Epílogo.

—¡Espera! —suelto una carcajada cuando Alex me levanta por encima de su hombro como si fuera un costal de papas, subiendo las escaleras y entrando a nuestra habitación. Y digo "nuestra" porque no había dejado que Alex se quedara en otra habitación y había sobornado a mi hermano para que me guardara el secreto—. No me dejas cumplir mis fantasías.

Hago un puchero fingiendo estar triste, lo que lo hace reír tan fuerte como a mí. Por fortuna, Lucian dormía varias habitaciones lejos de nosotros, por lo que no sería capaz de escucharnos ni queriendo; aún así, debíamos tener cuidado. Después de todo, eran las dos de la madrugada.

—¿Follarte en la cocina arriesgándonos a que tu hermano despierte y nos vea? —me encojo de hombros y sonrío pícara. En realidad, no me apetecía aquel escenario, pero ver las expresiones de sorpresa en el rostro de Alex era un deleite para mí—. He creado a un monstruo.

—Tu monstruo favorito.

—Mi sexy y suculento tiranosaurio favorito. —termina muy cerca de mi rostro,
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP
capítulo anteriorcapítulo siguiente

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP