Idris Doyle, al ser huérfana, decide quedarse al lado del hombre que se muestra como su salvador, Liam Blake, un poderoso millonario y CEO de una empresa farmacéutica, convirtiéndose en su asistente personal y no solo eso, en la mujer que calma sus pasiones, la dueña de su , bajo la promesa que no involucrarán sentimientos y placer. En algún momento Liam, ese hombre tan frío durante el día, pero pasional al llegar la noche, fue un joven noble dulces sentimientos que creía en el amor y en su pasión por la escritura, pero una mujer cruel le rompió el corazón, haciendo que perdiera las ganas volver a entregar su corazón y olvidándose así sus sueños. ¿Idris podrá rescatar al hombre dulce que vive dentro de Liam o se volverá una víctima más del frío y cruel CEO? Juraron no involucrar el corazón en sus negocios, pero el amor es más fuerte que la razón y el fruto de sus pasiones será motivo suficiente para luchar por una segunda oportunidad de ser felices.
Leer másTINA WILLIAMS Kyle había renunciado a cada casino, algunos habían sido demolidos, otros habían sido vendidos. Aunque no me dio nombres, podía apostar a que ahora estaban en manos de alguno de esos mafiosos, pero ya no importaba, pues incluso el nombre de «El trébol dorado» había sido cambiado. Lo que había vivido en Inglaterra se convirtió en un sueño que a veces no estaba segura de que hubiera pasado. Pensaba en Patrick y ya no podía recordar sus ataques de violencia, pero sus ojos tristes y ese beso de despedida seguía clavado en mi corazón y dolía. Aún seguía sintiendo lástima por todo lo que pudo ser ese hombre y cómo terminó. A diferencia de la noticia de la muerte de mi padre, que se resumía en un pequeño párrafo en una de las tantas páginas del periódico, la muerte de los hermanos Marshall y el incendio que devoró su mansión abarcó la primera plana del diario y fue noticia en redes sociales hasta el cansancio. A la gente importante se les da más protagonismo, no importa cóm
TINA WILLIAMS Todo el camino de regreso a Irlanda lo pasé dormida. No solo estaba cansada, sino que deseaba no hablar de lo que había ocurrido. Mi única compañera era Lucy, quien no dejaba de acurrucarse en mi regazo, sintiendo mi dolor, mi incertidumbre y queriendo confortarme, mientras que Kyle parecía indeciso de acercarse. Tenía miedo de que ese beso que le había dado a Patrick lo hubiera lastimado más de lo que imaginaba. Al llegar a Dublín, fue reconfortante volver a pisar la mansión Lynch, abracé con efusividad al mayordomo, mi mejor amigo en la casa. Lo primero que hice una vez que todos se fueron, fue tomar una taza de té en la mesa de la cocina con él, mientras le platicaba todo lo que había ocurrido, haciéndolo pasar del suspenso al horror y consiguiendo un par de risas perdidas en todo lo largo de mi relato. —¿Tú ya sabías que Kyle…? —No pude terminar mi pregunta. —Señorita Tina, conozco a los pequeños niños Lynch desde que nacieron. Los vi crecer, los acompañé durante
TINA WILLIAMS Por un instante pude imaginarme esa vida que hubiera tenido al lado de Patrick de haberme quedado. Tal vez no hubiera sido enfermera, tal vez me hubiera convertido en una doctora. Tal vez no estaríamos en esta situación hoy, tal vez Patrick y yo estaríamos juntos, formando una familia, tal vez no y sería el padrino de Lucy y mejor amigo de Kyle. Tal vez… tal vez… tal vez… ¿Tenía sentido pensar en todos los posibles caminos que una decisión diferente hubiera creado? Sentí como sus lágrimas se mezclaron con nuestros labios, haciéndome creer que él también estaba atrapado con todos esos «tal vez». Nuestros labios se separaron lentamente y cuando abrí los ojos, no vi al monstruo, tampoco al ángel piadoso, vi al hombre torturado, triste por todo lo que tuvo en sus manos y se fue como agua por una enfermedad que vino sin avisar, se apoderó de sus buenos sentimientos y los reemplazó por odio y violencia. El verdadero monstruo estaba dentro de su cráneo, creciendo, no solo c
KYLE LYNCHSin perder tiempo y con torpeza, Tina se levantó y me abrazó, presionando mi mejilla contra su pecho y recargando su rostro en mi cabello. Podía escuchar los suaves latidos de su corazón. —Si te vas… Me voy contigo —susurró llenándome el pecho de angustia.—¡Tina! ¡Quítate! —exclamó Patrick tirando del percutor, listo para jalar el gatillo. —No… —contestó Tina, permitiendo que me levantara—. Él es el hombre al que amo, y si lo matas, haré hasta lo imposible por morir a su lado. Prefiero eso a vivir contigo. —Tina, no seas estúpida… —dijo Patrick claramente herido—. Deja de ser una mártir. —¡Solo dispárales! —exclamó Ethan poniéndose a su lado— Mujeres, hay muchas.—Patrick, por favor, esto no tiene que terminar así… —volvió a suplicar Tina con ese semblante cansado y débil—. Déjame ayudarte.—Tina… deja que yo me encargue —pedí intentando hacerla a un lado, pero ella se aferró a mi torso.—Te amo, Kyle… —Tomó mi rostro entre sus manos e ignorando al par de hermanos arma
TINA WILLIAMS—Necesitas ayuda… —dije entre dientes, sintiendo que estaba a punto de vomitar.De pronto Patrick me dejó caer al suelo, refunfuñando y peinando su cabello hacia atrás, molesto, caminando frente a mí de un lado a otro, como un tiburón. —¡No quiero ningún tratamiento ni operación! ¡No quiero luchar por una esperanza inexistente! ¡Estoy condenado a morir, es lo único seguro que tengo en esta jodida vida! Es todo lo que me espera… —Me tomó del brazo y me levantó de un tirón, lastimándome el hombro, sentí como crujió, pero no me dolió gracias al fármaco en mi sangre. —Solo quiero pasar el poco tiempo que me quede al lado de una mujer que me ame, que me conforte y tome mi mano hasta mi último suspiro. ¿Es demasiado pedir? »No te ataré a un discapacitado toda tu vida, solo te pido que te quedes a mi lado hasta que deje de existir… Mi última voluntad es morir besándote y sintiendo un poco de amor.Comprendía sus palabras, ¿no era lo mismo que Kyle había deseado hace tiempo? ¿
KYLE LYNCH—Yo no hice nada… —dijo Sally abrazando su bolso, con la mirada perdida en la mesa de metal.Mientras nosotros buscábamos exhaustivamente, ella parecía decidida a abandonar el hotel, si no fuera por Beth que la interceptó en la entrada. A rastras la llevamos hasta ese pequeño cuarto donde interrogamos a los tramposos y embusteros.—Qué linda mascada… —añadió Beth inclinándose sobre la mesa para verla más de cerca.—No te me acerques ni un solo paso más, perra —dijo Sally escupiendo odio. Beth volteó hacia Finn, como un cachorro esperando la aprobación de su dueño. Mi hermano asintió y provocó una enorme sonrisa en su rubia esposa. Sin pensarlo dos veces, el puño de Beth se estampó con el rostro de Sally, haciendo que su cabeza se lanzara hacia atrás, en ese preciso momento, Beth tiró de la tela que rodeaba su cuello, exponiendo unas lesiones como arañazos. —¿Te peleaste con un gato? —preguntó Beth divertida antes de tomar por el cabello a Sally.—¡Suéltame! ¡No pueden hac
TINA WILLIAMS Comprendí que no había forma de liberarme de su agarre, era como tener a una boa constrictor envolviéndome, apretándome con fuerza como si quisiera escuchar crujir mis huesos, lo único que podía hacer era dejar migajas para que alguien diera conmigo si es que sobrevivía a esto. Manoteé hasta que mis uñas se encajaron en su suave piel, no sabía si era la mejilla, el cuello o la frente, y no me importó, rasgué de igual manera hasta que escuché como ahogó su grito. En un momento de desesperación, uno de sus brazos se alejó de mi cuerpo, pero pronto regresó con un pañuelo que había sacado de su bolso y me cubrió la cara antes de que pudiera sacar ventaja. Los vapores que expulsaba la tela irritaban mi nariz y ojos, quise toser, pero su otro brazo seguía presionando mi cuello. Poco a poco, con los ojos llorosos y ahogada en ese irritante y desagradable olor, empecé a perder la consciencia. Con dificultad, me saqué el anillo de compromiso del dedo y busqué a tientas el bo
KYLE LYNCH Con pasitos temblorosos y los ojos bien abiertos y llenos de lágrimas, Lucy se acercó, desconcertada y emocionada. Tina avanzó hacia ella y la estrechó con cariño. —¿Se van a casar? —preguntó en un suspiro mientras sus ojos pasaban de mi rostro hacia el de su madre. —No solo eso, espero que pronto podamos darte un hermanito —dije con media sonrisa y acaricié su mejilla. —¿Seremos una familia? ¿Estaremos juntos? —preguntó aún más emocionada. —Nada nos podrá separar… —contestó Tina y levantó su atención hacia mí. De pronto mi pequeña Lucy comenzó a llorar, emotiva. —Tenemos una familia, mamita. Ya no seremos solo nosotras. ¡Tengo tíos, tengo primos… tengo un papito! —Se abrazó a Tina llena de emoción y sin dejar de llorar. En ese momento abracé a mis mujeres de manera protectora, ambas cabían perfectamente bien entre mis brazos. Alcé la mirada hacia mi familia y noté que todos parecían orgullosos, con una amplia sonrisa en la boca. Pude ver a mis hermanos de sangre
KYLE LYNCH Nos acercamos a las mesas de póker y a la ruleta, pero lo que en verdad la cautivó fueron las máquinas tragamonedas. —¿No prefieres que juguemos «Texas Hold’em» o «BlackJack»? —pregunté recargado en la máquina con los brazos cruzados, viendo la emoción en su rostro mientras tiraba de la palanca. —Ni siquiera sé qué es eso… —contestó sin apartar su mirada de la pantalla de colores. —Y que tal… ¿Póker de prendas en el pent-house, solo conmigo? Sus mejillas se sonrojaron, sus ojos brillaron y se dirigieron hacia mí con sorpresa, cuando abrió la boca, no supe si me iba a reclamar o a aceptar, pero la máquina tintineó y liberando miles de fichas. Al parecer había ganado. —¿Es cierto que si tengo buena racha me llevarán a tu oficina y me vas a hostigar? —preguntó mientras recogía su premio. —Tal vez… Tendré que revisarte para descartar que no estés haciendo trampa… —contesté imaginándome un momento muy pasional con ella sobre mi escritorio. —¿Ah sí? ¿Sueles hacerlo s