Es un tonto. Es un tonto. Es un tonto.No, corrijo.Eres una tonta, Liv... Tonta, tonta, tonta... ¡TONTA!Ya era muy tarde en la madrugada y no había logrado pegar un ojo en toda la noche, así que decidí ponerme a estudiar para ver si me daba algo de sueño, pero no. Gracias a ese tonto de ojos grises, no podía descansar en paz.¿Por qué tenía que afectarme?No es justo.Él definitivamente no era mi tipo; jamás estaría con un mujeriego como él. Era obvio que se la pasaba en ese bar buscando jóvenes indefensas como yo. Entonces, ¿por qué me afectaba tanto que me hubiera dicho que le parecía sexy?¿Por qué seguía pensando en la forma en la que me sostenía entre sus brazos en el gimnasio?¿Por qué su mirada se negaba a abandonar mi alma?¿Por qué seguía recordando aquella noche y la manera en que me acariciaba tan deliciosamente bien y...?¡¿Qué diablos estás pensando, Olivia Walker?!Niego con la cabeza y me regaño en un intento por sacarme de la cabeza esos pensamientos que solo acelera
Rayos... ¿Dónde demonios está Alex?Se suponía que estaría aquí apenas terminara mi clase. Había intentado llamarlo, pero por más que sonaba, él no contestaba. Mónica ya se había marchado y Amara no había tenido clases, así que estaba sola en medio del campus, esperando alguna señal de vida de mi guardaespaldas.Lo peor es que ya iba retrasada a mi entrenamiento de hoy y el bolso con mi uniforme y mis aparatos estaban en la camioneta. No podía hacer nada más que esperar.¡Esto es el colmo!Si llegaba tarde al entrenamiento, me iban a sancionar. La otra vez me habían regañado por mis equivocaciones tontas; no podía permitirme algo así. ¡¿Dónde diablos se había metido ese sujeto?!Tomo mi teléfono, intentando llamar una vez más, pero de nuevo caía al buzón de voz. Después del quinto intento, me detengo e intento llamar a mi padre para ver si podía venir por mí, ya que por lo general a esta hora siempre tiene un tiempo libre, pero tampoco me responde. Llamar a mamá no era una opción, ya
—¿Qué te pasó, Liv? —Mamá es la primera en verme entrar a la casa y, al notar mi maquillaje corrido, su rostro se pone pálido— ¿Estás bien? ¿Sucedió algo malo?Odiaba que mamá me viera de este modo. Lo único que ella había hecho en esta vida ha sido cuidarme, pero después de lo que me había pasado, se sentía culpable por no haber sido una mejor madre. Eso hacía que me odiara a mí misma, ya que lo que me pasó había sido únicamente mi culpa.Y ahora tenía que verme con el maquillaje corrido, sin saber qué decir.—Mamá, yo... —Se me corta la voz y mis ojos se llenan de lágrimas, eso era más que suficiente para que ella entrara en pánico y corriera a abrazarme.—¿Qué pasó, Liv? ¡Logan, ven aquí! —No, papá no... No quiero que me vea así.Al escuchar la voz desesperada de mi madre, papá aparece al segundo, entrando en pánico al ver a mamá abrazándome. Camina hacia mí y me observa de arriba a abajo.—¿Princesa, qué pasó? —Pregunta, pero yo no soy capaz de responderle. Luego su mirada se diri
Definitivamente no debí ir a ese bar.Debí hacerle caso a mi conciencia y regresar a casa, así nada de esto estaría pasando. No me habría acostado con un desconocido, no estaría de los nervios todos los días, mi corazón no se volvería loco cada vez que lo viera y definitivamente no habría pagado mi rabia interna conmigo misma con alguien que era el único sustento de su familia, según me había dicho mi padre.Definitivamente me sentiría menos basura.Todo esto gracias a una decepción amorosa que me hizo terminar en los brazos del chico que se había convertido en mi nuevo guardaespaldas.Después de que papá me dijera que el culpable de lo que había pasado era él y no Alex, ya que él había notificado con tiempo su ausencia, me quedé sin ningún argumento válido para seguir discutiendo. Peor quedé cuando descubrí que la razón por la que había faltado fue porque tuvo que llevar de emergencia a su madre al hospital, y yo, segundos atrás, lo estuve tachando de irresponsable y bueno para nada.
¿Qué hago aquí? Esto es tan incómodo. Si Alex no está, no tiene sentido que me quede aquí. Además, su novia está sentada a mi lado y ella no sabe que Alex y yo... Dios mío, qué bajo he caído. Para empeorar aún más la situación, la madre de Alex estaba sentada frente a nosotras con una taza de té que le había preparado Micaela, quien me había ofrecido una a mí, pero yo me había negado. Apenas podía respirar correctamente. Me siento tan incómoda. —Ehh... Señora Green, creo que debería retirarme. No quisiera seguir importunando. —Intento levantarme, pero ella me hace un gesto con la mano y niega con la cabeza. —No seas tontita, cariño. —Sonríe con dulzura y, por alguna razón, eso me llena de paz. Sentía que estaba viendo a… Olvídalo, Liv— Alex ya debe estar cerca. Eres la señorita Walker, ¿cierto? ¿Eh? ¿Cómo lo sabe? ¿Alex le había hablado de mí? ¡Qué vergüenza! —Sí. —Finalmente digo la verdad y la chica a mi lado se tensa un poco, ya que a ella sí le había mentido. Mierda— ¿Cóm
—Deberías follártelo. —¡Mónica! —Tanto Amara como yo chillamos escandalizadas mientras salíamos de los baños del gimnasio. Habíamos terminado nuestros ejercicios del día y estábamos cansadas y sudadas. Habían pasado tres días desde que fui a visitar la casa de Alex y todo estaba tan raro entre nosotros. Una vez más, el castaño había fingido que nada había pasado, como si fuera un robot sin sentimientos dispuesto a atacar a quien se acercara de más. Él parecía completamente normal, pero yo… Después de sentirme prisionera en sus brazos, no podía sacarme esa escena de la cabeza todos estos días. Mi cuerpo me pedía a gritos acercarme de nuevo a él y hacerlo enojar a tal punto que me volviera a encender, justo como lo hizo aquella vez. Estás loca, Liv. Loca, loca, loca. De todos los hombres... ¿por qué él? ¿Qué es lo que tiene que lo deseo tanto? —¿Qué? Solo estoy diciendo la verdad. —La pelirroja se encoge de hombros y sonríe divertida. Ella sí que disfrutaba todo este dilema que
El silencio se había apoderado nuevamente de nosotros. Alex me miraba como si no entendiera mi necesidad de saber la verdad; él no tenía ni idea de lo mucho que significaba esto para mí. Además, probablemente le parecía extraño que ahora quisiera hablar de eso cuando en las últimas semanas había estado reacia a tocar el tema. Pero ya no podía más. Me volvería loca si seguía esquivando la situación e imaginando todo tipo de escenarios que probablemente ni siquiera fueran verdad... Porque, en el fondo, yo lo sentía. Él no me había forzado a nada; yo había dicho que sí. Mi corazón lo sabía, pero mi cabeza se negaba a aceptar aquello. No comprendía cómo con Alex sí fui capaz de entregarme aunque no lo conocía, pero con el chico que me gustaba tuve una crisis de pánico cuando apenas me tocó. Era absurdo, pero así había sucedido. Me sentía un mar de emociones en esos momentos. —Creí que no querías hablar de eso. —Las palabras de Alex me sacan de mis oscuros y distorsionados pensamien
—¿No hicimos nada? —Todavía me parecía increíble de creer.¿Todo este tiempo estuve sufriendo en vano?¿Lo odié sin motivo?¿Realmente existía un hombre capaz de detenerse en un momento así?—Bueno, no diría que no hicimos nada, ya que... supongo que esa parte sí la recuerdas, pero me refiero a que jamás entré en ti. Estabas desmayada. —Confirma y mi rostro se pone rojo de inmediato.¡Qué vergüenza!—¡¿Por qué no me dijiste nada?! —Exclamo exaltada, pero luego trato de calmarme.Enojarme no iba a solucionar nada.—Lo intenté muchas veces, pero nunca me dejaste hablar. De hecho, asumiste que lo había planeado y que me había aprovechado de ti, ¿recuerdas? —Cierro la boca y me muerdo la lengua porque él tenía razón. ¡Pero no sabía nada de esto!— Yo realmente quisiera disculparme por lo que pasó. Sé que es tarde, pero si hubiera sabido por todo lo que habías pasado, jamás...No.—Por favor, no hagas eso, Alex.—¿Qué?—Hablarme como si me tuvieras lástima, no lo soporto. —Admito y camino d