Olivia Walker, una joven heredera de dieciocho años, aprendió a proteger su corazón de cualquier chico que se le acercara tras una desagradable experiencia en su adolescencia. Una noche, buscando olvidar sus penas en un bar, se encuentra con Alex, un desconocido de ojos grises, una sonrisa pícara que prometía peligro y seis años mayor que ella. Lo que comenzó como una noche de pasión desenfrenada en un motel barato luego de varios tragos, se convirtió en un torbellino de emociones cuando Olivia descubre que Alex era su nuevo guardaespaldas. Obligados a fingir que no se conocían para no causar malos entendidos, Olivia y Alex se ven atrapados en una relación de amor-odio cargada de tensión y deseo. Olivia luchaba por mantener su corazón a salvo, mientras que Alex necesitaba el trabajo para seguir pagando el tratamiento de cáncer de su madre. Sin embargo la química entre ellos era innegable, y cada encuentro clandestino encendía una llama que amenazaba con consumirlos. ¿Podrán Olivia y Alex resistir la tentación y mantener sus secretos a salvo, o sucumbirían al peligroso juego del amor prohibido, arriesgando todo por una pasión que no podían negar?
Leer más[Alex]—¿Por qué lo hiciste, Mica? —Le pregunto tratando de llegar al meollo del asunto, pero ella no me decía nada.Al contrario, comienza a removerse como si algo le estuviera doliendo.—Todo lo que te importa es ella, ¿no? —Frunzo el ceño por un momento y ella suelta una carcajada ácida. No sabía en qué momento habíamos llegado a esto— ¿Quieres saber por qué la odio? ¡Fue por ti! —Exclama y yo abro los ojos, un poco sorprendido, pero luego suelto un largo suspiro. Al final, Liv había tenido razón sobre ella. Ay, Mica— ¡Ella te arrebató de mi lado! Te volviste loco y te olvidaste de todo, hasta de tu madre. ¡Tu madre, Alex!No…—Micaela, estás pisando…—¿Qué? ¿Tú sí puedes hablar maravillas de la hermosa y cotizada heredera Walker, pero yo no puedo decirte quién es ella realmente? Ella te alejó de mí.—Ya basta… Esto no tiene ningún sentido. Aunque Liv no existiera, yo jamás te vería como algo más que una amistad. Eres como una hermanita pequeña para mí, por favor no te confundas, M
[Alex]Liv, ¿qué está pasando contigo?¿Por qué no me respondes las llamadas ni los mensajes?¿Acaso debí negarme a la petición de la señora Walker y quedarme a tu lado?¡Dios, qué frustrante es todo esto!Necesitaba saber que ella estaba bien o me volvería loco antes de que siquiera lograra amanecer. No quería que, por no haberme sabido controlar, ella terminara lastimada, mucho menos que cometiera el mismo error de mi madre y dejara todo por un hombre que jamás podría darle lo que ella se merecía.No quería ser como mi padre y tampoco quería que Liv fuera como mamá. Eso me destruiría.Es por eso que estaba seguro de que, si el señor Walker se rehusaba hasta el final a que su hija y yo tuviéramos una relación, con el corazón roto tendría que decirle adiós a mi sexy tiranosaurio. Jamás sería capaz de hacerle vivir el calvario que vivió mi madre quedándose a mi lado.Liv aún era muy joven y veía todo color de rosa, pero yo conocía la parte cruda de la vida y nunca la haría pasar lo mis
—No sé de qué me estás hablando. —Contesta fingiendo no saber nada, cosa que me hace reír.—No gastes tu tiempo fingiendo, tarado. —Ruedo los ojos— Papá ya me dijo que fuiste tú la persona que lo llamó y el que le envió las fotos. ¿Cómo fuiste tan idiota y jugaste esa carta tan estúpida?En cuanto aquellas palabras salen de mi boca, la postura tensa de Jared se relaja totalmente, mostrándome al mismo chico impertinente y narcisista de siempre.—Así que no sirvió de nada, ¿eh? —Ni siquiera le respondo— ¿Cómo pudo ser tan estúpido como para dejar pasar esto? ¡Te estabas follando al guardaespaldas! Si yo fuera el señor Walker, te habría lanzado a la calle y desaparecido al muerto de hambre ese.Pero...—Ese no es tu problema. —Le respondo, fingiendo que sus palabras no me habían afectado porque realmente pensaba que ese era el plan de papá. Al menos en lo que se refiere a Alex— Jugaste una carta muy estúpida, aún cuando sabías que yo tengo algo que te va a destruir para siempre.Jared se
—¡Olivia! —Ni siquiera me giro para ver cómo mi madre intentaba alcanzarme. En estos momentos no estaba pensando con claridad. Solo tenía en mente una única cosa: hacer que ese idiota pagara por lo que había ocasionado— ¡Olivia, espera!Continuaba corriendo fuera de casa, ignorando los llamados tanto de mi madre como el de Roger y los demás guardaespaldas que quedaban en casa. Por fortuna, papá se había marchado molesto a su habitación mucho antes de que decidiera ir hacia la casa de los Calloway a confrontar al rubio por haberme jodido la vida.Maldita rata.Al principio había planeado dejar todo el asunto así, pero mientras recogía, con ayuda de mamá, las fotografías que le había enviado a papá del suelo, una enorme llama ardiente comenzó a crecer dentro de mí y, en cuanto llegó a su punto máximo, mi mente ya estaba envenenada por la rabia.Todo esto había sucedido por culpa de él.Viendo a lo lejos cómo el taxi que había pedido en medio de mi crisis se acercaba, apresuro el paso y
Mientras papá y yo teníamos nuestra propia guerra de miradas, podía sentir a Alex a mi lado, rogándome con la mirada que me detuviera y finalizara mi recién iniciada guerra con mi padre, ya que esto no había sido parte de nuestro trato.Alex y yo lo habíamos hablado en el pasado. Él y yo sabíamos que esto podría pasar y yo le había prometido que no me pondría de su lado en ningún momento, que siempre escucharía a papá. Sin embargo, en el momento en que mi padre decidió comparar mi amor por Alex con lo sucedido con Daniel hace tres años atrás, perdió cualquier clase de consideración que tuviera hacia él.Sabía que estaba enojado, pero nada justificaba que hubiera tomado el momento más traumático de mi vida y lo hubiera minimizado simplemente porque no le agradaba la idea de mi relación con Alex.¡Es algo ridículo!También tenía muy claro que mis últimas palabras las había dicho para provocarle el mismo dolor que él me había causado a mí con sus palabras. Yo también podía hacer lo mismo
Sentía que mi corazón saldría corriendo de mi pecho en un segundo. Mis manos temblaban, estaba sudando a mares y sentía que en cualquier momento me desmayaría, pero nada de eso me detuvo de pararme frente a mi padre, impidiendo que volviera a golpear a Alex.No podía permitir algo así; esta vez, papá se había pasado de la raya.—Olivia, quítate. —Rugía papá desde lo más profundo de su ser.Todo su cuerpo subía y bajaba gracias a su respiración acelerada. Su rostro enrojecido me recordaba mucho al de un volcán que había hecho erupción. De nuevo, esta era una versión de papá que jamás había visto.—No. —Le respondo firme, tomándolo por sorpresa.Sin embargo, una mano en mi hombro me hace estremecer. Giro la cabeza hacia un lado y noto a Alex recomponiéndose detrás de mí, con su otra mano tocando la zona golpeada.—Liv, déjame hablar con el señor Walker. —Me pide en voz baja, pero yo me niego, con mis ojos llenándose de lágrimas al ver el rostro enfurecido de la persona a la que más admi
—¿Se puede saber dónde está el chico sexy que te acompaña a todas partes? —El tío Evan se me acerca después de que papá tuviera que salir a responder una llamada urgente.Mamá estaba conversando con la tía Aria y Lucian estaba en el jardín, jugando al fútbol con Mike.Ese niño definitivamente era un amor de persona. Quizás un poco tímido, pero era algo normal por el cambio tan abrupto y suponía que debía ser bastante sorprendente para él que lo hubieran adoptado a esa edad.La tía Aria me había dicho que, por lo general, las parejas preferían adoptar bebés o niños muy pequeños, por lo que chicos como Mike casi nunca tenían la suerte de conocer el cariño de unos padres amorosos. Eso me había partido el corazón en mil pedazos. Yo hacía voluntariado en un orfanato que patrocinaba la empresa de papá, dando clases a los niños, pero jamás me había detenido a investigar sobre cómo era la vida en esos lugares.Ahora lo comprendía muchísimo más.Por fortuna, Mike había caído en manos de las me
—¿Entonces les dirás todo? —Amara bebía de su jugo de naranja y Mónica le daba un gran mordisco a su sándwich, ambas mirándome con ojos grandes y centrados.Estábamos en el comedor de la universidad, descansando un poco. Eran pocas las veces que coincidíamos en las horas libres, así que estábamos aprovechando para ponernos al día.Por mensaje y videollamadas jamás sería igual.—Sí, ya es hora. —Asiento mirando hacia un lado; el comedor estaba bastante lleno, cada uno en su propio mundo— No puedo seguir con esta rutina. Será peor si un día somos descuidados y nos atrapan. Además, sé que aceptarán a Alex. Es el primer chico al que les presento, no creo que me digan que no.Además, soy mayor de edad.—Eso se llama tener ovarios, diosa Walker. —Mónica sonreía y me levantaba el pulgar en señal de aprobación, cosa que me hace reír un poco— ¿Y cómo lo está llevando nuestro Dios griego favorito?Suspiro sin saber qué responderle exactamente. Alex fingía que todo estaba bien, pero sabía que es
—¿En qué estabas pensando, Liv? —Alex me miraba a través del retrovisor de la camioneta. Íbamos de camino a la universidad y, no importaba cuán temprano fuera, él siempre estaba listo para reñirme. Aunque quizás esta vez tenga razón— ¿Cómo me voy a presentar ante tus padres el fin de semana?No sonaba tan enojado como esperaba, pero como él siempre lograba controlar muy bien sus emociones, no estaba segura.Al menos ya lo tenía aquí conmigo; no soportaba tenerlo tan lejos de mí.—No es tan malo, Alex.—Te dije que esperaras. —Me recuerda, y yo guardo silencio porque tenía razón. Mi ansiedad me había ganado y no fui capaz de esperar por él— Quería hacer las cosas bien y explicarle al señor Walker las cosas.Ay, Alex...—Puedes hacerlo. —Trato de animarlo. Solo con papá le había visto esa expresión de preocupación en su rostro y era entendible; se trataba de su jefe. Pero yo estaba segura de que, por muy molesto que estuviera papá, al ver mi cara de felicidad al lado de Alex, dejaría qu