Capítulo 2
Una Omega salva al lobo
Eira dejó los vegetales en la cocina y, sin perder tiempo, caminó con rapidez hacia la cabaña que Adhara le había mencionado. Para llegar hasta allí debía atravesar un bosque espeso, un lugar donde la recepción para su teléfono era prácticamente inexistente.
Mientras avanzaba, un sonido extraño captó su atención. Se detuvo en seco, allí, en el suelo cubierto de hojas y tierra húmeda, yacía un joven. Estaba gravemente herido.
"No es de Lilles", pensó de inmediato al notar la insignia en su camisa rasgada.
"¿Y si es de Mikros? ¿Un enemigo?" —se preguntó, pero descartó la idea casi al instante. Ella conocía bien el sello de Mikros, y el que llevaba aquel hombre no coincidía con ninguno de los que había visto antes.
Sangraba demasiado. Su respiración era irregular. Pero ¿cómo podría ayudarlo? Era un hombre grande y musculoso, no tenía manera de cargarlo por sí sola.
—Oiga… ¿puede ponerse de pie? No podré moverlo —le preguntó con suavidad.
El joven abrió levemente los ojos, revelando un par de orbes grises como la ceniza. Jamás había visto un color así antes.
—Puedo… —respondió con voz apenas audible. Luego, con esfuerzo, agregó—: Te daré lo que quieras si me ayudas.
Eira dudó. Su instinto le gritaba que tuviera cuidado. ¿Y si se trataba de un asesino? ¿O alguien incluso peor que Logan?
—Señor, yo… —comenzó a decir, pero él la interrumpió.
—Te daré lo que pidas. Soy un General, nunca falto a mi palabra. No soy de aquí… si me dejas, moriré.
Eira continuó observándolo, debatiéndose entre la prudencia y su instinto de ayudar. No era alguien que abandonara a los heridos, pero al parecer, aquel hombre dudaba de sus intenciones.
—Bien, puedo ayudarlo…
"Esta mujer huele a una simple omega", pensó el extraño.
"No será un problema si decide traicionarme o avisar a alguien de este lugar. Ahora mismo no puedo defenderme... Además… necesito sangre…"
A pesar de que el hombre logró ponerse de pie, pesaba demasiado. Eira apenas pudo sostenerlo mientras avanzaban con dificultad hasta la cabaña. El lugar era humilde, apenas contaba con una cama de base de paja y un colchón no muy cómodo, pero serviría. Lo recostó allí y, sin perder tiempo, fue a buscar unas hierbas secas para tratar sus heridas.
—¿Sabes lo que haces? —preguntó el hombre con cierta duda en su voz.
—Sí, sé perfectamente lo que hago —respondió ella con firmeza, mirándolo directamente a los ojos.
El hombre se quejó de dolor, pero en ningún momento dejó de pensar en lo que realmente necesitaba: sangre. Sí, era un hombre lobo, pero por razones que aún desconocía, tenía rasgos vampíricos que lo atormentaban.
Eira se apresuró a acercarse, rompiendo lo poco que quedaba de su camisa. Entonces lo vio. La herida era profunda, mucho más de lo que estaba acostumbrada a tratar. Había ayudado a muchos heridos que regresaban al pueblo, hombres desesperados que, sin importar los rumores, aceptaban sus cuidados. Decían que quienes ella tocaba morían, pero eso no era cierto… o al menos, eso quería creer.
—Señor, usted está sudando frío, temo que… —No terminó la frase. Sabía lo que tenía que hacer, pero eso la dejaría demasiado débil como para recuperarse rápidamente.
—¿Temes que muera? —El hombre esbozó una sonrisa amarga—. No soy tan débil. Lo que me estás aplicando parece calmar un poco el dolor.
Aun así, él no podía apartar la mirada de su cuello. Necesitaba sangre… pero, ¿la de una omega? Jamás había bebido la sangre de alguien de un rango tan bajo. Además, se había dado cuenta de algo aún más extraño: ella ni siquiera tenía un lobo.
"Debo haber caído muy bajo…" —se dijo a sí mismo, con desprecio.
"Si bebo su sangre y ella muere, no me importaría."
—No, no morirá… al menos, no todavía —murmuró Eira, observando la herida con detenimiento—. Es extraño, pero el objeto que usaron para herirlo estaba impregnado con un veneno que se esparce por todo su cuerpo. Lo congelará hasta que su corazón deje de latir.
El Alfa de ojos grises quedó estupefacto. Jamás había escuchado algo así.
—¿Y entonces? —preguntó con seriedad.
—Debe bañarse y quitarse cualquier resto de esas esporas venenosas. Solo entonces podré aplicar la medicina.
El hombre no lo dudó. Se puso de pie y, sin mediar palabra, comenzó a desnudarse frente a ella. Sin titubear, arrojó su ropa directamente al fuego de la chimenea.
Eira se cubrió los ojos con las manos y se dio la vuelta, pero no pudo evitar ver su cuerpo desnudo por el rabillo del ojo.
—¡¿Qué hace?! —reclamó con indignación.
—Acabas de decir que tengo veneno encima. Esta es la mejor manera de deshacerme de él. Ayúdame —replicó él con naturalidad.
Se cubrió apenas con una tela vieja y salió al exterior. El sol ya había salido, y aunque Eira no se lo mencionó, sabía que el remedio que usaría solo funcionaría si el cuerpo se purificaba bajo la luz del sol. La mujer con la que creció le había enseñado mucho sobre medicina, tanto mágica como natural… y más que eso.
Cuando vertió el agua sobre su piel, un humo oscuro comenzó a emanar de su cuerpo.
El Alfa apretó los dientes al sentir el ardor recorrer cada centímetro de su piel.
El veneno estaba reaccionando.
Eira observó con atención cómo el humo oscuro seguía emanando del cuerpo del Alfa. Era señal de que el veneno aún estaba purgándose.
—Cuando deje de salir ese humo, debe regresar y recostarse —le indicó con voz firme.
El hombre no discutió. Simplemente asintió y obedeció sin dudarlo. Pero esa obediencia le provocó un malestar extraño.
"¿Por qué lo hice? Bajé la guardia tan fácilmente… Tal vez porque ella no es más que una simple omega… alguien demasiado común como para representar una amenaza."
Se obligó a ignorar aquel pensamiento y caminó de regreso a la cabaña con facilidad ahora que el veneno comenzaba a salir de su sistema.
Capítulo 3¿La mordida de un Alfa?El contacto de la joven era ligero, cuidadoso, diferente a cualquier trato que él hubiera recibido antes.Entonces, sin previo aviso, Eira deslizó una de sus manos sobre los ojos del Alfa, cubriéndolos con suavidad.Su cuerpo entero reaccionó de inmediato.No estaba acostumbrado a que lo tocaran así, con tanta delicadeza. Su respiración se volvió pesada, y un escalofrío recorrió su columna. Su instinto le gritaba que apartara su mano, que recuperara el control, pero algo en la calidez de su tacto lo hacía relajarse de una forma desconocida para él.Cerró los ojos por completo, entregándose por un breve instante a aquella sensación.Eira, sin darse cuenta de lo que provocaba, continuó su labor. Sabía que el Alfa necesitaba descansar si quería recuperarse por completo.Lo que no imaginaba era que aquel hombre, marcado por la guerra y la brutalidad, nunca había sentido una caricia tan apacible en su vida.Y eso… lo inquietaba más que el propio veneno.E
Capítulo 4Un Alfa fuerte—¿A quién esperas? —preguntó con frialdad mientras se acercaba y la sujetaba con firmeza de ambos brazos.—A nadie… nadie conoce este lugar… —susurró ella, su rostro palideciendo.El Alfa maldijo con palabras grotescas y crueles. Aún no estaba completamente recuperado. Podría luchar, pero sería un riesgo demasiado alto en su estado.—Si es una trampa, vas a lamentarlo. —Dice amenazante, aunque no la había visto comunicarse con nadie, él es alguien demasiado atento como para dejar pasar algo como eso.—No pueden encontrarte —añadió Eira con nerviosismo.Rápidamente, dios unos pasos erráticos hacia un pequeño cajón y sacó unas hojas secas de laurel. Sabía que, si quien venía era un lobo, esto serviría para ocultarlo temporalmente.—Pon esto debajo de tu lengua. No podrán verte ni saber que estás aquí… pero solo durará cinco minutos.El Alfa la miró con desconfianza.—¿Eres una bruja? —murmuró con recelo.Él tenía el olfato demasiado desarrollado como para no no
Capítulo 5Una petición poco usualRecordaba perfectamente la vez que Logan la ató a un poste de madera con fuerza desmedida. Le había dicho que, si sufría lo suficiente, tal vez su loba interior despertaría para defenderla.Pasó semanas en ese tormento.Las marcas seguían allí, impresas en su piel como un cruel recordatorio de lo que Logan era capaz de hacer."No quiero pasar por eso otra vez…"La ansiedad la envolvió, helándole la sangre.Eira apenas probó un poco de carne de cerdo y algunas verduras en el almuerzo. No tenía apetito. Su mente estaba atrapada en la incertidumbre de lo que ocurriría esa noche.Cuando terminó sus tareas, sin siquiera buscar a su amiga, se dirigió directamente a la cabaña.Al llegar, quedó inmóvil por un instante.El Alfa se había bañado y, para su asombro, parecía completamente recuperado. Sus heridas, que apenas unas horas antes parecían profundas, habían desaparecido casi por completo. Su piel firme y limpia era la prueba de una regeneración anormalm
Capítulo 6El Alfa acepta el tratoEl Alfa esbozó una sonrisa cargada de incredulidad.—Así que… déjame ver si entendí bien. A cambio de salvarme la vida, ¿quieres que te f***e en lugar de pedir dinero?—Por favor —respondió ella sin titubeos.Él arqueó una ceja, divertido por su insistencia.—Bien, después de todo, me salvaste la vida. Creo que aceptaré.Eira sintió el calor subir a sus mejillas. Su respiración se aceleró, pero en ese momento, una alternativa cruzó por su mente.—Bueno, imagino que, como cualquier otro General de alto rango… —murmuró, intentando halagarlo—, no desearía intimar con una omega que se pasa los días lavando platos y ropa.Hizo una breve pausa antes de continuar:—Pero si tiene alguna forma de ayudarme a salir de aquí, no será necesario que hagamos esto.El Alfa la observó con detenimiento, sus ojos analizaron cada matiz de su expresión.Ya se había hecho una idea de lo que significaría tomar a una joven omega virgen. Nunca antes había tenido la oportunida
Capitulo 7Una primera vez dolorosa.—Creo que… —Eira apenas pudo pronunciar las palabras cuando, de repente, él la sujetó con firmeza de ambos brazos y la tumbó sobre la cama de paja donde había estado descansando.El Alfa no dudó en deshacerse de su ropa, su cuerpo imponente quedó al descubierto ante la mirada atónita de la joven.Los ojos de Eira se abrieron de par en par al recorrer su figura con un solo vistazo."No… es demasiado…"“Demasiado… grande… No voy a soportarlo…”Nunca antes había visto a un hombre desnudo en ese estado. Y el Alfa, con su porte dominante y su físico esculpido por la batalla y cubierta por cicatrices, destilaba una masculinidad casi irreal, intimidante.Tragó saliva cuando él se posicionó sobre ella, y entre sus piernas sintió la dureza de aquello que, en cuestión de segundos, pondría fin a la razón por la que Logan la veía como su próximo juego perverso.Su virginidad.Pero para su sorpresa, el Alfa deslizó su mano hasta su intimidad y comenzó a frotar c
Capítulo 8Consecuencias después de intimar.EiraEira sintió cómo el sueño la invadía repentinamente, pero sus ojos seguían abiertos, atrapados en un estado de consciencia nublada.El calor volvió a extenderse por su cuerpo, una sensación extraña que se entremezclaba con el ardor persistente en sus músculos y el sudor que cubrió todo su cuerpo."Necesito cuidarme más… La medicina que bebí no fue suficiente."Cada mes compraba aquella medicina elaborada por los elfos, un remedio que mitigaba el dolor que su cuerpo padecía debido a la maldición con la que cargaba. Sin embargo, esta vez parecía no haber surtido el efecto que esperaba.De pronto, sintió que el Alfa se detenía.Al principio, su presencia sobre ella le transmitía cierta calidez, pero luego, la sensación se disipó, dejando solo la realidad de su cuerpo exhausto.Él la sostenía con firmeza, una fuerza que tal vez para alguien más hubiera sido normal, pero para Eira, que sentía todo de manera más intensa, le parecía abrumadora
Capítulo 9¿Un lobo hechizado?— ¿Cómo es que llegaste hasta aquí? Apenas encontré tu mensaje, me dirigí de inmediato. Tendríamos que salir antes del anochecer.Minhos había enviado un mensaje con la palabra “veneno” para que Gabriel lo encontrara.—Esa parte aún sigue siendo confusa —admitió Minhos, frunciendo el ceño—. Recuerdo que sentí un mareo extraño y, después, tomé mi forma de lobo y llegué hasta el bosque cerca de la cabaña. Esa mujer me ayudó.—¿La misma con la que te acostaste? —Gabriel arqueó una ceja—. Vaya, pensé que nunca aceptarías a una omega. Y por su aroma... es de muy bajo nivel en cuanto a fuerza, diría que ni siquiera puede transformarse.Minhos se quedó en silencio. No admitiría lo mucho que aquella omega lo había cautivado.—Bueno, ella me lo pidió a cambio de su ayuda. No pude negarme. Además, me vino bien, lo necesitaba —dijo con aparente despreocupación.Gabriel lo miró con escepticismo.— ¿No pidió dinero? Además, es una zona precaria. No te lo creo, suena e
Capítulo 10El juego de Logan—¿Qué hora es?Eira abrió los ojos lentamente. Se había quedado dormida durante horas. Creyó haber despertado apenas una hora después de que aquel Alfa se marchara, pero el cansancio la venció y volvió a dormir.—¡No! Ya es muy tarde, debo ir a la mansión —murmuró con urgencia.Se incorporó de golpe, pero apenas puso los pies en el suelo, sintió algo húmedo entre sus piernas. Bajó la mirada y vio una leve mancha de sangre. El ardor persistía, aunque el dolor se había disipado considerablemente."Ese lobo… tiene magia o algo parecido. De lo contrario, no me habría quedado dormida así."Se pasó una mano por el rostro, tratando de ordenar sus pensamientos.—Muy bien, él se marchó sin despedirse. Tal vez, si se hubiera quedado, le habría confesado lo de mi maldición… pero al no verlo por aquí, significa que le fue bien y pudo irse sin problemas. Al menos podrá llegar a su destino. No debí preocuparme tanto.Suspiró, aliviada, aunque una parte de su mente aún