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Capítulo 1 — Miedo por siempre.

—Recuerda ponerte más hermosa de lo normal, Liv. Te aseguro que Jared soltará la baba al verte con ese vestido. —Mónica, una de mis mejores amigas, agitaba sugestivamente el pedazo de tela brillante que usaría esta noche— No puede estar molesto toda la vida; es una tontería.

Recordarlo solo me daba ganas de vomitar.

Aún así, él no parecía entender mis razones.

—No le prestes atención, Liv. Si el idiota de Jared no puede comprenderte, es problema de él. —Amara, mi otra mejor amiga, era la versión opuesta de Mónica, pero amaba tener sus opiniones presentes— No tienes porqué sentirte mal de algo que no es tu culpa.

—Amara, comprendo que Jared no te cae bien, pero la forma en que lo dices suena como si realmente lo odiaras. —Mónica se burla de ella, y la mencionada rueda los ojos antes de lanzarle un cojín en la cara, lo que hace que ambas rían divertidas— Al menos tienes que admitir que está bueno. Liv tiene buenos gustos.

—Podrá estar bueno, pero es un idiota. —Vuelve a rodar los ojos la morena de piel brillante y cabello ondulado. Mi amiga era toda una belleza exótica— No supo entender cuando Liv le dijo que no, y esa es razón suficiente para ponerlo en mi lista negra. Hay mejores pretendientes... Gustavo, por ejemplo.

Al escuchar la mención de su nombre, me permito soltar una pequeña risa.

—Créeme, después del interrogatorio que le hizo mi papá la otra vez, dudo que vuelva a acercarse a mí. —Suspiro y me siento en la cama, recostando mi espalda sobre la base. De inmediato, mis amigas se colocan a cada lado y recuestan sus cabezas sobre mis hombros. Sabían que el tema con mi papá era bastante delicado para mí— Amo a papá y ustedes lo saben, pero a veces no conoce sus límites.

—Él solo quiere evitar que vuelvas a sufrir. —De nuevo, Amara intentaba hacerme entender las circunstancias.

—Sí, Liv, no es fácil lo que sucedió. —Mónica también intentaba aliviar el ambiente.

—Lo sé, pero ya han pasado tres años. No podemos vivir con miedo para siempre. Además, ya sé defenderme. —Sonrío victoriosa al recordar las clases de defensa personal en las que me había inscrito mi padre después de lo que viví cuando tenía quince.

Aunque, la verdad, prefería olvidar ese detalle. Era una niña; no sabía en lo que me estaba metiendo. Tampoco fue mi culpa, eso también lo tenía claro. Quien intentó hacerme daño ya estaba muy lejos de mí y nunca más volveríamos a cruzar caminos; papá se había encargado de eso.

Es por esa razón que deseaba que, al igual que yo lo intentaba, él tratara de seguir adelante.

Esperaba que después de lo que pasó con Gustavo, él finalmente bajara un poco la guardia con sus cuidados y sus guardaespaldas.

Está bien, estudiaba en una de las mejores universidades de la ciudad y muchos de los estudiantes que estaban allí tenían protección, pero es que conmigo papá exageraba a un nivel que ya era absurdo. Podía soportar a un gorila siguiéndome a todas partes, pero a cuatro jamás. Además, todos eran viejos y aburridos; siempre me sentía incómoda cada vez que salía con mis amigas.

Afortunadamente, hoy sería un día diferente. Gracias a mamá, había logrado que papá me diera permiso de ir a la fiesta de Austin sin necesidad de estar rodeada de guardias. Austin era hijo de un gran amigo de negocios de papá y sabía que estaríamos bien cuidados, así que por hoy sería una chica más.

Al menos en mi mente. Al ser la hija de Logan Walker, era todo menos normal.

—Bien. —Mónica aplaude de pronto, se separa de mí, se levanta de la cama y me mira con un brillo en sus ojos— No más tristeza ni problemas. Hoy nos divertiremos mucho y tú podrás pasar tiempo con el amor de tu vida.

Oh, vaya...

—A veces me pregunto cómo nos hicimos amigas, Mónica. —Bromea Amara, y la mencionada le saca la lengua divertida— Aunque en algo tiene razón, Liv. Divirtámonos esta noche. Celebremos nuestra primera semana como universitarias.

Me tenía tan emocionada esto. Finalmente sería un poco más libre para hacer mis cosas, tomar mis propias decisiones.

—Tienen razón. ¡Hoy nos divertiremos y seremos las más bellas del lugar! —Exclamo, y todas vitoreamos alegres por la oportunidad de salir a nuestra primera fiesta como universitarias.

Mientras las tres reíamos y hablábamos sobre ropa y maquillaje para la fiesta, unos pequeños toques en la puerta nos hacen detener. Era Lucian, quien lucía un poco incómodo porque sabía lo que le esperaba.

—Hermana, ya vinieron por Mónica y por Amara. —Nos informa, y antes de que pudiera salir corriendo, mis amigas corren hacia él para tomarlo entre sus brazos, apretando sus rosadas mejillas y diciéndole cosas lindas. Él odiaba cuando actuaban así— ¡Ya basta! ¡Suéltenme!

Se queja, pero mis amigas lo ignoran y continúan con sus apapachos hasta que el menor finalmente logra escapar lejos de las dos revoltosas que eran mis amigas.

—Tu hermano es la cosa más adorable que he visto en la vida. —Exclama Mónica, y Amara la secunda— Lástima que mis hermanos no heredaron la belleza de mi familia, solo yo.

Eso sí. Mónica era una hermosa pelirroja de cabello ondulado, pecas y ojos azules. Una diosa griega, en mi opinión.

—Obviamente, la genética de la familia de Liv es superior. La señora Larissa es bellísima y vi fotos del señor Walker cuando era joven, y vaya que era hermoso. —Se expresa Amara, y yo pongo una mueca de asco al verla referirse así a mi papá. Siempre lo hacían— Obviamente, Liv y Lucian con esos genes saldrían espectaculares.

—¿También viste las fotos del señor Walker? —Mónica se une a la conversación, y mi mueca solo se hace más grande— Si hubiera nacido en esa época, te aseguro que estarías llamándome mamá ahora mismo. Tu papá de joven era increíblemente ardiente.

No puede ser...

¡Estas dos!

—¡Basta, ustedes dos! Ya dejen de hablar de mi padre como si fuera carne fresca. ¡Qué asco! —Me quejo, y ellas se ríen— Además, les triplica la edad; ¿cómo van a decir que está guapo?

—Nunca dijimos que era guapo. —Se burla Mónica— Dijimos que el señor Walker de esa época era ardiente, y no puedes negarlo, Liv. Además, no nos triplica la edad, bájale años que no está tan viejo.

—¡Es mi padre!

—¿Y?

—Mejor váyanse antes de que pierda la paciencia. —Me harto y me levanto de la cama para poder darles sus bolsos y empujarlas fuera de la habitación— Mañana mismo le conseguiré novio a cada una.

Mónica y Amara se ríen y caminan lejos de la habitación, escaleras abajo. Sin embargo, puedo escucharlas hablar mientras se alejan:

—Enójate todo lo que quieras, pero sabes que es verdad, Liv. Esa cara bonita no vino de la nada. —Abro la boca sorprendida de que Mónica hubiera dicho eso en voz alta, ya que mis padres estaban en casa, así que con el rostro encendido bajo las escaleras a toda velocidad, pero las locas de mis amigas ya se habían marchado.

Mamá estaba en la cocina, dándole instrucciones a Linda y a otra chica que la asistía en las comidas de vez en cuando. Lucian parecía de mal humor y sospechaba que era por los arrebatos de cariño de mis amigas, y papá estaba sentado en un sillón, viendo algo en el teléfono.

—Cariño, ¿las chicas vendrán por ti esta noche? —Pregunta mamá en cuanto me ve acercarme a la cocina, lo que llama la atención de papá.

Aún así, asiento y me siento en uno de los taburetes.

—Sí, Mónica irá primero por Amara y luego vendrá por mí. Ya de ahí nos iremos a casa de Austin.

—Sigo pensando que deberías llevar al menos a uno de mis hombres, princesa. —Papá se acerca y se une a la conversación, como siempre intentando mantener el control sobre mí.

—Papá, habíamos quedado en algo. Además, Mónica es una gran conductora.

—Lo sé, lo sé... Solo estoy sugiriendo un solo hombre. Uno solo. —Intenta de nuevo, pero yo suspiro y niego con la cabeza. Me levanto del taburete y me acerco a él para darle un beso en la mejilla.

Eso siempre lo tranquilizaba.

—Te prometo que estaré bien; nada malo me va a pasar.

—Sí, pero...

—Logan... —Le advierte mamá con un tono de voz suave, y eso es lo único que necesita para rendirse.

—Bien, bien... Sé que estarás bien. —Accede una vez más, y eso me alegra y me tranquiliza. Con Logan Walker, cada pequeño paso era un gran avance para mí— Si te aburres en esa fiesta y necesitas que vaya por ti, solo llámame y...

—Lo haré, papá. —Vuelvo a besar su mejilla— Gracias por comprender. Ya es hora de avanzar, ¿sí?

Ni siquiera lo dejo responder; me separo de ambos y camino hacia donde estaba mi hermano molesto y le sonrío cómplice.

—¿Una partida antes del almuerzo, Cian? —Señalo los controles de los videojuegos, y eso es todo lo que Lucian necesita para recuperar su buen humor y olvidar a mis amigas.

—¡Sí! Hoy sí te venceré.

—Suerte con eso, enano.

Pasar tiempo con mi hermano era algo que me daba paz interior. Adoraba pasar tiempo con él.

[...]

—Esto es increíble. —Amara estaba más sorprendida que nosotras por lo imponente que era la enorme mansión de la familia de Austin. Ella nunca la había visitado, pero Mónica y yo sí— Necesitaré un mapa para no perderme.

Mientras bajábamos del auto convertible de Mónica, veíamos cómo más personas llegaban a la fiesta. Al parecer, Austin había invitado a todo el campus, porque había muchas personas en los alrededores. La música también estaba a tope. Aún no entendía cómo la familia tan aristócrata de Austin había aceptado que su hijo hiciera semejante escándalo, pero al menos este evento me había alejado de los excesivos cuidados de mi padre, así que lo disfrutaría a más no poder.

¿Quién sabe cuándo volvería a pasar?

—Chicas, a devorar el lugar. —Comenta Mónica con una sonrisa coqueta, así que no podemos evitar reírnos y caminar dentro del lugar hasta llegar al enorme jardín, preciosamente decorado con luces por todas partes. Había un DJ en una esquina y varias zonas de comida y alcohol. A pesar de que ya tenía dieciocho años, aún no se me permitía beber alcohol libremente, pero las chicas y yo siempre encontrábamos maneras de probar un poco— Bueno, mis amores, por allá está mi objetivo de esta noche. Nos vemos en unos minutos... Quizás algunas horas.

Y así, Mónica nos abandona para ir detrás de un chico con el que probablemente tendría sexo esta noche. Así era ella, demasiado explosiva y muy activa. No le importaba venir de una familia con dinero; solo quería divertirse.

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