Los hombres lobo y las brujas estuvieron guerra, una en la que los licántropos vencieron. Solo quedó una de ella, la heredera quien no recuerda nada. El alfa la sigue para matarla pero se enamora... ¿Podrá ser posible su amor?
Leer másHabían pasado muchos días en los cuales Penélope se sentía vigilada. Desde que vió a aquel hombre sus sentidos estaban alerta pues sabía que no era normal. Después de sus encuentros con los hombres lobo y de que estuvo en peligro, no era para menos.Aquello lo seguía manteniendo en silencio. No deseaba decirle a nadie lo que vivió y mucho menos lo que su amante le dijo, pero en su mente seguía pensando qué podría hacer. Incluso se había planteado la idea de irse de ahí pero se detuvo al considerar que no había un sitio seguro, nada le garantizaba que yéndose incluso a otro reino lejano, estaría fuera de peligro.Confiaba en que Erikoc cumpliría su palabra y la protegería, aunque no estaba claro de que, solo sabía que algo la acechaba y lo único que podía deducir es que tenía que ver con esa raza a la que su amado pertenecía.Esmeralda era la única que sabía y como toda buena confidente le ayudó a saber más del tema. Juntas investigaron las leyendas de los hombres lobo, lugares de res
Erikoc estaba muy tranquilo reposando en su sillón. Estaba meditando la situación, lo que más le consumía era pensar en su amada, la extrañaba y deseaba verla. Sabía que no le había pasado nada, la conexión que tenían iba mucho más allá de lo físico, sus almas estaban conectadas y sabía que ella estaba a salvo. Pero su preocupación era muy evidente, sabía que sus hombres intentarían buscarla una vez que les surgiera la idea de que él no hizo nada contra las brujas. Un poder así de grande no se iba a quedar dormido para siempre, sabía que ella despertaría sus poderes en algún momento, la pregunta era ¿Qué haría en un caso así?La magia era el elemento más temido por los licántropos porque era lo único que los podía matar, además de maldecir o hacer ejercicio su reino cayera. Un conjunto de brujas sería lo menos apto para su reino y los intereses.Erikoc bebió de su vaso deseando que aquello nunca sucedería, rogaba porque Penélope nunca recupera su memoria y viviera como humana. Temia
Una broma... De eso es lo que se trataba, una muy mala para quienes se habían encontrado con esos seres como era el caso de las dos amigas que estaban resguardadas con mucho miedo.La broma de le había ocurrido a unos artistas que trabajaban en una taberna, hicieron el disfraz de una bestia y se la pusieron para andar por la calle jugando. Todo eso con la intención de hacer publicidad. Incluso el nombre de aquella taberna fue cambiado a "licor de la bestia" Ese lugar estaba haciendo todo lo posible por resurgir de entre las cenizas y de nueva cuenta comenzar a vender más. Algo que era posible en una grande y poblada ciudad, solo necesitaba el empuje y la reciente situación con los rumores de aquel ser les daba la oportunidad.En las calles al inicio pensaron que era verdad, muchos vieron el disfraz y se asustaron. Las personas estaban en guardia pues un rumor así generalmente llevaba algo de verdad, así que nadie estaba dispuesto a arriesgarse y averiguar. En cuanto se dieron cuenta d
Un sueño, así es como Penélope le llamaba a sus experiencias con Erikoc. Desde que se fue, esa era la forma en que se comunicaban. Aunque ocurría mientras dormía, no sabía si era exactamente un sueño pues se sentía tan real, de hecho esas experiencias sexuales que ocurrían durante ese periodo eran como si las tuviera realmente. Amanecia satisfecha, exaltada, relajada, tanto como si hubiera pasado la noche con un gran amante.Quizá era un tipo de telepatía que solo dos almas gemelas podían tener. Una experiencia única pero que era tan rara y pensaba en ella cada día al despertar. ¿Estaré obsesionada?, ¿será real?, ¿existirá eso realmente? Eran solo algunas de las preguntas que se hacía al abrir los ojos. Mientras contemplaba el sol entrar por la ventana, tocaba su cuerpo, estaba muy cálido y no era solo por las cobijas, era como si realmente hubiera dormido con alguien.Estaba un poco abrumada, podía incluso sentir el olor del hombre lobo, algo que le hacía cuestionar si en realidad e
—Quitate la ropa por favor,—la respiración de Penélope era muy agitada—quiero que me hagas tuya como la última vez.El momento cumbre estaba a punto de llegar. Los dos amantes se habían estado besando apasionadamente por algunos minutos. Estaban en una habitación de una posada lujosa, había velas rosas y fragancias cítricas como en las ocasiones anteriores, eran las favoritas de ella.Llegaron ahí dispuestos a entregarse su amor mutuamente, después de varios días el deseo aumentaba y hacia que cuando estaban juntos no perdieran el tiempo en absoluto.—Quitatela, quiero tocar tu pecho ...—Insistió ella mientras le quitaba a jalones la camisa azul qué traía puesta.—Tus brazos, quiero que me presionen con fuerza, la justa para atraparme en ti.Erikoc solo la observaba excitado mientras cumplía sus deseos. Él también deseaba quitarle la ropa y sacarse con ella, pero como todo buen amante, permanecía paciente.Penélope cumplió su objetivo arrancándole por completo la camisa, lo despojó de
El rey alfa contemplaba por la ventana su vasta ciudad, veía a los cientos de licántropos que ahí habitaban, cada uno leal a su reinado así como también en posible peligro.Sus seguidores cantaban victoria tras derrotar a sus enemigas las brujas pero siempre con el temor que apareciera un nuevo enemigo.En el palacio estaban todos reunidos esperando el reporte de Erikoc, necesitaban escuchar que la presa había sido asesinada. Aunque todos confiaban en su líder y lo daban por hecho.—¿Cómo le fue en su viaje?—Preguntó el más viejo cuyo nombre era Saúl, con un tono pasivo Pero Erikoc no respondió nada, suspiró para seguir mirando por la ventana, parecía que al estar ahí sentía culpa por los suyos, pues que la joven Penélope siguiera viva, era peligroso para ellos aunque ella no lo supiera.—No tenía memoria.—Por fin rompió el silencio para dirigirse a su audiencia.—Para ella solo era una simple humana.Todos los miraron, no sabían el motivo para aquellas palabras, no era común en él ex
Lejos del territorio humano, pasando cientos de kilómetros de bosque y otros lugares naturales que no han sido explorados por ellos, existe el reino de Mnaker, un lugar más antiguo que lo imaginado. Un sitio reinado por los licántropos, seres que saben distinguir muy bien sus tierras y que han definido sus dominios latentemente. De hecho, sus últimas enemigas perecieron al retarlos, mujeres fuertes y regentes en la magia, pero no fue suficiente para sobrevivir... las brujas.Aquel reino había visto levantar a grandes guerreros que aportaron esa estabilidad y paz de la cual ahora gozaban. Diferentes líderes se agrupaban en clanes que rodeaban la gran ciudad, el castillo principal donde regia el lider absoluto... El Alfa rey.En cuanto a su estructura podemos hablar de algo totalmente diferente a lo que los humanos construían. Sus murallas ni templos eran construidos con piedras, existía un mineral muy parecido al cristal, azul brillante que daba luz en cualquier hora del día, además ta
Los días pasaron rápidamente.Penélope y Erikoc vieron algunas noches más. El proceso era el mismo. La joven salía de casa y se reunía con el en la posada.En ocasiones podía hacerlo más temprano pues las funciones solo eran el fin de semana. Aunque de no ser así, ella hubiera escapado de igual forma para encontrarse con su amante.Aquella noche de jueves algo diferente ocurrió. Penélope regresa por el sendero a su casa con la mente distraída, como si alguien la hubiera programado para caminar hasta ahí sin detenerse.Pero hubo algo a lo que no le pudo negar su atención.Escuchó la voz de Esmeralda muy alterada. Ese ruido le hizo reaccionar y giró su cabeza hacia donde escuchó aquel grito.Su amiga volvió a quejarse aunque esta vez pudo notar que se movía, como si estuviera huyendo de algo.Con mucha pesadez, Penélope avanzó en dirección de su amiga. Necesitaba ayudarla.La noche había llegado y las antorchas del camino seguían sin proporcionar la luz necesaria.Camino hacia la yerba
La noche había pasado rápidamente, sensación que se obtiene cuando alguien la pasa bien.Penélope ya estaba en su casa, lista para afrontar el día y suspirar con sus recuerdos de la noche anterior.No le importaba haber dormido muy poco, la compañía había valido la pena. No había nada de que arrepentirse, pero el sentimiento de haber hecho algo atrevido comenzaba a molestar en su mente, y más al estar cerca de los que consideraba familia.Salió de su habitación para incorporarse a su rutina. Tenía que ir a desayunar, y de ahí a los ensayos. Se dirigió al comedor y se encontró con su amiga quien ya estaba ahí.Trató de saludarla normalmente, incluso ya había olvidado la adrenalina del momento por el cual pasó cuando se fugó en la noche. Se sintió bien, sin remordimientos, como si nada hubiera sucedido. Su mente suprimió todo para verse lo más natural posible.Desafortunadamente para ella, su amiga se lo recordó de inmediato pues desde que la vió asomó sus reclamos de manera visual y po