, solo hicimos el amor una noche y entonces sucedió. No es mi culpa, tú no quisiste usar protección.—Tranquila, mi vida. No te estoy echando la culpa. Estoy feliz y deseo que tus sospechas sean reales. Lo que me preocupa es que el niño de esa mujer sí sea mío entonces. —Dijo con el rostro cabizbajo.—Te amo, preciosa. Por favor, no me pidas que me separe de ti, no lo voy a soportar, yo me convertiré en una basura si tú no estás a mi lado. —Suplica.—Te vi cuando te fuiste del bar con ella. ¿Qué sucedió?—No te voy a mentir, me llevó a su habitación. Pero te juro que ni siquiera la besé. Siempre pensaba salirme de allí y venir a dormir contigo, por
Todo pasó a ser una anécdota, dos años han pasado desde que Tristán fue cobarde y se desmayó tras escuchar la noticia de que sería papá. La emoción no pudo con él y lo traicionó.Para entonces se enteraron de que un angelito venía a este mundo, lo confirmaron horas después cuando la clínica les entregó los resultados oficiales. Tristán se volvió loco… toda la familia Morotova enloqueció al saber que sí habría un heredero por parte del miembro que, se suponía, era estéril.Finalmente, la prueba de paternidad con el bebé de la otra mujer involucrada resultó ser 0% compatible con Tristán, eso fue una gran felicidad para él, ya que no quería que otra persona fuera la madre de sus hijos, solo Karely, ella es el amor de su vida y ahora también la madre de su primer hijoTristán hizo justicia para su padre, las empresas de aquel hombre quebraron y todo quedó en la calle. El señor Brandon Morotova al enterarse, le llamó la atención, pues no quería que sus hijos quedaran involucrados en los pr
SINOPSISThiago Morotova es un empresario muy reservado, tanto con su vida personal como profesional. Está comprometido con una mujer que no ama y quiere huir del matrimonio.Maya es una rescatista y miembro de las fuerzas armadas. Un accidente de avión le permite conocer a Thiago y de inmediato se enamoran. Él le oculta dos secretos, uno de ellos hará que ella lo abandone cuando lo descubra.¿Crees en el amor a primera vista? Thiago y Maya sí, y debido a su peculiar manera de conocerse, ellos bautizaron su relación como UN AMOR CAÍDO DEL CIELO.EXTRACTOHabía sido una semana ajetreada en la empresa. Thiago decidió ir a pasar el fin de semana en una de sus propiedades en el campo. Todo estaba lluvioso y él amaba ese clima.De pronto se escuchó un estruendo cerca del lugar. Los empleados corrieron a avisarle que una avioneta del ejército había caído en dicha propiedad. Todos, incluyendo a Thiago, se acercaron para ayudar a los tripulantes antes de que el artefacto tomara fuego como hab
Maya dispone de un mes libre para poder recuperarse por el accidente. Thiago le pidió que se encontraran de nuevo para conocerse un poco más y ella aceptó gustosamente.En realidad, su padre le ha informado que ha organizado citas a ciegas para que pueda encontrar a un hombre bueno y forme la familia que él tanto anhela que ella tenga. Ahora ella está aprovechando la oportunidad de haber encontrado a un hombre humilde que, seguramente, debido a su pobreza, aceptará casarse con ella a cambio de dinero, aunque ella no es millonaria, pero está dispuesta a pagar cierto precio por un marido.La distancia que los separa es de dos horas. Así que, Thiago se ofreció a viajar para que ella no lo descubriera si venía a su ciudad.Él compró un ramo de flores para entregarle en su reencuentro. Ella lo estaba esperando en un restaurante sencillo, se sorprendió al ver que las flores eran eternas, ella sabía que ese estilo era demasiado costoso.—No te hubieses molestado, bastaba con tu presencia. —d
Como de costumbre, Maya se despertó muy temprano en la mañana. Casi se llevó el susto de su vida cuando se dio cuenta de que estaba siendo abrazada por un hombre, hasta que recordó la locura que había hecho el día anterior.—Le dije a este pendejo que no se me acercara mientras dormía, y resulta que fui yo la que crucé la línea de peligro. —Lamentó en su mente. Se levantó y fue a la cocina para preparar el desayuno.Más tarde apareció Thiago y le pidió disculpas por no tener el dinero suficiente para pagar una empleada que se ocupara de los quehaceres.—No te preocupes. Saldremos adelante con lo poco que tenemos, espero que dentro de un año mi padre desista de esa idea tan loca de verme casada, entonces nos divorciaremos y cada uno tomará caminos diferentes.—Eso no me lo dijiste cuando me propusiste que fuera tu esposo. —Se quejó.—Lo lamento, se me pasó por alto. Pero así será, en el momento adecuado, terminaremos con este falso matrimonio.—Bueno, no importa, entonces tú eres la qu
Thiago llegó hasta donde estaba su chica y, aprovechando que el guardia estaba distraído, la tomó de la mano y le pidió que lo acompañase.—¿De qué te escondes? —cuestionó—. ¿Acaso te da vergüenza que yo sea tu esposa?—No. Tengo miedo de que se enamoren de ti y me abandones. —Bromeó en respuesta.—Idiota. Traje tu almuerzo para que no gastes dinero comprándolo. Me disculpo por haber sido descuidada y no haberlo preparado esta mañana.—Lamento tanto que no te hayan permitido entrar. La empresa tiene sus reglas y una de ellas es que no se reciben visitas. Y, con respecto a la comida, agradezco que te preocupes por mí, eres una buena esposa.—Gracias. Me da gusto de que no me juzgues y comas todo lo que te preparo con mucho cariño.Thiago sacó la comida y se puso a comer. Su teléfono no paraba de sonar y al no hacer el intento por responder, Maya presintió que algo no estaba bien.—Puedes atender. No soy un impedimento, quizá sean tus padres y quieran saludar.—Descuida. Es el jefe que,