Varios días después…
Bastian.
La mayor parte de las veces soy un idiota y no me importa serlo. Un adicto al trabajo que obedece las reglas y cumple su deber al pie de la letra. Por eso me parece una completa traición lo que me hizo Camelia.
Sé que no soy la mejor persona para decir que se debe separar la vida laboral con la vida personal, pero yo nunca permití que Alena estuviera en peligro ni mucho menos ventilé información de mi trabajo.
Estoy cansado de no saber controlar la situación ella.
Alena me supo poner la vida de cabeza.
—Por eso te pusieron a trabajar conmigo —llevo la vista a Gustavo, mi nuevo custodiado.
—Entiendo, solo debe informarme los lugares a donde iremos para poder verificar la locación y que todo esté completamente seguro para usted —le informo.
Gustavo Vogiatzi, es un empresario griego muy aclamado en ese país, amado por la mayoría de las mujeres por ser un diseñador de ropa cómoda. Vi lo que hace y no me gustó, pero como no soy mujer y no entiendo la razón de pagar miles de dólares por una camisa, no opino.
—¿También eres griego, Bastian? —me mira, mientras me pasa su agenda—. Te pregunto porque tu apellido es muy común en mi país.
Tomo la agenda y la empiezo a ojear.
—Mi padre es griego y mi madre es americana —respondo, cerrando la agenda—. Tiene una cita hoy en su oficina. Por favor, no olvide informarme si va a salir después de terminar con su cliente.
—Eres tan conversador —se queja, sonrío al verlo frustrado—. No te daré problemas, Bastian. Podemos ser amigos y la persona que viene hoy es un amor, así que nos quedaremos aquí.
—No me gusta ser amigo de mis clientes —hago una mueca al recordar a mi amiga con privilegios—. Siempre resulta problemático. Espero no ofenderlo, pero quiero mantenerme al margen de su vida personal.
—Te trataré como quiero y tú solo haz tu trabajo —le entrego la agenda—. Te presentaré a mi mejor amiga. Capaz y te quita esa personalidad poco amigable.
—Que pase buen día, señor Vogiatzi —doy por terminada la conversación y salgo de la oficina.
Nunca me he quejado de mis trabajos, pero a mi nuevo cliente lo quiero mandar a la m****a por ser invasivo.
[...]
Habían pasado unas horas cuando recibí un mensaje de mi nuevo jefe, informándome que saldría a almorzar con su mejor amiga. Se suponía que tenía una reunión con un cliente, pero fue cancelada por la llegada de su amiga.
Así que aquí estoy esperando en el estacionamiento a que llegue Gustavo y su amiga.
Reviso varias veces el celular esperando alguna respuesta de Fabrizio. Quería que me ayudara con algunas cosas referentes a Camelia, pero sigue sin responderme y siento que el tiempo corre muy lento.
—¿Tu trabajo es comprobar el celular y no cuidar a tu jefe? —levanto la cabeza sorprendido al escuchar esa voz—. Vaya custodio eres, Zervas.
Parpadeo varias veces sin creer que ella esté aquí.
—¿Qué haces aquí? —le pregunto, busco alrededor y encuentro a Kyle tras de ella.
—Mi nuevo custodio es tu mejor amigo —me ve con diversión—. Por lo menos él me da espacio y no hizo cosas tan malas como tú.
Kyle se topa con mi cara de incrédulo y niega con la cabeza.
—Bastian, te presento a mi mejor amiga —Gustavo se acerca con una sonrisa—. Ella es la princesa Alena de Grecia y la persona más hermosa de mi mundo.
Sonrío molesto.
¿Ahora tiene amigos? ¿Justamente tenía que ser este imbécil?
—Un placer volver a verla, princesa Alena —hago una pequeña reverencia con mi cabeza—. Señor Vogiatzi, he verificado el lugar donde comerá, ¿irá en el mismo automóvil que la princesa?
—La princesa vendrá con nosotros y su guardaespaldas —me informa—. No sabía que conocía a mi mejor amiga. ¿De dónde se conocen?
Lo noto molesto.
—Información confidencial —respondo, haciéndolo enojar más—. No tengo motivos para decirle de dónde conozco a la princesa.
—Alena…
—Princesa Alena, señor Vogiatzi —le corrijo, haciéndola reír.
—Bastian, pareces un perro rabioso —interviene ella—. Como dijo Gustavo, somos mejores amigos. Calma tus garras —mira a Kyle—. Vamos con ellos, Duff.
Ella espera a que Kyle le abra la puerta para subir al auto.
¿Es en serio, Alena? ¿Esperas a que te abran la puerta?
—Zervas, estoy aquí —miro a Gustavo y voy al otro lado del auto para abrir su puerta—. Tu jefe soy yo, deja de ver a Alena y cuídame a mí.
Ignoro por completo su petición y cierro la puerta al ver que entró al auto. Me subo y espero a que Kyle haga lo mismo.
—Inspeccioné también el lugar donde ellos tendrán su almuerzo. Está a unas calles de aquí y la comida no contiene mariscos o algo que pueda darle alergias a la princesa —me informa Kyle.
Bastardo, haces bien tu trabajo y estoy orgulloso de ti.
—También inspeccioné el lugar y todo está en orden. Por órdenes del señor Vogiatzi se cerró por completo el tercer piso para que puedan tener su comida, así que nos quedaremos afuera esperando que todo termine —respondo, él asiente satisfecho y limpia su hombro, haciéndome reír.
Pongo en marcha el auto después de imitar la seña de él.
Cuando estuvimos en Afganistán teníamos nuestras maneras de comunicarnos para que los enemigos no se dieran cuenta, en este caso, limpiar una pelusa inexistente significa que la situación es graciosa y queremos matar a nuestros jefes o ellos a nosotros.
En mi caso, yo quiero matar a mi custodiado.
—¿Qué tal te va con Zervas, Gustavo? —pregunta Alena, miro por el retrovisor que ella le sonríe—. Él fue mi guardaespaldas hasta hace como un mes.
—No quiere ser mi amigo —responde indignado.
Kyle se ahoga y empieza a toser, me giro a verlo y a darle golpes por la espalda para evitar que se muera.
—Es extraño, Zervas era un buen amigo mío —dejo de golpear a Kyle y trato de ignorar la situación—. Es un increíble amigo. Te consuela como debe ser, es atento y dedicado a su trabajo, que te asfixia.
—Conmigo no es así —se queja.
—Tendrás que dar lo mejor de ti —le informa—. Después puedes llevarte una grata sorpresa y descubrir que es un asesino.
Miro al retrovisor y ella me sonríe inocentemente.
—¿Lo es? —escucho el miedo de mi jefe.
—No, solo estoy jugando contigo, Gustavo.
Muevo mi cuello de un lado al otro incómodo con la situación.
Alena, estás jugando con fuego…
[...][…]
Habíamos llegado al fulano restaurante donde el almuerzo fue tranquilo. Kyle se quedó adentro con ellos y a mí me sacaron como perro. Esta situación es incómoda porque no he tenido la oportunidad de hablar con él y preguntar por qué no me había dicho nada de esto. Sé que hemos estado teniendo entrenamientos de resistencia y me he metido de lleno a tratar de comunicarme con Fabrizio, pero Kyle nunca mencionó nada del cambio de guardaespaldas con respecto a él.
Salgo del baño porque no aguantaba las ganas de orinar y sentía que la vejiga se reventaría en cualquier momento. Le había avisado a Kyle para que los mantuviera unos minutos ahí, en caso de que decidiera irse del restaurante y no me encontraran en mi puesto.
—Cómo descubrí que ayudas a mafiosos, ¿ahora haces mal tu trabajo? —me sorprendo al ver a Alena frente a la salida del baño.
—¿Estás sola?, ¿por qué vienes aquí sola? —la miro preocupado.
—Dije que iría al baño —me informa, ignorando mis preguntas—. ¿Por qué estás haciendo mal tu trabajo?
Me acerco a ella hasta rozar su nariz con la mía.
—¿Por qué me estás tentando, Alena?
—Es tu culpa por herirme —la veo tragar grueso.
—Me estás metiendo en problemas con mi jefe.
—¿Crees que me importa? —me mira fijamente—. Voy a destruir tu carrera. No te quiero cerca de mí.
—Eres tú la que me estás buscando —juego con su nariz—. Con Kyle esperas a que abra y cierre la puerta. Con él esperas y eres obediente, ¿por qué no podías ser así conmigo?, ¿Por qué a mí me jodes la vida?, ¿Por qué quieres que pierda la compostura y me salga de mis casillas?
—Porque eres Bastian —trata de alejarse—. Déjame ir.
—No.
—¿No?
—No.
—Gritaré y diré que intentas propasarte conmigo.
—Jode mi carrera, quiero mandarlo todo a la m****a y que destruyas mi vida como te da la gana. Estoy perdido sin ti, pero quiero amarte y que me permitas besarte, hacerte mía y que compartas sonrisas conmigo —suspiro y con la poca capacidad de movilidad en mi cuerpo, me alejo.
—Entonces hazlo.
Ella se pone de cuclillas, toma mi rostro con sus manos temblorosas y me besa.
Mi cuerpo no sabía que necesitaba tanto de ella hasta que sentí sus labios en los míos. La tomé por su cintura y la alzo para meterla al baño mientras la beso, abro la puerta y la cierro pasando el petillo.
—De aquí no saldremos hasta que vengan por ti —dice con la respiración acelerada.
—Perfecto —respondo y vuelvo a besarla.
Princesa Alena.Quiero volverlo loco para que me diga la verdad.Antes del incidente en el restaurante.Estaba dolida, obligaba a mi corazón a que dejara de quererlo. No podía aceptar todo lo que me dijo esa mujer para salir del paso. Estoy tan segura de que ella fue la causante de todas las desgracias que hubo ese día, pero en mi cabeza no entraba la idea de que Bastian y ella se vayan a casar.Creí que él tenía algún tipo de sentimiento por mí, pero no. Resulta que soy un simple juego para Bastian. No es solo eso, también que perteneció a la mafia. Es un asesino… pero no puedo simplemente ignorarlo. Me duele estar lejos y me considero la persona más masoquista del mundo gracias a ello. Cuando me dieron a elegir a otras personas para que fueran mis custodios, tomé la decisión de hacer mi guardaespaldas a Kyle.Se lo quité a mi prima, pero igualmente él estaba suspendido y era optativo para guardaespaldas real. —Pero lo único incómodo de mi guardaespaldas es que su seriedad me inco
Especial Fabrizio…Sicilia-Italia.¿Cuánto tiempo estuvo Bastian trabajando conmigo? Después de venir de la guerra me tocó la peor versión que un ex soldado puede tener, volver a la normalidad. Bastian fue mi amigo desde siempre, solo que es muy recto y estricto en cuanto a su trabajo y reglas. Fue mercenario después de perder a su hermana, solo que conmigo las cosas no eran morir o morir. Le enseñé el arte de matar. Bastian era y es uno de mis amigos más preciados. Él y Alessandro son las únicas personas que puedo considerar mis hermanos. Por eso no puedo negarle una ayuda. Él sería incapaz de pedir algo para sí mismo. Si me buscó nuevamente, aun cuando le di la libertad de irse de la Cosa Nostra, sin haber muerto… no puedo negarme.Esta vez no ayudaré a mi viejo capitán, esta vez ayudaré a mi mejor amigo.Aún recuerdo cómo sufrió por la pérdida de su hermana y como quiso morir al enfrentarse con Alessandro y conmigo.—¿Eres imbécil, Bastian? —suspiro exasperado—. Luchaste tanto p
Momento del desastre…Bastian.Alena era tan perfecta, delicada y la mujer más dulce que en mi vida pude conocer. Quería protegerla a toda costa y me resultaba por primera vez en mi vida, hacer mi trabajo correctamente. Mis pensamientos y mi vida entera pertenecían a esa hermosa pelirroja. En estos momentos estoy rompiendo miles de reglas, años de profesionalismo y un sinfín de manuales de ética militar. Estoy cruzando la línea entre mi jefa y yo. Podría perder mi trabajo en cuestión de segundos y en este momento es lo menos que me importa…Veo como sus ojos están llenos de miedo mientras dejamos de besarnos. Estábamos en un lugar público y eso a ella podría traerle más problemas de lo que podría imaginar alguna vez. Acarició mi mejilla y me dio una cálida sonrisa. La volví a besar, pero esta vez con desespero, con temor a que esto terminara en lo que saliéramos de aquí. La abrazaba cada vez más porque sentía como la distancia entre nuestros cuerpos me quemaba. Bajé el ritmo del be
Un día después…Bastian.No puedo decir que he tenido las mejores 24 horas después de lo que pasó con Alexia. Las relaciones que más duelen son las que casi terminan en algo. Nunca fui novio de esa pelirroja, siempre fui su custodio… su casi algo y para mí, ella terminó siendo mi todo.Aquí estoy 24 horas después sin haber dormido y pensando en muchas cosas. No, no me arrepiento de absolutamente nada de lo que hice en mi pasado. Solo quisiera que ella pudiera aceptarme aunque sea un poquito. Estaré bien si solo una persona me conoce bien. Para mí es suficiente ella, porque no necesito la hipocresía del mundo. Alena es honesta, transparente y puedo decir que es la persona más pura que mis ojos hayan podido conocer. Por eso sabía que Camelia la había amenazado, pero ahora mismo estoy envuelto con todos mis demonios, tratando de hacerle entender a mi mente que es una amenaza y no Alena, desde lo más profundo de su corazón, quien me rechaza.—Zervas, estoy hablando contigo —la voz del gri
El dolor de verla cada vez más lejos…Unas horas más tarde…Bastian.Estábamos revisando algunos obsequios que estaban para donación. Muchos niños estaban emocionados porque también tendrían un almuerzo con varios posibles padres. Así que la emoción de los pequeños era increíblemente grande. En lo que respecta a Alena, ella no me ha dado más que miradas fugaces llenas de rabia y decepción. ¿Decepción? Esa mirada la puedo poner en duda. ¿Por qué razón ella tiene que estar decepcionada? Alena me ha rechazado y terminado más veces de las que una persona con cinco dedos de frente, pudiera imaginar.Seguía revisando algunos regalos, cuando una pequeña de seis años se acerca curiosa por lo que hacía.—¿Es muy difícil lo que estás haciendo? —su vocecita me llena de ternura—. ¿Puedo ayudarte un poquito? Pienso unos segundos y podría darles los regalos que ya han sido revisados para que los lleve a donde están los otros. Pero eso podría ser problemático, al recibir ayuda de alguno de los peq
Todo se derrumba siempre…Princesa Alena.Es la primera vez que voy a hablar de esto porque esto siempre me ha estado comiendo la vida sin importar los años que pasen. Mi mayor miedo era enamorarme y que me traicionaran. Por esa razón le había propuesto a Bastian algo egoísta… ser amigos con derecho a todo, pero sin mezclar sentimientos.Mi primera vez haciendo eso y fue con él. Sí, no he sido la mejor persona del mundo para él. He sido hiriente, no he sido honesta con muchas cosas, pero he tenido mis razones para todo mi actuar. Nunca tuve problemas con mi familia, siempre han sido protectores y buenos conmigo. Me dieron todo, me dieron la mejor educación, hice los talleres que siempre quise y aunque tuve mis clases de protocolos en donde terminaba agotada mentalmente por todas las cosas que había por aprender, las disfrutaba.Era la consentida de mi padre, era la pequeña luz de sus ojos, era todo su universo y su pequeña preferida. Egan era su campeón, su pequeño torbellino, su org
Todos vemos las cosas de acuerdo a como nos convenga…Bastian.Pude sentir por primera vez el temor de Alena al hablar de su padre. La vi triste al recordar a su madre y lo que le hizo sentir el rey, al tener amantes. Por un microsegundo pude entender a Alena y sus maneras de quererme. Sus extrañas maneras de quererme.Fui criado por mis abuelos, con las enseñanzas y valores antiguos. No diré que soy la mejor persona del mundo porque honestamente me siento basura la mayor parte del tiempo. Soy respetuoso y sí, quiero tener un amor para toda la vida. Quiero amar a la misma persona para siempre y quiero estar con ella hasta el último momento de mis días. Mi mente eligió a Alena desde que mis ojos la vieron y mi cerebro, hasta hace semanas, se rehusaba rotundamente a admitirlo. Hoy puedo decir libremente que la amo sin obstáculos, pero también me voy a dar mi puesto y no mendingaré amor por más enamorado que me encuentre de ella. La había visto de lejos y sé qué estaba buscando privac
Bastian.Cumpleaños de Kyle.Después de la conversación que tuvimos con Egan, el príncipe de Grecia, no hubo más adelanto o cualquier información extra sobre lo que nos propuso. No podía imaginar que podría ser Conde o estar tan cerca de Alena. Ni en el sueño más loco, lo hubiese creído.Nadie más que yo, sabe lo mucho que he sufrido por ella. He aguantado tanto y sí, soy un adicto al trabajo, pero cuando se trata de esa pelirroja, que parece una muñeca de porcelana, la vida me da tres bofetadas y me deja fuera de juego.Amo a Alena desde lo más profundo de mi alma. Ella me gusta de todas las formas que existen y las que no también. Tenerla tan cerca de mí, pero solo poder mirarla de lejos, me produce sentimientos que no logro descifrar.Estábamos en casa de Hilary, por el cumpleaños de Kyle. Ella había decidido darle una fiesta sorpresa a su novio por la simple razón de que lo amaba. Kyle y yo no somos de celebrar cumpleaños. No celebramos un día menos vida, pero la ilusión que tien