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Mientras tanto, en el norte, Mendel y Noreia habían decidido que no tenía sentido esperar que llegara Baltar para comenzar la búsqueda de los lobos. De modo que Noreia dejó sola el puesto de avanzada, con intenciones de alcanzar el convento cercano al bosque donde creíamos que hallaríamos el clan.

Mi primo y mi hermano se reunieron al día siguiente que intentaron envenenar a Risa, pero Noreia aún no regresaba, y Mendel me hizo saber que aguardaría su retorno antes de emprender el lento viaje hacia el Valle.

Su cuervo más robusto y veloz arribó al castillo en la víspera del plenilunio. Entró por la ventana de mi estudio para poco menos que desplomarse en mi escritorio, agotado. Traía presillas en ambas patas, y me apresuré a quitárselas mientras Milo lo sostenía en sus brazos. Intentamos alimentarlo de nuestro desayuno, pero el pobre pájaro estab

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