—Deberías follártelo. —¡Mónica! —Tanto Amara como yo chillamos escandalizadas mientras salíamos de los baños del gimnasio. Habíamos terminado nuestros ejercicios del día y estábamos cansadas y sudadas. Habían pasado tres días desde que fui a visitar la casa de Alex y todo estaba tan raro entre nosotros. Una vez más, el castaño había fingido que nada había pasado, como si fuera un robot sin sentimientos dispuesto a atacar a quien se acercara de más. Él parecía completamente normal, pero yo… Después de sentirme prisionera en sus brazos, no podía sacarme esa escena de la cabeza todos estos días. Mi cuerpo me pedía a gritos acercarme de nuevo a él y hacerlo enojar a tal punto que me volviera a encender, justo como lo hizo aquella vez. Estás loca, Liv. Loca, loca, loca. De todos los hombres... ¿por qué él? ¿Qué es lo que tiene que lo deseo tanto? —¿Qué? Solo estoy diciendo la verdad. —La pelirroja se encoge de hombros y sonríe divertida. Ella sí que disfrutaba todo este dilema que
El silencio se había apoderado nuevamente de nosotros. Alex me miraba como si no entendiera mi necesidad de saber la verdad; él no tenía ni idea de lo mucho que significaba esto para mí. Además, probablemente le parecía extraño que ahora quisiera hablar de eso cuando en las últimas semanas había estado reacia a tocar el tema. Pero ya no podía más. Me volvería loca si seguía esquivando la situación e imaginando todo tipo de escenarios que probablemente ni siquiera fueran verdad... Porque, en el fondo, yo lo sentía. Él no me había forzado a nada; yo había dicho que sí. Mi corazón lo sabía, pero mi cabeza se negaba a aceptar aquello. No comprendía cómo con Alex sí fui capaz de entregarme aunque no lo conocía, pero con el chico que me gustaba tuve una crisis de pánico cuando apenas me tocó. Era absurdo, pero así había sucedido. Me sentía un mar de emociones en esos momentos. —Creí que no querías hablar de eso. —Las palabras de Alex me sacan de mis oscuros y distorsionados pensamien
—¿No hicimos nada? —Todavía me parecía increíble de creer.¿Todo este tiempo estuve sufriendo en vano?¿Lo odié sin motivo?¿Realmente existía un hombre capaz de detenerse en un momento así?—Bueno, no diría que no hicimos nada, ya que... supongo que esa parte sí la recuerdas, pero me refiero a que jamás entré en ti. Estabas desmayada. —Confirma y mi rostro se pone rojo de inmediato.¡Qué vergüenza!—¡¿Por qué no me dijiste nada?! —Exclamo exaltada, pero luego trato de calmarme.Enojarme no iba a solucionar nada.—Lo intenté muchas veces, pero nunca me dejaste hablar. De hecho, asumiste que lo había planeado y que me había aprovechado de ti, ¿recuerdas? —Cierro la boca y me muerdo la lengua porque él tenía razón. ¡Pero no sabía nada de esto!— Yo realmente quisiera disculparme por lo que pasó. Sé que es tarde, pero si hubiera sabido por todo lo que habías pasado, jamás...No.—Por favor, no hagas eso, Alex.—¿Qué?—Hablarme como si me tuvieras lástima, no lo soporto. —Admito y camino d
—Te quiero así de concentrada en los últimos entrenamientos, Liv. —Me felicita la entrenadora y yo asiento, cansada pero feliz por haber logrado mi rutina completa— Maravillosa presentación a pesar de las últimas fallas que tuviste.Sí, obviamente me habían reñido por haber faltado al entrenamiento anterior.—Gracias, daré todo de mí para ofrecer una presentación digna. —Prometo y finalmente me despido de mi entrenadora y de los demás. Entro en los vestidores y aprovecho para tomar una ducha y cambiarme a una ropa más cómoda.Ya me había despedido de mis padres y mi hermano en casa, luego fui a clases y finalmente a mis entrenamientos. Las chicas ya se encontraban en la playa y me habían enviado varias fotos de ambas tomando el sol y disfrutando de la libertad, burlándose de que me quedara sudando durante unas horas más, pero yo les respondí que llevaba la mejor parte de la fiesta.Mi sexy guardaespaldas.Ninguna pudo refutar eso en el chat que compartíamos. Definitivamente, él sería
—¿Y se fue así sin más? —Mónica tomaba un raro cóctel mientras me miraba a través de sus lentes de sol. Asiento al mismo tiempo que me siento en la tumbona al lado de ella. Amara llega justo después y saca su botella con protector solar para ayudarme a aplicarlo en la espalda— Qué jodido todo esto, dejarte en llamas y luego escapar... ¿Qué? Eso fue lo que hizo.Amara y yo mirábamos a Mónica sin saber qué decir. A veces se nos olvidaba lo directa que era.—Las cosas están raras entre nosotros y, sinceramente, me siento rara. No debería estar pensando de esa manera en él. —Me confieso— Hasta hace unos días lo odiaba, no quería ni verlo, pero ahora...—¿Ahora...? —Me anima Mónica a continuar. Amara también había detenido sus masajes en mi espalda, atenta a mis palabras.¿Qué decirles? Ni yo misma sabía qué pasaba conmigo.—Por más que mi cabeza me dice que olvide toda esta tontería, el resto de mi cuerpo me grita que ni se me ocurra apartarme de su lado. —Confieso y la sonrisa llena de
Mi corazón quería salir corriendo lejos de mi cuerpo; no soportaba tantas sensaciones. Mis manos automáticamente rodeaban el cuello del alto y tuve que ponerme de puntillas para poder profundizar aquel beso que despertaba sensaciones que jamás pensé que volvería a vivir.Alex seguía liderando aquel toque tan necesitado con sus labios. Una de sus manos se posaba con delicadeza en mi cintura, acariciándome y atrayéndome hacia él, mientras la otra permanecía en mi mejilla, su dedo pulgar tocando con suavidad. Era una sensación de deseo y tranquilidad al mismo tiempo.Jamás me había sentido así y no quería detenerme tampoco.No ahora... No después de confirmarlo.Él me deseaba.—Olivia... —Mmm, adoraba cuando me llamaba por mi nombre completo. Siempre lo habían usado para reñirme o disciplinarme, pero él no me llamaba así con esa intención. Al contrario, su tono de voz denotaba deseo y... súplica— No me hagas esto... Yo...—Shh... —Me separo un poco y aprovecho para tomar aire. Nuestras r
—Ten, toma esto. —Alex miraba con desconfianza el vaso que le había entregado, así que ruedo los ojos— Es chocolate caliente, bobo. No te daré alcohol; yo tampoco estoy tomando.Todavía dudando, toma el vaso plástico de mis manos y, después de verificar que realmente era chocolate caliente, le da un pequeño sorbo, cerrando los ojos con alivio. Realmente estaba haciendo frío y él seguía negándose a entrar.—¿No te dije que entraras a la casa? —Alex me mira con un poco de severidad, pero yo lo ignoro. Sabía que también tenía miedo de lo que pudiera pasar entre los dos. Ya era bastante tarde en la madrugada y todo a nuestro alrededor estaba en silencio, salvo por las olas del mar.—¿Qué crees que están haciendo mis amigas allá dentro con sus citas? —Pregunto arqueando una ceja, soltando una risa amarga— No me iba a quedar allá, envidiando su buena suerte.—Liv...—Ya. Entendí. —Lo corto porque no quería escuchar otro sermón— Sé que no vas a tocarme... aunque te mueras por hacerlo. Al men
—¡Ven! ¡Vamos, Alex! —Exclamo dichosa mientras corría hacia el agua que tocaba mis pies. Mi vestido había sido lanzado a alguna parte y ahora estaba de nuevo en mi traje de baño negro.Sin embargo, el castaño seguía sentado en la arena, viéndome con curiosidad y, creo que, disfrutando de mi ataque de efusividad. Después de que me dijo que iba a aceptar la propuesta indecente que tenía en mente, no pude evitar sentirme emocionada y al mismo tiempo nerviosa. Alex me dijo que si quería, comenzaríamos ahora mismo, pero por alguna extraña razón, mientras nos besábamos y él se deshacía de mi vestido, no pude evitar separarme de golpe y caminar lejos de él con una sonrisa, directa al agua.Creo que los nervios y mi inexperiencia seguían dominándome un poco.Mientras él seguía viéndome, decido entrar un poco más en el agua, sintiendo la brisa fría rozar mi cuerpo, pero por alguna extraña razón, sentía mi cuerpo hervir. Apenas había dado dos pasos cuando siento una mano rodear mi muñeca, deten