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La sonrisa en el rostro de Tristán desapareció. ¿Cómo es posible que los análisis hayan fallado cuando su madre lo acompañó a realizar el chequeo?

—¿Qué estás diciendo, muñeca?

—Ves, por eso no te lo quería decir hasta estar segura. No me crees en este momento y si se confirma dirás que me he acostado con otro hombre, pero no es así, Tristán, solo hicimos el amor una noche y entonces sucedió. No es mi culpa, tú no quisiste usar protección.

—Tranquila, mi vida. No te estoy echando la culpa. Estoy feliz y deseo que tus sospechas sean reales. Lo que me preocupa es que el niño de esa mujer sí sea mío entonces. —Dijo con el rostro cabizbajo.

—Te amo, preciosa. Por favor, no me pidas que me separe de ti, no lo voy a soportar, yo me convertiré en una basura si tú no estás a mi lado. —Suplica.

—Te vi cuando te fuiste del bar con ella. ¿Qué sucedió?

—No te voy a mentir, me llevó a su habitación. Pero te juro que ni siquiera la besé. Siempre pensaba salirme de allí y venir a dormir contigo, por eso guardé mi llave en tu cartera.

Puesto allá, te estaba enviando un mensaje de texto a ti. Ella me arrebató el teléfono y miró que yo te pedía disculpas y te explicaba mi juego. Ella se llenó de rabia, nos maldijo y rompió una botella en mi cabeza.

Karely sonrió.

—Eso te pasa por ser un maldito mentiroso.

—¿Me vas a juzgar? Mejor ven aquí y dame un beso para curar todos mis dolores.

—Espera… todavía no te he perdonado. Pero, si lo que dices es cierto, y si ella ya te descubrió, ¿qué pasará luego?

—No lo sé, mi amor. Pero tengo que estar preparado porque su padre vendrá encima de mí. Ahora temo realizar una prueba de paternidad y que esta salga compatible. Seguro tú no me lo perdonarás y entonces me dejarás.

—Todo eso sucedió antes de que nosotros fuéramos pareja. No estoy en contra si el niño es tuyo, solo que, no sé si podré sentirme bien cuando prácticamente yo llegué a arruinarlo todo.

Al día siguiente regresaron a la ciudad. Lo primero que hicieron fue ir a la clínica para hacer la prueba de embarazo. Les dijeron que estaría disponible hasta dentro de cuatro horas.

Tristán dijo que no podía esperar más, así que también pasaron por una farmacia comprando una prueba casera y fueron a casa. Ese día, los dos lo tomarían libre, sea cual sea el resultado, han dicho que anunciarán su matrimonio al mundo entero. Ya no están dispuestos a separarse, también se le pedirá a la mujer embarazada que se realicen la prueba de paternidad y de una vez por todas salir de la duda.

Tristán ya ha conseguido lo que quería. Se relacionó con esa chica para que le entregara a escondidas de su padre aquellos documentos de la licitación donde claramente hubo fraude. Ahora tiene todas las pruebas en sus manos y hundirá la empresa de su contrincante.

—Entraré contigo al baño. —dijo, cuando miró que ella tomó la regleta.

—¡Qué! ¡Ni se te ocurra hacerlo!

—¿Por qué no? Yo quiero conocer el resultado, estoy impaciente.

—¿Y si es negativo?

—Te amaré igual o más que ayer. Solo que, no sé si tú estás dispuesta a estar con un hombre que no te dará hijos.

—Te amo. —Dijo ella y le dio un beso en los labios. Asegurándole que estará con él a pesar de las dificultades.

—Voltéate de espaldas hacia mí. Me pones nerviosa si me estás viendo. —Pidió Karely cuando estaba sentada en el retrete.

Tristán está nervioso. Anhela de todo corazón que el resultado sea positivo. No le importa nada más que su esposa esté formando en su vientre a su primogénito.

—¿Ya estuvo? —preguntó impaciente, tronando los dedos de la mano.

—Sí.

—¿Cuánto tiempo hay que esperar?

—De tres a cinco minutos.

—Por Dios, eso es una gran eternidad. —Se quejó. Frotando las manos para apaciguar sus nervios. Karely lo observa recostada sobre la pared. Desde hace un par de días ella se ha sentido mal y todo lo asocia con síntomas de embarazo.

—Ya pasaron seis minutos, amor. Es tiempo de conocer el resultado, ¿quieres ser el primero?

—Sí, no… espera. Dame un abrazo, necesito estar calmado, cualquiera de los resultados alterará mis nervios y quiero estar preparado para lo que sea.

Ella lo abrazó, también tenía sentimientos encontrados.

—Ahora sí, estoy preparado. Quiero que seas tú la que me dé la noticia. —Pidió.

Karely suspiró profundo, tomó la regleta en sus manos y cerró los ojos. Los abrió lentamente y su cuerpo se paralizó.

—¡Es positivo! ¡Estoy embarazada, vamos a ser padres! —exclamó con emoción. —Tristán… Tristán.

Ella volteó atrás cuando él no le respondió. Por un momento se decepcionó al pensar que la había dejado sola y no le importaba. Sorpresa la que se llevó cuando lo vio sentado en el suelo y recostado sobre la pared. Ja, se había desmayado al escuchar que sería papá.

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