Inculpada por un asesinato que no cometió y sobreviviente de un brutal intento de homicidio que destrozó su rostro, Anastasia ha aguardado pacientemente durante siete largos años. Con una nueva identidad, regresa para ejecutar su venganza y recuperar lo que le pertenece. Dmitry, un hombre envuelto en sombras y con un pasado tan oscuro como el de ella, comparte el mismo enemigo. Lo que empieza como una alianza por venganza pronto se convierte en una atracción inevitable. Sin embargo, Dmitry guarda un secreto que podría destruir todo lo que están construyendo juntos. Cuando la verdad salga a la luz, Anastasia deberá tomar una difícil decisión: ¿es la venganza suficiente para sanar sus heridas, o el amor que ha encontrado en Dmitry es más fuerte que el odio que los unió?
Leer másLes tomó cerca de tres horas llegar hasta allí, y aunque el viaje fue largo, ninguno ha sentido el cansancio. La adrenalina es una corriente constante en sus venas que los mantiene con todos sus sentidos alertas.El motor del auto ruge levemente antes de apagarse, dejando tras de sí un silencio denso. Dmitry y Grigori permanecen sentados dentro del vehículo, con la mirada fija en la casa frente a ellos. El silencio proveniente de la casa y la falta de movimiento dentro de la misma, la hacen lucir como si estuviera abandonada, pero ambos saben que no lo está.Dmitry revisa el mensaje en su teléfono una vez más, la imagen enviada por Igor no solo le muestra el rostro de uno de los hombres que acaba de entrar a la casa, sino también el número exacto de la casa. La dirección coincide.—Es aquí —murmura más para sí que otra cosa, ya que sabe que no es necesario decirlo.Grigori suelta un resoplido, su mirada recorriendo la estructura fijándose con cuidado en cada detalle. Su atención se po
༺༻ ABRAU DURSO ༺༻ HACIENDA ROMANOSVKAYA ༺༺La hacienda está en medio del caos. El polvo se levanta con cada golpe de martillo, con cada tabla que es retirada o colocada en su sitio. Vera lo sabe, pero, aun así, sigue pasando el trapo por los muebles, limpiando la superficie de la mesa de la sala solo para ver cómo una fina capa de polvo vuelve a instalarse en cuestión de minutos. Sabe que aquello es inútil, pero necesita hacer algo.Si se queda quieta, teme que su mente la traicione con pensamientos oscuros. Y sencillamente, se niega a permitirse imaginar lo peor. Confía en Anastasia y Dmitry, es por ello que se aferra a la seguridad de saber que ninguno de ellos se detendrá hasta traer de vuelta a su querida Layeska.Cuando el polvo nuevamente vuelve a cubrir la superficie de la mesa, Vera deja el trapo a un lado y, finalmente renuncia a su intento de limpiar la sala, por lo que se dirige hacia las habitaciones del fondo. Con cada paso que da puede sentir cómo su corazón late con m
Tan pronto como sale de la celda de visitas, Anastasia suelta un pesado suspiro, pero este no es suficiente para liberar la presión que siente en el pecho. Su estómago aún se revuelve con la repulsión que le provoca Nikolay, su frialdad, su descaro al actuar como si tuviera el control de todo. Sus manos se cierran en puños con tanta fuerza que sus uñas se clavan en su piel, pero apenas si siente algún tipo de dolor.Se queda de pie unos segundos en medio del pasillo, intentando disipar la rabia que aún arde en su interior. Pero rápidamente se recuerda que no hay tiempo para perderse en emociones inútiles. Tiene otro asunto pendiente. Uno que requiere aún más control de su parte que enfrentarse el imbécil de su ex esposo.Lena.El solo pensar en su hermana hace que su mandíbula se tense. No estaba en sus planes verla el día de hoy, mucho menos el tener que confrontarla tan pronto, pero todo cambió con la llamada de Arman mientras estaba de camino al centro de detención."El abogado d
Layeska se encuentra sentada en la cama, abrazando sus piernas con tanta fuerza que sus rodillas presionan contra su pecho. Su pequeño cuerpo tiembla con ligeros espasmos. Con cada sollozo que trata de contener, muerde su labio inferior hasta hacerlo doler. No quiere hacer ruido. No quiere que la escuchen y molestar a esos señores.El cuarto en el que está encerrada es frío y oscuro. La única luz proviene de una bombilla en el techo que parpadea a ratos, amenazándola con dejarla en la oscuridad mientras proyecta sombras inquietantes en las paredes desnudas. Huele a humedad, a encierro. Al miedo que la envuelve y la oprime.Sus hombros se sacuden con cada lágrima que desciende silenciosa por sus mejillas. No para de repetirse a sí misma que todo va a estar bien, que pronto su papi vendrá por ella, que Inna también vendrá, la abrazará y le dirá que todo esto no fue más que una horrible pesadilla. Pero el pánico se aferra a su pecho con garras afiladas, negándose a soltarla y permitirse
El sonido de los pesados pasos de Nikolay resuena con un eco ligero a lo largo de todo el pasillo mientras camina con la misma arrogancia de siempre, solo que ese día se siente más presente que nunca, la sonrisa cruel no ha dejado de curvar sus labios desde el día anterior, mostrando a cada segundo su desquiciado gesto de pura soberbia. Sus muñecas se encuentran sujetas por las esposas, pero aquello no parece importarle en lo más mínimo. Su andar es seguro, tranquilo, como si nada de aquello tuviera importancia y él fuera quien controlara aquel lugar. Y, en cierto modo, él realmente lo cree.Cuando el guardia lo hace detenerse frente a la puerta del privado, no sabe quién lo espera al otro lado, si su abogado o uno de aquellos dos idiotas, pero la expectativa solo añade diversión a su ya de por si buen humor. El guardia abre la puerta y él se toma un momento antes de llevar su mirada al interior, en cuanto la figura de Anastasia se hace visible, Nikolay no puede contenerse y suelta un
Nikolay yace sobre el estrecho catre de metal de su celda, con los brazos cruzados detrás de la cabeza y los ojos fijos en el techo sucio y agrietado. Su expresión es tranquila, casi relajada, llegando al punto de ser escalofriantemente contrastante para alguien en su condición. Pero si se le presta mayor atención, es fácil notar que la sonrisa que se dibuja en sus labios está cargada de una satisfacción oscura, como la de un depredador que sabe que su presa está justo donde la quiere y pronto se estará desangrando entre sus fauces. No hace ni dos horas que recibió la llamada que le confirmó que su encargo se encuentra listo. La información le llegó de manera discreta, a través de la visita de su abogado, y aunque se supone que debía estar presando atención a las palabras del hombre, la verdad es que su único interés fueron las palabras del guardia que acompañó a su defensor. Un mensaje velado en las ligeras palabras del guardia, un comentario aparentemente inocente antes de salir,
Arman se encuentra sentado tras su escritorio, la mirada fija en la resolución del juez que tiene en sus manos. Su mirada se mueve lentamente por aquel documento. La lectura minuciosa de cada palabra lo llena de satisfacción. Sus peticiones fueron tomadas en cuenta, y al fin puede confirmar que ni Lena, Nikolay o su padre tienen a alguien infiltrado dentro del proceso. Esto le otorga un alivio momentáneo, sabiendo que, al menos en este punto, tienen ventaja.Dejando el documento sobre el escritorio, se recuesta mejor en el espaldar de su silla y exhala profundamente. La carga de trabajo que tiene por delante antes del juicio es considerable, pero está decidido a llevar este caso hasta el final y esta vez de la mejor manera.Su concentración y pensamientos de diferentes escenarios se ve interrumpida por un leve golpe en la puerta. Apenas si levanta la vista, creyendo que se trata de su secretaria trayendo los expedientes que solicitó para comenzar a armar la defensa. Sin embargo, cuand
Dmitry camina entre los restos de los viñedos, observando cómo las hileras de vides han sido podadas y preparadas para dar descanso a la tierra antes comenzar con la próxima cosecha. El viento sopla suavemente, levantando ligeramente el polvo y las hojas secas a su alrededor, pero en ese momento, apenas y lo nota, o le da importancia. En ese momento como en ningún otro, su mente se encuentra lejos, atrapada en los recuerdos que este lugar le trae.Puede recordarse a si mismo cuando era un niño o un joven comenzando su adolescencia y corría por estos mismos viñedos, persiguiendo a Anastasia mientras escuchaba como su risa resonaba hasta perderse entre las vides. Recuerda la forma en que ella volteaba la cabeza para verlo de reojo mientras su cabello hondeaba libre con el viento, sus mejillas encendidas por la emoción del juego y el calor. En aquellos días, el gran y silencioso amor que sentía por ella era su sentimiento más puro, uno que lo llenaba sin necesidad de palabras. Y, sin emb
La brisa brisa arrastra consigo el aroma del tabaco y la humedad de las calles adoquinadas. Grigori se encuentra apoyado contra la pared del área de fumadores de un pequeño café de aspecto modesto ubicado en la zona Límite de la ciudad. Sacando su cajetilla toma un nuevo cigarrillo, lo enciende y da una calada profunda mientras espera. Su contacto debería haber llegado hace minutos, pero la impuntualidad no le preocupa; en esa fase de su niña de trabajo, entiende perfectamente que la paciencia es una moneda de cambio valiosa.En el momento en que deja salir el humo de su boca, el tintineo de la campana sobre la puerta interrumpe su ensimismamiento. Llevando su mirada hacia la puerta de entrada, reconoce la figura del recién llegado como la del hombre que esperaba. Bajo el resplandor cálido de las lámparas del establecimiento, el recién llegado avanza con paso seguro y se sienta frente a él. No hay necesidad de saludos.—Todo está listo — son sus palabras Una vez que se sienta frente a