—¿No hicimos nada? —Todavía me parecía increíble de creer.¿Todo este tiempo estuve sufriendo en vano?¿Lo odié sin motivo?¿Realmente existía un hombre capaz de detenerse en un momento así?—Bueno, no diría que no hicimos nada, ya que... supongo que esa parte sí la recuerdas, pero me refiero a que jamás entré en ti. Estabas desmayada. —Confirma y mi rostro se pone rojo de inmediato.¡Qué vergüenza!—¡¿Por qué no me dijiste nada?! —Exclamo exaltada, pero luego trato de calmarme.Enojarme no iba a solucionar nada.—Lo intenté muchas veces, pero nunca me dejaste hablar. De hecho, asumiste que lo había planeado y que me había aprovechado de ti, ¿recuerdas? —Cierro la boca y me muerdo la lengua porque él tenía razón. ¡Pero no sabía nada de esto!— Yo realmente quisiera disculparme por lo que pasó. Sé que es tarde, pero si hubiera sabido por todo lo que habías pasado, jamás...No.—Por favor, no hagas eso, Alex.—¿Qué?—Hablarme como si me tuvieras lástima, no lo soporto. —Admito y camino d
—Te quiero así de concentrada en los últimos entrenamientos, Liv. —Me felicita la entrenadora y yo asiento, cansada pero feliz por haber logrado mi rutina completa— Maravillosa presentación a pesar de las últimas fallas que tuviste.Sí, obviamente me habían reñido por haber faltado al entrenamiento anterior.—Gracias, daré todo de mí para ofrecer una presentación digna. —Prometo y finalmente me despido de mi entrenadora y de los demás. Entro en los vestidores y aprovecho para tomar una ducha y cambiarme a una ropa más cómoda.Ya me había despedido de mis padres y mi hermano en casa, luego fui a clases y finalmente a mis entrenamientos. Las chicas ya se encontraban en la playa y me habían enviado varias fotos de ambas tomando el sol y disfrutando de la libertad, burlándose de que me quedara sudando durante unas horas más, pero yo les respondí que llevaba la mejor parte de la fiesta.Mi sexy guardaespaldas.Ninguna pudo refutar eso en el chat que compartíamos. Definitivamente, él sería
—¿Y se fue así sin más? —Mónica tomaba un raro cóctel mientras me miraba a través de sus lentes de sol. Asiento al mismo tiempo que me siento en la tumbona al lado de ella. Amara llega justo después y saca su botella con protector solar para ayudarme a aplicarlo en la espalda— Qué jodido todo esto, dejarte en llamas y luego escapar... ¿Qué? Eso fue lo que hizo.Amara y yo mirábamos a Mónica sin saber qué decir. A veces se nos olvidaba lo directa que era.—Las cosas están raras entre nosotros y, sinceramente, me siento rara. No debería estar pensando de esa manera en él. —Me confieso— Hasta hace unos días lo odiaba, no quería ni verlo, pero ahora...—¿Ahora...? —Me anima Mónica a continuar. Amara también había detenido sus masajes en mi espalda, atenta a mis palabras.¿Qué decirles? Ni yo misma sabía qué pasaba conmigo.—Por más que mi cabeza me dice que olvide toda esta tontería, el resto de mi cuerpo me grita que ni se me ocurra apartarme de su lado. —Confieso y la sonrisa llena de
Mi corazón quería salir corriendo lejos de mi cuerpo; no soportaba tantas sensaciones. Mis manos automáticamente rodeaban el cuello del alto y tuve que ponerme de puntillas para poder profundizar aquel beso que despertaba sensaciones que jamás pensé que volvería a vivir.Alex seguía liderando aquel toque tan necesitado con sus labios. Una de sus manos se posaba con delicadeza en mi cintura, acariciándome y atrayéndome hacia él, mientras la otra permanecía en mi mejilla, su dedo pulgar tocando con suavidad. Era una sensación de deseo y tranquilidad al mismo tiempo.Jamás me había sentido así y no quería detenerme tampoco.No ahora... No después de confirmarlo.Él me deseaba.—Olivia... —Mmm, adoraba cuando me llamaba por mi nombre completo. Siempre lo habían usado para reñirme o disciplinarme, pero él no me llamaba así con esa intención. Al contrario, su tono de voz denotaba deseo y... súplica— No me hagas esto... Yo...—Shh... —Me separo un poco y aprovecho para tomar aire. Nuestras r
—Ten, toma esto. —Alex miraba con desconfianza el vaso que le había entregado, así que ruedo los ojos— Es chocolate caliente, bobo. No te daré alcohol; yo tampoco estoy tomando.Todavía dudando, toma el vaso plástico de mis manos y, después de verificar que realmente era chocolate caliente, le da un pequeño sorbo, cerrando los ojos con alivio. Realmente estaba haciendo frío y él seguía negándose a entrar.—¿No te dije que entraras a la casa? —Alex me mira con un poco de severidad, pero yo lo ignoro. Sabía que también tenía miedo de lo que pudiera pasar entre los dos. Ya era bastante tarde en la madrugada y todo a nuestro alrededor estaba en silencio, salvo por las olas del mar.—¿Qué crees que están haciendo mis amigas allá dentro con sus citas? —Pregunto arqueando una ceja, soltando una risa amarga— No me iba a quedar allá, envidiando su buena suerte.—Liv...—Ya. Entendí. —Lo corto porque no quería escuchar otro sermón— Sé que no vas a tocarme... aunque te mueras por hacerlo. Al men
—¡Ven! ¡Vamos, Alex! —Exclamo dichosa mientras corría hacia el agua que tocaba mis pies. Mi vestido había sido lanzado a alguna parte y ahora estaba de nuevo en mi traje de baño negro.Sin embargo, el castaño seguía sentado en la arena, viéndome con curiosidad y, creo que, disfrutando de mi ataque de efusividad. Después de que me dijo que iba a aceptar la propuesta indecente que tenía en mente, no pude evitar sentirme emocionada y al mismo tiempo nerviosa. Alex me dijo que si quería, comenzaríamos ahora mismo, pero por alguna extraña razón, mientras nos besábamos y él se deshacía de mi vestido, no pude evitar separarme de golpe y caminar lejos de él con una sonrisa, directa al agua.Creo que los nervios y mi inexperiencia seguían dominándome un poco.Mientras él seguía viéndome, decido entrar un poco más en el agua, sintiendo la brisa fría rozar mi cuerpo, pero por alguna extraña razón, sentía mi cuerpo hervir. Apenas había dado dos pasos cuando siento una mano rodear mi muñeca, deten
—¡Buenos días, mis niñas lindas! —Con una enorme sonrisa en el rostro, corro a abrazar a mis amigas por la espalda una por una, para luego caminar hacia el refrigerador y preparar mi desayuno. Las chicas y yo teníamos dietas diferentes— ¿Durmieron bien?Amara y Mónica me miraban con la boca abierta, pero esta última no tarda en reaccionar y abre la boca con total sorpresa, dándose cuenta de la razón de mi buen ánimo tan temprano.—No tan bien como tú, al parecer. —Se burla y yo le saco la lengua a la vez que tomaba mi yogur y algo de fruta picada. Mónica sabía lo que desayunaba, así que había dejado todo lo que necesitaba allí. Ellas estaban comiendo huevos revueltos, con pan tostado y mermelada. Ojalá pudiera... Afff— ¿Nos vas a contar por qué tanta felicidad?No les respondo; al contrario, empiezo a tararear una canción mientras preparaba mi desayuno ligero. Hoy realmente estaba de muy buen humor.Mi noche de aprendizaje con Alex había estado más que bien. Después de que me hiciera
Mi cuerpo rebota levemente cuando soy colocada en medio de la cama, mojándola casi de inmediato. Ni siquiera habíamos terminado de ducharnos cuando Alex cerró la llave de la ducha, tomó mi mano y, con nuestros cuerpos chorreantes, nos dirigimos a la habitación. Así terminamos en la cama, con el castaño encima de mí, besando mi cuello con fervor. Dios, amo esto. —Alex... —Murmuro en su oído, mientras sus labios bajaban hacia mi pecho, estremeciendo cada fibra de mi piel. Haciéndome temblar. —Eres tan receptiva. —El castaño sonríe contra mi piel, su lengua saboreando mis pechos, mis pezones alzados con orgullo ante aquellas caricias calientes— Tan bonitos. Perfectos como tú, Olivia. Oh... Sin decir nada más, Alex vuelve a subir a mis labios, besándome sin compasión, mientras una de sus manos se deslizaba sensualmente por mi cintura, hasta llegar nuevamente a mi zona íntima. Doy un respingo al sentir su mano fría, pero de nuevo me lleno de expectativas. Esos movimientos se sienten