Capítulo 6
El Alfa acepta el trato
El Alfa esbozó una sonrisa cargada de incredulidad.
—Así que… déjame ver si entendí bien. A cambio de salvarme la vida, ¿quieres que te f***e en lugar de pedir dinero?
—Por favor —respondió ella sin titubeos.
Él arqueó una ceja, divertido por su insistencia.
—Bien, después de todo, me salvaste la vida. Creo que aceptaré.
Eira sintió el calor subir a sus mejillas. Su respiración se aceleró, pero en ese momento, una alternativa cruzó por su mente.
—Bueno, imagino que, como cualquier otro General de alto rango… —murmuró, intentando halagarlo—, no desearía intimar con una omega que se pasa los días lavando platos y ropa.
Hizo una breve pausa antes de continuar:
—Pero si tiene alguna forma de ayudarme a salir de aquí, no será necesario que hagamos esto.
El Alfa la observó con detenimiento, sus ojos analizaron cada matiz de su expresión.
Ya se había hecho una idea de lo que significaría tomar a una joven omega virgen. Nunca antes había tenido la oportunidad, y la idea lo tentaba mucho. Había pasado demasiado tiempo sin compañía, sin ceder a su instinto. Y ahora, frente a él, tenía a alguien dispuesta a entregarse a el, sin que le importara su rasgo vampírico, eso él resultó aún más atractivo.
"¿Quiere irse de Lilles?"
Su mente procesó la información en cuestión de segundos.
—Ya veo… fuiste comprada por alguna familia de linaje alto. Vaya, eso es muy común por aquí —comentó con tono neutro, aunque en el fondo la idea le provocó una sensación incómoda.
Sabía que con una simple llamada podía anular cualquier deuda que la atara a ese lugar. Bastaba con un contacto para liberarla. Pero…
Eso no le convenía.
La deseaba.
Tal vez era solo instinto, el impulso primitivo de poseerla. O quizá se debía a la luna llena que se avecinaba, la misma que agitaba la sangre de los alfas y despertaba en ellos la necesidad de reclamar a una compañera. En noches como esa, los lobos encontraban a sus mates… o simplemente se abandonaban al deseo.
Y él estaba cansado de resistirse…
—Soy alguien común, ya te lo dije. Aquí, no soy nadie especial —mintió con descaro, ocultando con facilidad la verdad tras su voz grave.
No solía mentir, pero tampoco podía darse el lujo de bajar la guardia.
Eira lo observó por un instante, analizando cada rasgo de su rostro, cada sombra en su mirada.
Algo en él no encajaba del todo con la imagen de un simple Alfa errante, quería saber cómo llegó tan herido y de que reino o de que pueblo, pero no se lo preguntaría.
Y aunque no podía explicarlo, sentía que estaba ante alguien mucho más peligroso de lo que aparentaba.
—De acuerdo, entonces… ¿podemos comenzar? —preguntó sin rodeos.
El Alfa entrecerró los ojos, saboreando la expectación en su voz.
—Bien, al parecer tienes prisa… pero, así como tú, yo también tengo mis condiciones —dijo el Alfa con voz grave.
Tenía sus secretos, cosas que no eran comunes en alguien de su linaje. Además, en su estado de abstinencia, sabía que podría ser demasiado rudo… e incluso, con un simple descuido, podría matarla.
—De acuerdo —respondió ella sin titubear.
—No puedes tocarme ni besarme. Lo que haremos será solamente… ¿cómo decirlo? "Lo básico".
Eira se quedó en silencio, sin saber cómo reaccionar. En realidad, nunca había considerado los detalles de lo que estaba a punto de hacer.
—Bien… —murmuró, aún sujetando la toalla con fuerza alrededor de su cuerpo.
El Alfa se acercó con paso firme, intentando hacer que soltara ese agarre.
—¿Cuál es la razón? ¿Qué edad tienes? —preguntó de pronto.
Normalmente, la primera etapa de celo en una omega se daba entre los dieciocho y veinte años. Pero ella tenía un rostro demasiado dulce e inocente que le dificultaba calcular su edad con exactitud.
Imaginó que debía tener unos diecinueve.
—Veintitrés —respondió sin dudar—. Y no quiero ser el objeto de burla de esta noche con algún estúpido juego de los organizadores.
El Alfa se dio cuenta de que estaba siendo demasiado curioso. No debería importarle sus razones. Solo debía enfocarse en el hecho de que, después de tanto tiempo, volvería a disfrutar del placer de la intimidad.
Sus ojos oscuros se fijaron en ella, observando cada pequeño movimiento.
—De acuerdo… Desnúdate.
Eira tragó saliva, su garganta quedó seca ante la orden firme y sin vacilaciones.
Sus manos temblorosas aflojaron la toalla que la cubría, permitiendo que la tela resbalara lentamente por su cuerpo, cayendo en silencio sobre el suelo de madera.
El aire en la cabaña pareció volverse más denso.
El Alfa se quedó inmóvil por un instante. Su mirada recorrió su silueta con un instinto primitivo que ni siquiera intentó disimular.
En ese mismo momento, la evidencia de su deseo se hizo presente, de sus pantalones resaltó el bulto de su entrepierna.
—No te cubras, Omega… —susurró contra su oído, su aliento cálido chocando contra su piel—. Se supone que la idea fue tuya.
Eira sintió un escalofrío recorrer su espalda, la sensación electrizando cada parte de su cuerpo.
Sus manos hicieron un amago por cubrirse, pero la detuvo.
El Alfa sonrió con satisfacción.
“Trataré de no beber de nuevo tu sangre ordinaria…” —Pensó.
Capitulo 7Una primera vez dolorosa.—Creo que… —Eira apenas pudo pronunciar las palabras cuando, de repente, él la sujetó con firmeza de ambos brazos y la tumbó sobre la cama de paja donde había estado descansando.El Alfa no dudó en deshacerse de su ropa, su cuerpo imponente quedó al descubierto ante la mirada atónita de la joven.Los ojos de Eira se abrieron de par en par al recorrer su figura con un solo vistazo."No… es demasiado…"“Demasiado… grande… No voy a soportarlo…”Nunca antes había visto a un hombre desnudo en ese estado. Y el Alfa, con su porte dominante y su físico esculpido por la batalla y cubierta por cicatrices, destilaba una masculinidad casi irreal, intimidante.Tragó saliva cuando él se posicionó sobre ella, y entre sus piernas sintió la dureza de aquello que, en cuestión de segundos, pondría fin a la razón por la que Logan la veía como su próximo juego perverso.Su virginidad.Pero para su sorpresa, el Alfa deslizó su mano hasta su intimidad y comenzó a frotar c
Capítulo 8Consecuencias después de intimar.EiraEira sintió cómo el sueño la invadía repentinamente, pero sus ojos seguían abiertos, atrapados en un estado de consciencia nublada.El calor volvió a extenderse por su cuerpo, una sensación extraña que se entremezclaba con el ardor persistente en sus músculos y el sudor que cubrió todo su cuerpo."Necesito cuidarme más… La medicina que bebí no fue suficiente."Cada mes compraba aquella medicina elaborada por los elfos, un remedio que mitigaba el dolor que su cuerpo padecía debido a la maldición con la que cargaba. Sin embargo, esta vez parecía no haber surtido el efecto que esperaba.De pronto, sintió que el Alfa se detenía.Al principio, su presencia sobre ella le transmitía cierta calidez, pero luego, la sensación se disipó, dejando solo la realidad de su cuerpo exhausto.Él la sostenía con firmeza, una fuerza que tal vez para alguien más hubiera sido normal, pero para Eira, que sentía todo de manera más intensa, le parecía abrumadora
Capítulo 9¿Un lobo hechizado?— ¿Cómo es que llegaste hasta aquí? Apenas encontré tu mensaje, me dirigí de inmediato. Tendríamos que salir antes del anochecer.Minhos había enviado un mensaje con la palabra “veneno” para que Gabriel lo encontrara.—Esa parte aún sigue siendo confusa —admitió Minhos, frunciendo el ceño—. Recuerdo que sentí un mareo extraño y, después, tomé mi forma de lobo y llegué hasta el bosque cerca de la cabaña. Esa mujer me ayudó.—¿La misma con la que te acostaste? —Gabriel arqueó una ceja—. Vaya, pensé que nunca aceptarías a una omega. Y por su aroma... es de muy bajo nivel en cuanto a fuerza, diría que ni siquiera puede transformarse.Minhos se quedó en silencio. No admitiría lo mucho que aquella omega lo había cautivado.—Bueno, ella me lo pidió a cambio de su ayuda. No pude negarme. Además, me vino bien, lo necesitaba —dijo con aparente despreocupación.Gabriel lo miró con escepticismo.— ¿No pidió dinero? Además, es una zona precaria. No te lo creo, suena e
Capítulo 10El juego de Logan—¿Qué hora es?Eira abrió los ojos lentamente. Se había quedado dormida durante horas. Creyó haber despertado apenas una hora después de que aquel Alfa se marchara, pero el cansancio la venció y volvió a dormir.—¡No! Ya es muy tarde, debo ir a la mansión —murmuró con urgencia.Se incorporó de golpe, pero apenas puso los pies en el suelo, sintió algo húmedo entre sus piernas. Bajó la mirada y vio una leve mancha de sangre. El ardor persistía, aunque el dolor se había disipado considerablemente."Ese lobo… tiene magia o algo parecido. De lo contrario, no me habría quedado dormida así."Se pasó una mano por el rostro, tratando de ordenar sus pensamientos.—Muy bien, él se marchó sin despedirse. Tal vez, si se hubiera quedado, le habría confesado lo de mi maldición… pero al no verlo por aquí, significa que le fue bien y pudo irse sin problemas. Al menos podrá llegar a su destino. No debí preocuparme tanto.Suspiró, aliviada, aunque una parte de su mente aún
Capítulo 11 Serás mía — ¿Qué necesitas, Logan? Ya no soy la misma que caía en tus juegos tontos —dijo Eira con firmeza, mientras lo observaba. Logan se encontraba de espaldas al ventanal que daba al jardín trasero. Ella nunca había entrado a esa habitación, ni tampoco había visitado esa parte de la mansión. Su sola presencia allí le provocaba un escalofrío. Él giró lentamente hacia ella, con una sonrisa que helaba la sangre. —Bueno, es una pena que no quieras participar… pero eres la invitada especial. Sin ti, esta noche no sería la misma. Eira sintió un nudo en el estómago. -No. No me interesa nada de lo que tenga que ver con esta fiesta ni con la luna llena —espetó—. Ambos sabemos que no tendré ninguna posible pareja ni nada por el estilo, y mucho menos participaré en tus torturas. Logan se acercó con paso lento, observándola con intensidad. Algo en ella era diferente. Aún no lograba descifrar qué, pero lo percibía. —Es una lástima… porque necesito un sacrificio. Alguien que
Capitulo 12Deseo brutalUn dolor punzante en el estómago hizo que Eira se doblara sobre sí misma, abrazándose con fuerza. Su cuerpo temblaba y un sudor frío se deslizaba por su espalda.Logan, sin expresión de compasión, la tomó de los brazos y la obligó a ponerse de pie. Sin darle oportunidad de protestar, la guió hasta el baño.El lugar estaba impregnado de un aroma intenso y embriagador. En el centro, una tina llena de agua caliente humeaba, mezclada con aceites costosos, de los mejores que se podían encontrar en todo Lilles.—Desnúdate y espérame en la tina.Eira sintió un escalofrío recorrer su espalda. Quiso resistirse. Quiso gritar que no, que no haría nada de lo que él ordenara.Pero su cuerpo no la obedeció."No… esto está mal."Luchó internamente, tratando de recuperar el control, pero fue en vano. Sus pies se movieron solos, su voluntad se quebraba con cada paso que daba hacia la tina.Logan la observaba con detenimiento, disfrutando de su sumisión involuntaria.El insiste
Capitulo 13Las sospechas del Alfa visitanteEira sintió como si todo su rostro se hubiera quebrado. El ardor en su mejilla latía con fuerza, extendiéndose hasta su mandíbula.Cuando experimentaba un dolor así, su instinto la llevaba directo a un espejo. Necesitaba confirmar con sus propios ojos que su rostro seguía en su lugar.Pero antes de que pudiera moverse, la voz de Logan la detuvo.—Eira, la noche aún es joven. Ni siquiera es la una de la mañana. Irás con ese Beta que está afuera y esperarás en la torre de luces.Su cuerpo aún estaba bajo el efecto del preparado, así que sus pies se movieron sin titubear, acatando la orden como si su voluntad hubiera sido anulada.—La torre de luces es muy alta… —murmuró, como si su mente tratara de advertirle el peligro.Logan sonrió de lado y la vigilaba con detenimiento.—¿Lo recuerdas?, ya que no eres mi sacrificio u ofrenda virginal, tendrás otro tipo de juegos para ti.Eira sintió un escalofrío.Claro que lo recordaba, pero prefirió segui
Capítulo 14El rescate de EiraEira entró al baño, su mente aún nublada por la orden de Logan. Todo producto parecía de su control, pero esta vez, ella tenía un plan.Si debía atender a esos invitados y todos estaban distraídos con la fiesta, entonces ese sería el momento perfecto para escapar.Se acercó al espejo y observó su reflejo con detención. El hematoma en su pómulo izquierdo resaltaba contra su piel pálida. Agradeció que su ojo siguiera intacto.Respiró hondo y se inclinó para lavarse el rostro, pero apenas el agua tocó su piel, un dolor agudo en su estómago la hizo inclinarse sobre el lavabo y vomitar sangre.Su cuerpo tembló.Sin duda, era producto de ese maldito preparado que Logan la obligó a beber.—Eira, ya debes salir —la llamó el Beta desde afuera.Se apresuró, pero su tono no era del todo duro. Ambos se conocían desde hacía tiempo, pero él, como todos, debía obedecer a Logan.—Ya voy —murmuró con esfuerzo.Cuando el Beta la vio salir, frunció el ceño.Notó la pálida q