Su mirada era penetrante, mucho más de lo normal. Se deleitaba con su baile mientras sonreía discretamente.La hermosa Penélope lo había notado. Pasó de ser un espectador más, a alguien que solo la miraba a ella.Hasta cierto punto era placentero tener un fan así. A pesar de estar lejos, podía notar que era un hombre guapo, con mucha personalidad y un estilo único.Lo había visto un par de ocasiones antes como su espectador. "Debe gustarle mucho la obra" Pensó cuando lo vió ahí por tercera vez. Esos fueron los últimos pensamientos que le dedicó para centrarse en su actuación. Estaba por llegar el desenlace y este requería de toda su atención.La función ocurría en el reino de Wurd, uno de los más grandes en el mundo y el que había logrado mantenerse más estable en las últimas décadas.Debido a esto los artistas pudieron progresar pues las personas necesitaban entretenerse. Las obras de teatro así como la música y la danza, sobresalían entre todas las demás ramas, convirtiéndose en l
La noche ya había abrazado a la ciudad por completo. Había poca visibilidad, las antorchas no eran suficientes pero ayudaban a no perderse en el camino.Con el tiempo, los habitantes de esas ciudades que recorrían los caminos desarrollaban un instinto para caminar. Además de un estado de alerta para estar al pendiente no solo de bandidos, también de otros peligros como animales.Erikoc y Penélope se fueron a una posada a las afueras del pueblo, ahí es donde el interesante hombre se había hospedado. Era la más lujosa de aquella zona, el trato que recibían no era para menos así como las intenciones, tenían lo mejor que se podía aportar en toda esa ciudad.Al llegar ahí y ser recibidos como clientes de élite, caminaron hasta la habitación que alquiló, la invitó a pasar muy cortésmente como en todo momento. Una vez dentro la sentó en la cama y después sirvió un poco de agua para ambos. Hacia tanto calor que era necesario.Penélope estaba muy bien atendida pero aún seguía con mucha desconf
La noche había pasado rápidamente, sensación que se obtiene cuando alguien la pasa bien.Penélope ya estaba en su casa, lista para afrontar el día y suspirar con sus recuerdos de la noche anterior.No le importaba haber dormido muy poco, la compañía había valido la pena. No había nada de que arrepentirse, pero el sentimiento de haber hecho algo atrevido comenzaba a molestar en su mente, y más al estar cerca de los que consideraba familia.Salió de su habitación para incorporarse a su rutina. Tenía que ir a desayunar, y de ahí a los ensayos. Se dirigió al comedor y se encontró con su amiga quien ya estaba ahí.Trató de saludarla normalmente, incluso ya había olvidado la adrenalina del momento por el cual pasó cuando se fugó en la noche. Se sintió bien, sin remordimientos, como si nada hubiera sucedido. Su mente suprimió todo para verse lo más natural posible.Desafortunadamente para ella, su amiga se lo recordó de inmediato pues desde que la vió asomó sus reclamos de manera visual y po
Los días pasaron rápidamente.Penélope y Erikoc vieron algunas noches más. El proceso era el mismo. La joven salía de casa y se reunía con el en la posada.En ocasiones podía hacerlo más temprano pues las funciones solo eran el fin de semana. Aunque de no ser así, ella hubiera escapado de igual forma para encontrarse con su amante.Aquella noche de jueves algo diferente ocurrió. Penélope regresa por el sendero a su casa con la mente distraída, como si alguien la hubiera programado para caminar hasta ahí sin detenerse.Pero hubo algo a lo que no le pudo negar su atención.Escuchó la voz de Esmeralda muy alterada. Ese ruido le hizo reaccionar y giró su cabeza hacia donde escuchó aquel grito.Su amiga volvió a quejarse aunque esta vez pudo notar que se movía, como si estuviera huyendo de algo.Con mucha pesadez, Penélope avanzó en dirección de su amiga. Necesitaba ayudarla.La noche había llegado y las antorchas del camino seguían sin proporcionar la luz necesaria.Camino hacia la yerba
Lejos del territorio humano, pasando cientos de kilómetros de bosque y otros lugares naturales que no han sido explorados por ellos, existe el reino de Mnaker, un lugar más antiguo que lo imaginado. Un sitio reinado por los licántropos, seres que saben distinguir muy bien sus tierras y que han definido sus dominios latentemente. De hecho, sus últimas enemigas perecieron al retarlos, mujeres fuertes y regentes en la magia, pero no fue suficiente para sobrevivir... las brujas.Aquel reino había visto levantar a grandes guerreros que aportaron esa estabilidad y paz de la cual ahora gozaban. Diferentes líderes se agrupaban en clanes que rodeaban la gran ciudad, el castillo principal donde regia el lider absoluto... El Alfa rey.En cuanto a su estructura podemos hablar de algo totalmente diferente a lo que los humanos construían. Sus murallas ni templos eran construidos con piedras, existía un mineral muy parecido al cristal, azul brillante que daba luz en cualquier hora del día, además ta
El rey alfa contemplaba por la ventana su vasta ciudad, veía a los cientos de licántropos que ahí habitaban, cada uno leal a su reinado así como también en posible peligro.Sus seguidores cantaban victoria tras derrotar a sus enemigas las brujas pero siempre con el temor que apareciera un nuevo enemigo.En el palacio estaban todos reunidos esperando el reporte de Erikoc, necesitaban escuchar que la presa había sido asesinada. Aunque todos confiaban en su líder y lo daban por hecho.—¿Cómo le fue en su viaje?—Preguntó el más viejo cuyo nombre era Saúl, con un tono pasivo Pero Erikoc no respondió nada, suspiró para seguir mirando por la ventana, parecía que al estar ahí sentía culpa por los suyos, pues que la joven Penélope siguiera viva, era peligroso para ellos aunque ella no lo supiera.—No tenía memoria.—Por fin rompió el silencio para dirigirse a su audiencia.—Para ella solo era una simple humana.Todos los miraron, no sabían el motivo para aquellas palabras, no era común en él ex
—Quitate la ropa por favor,—la respiración de Penélope era muy agitada—quiero que me hagas tuya como la última vez.El momento cumbre estaba a punto de llegar. Los dos amantes se habían estado besando apasionadamente por algunos minutos. Estaban en una habitación de una posada lujosa, había velas rosas y fragancias cítricas como en las ocasiones anteriores, eran las favoritas de ella.Llegaron ahí dispuestos a entregarse su amor mutuamente, después de varios días el deseo aumentaba y hacia que cuando estaban juntos no perdieran el tiempo en absoluto.—Quitatela, quiero tocar tu pecho ...—Insistió ella mientras le quitaba a jalones la camisa azul qué traía puesta.—Tus brazos, quiero que me presionen con fuerza, la justa para atraparme en ti.Erikoc solo la observaba excitado mientras cumplía sus deseos. Él también deseaba quitarle la ropa y sacarse con ella, pero como todo buen amante, permanecía paciente.Penélope cumplió su objetivo arrancándole por completo la camisa, lo despojó de
Un sueño, así es como Penélope le llamaba a sus experiencias con Erikoc. Desde que se fue, esa era la forma en que se comunicaban. Aunque ocurría mientras dormía, no sabía si era exactamente un sueño pues se sentía tan real, de hecho esas experiencias sexuales que ocurrían durante ese periodo eran como si las tuviera realmente. Amanecia satisfecha, exaltada, relajada, tanto como si hubiera pasado la noche con un gran amante.Quizá era un tipo de telepatía que solo dos almas gemelas podían tener. Una experiencia única pero que era tan rara y pensaba en ella cada día al despertar. ¿Estaré obsesionada?, ¿será real?, ¿existirá eso realmente? Eran solo algunas de las preguntas que se hacía al abrir los ojos. Mientras contemplaba el sol entrar por la ventana, tocaba su cuerpo, estaba muy cálido y no era solo por las cobijas, era como si realmente hubiera dormido con alguien.Estaba un poco abrumada, podía incluso sentir el olor del hombre lobo, algo que le hacía cuestionar si en realidad e