Capítulo 4
Un Alfa fuerte
—¿A quién esperas? —preguntó con frialdad mientras se acercaba y la sujetaba con firmeza de ambos brazos.
—A nadie… nadie conoce este lugar… —susurró ella, su rostro palideciendo.
El Alfa maldijo con palabras grotescas y crueles. Aún no estaba completamente recuperado. Podría luchar, pero sería un riesgo demasiado alto en su estado.
—Si es una trampa, vas a lamentarlo. —Dice amenazante, aunque no la había visto comunicarse con nadie, él es alguien demasiado atento como para dejar pasar algo como eso.
—No pueden encontrarte —añadió Eira con nerviosismo.
Rápidamente, dios unos pasos erráticos hacia un pequeño cajón y sacó unas hojas secas de laurel. Sabía que, si quien venía era un lobo, esto serviría para ocultarlo temporalmente.
—Pon esto debajo de tu lengua. No podrán verte ni saber que estás aquí… pero solo durará cinco minutos.
El Alfa la miró con desconfianza.
—¿Eres una bruja? —murmuró con recelo.
Él tenía el olfato demasiado desarrollado como para no notar la presencia de alguien o su especie o rango, ninguna magia funcionaba con él, o al menos eso le habían dicho…
—No. Solo haré que quien sea se vaya —aseguró con firmeza.
El lobo dudó por un instante, pero obedeció.
Entonces, un escalofrío recorrió todo el cuerpo de Eira.
"Es… Logan."
Su piel se erizó de inmediato. ¿Cómo llegó?
Sus piernas temblaron sin control cuando escuchó la voz de Logan resonar con fuerza al otro lado de la puerta.
—¡Ey, señorita mala suerte! Abre la m*****a puerta o destruiré tu estúpido escondite.
Eira respiró hondo y se obligó a caminar hasta la entrada. Sus manos temblaban mientras giraba la perilla.
Logan la miró con su expresión habitual: arrogante y cruel.
—Es extraño verte aquí. —esbozó ella, con la voz apenas firme.
Logan echó un vistazo al interior de la cabaña. Frunció el ceño por un momento, su olfato captó un leve rastro, pero no logró ver a nadie. Luego, sacudió la cabeza, descartando la posibilidad de que algún Alfa se acercara a Eira.
—Tienes que ir a la mansión de inmediato. Aún quedan preparativos para la noche, eres una invitada especial, así que más te vale no faltar. Porque, vayas a donde vayas, voy a encontrarte. ¿De acuerdo?
Eira no respondió.
Todo su cuerpo seguía temblando.
Sabía perfectamente de lo que Logan era capaz. No tenía reparo en torturar, sin importar si se trataba de un hombre o una mujer.
Y esta noche… ella sería su siguiente víctima.
Cuando Eira dio unos pasos hacia Logan, el retrocedió, y sin decir nada más, se marchó de la cabaña…
“Debo ser su peor opción, no se cómo siempre me encuentra.”, pero… Si sigo siendo virgen, no descartará su plan… Pensó.
El Alfa escupió las hojas que tenía en la boca y presionó su herida con gesto endurecido. Un quejido quedó atrapado en su garganta, pero no se permitió exteriorizar el dolor. Sin embargo, cuando se volvió hacia la chica, notó que seguía temblando.
—Disculpa, pero debo irme. Si me quedo demasiado tiempo, él regresará. Mañana estarás bien, nadie vendrá aquí —aseguró con firmeza.
—Eso dijiste… y, aun así, ese hombre llegó. —Eira bajó la mirada, pero aclaró la razón—: —Lo hizo porque debía estar trabajando, son muy exigentes, notaron mi ausencia.
"¿Un Alfa con un linaje tan alto? ¿Podría ser el mismo a quien vine a buscar?" —pensó, analizando la situación.
—De acuerdo… supongo que no podré marcharme viéndome así.
—Le traeré ropa cuando regrese. —Lo miró con cautela—. ¿De verdad no se marchará y dejará su promesa sin cumplir?
—No me iré —afirmó sin titubear.
—¿Y es usted alguien importante? —preguntó con cautela—. Disculpe mi curiosidad, pero no sé su nombre, y tampoco me he presentado. Mi nombre es Eira, ella extendió su mano
—Será mejor que siga así. No soy de esta zona y prefiero que esto termine sin demasiada información.
Él asumió de inmediato que la joven intentaría pedirle algo costoso a cambio de su ayuda. Dinero, joyas,… pero no tenía nada. Le habían arrebatado todo tras su último enfrentamiento.
—Pero si es un general, debe tener influencia —insistió ella.
—No como imaginas. Soy alguien mucho más común de lo que crees —mintió sin dudar, pero ella no pidió nada, eso lo dejó un poco sorprendido
Eira lo miró con disimulo. Para ella, ese Alfa no parecía un hombre con gran estatus. Seguramente era un simple campesino adiestrado para la guerra y convertido en general sin recibir demasiados honores. En Lilles, los jóvenes guerreros se jactaban de su fuerza y destreza, se comportaban como personas adineradas, aunque en realidad solo poseían un título sin mucho valor.
Con ese pensamiento en mente, Eira emprendió el camino de regreso a la mansión de Logan.
Antes de marcharse, preparó algo rápido para aquel lobo que prefirió mantener su identidad oculta.
Cuando llegó a uno de los jardines de la mansión, se detuvo al ver el despliegue de objetos frente a ella.
—¿Qué es todo esto? —preguntó con recelo.
—El señor Logan ordenó que trajéramos todo esto. Dijo que esta noche habrá una ofrenda para la Diosa Luna —respondió uno de los trabajadores.
El corazón de Eira se encogió de inmediato.
"Se trata de mí…" —lo supo al instante, aunque seguía sin comprender los verdaderos planes de Logan.
—Supongo que solo es un juego —dijo en un intento por convencerse.
—Lo dudo. Creo que quien sea elegido o elegida tendrá que soportar mucho.
El pecho de Eira se agitó con fuerza al recorrer la escena con la mirada. Entre los objetos dispuestos, distinguió bloques de hielo, cadenas gruesas y sogas.
"No soportaré el dolor…" —pensó con angustia.
Aún le dolía la mordida de aquel hombre extraño. Había algo en él, algo que no comprendía. Tal vez llevaba un hechizo encima. Su vida no debía ser fácil… al igual que la de ella.
Instintivamente, llevó la mano derecha hasta el nudillo de su brazo izquierdo, sintiendo la leve protuberancia de una antigua herida.
Capítulo 5Una petición poco usualRecordaba perfectamente la vez que Logan la ató a un poste de madera con fuerza desmedida. Le había dicho que, si sufría lo suficiente, tal vez su loba interior despertaría para defenderla.Pasó semanas en ese tormento.Las marcas seguían allí, impresas en su piel como un cruel recordatorio de lo que Logan era capaz de hacer."No quiero pasar por eso otra vez…"La ansiedad la envolvió, helándole la sangre.Eira apenas probó un poco de carne de cerdo y algunas verduras en el almuerzo. No tenía apetito. Su mente estaba atrapada en la incertidumbre de lo que ocurriría esa noche.Cuando terminó sus tareas, sin siquiera buscar a su amiga, se dirigió directamente a la cabaña.Al llegar, quedó inmóvil por un instante.El Alfa se había bañado y, para su asombro, parecía completamente recuperado. Sus heridas, que apenas unas horas antes parecían profundas, habían desaparecido casi por completo. Su piel firme y limpia era la prueba de una regeneración anormalm
Capítulo 6El Alfa acepta el tratoEl Alfa esbozó una sonrisa cargada de incredulidad.—Así que… déjame ver si entendí bien. A cambio de salvarme la vida, ¿quieres que te f***e en lugar de pedir dinero?—Por favor —respondió ella sin titubeos.Él arqueó una ceja, divertido por su insistencia.—Bien, después de todo, me salvaste la vida. Creo que aceptaré.Eira sintió el calor subir a sus mejillas. Su respiración se aceleró, pero en ese momento, una alternativa cruzó por su mente.—Bueno, imagino que, como cualquier otro General de alto rango… —murmuró, intentando halagarlo—, no desearía intimar con una omega que se pasa los días lavando platos y ropa.Hizo una breve pausa antes de continuar:—Pero si tiene alguna forma de ayudarme a salir de aquí, no será necesario que hagamos esto.El Alfa la observó con detenimiento, sus ojos analizaron cada matiz de su expresión.Ya se había hecho una idea de lo que significaría tomar a una joven omega virgen. Nunca antes había tenido la oportunida
Capítulo 1Un lobo heridoEira—¡Eira, despierta de una vez! —La voz de una joven omega resonó en toda la habitación. Era un día esperado por cualquier lobo... excepto por Eira.Había sido comprada por la familia Valmont cuando aún era una niña pequeña. La guerra iniciada en Du Sang había arrebatado innumerables vidas, incluida la de su familia.—¿Qué sucede, Adhara? Anoche trabajé demasiado, déjame dormir un poco más —murmuró Eira con voz somnolienta, girando sobre su lecho de paja.Su amiga había ido a buscarla porque aquel día todos los lobos de menor categoría y fuerza debían escoger a sus Lunas.—Debes ir, no quiero que te elijan como sacrificio. Ya sabes cómo es Logan, dijo que quería cumplir con esa antigua tradición —explicó Adhara con urgencia.Eira suspiró. Sabía bien del desmedido deseo de Logan por convertirse en el Alfa de Lilles. Desde que Mikros declaró la guerra, hacía más de veinte años, cada ciudad se había independizado y funcionaba como un reino distinto.—Ya conoc
Capítulo 2Una Omega salva al loboEira dejó los vegetales en la cocina y, sin perder tiempo, caminó con rapidez hacia la cabaña que Adhara le había mencionado. Para llegar hasta allí debía atravesar un bosque espeso, un lugar donde la recepción para su teléfono era prácticamente inexistente.Mientras avanzaba, un sonido extraño captó su atención. Se detuvo en seco, allí, en el suelo cubierto de hojas y tierra húmeda, yacía un joven. Estaba gravemente herido."No es de Lilles", pensó de inmediato al notar la insignia en su camisa rasgada."¿Y si es de Mikros? ¿Un enemigo?" —se preguntó, pero descartó la idea casi al instante. Ella conocía bien el sello de Mikros, y el que llevaba aquel hombre no coincidía con ninguno de los que había visto antes.Sangraba demasiado. Su respiración era irregular. Pero ¿cómo podría ayudarlo? Era un hombre grande y musculoso, no tenía manera de cargarlo por sí sola.—Oiga… ¿puede ponerse de pie? No podré moverlo —le preguntó con suavidad.El joven abrió
Capítulo 3¿La mordida de un Alfa?El contacto de la joven era ligero, cuidadoso, diferente a cualquier trato que él hubiera recibido antes.Entonces, sin previo aviso, Eira deslizó una de sus manos sobre los ojos del Alfa, cubriéndolos con suavidad.Su cuerpo entero reaccionó de inmediato.No estaba acostumbrado a que lo tocaran así, con tanta delicadeza. Su respiración se volvió pesada, y un escalofrío recorrió su columna. Su instinto le gritaba que apartara su mano, que recuperara el control, pero algo en la calidez de su tacto lo hacía relajarse de una forma desconocida para él.Cerró los ojos por completo, entregándose por un breve instante a aquella sensación.Eira, sin darse cuenta de lo que provocaba, continuó su labor. Sabía que el Alfa necesitaba descansar si quería recuperarse por completo.Lo que no imaginaba era que aquel hombre, marcado por la guerra y la brutalidad, nunca había sentido una caricia tan apacible en su vida.Y eso… lo inquietaba más que el propio veneno.E