Mateo González, un soltero empedernido, fue sorprendido por lo que llaman amor a primera vista. De forma accidental, conoció a la humilde y bella Adriana León, por quien se sintió atraído inmediatamente. Él, un poderoso hombre de negocios, billonario y CEO de una importantísima Corporación, le ofreció trabajo y ayuda tanto a ella como a su madre enferma. Sus hermanas, arrogantes y acostumbradas a que todos se sometieran a sus caprichos, le quisieron imponer un matrimonio obligado, con una de sus mejores amigas, de su mismo estrato social. No obstante, él acostumbrado a enfrentar retos y obstáculos con determinación, decidido siempre a hacer su voluntad, contra todo evento, propuso matrimonio a la humilde Adriana. Ella, enamorada y admirada de que la hubiera elegido para ser su esposa, aceptó emocionada, esta propuesta. Las hermanas de Mateo y su amiga, en disconformidad con este matrimonio, ante ciertas situaciones que se presentaron entre ellos, llevaron a cabo un divorcio exprés, a espaldas de estos, violando totalmente la ley e incurriendo en un grave delito. ¿Qué hará Mateo, ante esta situación? ¿Será capaz de denunciar a su hermanas y llevar a estas a la cárcel? O, ¿sacrificará su matrimonio con Adriana? Te invito a que sigas leyendo la historia, para que te enteres cual fue su decisión...
Leer másEl vuelo llegó al referido aeropuerto, a la hora estipulada. Ahí, los esperaba, un chófer y su camioneta, la cual había rentado Mateo para el traslado tanto de ellos, como de la tripulación hasta el hotel donde hizo las reservaciones.—¡Bienvenida, mi amor! —mencionó Mateo, abriendo sus brazos y mostrando el panorama a Adriana para que bajara las escaleras. Pero ella le informó, que le costaba mucho caminar y le temblaban las piernas. Ante esto, él la miró y le sonrió preguntándole bajito…—¿Por qué no me dijiste al salir de la habitación? Te hubiese dado un Ibuprofeno —aclaró él.—Porque sentía la molestia, pero no me recordé del ajetreo y lo duro que me castigaste hoy, en nuestro primer día de luna de miel —respondió ella haciendo un puchero.—¡Perdón, por favor! Mi amor, recuerdo que te pregunté si paraba y me respondiste que no, solo que no fuera tan duro y así lo hice —expuso él, levantando a esta en sus brazos y bajando con mucho cuidado las escaleras del avión.Una vez en la su
—¿A dónde vamos? —preguntó Adriana, alegre y asombrada.—A las Islas Bahamas —respondió Mateo satisfecho, sabiendo que esto le agradará a ella.—¡Gracias, gracias mi amor! Es un sueño hecho realidad —aclamó ella feliz, dando un brinco de felicidad— ¿Cómo sabes que anhelaba esto? Nunca te lo mencioné —comentó ella, feliz y dichosa.—¡Esa es mi obligación! Saber exactamente lo que sientes, deseas, para apoyarte, ayudarte y complacerte —agregó él.—¡Amor! Deja que me despida de los niños —suplicó ella.—¡No, mi amor! Después, lloran si ven que te marchas, solo serán siete días —aseguró él, tomando a su mujer de la mano.Los dos subieron a la camioneta, en donde los esperaba Sebastián, que fue el encargado de llevarlos al aeropuerto. Al llegar a este, los esperaba el Capitán de la nave quien los felicitó, junto con el resto de la tripulación.—¿Estás cansada? —preguntó Mateo, observando lo hermosa que se veía, recordando las ganas de amarla que sentía desde la noche anterior.—No. Pero, s
—Adriana, no tiene cara de celosa o tóxica. Pero, Claudia sí. Me huele cada vez que llegó y me abraza. Es como si buscara en mi ropa o en mi cuerpo, algún olor distinto al de ella o al mío propio —explicó Marcos, sonriendo y levantando su copa.—¡Ja, ja, ja! —se carcajeó Mateo— Pero, no será que le has dado motivo para ello —cuestionó este, con una sonrisa pícara.—¿Sabes que volvió Marisol de Cárdena? —cuestionó él— Ella, tiene un olor muy peculiar que me encanta —confesó Marcos, hablando bajito y mirando hacia la puerta de entrada del mismo.»La primera vez que estuvo en la oficina, se me acercó, me dio un beso y me abrazó. Cuando llegue aquí, ni siquiera me le acerqué a un metro de distancia a Claudia y comenzó a estornudar, porque algo le había dado alergia, al revisarme estaba impregnado del olor de ella.»No me quedó más que decir a mi mujer, que ella había estado con su esposo y que al despedirse de mí, como se me acercó se me pegó el olor.—¡O sea! Mi cuñada tiene radar detect
En CabimasUna vez que comenzó el interrogatorio, el indiciado negó en todo momento ser el autor de ese siniestro. Alegando que estaba en determinado sitio con sus amigos. Obviamente, todos eran tan delincuentes como él, por esta razón, ni el detective, ni la fiscal le creyeron.Por otra parte, Liliana se había ido a refugiar a casa de sus primos. Ella, sospechaba que al detener a su cómplice, este la delatará. Sin embargo, ella no se tranquilizó porque sus mismos primos, no la toleraban, razón por la cual sus nervios, estaban incontrolables.Esa noche, en el recinto policial Nava, Charles y Tony se reunieron con el detenido para que hablara. Ellos, le hicieron ver que lo tenían grabado quemando los locales, que recibirá una condena a cadena perpetua, por ser el autor material e intelectual de la muerte de dos personas.Sin embargo, ellos ofrecieron ayudarlo con el fiscal, para reducir la pena, si confesaba el nombre del autor intelectual del mismo. Haciendo ver a este que no era just
En la ClínicaAl llegar, Mateo y Adriana a la clínica se encontraron con los padres de Diego, sus hermanas, también con Marcos, Claudia, Arantza. Estos, saludaron a todos, preguntando por Angélica y Diego.—Entraron a la sala de parto, porque Angélica, había comenzado el trabajo de parto, aclaró Arantza —algo preocupada, puesto que sabía que su hermana estaba nerviosa y antes de entrar, quería ver a Mateo.—Me retrasé en la salida porque Adriana, debió amamantar al bebé antes de salir —respondió él, pasando un mensaje de texto al celular de su hermana y de Diego.[«Estoy aquí hermanita, acompañándote, voy llegando con Adriana, te deseamos, salgas pronto y con total éxito de este proceso, trayendo a nuestro sobrino sano y salvo» chateó él].[«Ya vamos a sala de parto, ella estaba un poco nerviosa, pero ya está más tranquila y gracias cuñado» respondió Diego].[«Por favor, dale mi mensaje de una vez, porque me quería ver, me dijo Arantza. Di que le amo, que aquí afuera estoy esperando p
Debido a esto, Mateo contrató un servicio especial de vigilancia. Aunado a que le preocupaba la seguridad de sus invitados. Estos, debieron ser los primeros en llegar, pero por “no aguantar las ganas” se les hizo tarde. En virtud de esto, su hermano Marcos y su esposa Claudia, tomaron sus lugares de anfitriones.También, estaban Angélica y Mauricio, porque Arantza estaba muy movida y Diego se quedó para hacer compañía deduciendo que de estos dos días, no pasaba el parto. Esta fue la razón, por la cual ellos no asistieron.Al llegar Mateo y Adriana, agradecieron a todos su valiosa ayuda, sin justificar su retraso. Porque seguro estaba, todos sabían a que se debía el retraso o al menos se lo imaginaban. La reunión fue todo un éxito. Los hermanos lograron lo que deseaban con esta.Una vez que finalizó la reunión y despidieron a sus invitados, ellos brindaron por este triunfo. Además, de hacerlo por la satisfacción que cada uno de los invitados demostró, ante sus atenciones, estos se fue
En el despacho de MarcosAl salir Marisol, Marcos abrió las puertas de su despacho y las ventanas del mismo, para ventilar y que se esfume la fragancia de ella. De repente, la vio nuevamente de pie en la puerta de su despacho. Esta asombrada, comprendió que era una excusa lo de su reunión. Él, estaba sentado, al frente de su escritorio.—¡Disculpa, te moleste de nuevo! Olvidé mi bolsa —al mirar los dos sobre el escritorio, ahí estaba y él no se había percatado de esto. Marcos, deseaba que se lo tragara la tierra. Para salvarlo de esta situación, su secretaria lo llamó de nuevo recordando, que lo están esperando en la sala de juntas.El agradecido, le pidió que se adelantara que ya salía para allá, tomando unos papeles de su escritorio.—Disculpa, no te retengo más, ya me voy —se despidió Marisol.En todo caso, él salió de su oficina y se fue a la sala de juntas para trabajar tranquilo, por si lo volvían a molestar. Al llegar a este, agradeció a su secretaria la astucia de llamarlo par
En la mansión—¡Sí, Mauricio! A veces, pienso que debería compartir toda esta vivencia con los demás. Considero que solo enfrentando esto con otros, reconociendo que soy una expresidiaria, podré superar que me griten en mi cara, eso. ¡Acepto, mi amor! —respondió ella con una sonrisa y pasando sus brazos por su cuello.—¡Gracias, mi reina! ¡Haremos un equipo extraordinario! Trataré que tu participación sea en las horas de la tarde y con muy corto tiempo, para no entorpecer tu trabajo.—¡Tranquilo, mi vida! Ese, será un servicio a Dios —agregó ella feliz y satisfecha.—¡Sí mi reina! Sin embargo, recuerda que estas charlas y talleres, en algunos casos, generan ingresos porque son cursos pagos, en ese sentido, mereces tu recompensa —agregó él.—De eso se trata, cuando quiero que este servicio a Dios sea gratuito, yo no recibiré nada, toma esa cantidad para tu institución, como una inversión social.—¡Perfecto! Entiendo, tu objetivo y estoy dispuesto a ayudarte. En todo caso, siempre te av
En una taguara de mala muerteLos delincuentes, le quitaron a Liliana el celular, le robaron la cartera y se la llevaron, abusando sexualmente de ella, dejando a esta, desnuda e inconsciente en un lugar apartado y abandonado. Al día siguiente, cuando ella despertó, fue que se dio cuenta lo que le había pasado, había sido violada y no tenía con que taparse.Llorando ante lo deprimente de esta situación, gritó pidiendo ayuda, hasta que llegaron unas personas y le ayudaron, dando incluso dinero para sus pasajes.«No puede ser, que esto me haya pasado. En mi Ciudad, todos me respetan, por ser la ahijada de don Kelvin Fuenmayor», pensó ella vertiendo las auténticas lágrimas de sangre, porque incluso tenía una herida encima de la ceja, que le estaba sangrando de nuevo.Al llegar a la pensión corrió se encerró en la habitación, buscando lo poco que le quedaba, llamó a sus padres y les pidió le enviaran dinero para irse de El Dorado. Ellos, así lo hicieron, de ahí que al día siguiente, salió