Eira es una joven Omega que carga con una maldición desde niña. Solo podrá romperla si un Alfa la elige como su pareja destinada. Pero… ¿Quién estaría dispuesto a sacrificar su renombre y condenarse a una vida de desgracias por ella? Lo sabía bien: nadie. Sin embargo, tenía otra manera de deshacerse de su destino: encontrar lo que las hadas habían perdido, un artefacto mágico capaz de conceder un único deseo. Minhos también es una figura envuelta en una leyenda. Un Alfa poco común, con características vampíricas que lo convirtieron en un General cruel y despiadado. Su destino se cruza con el de Eira, y lo que comienza como una simple obsesión por “el sabor” de la joven pronto se convierte en una cacería en la que él no permitirá que ella escape fácilmente.
Ler maisCapítulo 30Condiciones: Parte 1Eira no había vuelto a ver a su amiga Adhara desde que fue trasladada con los lobos de Du Sang, pero aún podía comunicarse con ella por medio de llamadas, Gabriel se mostraba temeroso cerca de ella, pero seguía siendo alguien amable.. No sabía con exactitud cuáles serían sus funciones allí, ni por cuánto tiempo estaría en ese lugar. Lo único claro era que Logan no había vuelto a buscarla, y eso la confusión más de lo que quería admitir.—Amiga, me alegra saber que Logan no está detrás de ti —dijo Adhara del otro lado, con alivio en la voz.—Igual yo, Adhara… pero no entiendo por qué aún no ha venido. Solo espero que su estúpida obsesión conmigo se haya terminado de una vez —respondió Eira, sentándose sobre la cama, con el tono a medio camino entre el desahogo y la duda.—No es obsesión, amiga… —replicó Adhara con suavidad—. Eres su destinada. Eso no cambia, aunque él quiera resistirse.—Debe ser un error —dijo Eira rápidamente, como si necesitara conve
Capítulo 29Algunos secretos de EiraTranscurrieron cinco semanas desde el día en que Zariah se había comprometido con Logan. Él había tenido que realizar un viaje inesperado, lo que retrasó su reunión con los dos Alfas provenientes de Du Sang. Tampoco había consumado su matrimonio con la elfa, y se había prometido no hacerlo… a menos que el deseo carnal lo venciera por completo.Aquella decisión enfureció a Zariah, quien, harta de esperar y alimentada por la inseguridad, decidió ir en busca de Eira por su cuenta.Mientras tanto, Minhos tampoco se quedó en Lilles. Su padre lo había solicitado de regreso a Du Sang, y durante todo ese tiempo, Luna se había mantenido distante, casi irreconocible. Ahora, mientras regresaban a Lilles en un vehículo oscuro que atravesaba la carretera montañosa, el silencio entre ambos era tan denso como el cielo gris que cubría la región.Minhos conducía con una mano al volante y la mirada fija en la ruta, su expresión imperturbable como siempre. Su mandíbu
Capítulo 28Un hilo invisibleZariah se mostraba exultante tras la decisión tomada entre su familia y los Valmont. Era todo lo que había esperado y deseado desde que conoció al musculoso hombre de cabellera blanca. En su mente, ya imaginaba cómo serían sus hijos, qué tipo de poderes nacerían de esa unión.En Lilles, las alianzas entre reinos poderosos eran comunes, pero esta sería la primera vez que un príncipe Alfa se casara con una princesa elfa. Aunque el Reino Élfico contaba con numerosas princesas, ella provenía de una de las familias más influyentes.—¡Logan! —exclamó con entusiasmo—. Ahora podré usar mis dones para el beneficio de ambos reinos.—Si no tratas de matarme en el intento —replicó él con un deje de sarcasmo.Zariah frunció los labios.—Sigues con eso… Bueno, ella no murió. Y ahora yo seré tu esposa, así que me debes respeto.Logan se giró hacia ella con lentitud, su mirada se mantuvo tan fría como siempre.—No esperes más que una simple alianza, Zariah —dijo con tono
Capítulo 27¿Honestidad?—En verdad estoy ocupado. Sal de aquí ahora mismo. No me molestes más. Pero si te atreves a huir… entonces sí estarás en problemas. No pienso ir a buscarte una segunda vez. —La voz de Minhos sonó amenazante mientras la empujaba fuera de la habitación.Eira no podía dejar de pensar en una cosa: ¿por qué ese lobo no le temía? La había tocado como si nada, como si ella fuera… normal.“Debe ser Luna. Así como me ayudó a mí… tal vez pueda quitarme esta maldición.”—¿Has visto a Luna? —preguntó con los ojos aún llenos de lágrimas.—No. Ella va y viene cuando quiere. ¿Estás bien? —Gabriel la observó con cierta inquietud.—No… no estoy bien. —Respondió con la voz rota, secándose las lágrimas y acomodando los mechones de su cabello desordenado.—Bueno… Minhos no es alguien especialmente fácil. Si no sigues sus órdenes, puede ser muy cruel. Te lo advertí. —Ella solo respondió con un leve sonido de su nariz al sorber.—Pero… él me mintió. —Gabriel no entendía del todo la
Capítulo 25Un reclamo en vanoEira se quedó sentada en un sofá, esperaría la llegada de ese hombre que le había mentido, y entonces le reclamaría lo que hizo. Siempre había querido huir de Logan, de su crueldad, y al parecer finalmente lo logró. Pero antes de eso, Eira deseaba volver a la cabaña, allí tenía guardado un libro que había leído y conocía de memoria. Era el lugar a donde ella deseaba ir, para deshacerse de su maldición.—Oye, Luna… ¿Tú crees que aún existe el Reino Humano?—Puede ser… —respondió Luna, encogiéndose mientras se acomodaba sobre uno de los cojines.—Bueno, yo solo he visto a mestizos, los Edhiles, pero son escasos —mencionó Eira, con tono pensativo.—Sí, conozco bien a una Edhil. La quiero mucho, en realidad —dijo Luna sin dar más detalles.—Vaya, eso es maravilloso —respondió la joven.—Dicen que las Adas ayudaron a ese reino, por eso es tan difícil encontrarlo —comentó Luna, con los ojos brillando de curiosidad—. ¿Alguna vez hablaste con alguna Ada?—No… —
Capítulo 25No la rechazaré.En la mansión de los Valmont, Logan sintió un vacío incómodo, como si algo vital le faltara. El lazo con Eira, por más que intentara negarlo, seguía presente. Pero esta vez… no podía percibirla. No había aroma, no había energía. Nada. Y eso lo sacudió por dentro.Necesitaba verla. Asegurarse de que seguía allí. De que no se había escapado.Porque aunque pensara en casarse con una Alfa —una decisión lógica, política, necesaria— no dejaba de obsesionarse con Eira. Ella es su destinada, aunque lo odiara, aunque su sola existencia le pesara como una maldición. ¿Por qué la Diosa la habría elegido a ella? ¿Una omega común? ¿Una criada?, decidió no rechazarla.—¡Logan, ven aquí! —la voz grave de su padre resonó antes de que lograra moverse. Justo cuando estaba por subir a la habitación donde la había dejado.—Padre, debo verificar algo importante —respondió con tensión, pero dos guardias se interpusieron antes de que pudiera avanzar.—No. Ya te di tiempo suficien
Capítulo 24No la dejaré ir.A las afueras de Lilles, Minhos asistió a una reunión con otros Generales de Du Sang. Gabriel lo acompañó poco después de que se llevaran a Eira.—Necesitamos saber si Lilles respetará el acuerdo, y queremos que se unan a nosotros —exclamó el viejo lobo Alfa, de voz áspera y presencia imponente.—Luchar contra Mikros no es sencillo. Han pasado décadas y aún no ceden terreno —respondió Minhos con tono sereno, pero firme.—Por eso tu padre te ha enviado. Debes establecer un lazo con Lilles. Tú y el heredero tienen la misma edad, podrían congeniar perfectamente. Dale lo que quiere: oro, mujeres, tierras… lo que sea —añadió el anciano.Minhos escuchó en silencio. No mostró emoción alguna.—De acuerdo. Déjenlo en mis manos. Agradecería que dejaran de entrometerse en mis funciones —dijo con frialdad, sin preocuparse por las miradas que le lanzaban los presentes.Gabriel lo miró, sorprendido. Nadie hablaba así a un superior enviado directamente por el Rey Alfa de
Capítulo 23No es un campesino, es un General.Eira se sintió perfectamente bien. Aquella sensación era tan inusual que, por un momento, una pequeña sonrisa se asomó en su rostro. Pero al asomarse por la ventana, la duda volvió: ¿cómo bajaría desde allí?—Bueno… entiendo tu entusiasmo, pero yo no podré saltar desde aquí —dijo, dando un paso atrás, mientras observaba la altura.La pequeña felina, sentada tranquilamente sobre el alféizar, miró primero a Eira y luego hacia abajo, como si midiera el riesgo con precisión.—Dime Luna —dijo de pronto, con una voz suave pero firme—. Me gusta ese nombre, por eso me llaman así.—De acuerdo, Luna —respondió Eira, aún con asombro en la voz.—Bueno… no te asustes —añadió la gata—, pero voy a volverme grande por un momento.Antes de que Eira pudiera decir algo, una ráfaga de luz envolvió el cuerpo del pequeño animal. En cuestión de segundos, la felina había crecido hasta adoptar la forma de una bestia majestuosa, similar a un tigre, pero con un pela
Capítulo 22¿Puedes escucharme?Eira seguía en la habitación de Logan. Jamás había estado allí. Nunca… Y ahora, simplemente… él la había llevado, se acercó a la ventana. Estaba demasiado alto como para siquiera pensar en saltar. Aun si lo hiciera, no se veía como una buena idea. “De seguro volverá… y no sé qué ideas tendrá en mente”, pensó con angustia, mientras una punzada la obligaba a presionar su abdomen. La zona estaba más morada que antes.“Bueno, de seguro me recuperaré… como siempre. Aunque ahora el proceso es más lento”, se dijo en voz baja, sin mucha convicción.—No será fácil —escuchó de pronto, una voz aguda, femenina y sutil que parecía flotar en el aire.Eira dio un salto del susto. Miró a su alrededor. No había nadie.—¿Quién está ahí? —preguntó, girando sobre sí misma, sintiendo que el corazón le golpeaba en el pecho.—¿Puedes escucharme? —volvió a sonar la vocecita, esta vez más clara.—Claro que sí… ¿Quién eres? —preguntó, mirando con más atención.Entonces lo vio