Inculpada por un asesinato que no cometió y sobreviviente de un brutal intento de homicidio que destrozó su rostro, Anastasia ha aguardado pacientemente durante siete largos años. Con una nueva identidad, regresa para ejecutar su venganza y recuperar lo que le pertenece. Dmitry, un hombre envuelto en sombras y con un pasado tan oscuro como el de ella, comparte el mismo enemigo. Lo que empieza como una alianza por venganza pronto se convierte en una atracción inevitable. Sin embargo, Dmitry guarda un secreto que podría destruir todo lo que están construyendo juntos. Cuando la verdad salga a la luz, Anastasia deberá tomar una difícil decisión: ¿es la venganza suficiente para sanar sus heridas, o el amor que ha encontrado en Dmitry es más fuerte que el odio que los unió?
Leer más༻ Hacienda Romanovskaya ༺Nikolay se inclina sobre su escritorio, el reflejo de su vaso de brandy brillando bajo la tenue luz del sol que se filtra por la ventana. Frente a él, una carpeta abierta revela una serie de documentos esparcidos, cada hoja impresa con la información que solicitó sobre Inna Volkova. Su mirada recorre las páginas, estudiando cada detalle con la misma cantidad de interés y frustración.Se ha acostumbrado a manejar a las personas, a manipular sus vidas como piezas de un tablero, y esperaba encontrar en esos documentos la forma de hacerlo también con Inna. Sin embargo, la información que tiene ante sí es sorprendentemente escasa, lo que lo incomoda. Para alguien con sus recursos, y acostumbrado a estar en un pueblo donde se conoce hasta el último chisme de cada residente, resulta casi absurdo que la información sobre una mujer como Inna sea tan limitada.Nikolay frunce el ceño, pasando los dedos por una fotografía de ella, una imagen reciente en la que aparece al
Inna permanece inmóvil, observando a la pequeña que se aferra a Dmitry con un gesto de absoluta desesperación. Su presencia, tan vulnerable y al mismo tiempo tan inocente parece iluminar toda la estancia. Aunque intenta llamarse a la calma, su cuerpo la traiciona, y siente cómo su corazón late con fuerza, casi con dolor. Un impulso desconocido, intenso y natural, la invade: el deseo de abrazar a la niña, de protegerla de lo que sea que la haya hecho llorar de esa forma aun cuando no es ella en quien busca consuelo.—Layeska, cariño —escucha a Dmitry llamarla una vez más, pero la niña sigue aferrándose a él con todas sus fuerzas, negada a separarse de la seguridad que claramente le brinda los brazos de su padre—. Princesa, dime que es lo que pasa.Inna observa cómo Dmitry, abandona totalmente su postura fría y reservada. Su rostro se suaviza, y la manera en que acaricia el largo cabello de la niña, susurrándole palabras de consuelo, es genuina, profundamente tierna. La escena es tal, q
Dmitry entiende a la perfección la insinuación existente detrás de las palabras de Inna, aun cuando esta es bastante sutil, pero, contrario a lo que se esperaría, después de estas palabras, ambos se sumergen en silencio, como si las palabras de ella fuesen más pesadas de lo que se ve a simple vista.༻ ༺༻ ༺Anastasia cierra los ojos, dejando que la brisa acaricie su rostro mientras camina ente los viñedos. Siente la calidez del sol en su piel y el aroma dulce de las uvas maduras. Pero su calma es interrumpida cuando sus dedos rozan un papel viejo y arrugado que llevaba en el bolsillo de su abrigo: una carta que nunca esperó encontrar, pero que, desde el momento que llegó a sus manos dos semanas atrás, ha estado cambiando de un bolsillo a otro de su ropa.Al estar en la parte más alejada del viñedo, aquella en la que siempre se refugia, toma asiento y peina los mechones que danzan en el viento. Llevando la mano nuevamente a su bolsillo, suspira y, después de un breve titubeo, sala la c
Al llevar sus miradas a la puerta de la estancia, ambas mujeres se encuentran con la imponente figura de Dmitry en el marco de la misma. El ramo de rosas se desliza de las manos de Tania ante el miedo que la invade por la presencia de ese hombre, por otra parte, Inna y Dmitry se mantienen ajenos a los nervios de la mujer, y todo en la habitación desaparece mientras se pierden uno en la mirada del otro.Finalmente, es Dmitry quien rompe la intensidad de sus miradas y termina de ingresar totalmente en la estancia levantando un ramo de tulipanes blanco los cuales ofrece a Inna.—Acepto.Y tras esas palabras Inna gira totalmente su cuerpo, manteniendo el vaso de whiskey en sus manos y su expresión calmada, aunque sus ojos delatan una breve chispa al ver a Dmitry de pie en la puerta de la sala, sosteniendo un ramo de lirios blancos en su mano derecha.Tania, visiblemente nerviosa y apenada por su reacción, baja la mirada y se apresura a recoger el ramo de rosas con manos temblorosas, lanza
Al bajar del caballo, Inna le entrega la fusta a uno de los hombres que se apresura en ayudarla, sus pasos comienzan a resonar por el pasillo mientras camina al interior de la casa. No había logrado dormir en toda la noche, así que pensó que ir a cabalgar la ayudaría a distraer sus ideas, en el pasado aquella había sido su mejor distracción, pero ahora había sido totalmente inútil.Al entrar en la sala de la casa, camina hacia la barra, toma un vaso y se sirve un trago de whiskey el cual bebe de una sola toma. Al dejar el vaso sobre la barra, suspira pesadamente mientras la conversación sostenida con Dmitry vuelve a su cabeza.༻ ༺༻ ༺El silencio se hace presente en la sala tras las palabras pronunciadas por la pelinegra.Inna mantiene la compostura, su rostro inmutable mientras observa y espera la reacción de Dmitry. Él no dice nada al principio, limitándose a mirarla con una expresión que mezcla sorpresa y desconfianza. Por un momento, el silencio de la sala se vuelve pesado,
Han pasado tres días desde el funeral del viejo doctor.Dmitry se encuentra sentado en su antigua oficina, un espacio que rara vez alguien más había visto, un santuario silencioso en el ala más apartada de la hacienda. A esas horas, las sombras de la noche se adueñan del lugar, solo rota por la tenue luz de un pequeño aplique en la pared, que apenas permitía distinguir los contornos de los muebles en la habitación. Frente a él, en el desgastado escritorio de madera oscura, se hallaba una fotografía, pequeña pero poderosa, enmarcada en oro. La imagen capturaba el momento de una risa abierta y despreocupada; Anastasia Ivanova sonreía con el sol de Italia iluminando su rostro, con ese brillo en sus ojos que siempre se había mostrado tan inalcanzable para él.Dmitry toma un trago de vaso whiskey, sintiendo el calor lento que recorre su garganta, pero que no logra disipar del todo el peso de su soledad. El recuerdo de la mirada de la viuda Volkova vuelve a él, y aunque puede que sus id
—No puedo creer que realmente se atrevieran a asistir—son las palabras de Arman mientras desabotona el chaleco de su traje y se deja caer en el sofá principal de la sala—. Pensé que esos bastardos conocerían un poco de la palabra decoro.—Eres bastante optimista— es la respuesta de Inna, su tono bajo deja en claro lo agotada que se siente—. La verdad, no creo que el decoro sea algo que ellos conozcan o tan siquiera les importe un poco.Arman asiente levemente para luego tomar un trago de su vaso de whiskey antes de fijar la mirada en la pelinegra quien se encuentra de pie frente al ventanal que da hacia el jardín.—Anastasia…—comienza, pero sus palabras se detienen cuando la mirada de su amiga se despega del paisaje exterior y la fija en él con un brillo asesino—. Perdón, perdón. Inna. ¿Crees realmente que tu plan funcione? Al escuchar esa pregunta, Inna se queda en silencio. Después de un momento, se separa de la ventana y comienza a caminar por la sala mientras piensa en cómo respo
—Uf ¿Ella es la viuda? ¡Es tan hermosa!—Ay ¿Por qué no me casé con una esposa así?—Con una mujer así, hasta yo me hubiese casado de nuevo.—Pobrecita, es tan joven.—Es claro que es una cazafortunas, el doctor tenía la edad para ser su abuelo… Nikolay, que hasta ese momento mantenía una expresión fría e imperturbable, ahora observa a la mujer con una mirada imposible de descifrar, mientras la joven a su lado se inquieta visiblemente al notar el interés de su prometido se encuentra mostrando ante la recién llegada. Es evidente que esa mujer a capturado su interés de una manera incorrecta.—Podrías disimular un poco, querido— susurra mientras se apega más a su brazo dando un ligero apretón a este.Pero una vez más, todo vuelve a quedar en silencio cuando un nuevo auto negro se detiene a una distancia prudente. Al abrirse la puerta, una figura alta y bien formada sale del vehículo, atrayendo todas las miradas y haciendo que algunos traguen grueso ante el miedo que les produce la sola
༻ Siete Años Después. ༺—¿Estás seguro de lo que estás diciendo? —pregunta mientras corta un trozo de la carne de su plato y la lleva a su boca.—Nuestros hombres ya confirmaron la información —responde con seguridad mientras mantiene su mirada fija en el pelinegro—. A estas horas ya el fúnebre debe estar llegando al pueblo.Tras esas palabras, el pelinegro se queda momentáneamente en silencio. Dejando de lado su plato de comida, extiende su mano y toma su copa, la observa un momento antes de dar un trago corto y degustar el sabor del vino.Cuando la noticia de que el viejo doctor había muerto, él sinceramente esperó por un momento que aquello no fuera más que un simple rumor. Por cinco largos años había estado buscando dónde se había metido aquel hombre y ahora que por fin había logrado dar con su paradero, se hallaba con la desagradable noticia de su muerte.—¿Quién queda que pueda ayudarnos a obtener la información que quiero? — pregunta de vuelta mientras extiende su mano para dej